Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 41 | Parte 3


ETTORE

Iglesia Bautista Myers Park, Charlotte.

Bennedetto solía sorprenderme algunas veces con sus encargos, varios de ellos podían ser disparatados y al principio confusos aunque luego todo encajaba; está era una ocasión destacable. A parte del hecho de que me había tragado cuatro horas para ir hasta Charlotte, una ciudad muy importante de Carolina del Norte -en la cuál antes solía visitar con frecuencia-, era la duda de vernos en una Iglesia, un sitio de lo menos acertado para hacer nuestro trabajo.

Acabo de aparcar a unos metros de la entrada del establecimiento religioso. Debería haber dejado el vehículo muchos más lejos, es algo básico, pero no me apetecía.

Después de un par de unos minutos, donde permanecenzo en el coche, decido salir al ver una silueta aproximándose. No quiero bajar y enfrentarme a mi presente, lo único que deseo hacer es huir de él y de sus reglas, todo lo que estuviese envuelto en su mundo. Sin embargo, yo estoy todavía sentenciado hasta cumplir sus requisitos para recuperar lo que es mío. Suelto un frustrado suspiro y salgo del coche, encontrándole con su mirada perversa.

Me fijo en la bolsa de mano que sujetaba con firmeza y supe que, está noche sería movida.

-¿Preparado para la diversión? - Me pregunta al ponerme a su lado y comenzando a dirigirnos al portal de la iglesia.

-Lo que sea Bennedetto. Explícame que tendré que hacer. - Impongo con mi notable indiferencia, mostrándome interesado en el asunto.

-Afortunadamente, serás tú quien se deshaga del cuerpo. - Imforma con una vil sonrisa y yo freno mi paso. Mi mirada se muestra horrorizada y le observo sin creerlo.

Mis constantes trabajos eran diferentes a acabar con la vida de una persona, a veces debía actuar de forma agresiva por obligación y si las cosas no salían como debían. No obstante, yo no iba a ocuparme de un muerto. Menos poder ver como lo hacía, no iba a pasar por eso nunca más, no desde Melody.

De repente suelta una risota y vuelvo a tranquilizarme. Olvidaba sus continuas bromas. Evito soltar cualquier palabra que pueda ofenderlo, no quiero que se enfade porque se vuelve aún más desagradable.

-Eres tan crédulo, hermano. - Comenta gracioso. A mí no me hace provoca ninguna carcajada, menos esa referencia que me hierve la sangre. -Tú trabajo es solamente permanecer a mí lado. - Quisiera replicarle, incluso muchas más cosas, pero creo que nunca podré hacerlo y saciar mi ira contenida hacia él durante todo este tiempo.

Estoy a su disposición hasta que mi condena se cumpla, exactamente un año más, como lo acordamos y me devolverán lo que ansío tener desde hace años. Antes dudaba de mi propia resistencia y creía que no podría seguir más con la rutina que lentamente me quita la vida pero desde que Leah ha permanecido a mi lado, ha mejorado.

Verla cada día y estar a su lado es jodidamente perfecto. Una sensación que había creído olvidar. No me gusta el hecho de tener que mentirla cada vez que Bennedetto me llama  faltando a clases o desapareciendo sin dar pista hasta que vuelvo excusándome con pocas palabras. Ella no me replica, no obstante, noto preocupación y duda en su voz al querer sobresacarme información. Además, intento ser disimulado para no llamar la atención de mi grupo, exactamente de Adrien, quién aprovechará la situación para soltarle indirectas a Leah en mi contra. Nunca declaré nada de mi otra vida a Blair, aunque intuyo que podría haber estado pendiente de mis conversaciones con Aaron sobre ello, no hay otra forma porque mi mejor amiga nunca diría nada.

No he vuelto a hablar con Adrien desde hace mucho tiempo y a veces temo que le hable a Leah mal de mí, pensando que tengo malas intenciones con ella por sus sospechas ante mis secretos. Ellos pasan muchas horas juntos, más que ahora son hermanastros...

Salgo de mis pensamientos cuando Bennedetto saca un utensilio de su mochila y me lo tiende. Fuerzo el protón después de verificar que, efectivamente estaba cerrada. Llevo mucho tiempo haciéndolo, por lo que el ruido que hago es mínimo.

Nos adentramos con sigilo. Los techos son altos, blancos y detrás del altar una vidriera azul cubre el centro de la pared hasta el techo, donde hay una pequeña cúpula iluminada por los rayos de la Luna.

Caminamos por un ancho pasillo de baldosas oscuras, a ambos lados hay sillas de madera en forma vertical. Dejo de fijarme en los detalles y mi acompañante se sienta en el último asiento de la primera fila. Yo prefiero quedarme de pie. Nos disponemos a esperar a que suceda algo.

Dudo que aguante mucho tiempo así, es muy impaciente. Me quedo quieto unos segundos más, esperando a que haga cualquier cosa que detecte actuación. Voy a decir algo pero me hace una señal de que permanezca en silencio. Atiendo su orden y de repente el ensancha una de sus sonrisas tetricas cuando un hombre aparentemente feliz sale de repente de una puerta, sin embargo, al vernos se horroriza.

