Capítulo 30
Cierro la taquilla después de haber dejado todos los libros de hoy en ella. No me han dejado nada de tareas así que los dejaré aquí, ya que mañana tengo casi todas esas asignaturas.
Camino hacia la salida tranquilamente, donde Blair me estará esperando para ir a su casa. Tenemos "comida familiar", está vez Derek viene (por obligación de mi madre). Y creo que será incómodo volver a estar en una habitación con él.
Mi relación con él no ha mejorado en estás dos semanas, al contrario, es horrible. Cada vez va a peor, nuestras discusiones se han vuelto más frecuentes, decidí no huir más y enfrentarlo y eso hice. Al principio eran pocas palabras, apenas había confrontaciones pero día tras día, comentario tras comentario, molestia tras molestia, enfado tras enfado... Se descontroló todo. Adeline incluso nos tuvo que separar el otro día porque estábamos dispuestos a llegar a las manos. Mirarnos ya es excusa para empezar a discutir. Mi madre nos amenazó, quitándonos nuestros lugares más preciados. A mí la biblioteca y a él su sala de juegos. Y no será una semana, serán tres meses.
El caso de la follada de mi hermano con su novia no pude resolverlo. Iba a hacerle lo mismo a Derek en su cama con Damien, pero el idiota se ha echado novia, justamente cuando lo necesitaba. Igualmente se me ocurrieron más venganzas que llevé a cabo como romperle todos sus condones, tenía cajas enteras. Los rompí de manera visible, no los pinche o algo por el estilo, no quiero ser tía.
Miranda también me irrita como lo hace Derek, al verla quise ir a partirla la cara, aunque preferí no meterme en líos y quise recurrir al diálogo (a mi estilo). Intenté hablar con ella pero no se separa de su pandilla y se "protege" tras ella. Llegará el día que esté sola, y ahí será cuando vaya a por la muy guarra.
En cambio, otras cosas han cambiado en estos quince días. Adrien se disculpó por lo que pasó con la escena malinterpretada y decidí perdonarle (pensándome antes, por supuesto). Nos hemos hecho amigos, ya no me molesta tenerlo al lado, ni sus visitas inesperadas. Además, Chloe y yo nos sentamos en su mesa, la de los "malotes". Eso dio para hablar unos días.
Mi mejor amiga, como se venía venir, quiso seguir a su corazón y volvió con James. Al principio pensé que continuarían con la relación secreta de antes, pero no, para nada. Mi cara al verlos entrando de la mano por las puertas del instituto fue increíble, al igual que las del resto.
Sentarme con su grupo en la cafetería es incómodo por Ettore, con el que no ha vuelto a pasar algo aparte de un par de palabras y miradas que dicen todo lo que no hacemos. Joder, tengo tantas ganas de besarlo de nuevo...
Pero no sé por qué no hacemos nada cuando no nos lo impide nadie, ¿verdad? Los dos nos tenemos ganas, nuestras miradas nos delatan. Desde nuestro primer beso, hasta ahora, y puede que más adelante si continuamos quietos como idiotas vírgenes (y no lo somos para nada).
Saludo a Adrien dándole un beso en la mejilla al llegar a él y me subo a su coche. Me siento algo nerviosa por ver a Derek y aguantarme las palabras si dice algo para provocarme. Desde que supe lo que hizo en mi cama sé que no me tiene ningún respeto, ni como hermana ni como persona. Es un completo asco.
-¿Qué tal en las últimas horas? - Curiosea echándome una corta mirada mientras salimos del instituto.
-Como siempre, aburrido. Bueno, me estuve distrayendo en artes mirando a un gato por la ventana. Esa clase es horrible, la odio. - Contesto sin mucho interés recordando las horas anteriores.
-No te gusta porque eres un asco en todo lo que respecta al arte. - Comenta sinceramente burlándose de mí.
Todos los que han visto mis trabajos de esa asignatura saben cual es mi nivel de dibujo: extremadamente bajo.
-¡Hey! Tengo mi propio arte, ¿vale? - Le respondo intentando defenderme de la cruda realidad.
-Ajá, ¿cómo... ? - Su pregunta me deja en blanco.
Finalmente sé que aparte de hacer cálculos no sé hacer mucho más.
-No soy de artes, soy de ciencias. Ya está. - Zanjo el tema y oigo sus risas de fondo.
El camino hasta su casa se pasa rápido mientras escuchamos nuestras canciones favoritas de Effect. Sus nuevas canciones mejoran en todos los aspectos. Son indudablemente increíbles.
Blair aparca el coche y salimos hablando.Veo al otro lado de la cera el coche de mi madre, que seguramente haya venido con Derek.
Compórtate bien Leah. Compórtate bien Leah.
Me mentalizo internamente en ello. Debo portarme bien o mi madre me castigará. Solo no le tengo que mirar, y mucho menos hablar. Así no habrá ningún problema y mi madre estará contenta, y no nos castigará que es el punto importante.
La casa de Adrien es grande y muy bonita, por dentro igual de espaciosa. Creo que he estado aquí antes, sí, yo he estado aquí. Observo un cuadro de Blair, con unos seis años. Lo recuerdo, yo estuve aquí. Fue el año pasado, en la temporada que mi mejor amiga salía con James, tal vez marzo, no lo recuerdo bien. En general no recuerdo esa noche, solo sé que la pasé con un tío.
No dejo de mirar los detalles de la casa mientras vamos hacia alguna parte de la casa. Llegamos a la sala de estar donde nos esperan los demás y me encuentro con los ojos de mi hermano, desvío la mirada y sonrío a Edward, quien me saluda contento.
La comida rápidamente se llena de risas y divertidas anécdotas sobre Adrien, bastante vergonzosas. De vez en cuando Derek añade alguna cosa de doble sentido, esperando enfadarme. Estoy llegando al punto máximo porque no lo aguanto más pero, volteo a ver a mi madre cada vez que lo hace y una resplandeciente sonrisa la acompaña, observándo amorosamente a su pareja. No quiero estropear la comida por mis tonterías, sé que está cena familiar le hace ilusión y no puedo jodérsela.
Derek es un puto egoísta. ¿No le importa mamá? ¿Por qué se comporta así? Solo quiere molestarme y que estropee la velada por haberle lanzado la ensalada a la cara.
No voy a hacerlo, no.
Edward y Adeline recogen los platos con algún resto de comida o vacíos. Yo intento ayudar pero me dicen que no es necesario por lo que me quedo sentanda junto a los demás.
De repente mi teléfono comienza a sonar, y lo saco con rapidez. Chloe me iba a llamar dentro de un rato contándome como le ha ido el día con su hermanita y James. Sus padres se han tenido que marchar a saber donde y Chloe la secuestra con permiso de los empleados. Penny está encantada, y le cae muy bien James.
Espero ver la foto de mi mejor amiga, pero en vez de eso hay un número desconocido en la pantalla. Sin saber porqué le echo una mirada a Derek, quien se encuentra con una mueca dirigida a mí.
-¿Quieres cogerlo, ya? Esa puta canción es insoportable. Joder. - Se queja Derek mirándome molesto.
Yo le lanzo una mala mirada. ¿¡Las canciones de Effect insoportables!? Será idiota, él solo escucha basura.
Subo el volumen para joderlo más y él aprieta la mandíbula. Sonrío victoriosa y descuelgo la llamada finalmente.
-Hola, ¿quién es? - Es lo primero que digo al atender la llamada, algo intrigada.
-Buenas tardes. ¿Hablo con Leah Rose Baker? - Me pregunta un hombre con un acento extraño.
Adrien al estar a mi lado me mira alzando una ceja, yo niego con la cabeza dándole a entender que no es nada. Me levanto de la silla y salgo del comedor buscando privacidad en alguna parte. Entro al baño y cierro con llave.
-Sí, soy yo. - Contesto con duda. -¿Quién es? - Pregunto de nuevo.
La persona tarda en contestar, pero unos segundos después lo hace.
-Hola, Leah. Soy Josh. Espero que está vez sí puedas hablar. - Me contesta una voz diferente que me hiela la piel.
Abro la boca y la vuelvo a cerrar de mi impresión. ¿Cómo consiguió mi número? Él no lo tenía antes, tal vez se lo dio Adeline... No, ellos no se hablan. No creo que haya sido Derek.
-Sí, puedo hablar. - Respondo intentando que mi voz no falle.
-Perfecto. La otra vez se cortó la línea, espero que no vuelva a suceder. - Contesta con seriedad en su tono, como si supiese lo que hizo Derek al respecto. -Desde hace tiempo quise comunicarme contigo, pero casualmente nunca era posible. Afortunadamente Derek me mantenía al tanto de todas tus aficiones... - ¿Qué? ¿Qué aficiones? Derek me estuvo ocultando cosas, y Josh fue una.
-Sí, es cierto. Siempre estoy ocupada. - Respondo incómoda, siguiéndole el rollo a mi hermano. Algo me dice que lo haga.
Escucho una risa de su parte, que carece de diversión. No quiero hablar más con él.
-Quería saber si recibiste lo que te envíe hace varias semanas. ¿Te gustó? Tus gustos habrán cambiado desde que eras una niña, pero creo que estaría bien para ti. - Abro los ojos sorprendida.
Vale, ahora sí que estoy confusa. ¿De qué habla? ¿Qué me envío? ¿Desde cuándo le intereso yo? ¿Cuánto tiempo lleva Derek escondiéndome todo esto? Pensé que los misterios habían cesado, ahora sé que no es así.
Quiero respuestas, no preguntas que no sé contestar. Pero él no me las dará, quiero que lo haga Derek.
¿Cómo le cuelgo sin ser muy sospechosa? Joder, ¿qué hago?
Una idea viene a mí, pero puede colar aunque sea una idiotez.
-Sí, me gustó. Gracias.- Contesto sin saber a lo que se refiere. Entonces, sabiendo que es una tontería y una excusa claramente visible toco la puerta del baño con insistencia para que él lo oiga.
-¡Sí, ahora voy! Lo siento, tengo que colgarte. Adiós. - Le digo con rapidez haciendo ruidos como si estuviese recogiendo algo.
Él se despide, sin dejar claro si me llamará de nuevo.
Con el móvil en la mano vuelvo al comedor pero ya no están, así que camino hacia la sala de estar y efectivamente ahí los encuentro. Están sentados en los sofás hablando. Me acerco y me siento al lado de Blair quien me guardo un sitio.
Le digo que era un amigo lejano, lo que se traga sin hacer preguntas. Mejor.
Entro en mis mensajes y contesto los de Evan, y los de Chloe rápidamente. Salgo de su chat y busco el de mi hermano. Es el último, no hablamos por aquí desde hace mucho tiempo.
Yo
Tenemos que hablar.
Derek sube la cabeza mirándome como si fuese realmente idiota.
Hermano estúpido 💩❤
¿Y ahora qué me estás contando? No me interesa nada de lo que me digas
Gilipollas.
Yo
Es sobre Josh.
Dejo el teléfono a un lado sabiendo que no me dirá nada por mi respuesta, alzo la mirada y su expresión ha cambiado drásticamente, no hay nada de su mirada burlesca o su sonrisa divertida. Todo él dice una cosa: problemas.
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