Toda esa alegría desaparece al ver a dos siluetas delante suya, un rayo de luz pasa por la gran vidriera dejando visibles nuestros rostros. Se semblate cambia drásticamente y suelta una pequeña maleta.

-¿Pretendías ir a algún lugar Nicholas? - Pregunta Bennedetto levantándose y caminando lentamente hacia él.

Después del momentáneo parálisis de ese hombre, niega repetitivamente, logrando la actitud de Bennedetto cambie.

-Querías huir por dejar escapar a mí rehén... No es una buena decisión, amigo. - Suelta con tranquilidad, arrastrando las palabras.

Me mantengo expectante ante ellos. ¿Qué rehén?

-Te juro que no fue mi culpa, ¡me..m..me atacó! - Él asiente y le pasa una mano por los hombros a Nicholas, aún sonriendo.

-Ya. - Responde haciendo un ruido con la lengua. -Ahora vendrás conmigo, así me explicas mejor que pasó. - Concluye de manera amistosa, claramente falsa. Observo al hombre y veo el terror cruzando sus ojos.

No entiendo por qué he tenido que venir hasta aquí por un simple cautivo que se dio a la fuga. Tampoco comprendo que Bennedetto haya acudido al trabajo sucio en vez de los socios de Lorenzo.

Salgo detrás de ellos cerrando la puerta, y delante nuestra se encuentran varios hombres junto a una camioneta negra. Tres de ellos se acercan a Bennedetto, él les da su mochila de mano dando instrucciones que no llego a escuchar. Avanzamos hasta el vehículo y reconozco a varios de ellos del trabajo, aunque otros son desconocidos. Serán la escolta privada de Bennedetto.

Querría reírme de mi propio comentario pero mi rostro se muestra indiferente.

-Ettore, dale las llaves a Giorgio para que se encargue de tu coche. Vendrás con nosotros. - Hago lo que me pide sin preguntar nada, hemos hecho muchas veces esto. Cuando le soy útil voy con él.

Subo a la parte trasera junto a Nicholas y otro hombre. Bennedetto se pone en la parte de delante y comenzamos la trayectoria.

El viaje hacia el lugar desconocido es silencioso y molesto por los constantes movimientos de Nicholas, se ve extremadamente nervioso. Ha tenido que ser grave su acción para que mi hermanastro se encargue personalmente.

Llegamos una hora después al lugar desconocido. Nunca había estado aquí a pesar de haber recorrido prácticamente todo el estado de Carolina del Norte, y no recuerdo haber estado en esta fábrica abandonada. Bennedetto solo me enseña el 20% de todos sus planes donde debo intervenir.

Salimos junto a la escolta e ingresamos en el lugar con un aspecto frívolo y misterioso. No es muy sorprendente ni mucho menos diferente el interior del exterior. Paredes caídas, suciedad, máquinas rotas y mugre por todas partes. Un hombre, que reconozco como Milio, coge una silla medio rota y en ella lanza a Nicholas, quien por su masa corporal podrá romper la silla si permanece mucho tiempo sentado.

-Y bien, explícate. - Propone el rubio con una sonrisa.

-S..sí. Ehh, está mañana fui a llevarle comida al rehén pero no estaba en su habitación y de repente alguien me atacó por detrás lanzándome algo a la cabeza que me dejó inconsciente. Tengo una cicatriz en el cuello si... - Comienza a hablé muy rápido y sin hacer pausas de lo nervioso que está.

-¡Tendrías que haber sido más inteligente, inútil! - Exclama furioso de un momento a otro. -Si Milio no la hubiese encontrado vagando por el bosque, ahora mismo todos estaríamos pagando tu error. Mereces un castigo. - Contesta impasible.

¿Es una mujer? ¿Quién podr... ?

Al pensarlo mi vista se dirige rápidamente a Bennedetto, le echo una mirada fugaz y él me observa de vuelta con una sonrisa ladeada. Mi rostro delata mis sospechas y él parece muy conforme con ello.

No puede ser.

-Ettore, ¿cómo crees qué podría hacerle pagar su grave error? Es más, deberías elegirlo tú ya que, este tema te concierne. - Noto como palidezco y siento que me voy a caer. Así que... después de tanto tiempo, se encontraba aquí.

-¿Dónde está? - Murmuro observando a mi hermanastro seriamente. Doy un paso desafiante, y Milio no tarda en interponerse en mi camino. Bennedetto le hace una señal de que no hay peligro por lo que se aparta.

-¿El qué, Ettore? - Pregunta de vuelta, con malicia en su tono.

Aprieto fuertemente la mandíbula y notó como cada parte de mí solo piensa en acabar con él de una vez.

-Mi madre. - Mascullo con los puños apretados, siento que en cualquier momento perderé el control y me avalanzaré sobre él dispuesto a todo.

Él dirige la vista por encima mía y la sigo rápidamente. Por unas escaleras oxidadas y medio rotas, a lo alto hay varias puertas y sin meditarlo un solo segundo, me encamino hasta ellas con paso firme. Por fin la veré.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro