Capítulo 20
Este es un momento incómodo. Su mirada me perfora por cada segundo que camino en silencio por la cocina en busca de ingredientes para mi merienda.
-Ya no me sorprende verte en todas partes. - Digo por primera vez desde que entré, para aligerar el ambiente.
Tarda en contestarme, pero lo hace. Sonríe de manera traviesa y suelta uno de sus típicos comentarios.
-Soy tu Brandon Rell, no lo olvides. - Responde con seguridad.
Me río y niego con la cabeza. Me siento en uno de los taburetes, y comienzo a comerme el bocadillo.
Sonríe, y se apoya en la encimera delante mía.
-Ya te gustaría. - Replico pegando otro mordisco observándole.
-No niegues lo inevitable. - Contesta bajando la voz, y acerca una mano a mis labios, quitando unas migas que tenía.
Creo que hemos cambiado de tema.
De repente la puerta se abre con fuerza, y miramos a la vez hacia ella, donde está Evan con una ligera mueca.
-Estaré en casa de Aaron junto a los demás, pásate si quieres volver a divertirte. Nos vemos, Baker. - Dice apartando su mano y levantándose para salir por la puerta. No sin antes guiñarme un ojo.
-¿Pasas de Damien a él? - Pregunta mi mejor amigo con burla cuando él sale de la habitación.
Enfatiza la palabra al referirse a Blair, y he de admitir que me molesta.
-Es mi hermanastro. - Me precipito a aclarar.
Me levanto y dejo el plato en la pila de la cocina. Y salgo con Evan.
-Nos lo dijo Derek. Pero te ve con otros ojos. - Admite, y siento una ligera molestia.
¿Acaso todo el mundo lo sabía y yo cómo una estúpida no me enteraba de nada? Perfecto. Y me he dado cuenta como me trata Adrien, sé perfectamente lo que quiere.
-¿Irás? - Inquiere mientras subimos las escaleras juntos.
Me encojo de hombros. -Puede. - Añado pensativa.
Ya he terminado todos los deberes. Y no tengo nada mejor que hacer, además de escuchar como ellos se entretienen.
Tengo ganas de ir. Pero no sé si es buena idea. La última vez no lo pasé nada mal, y está vez solo son unos pasos para ir a casa. Adrien no me puede dejar tirada como la otra vez.
-No creo que eso le guste a Derek. - Escuchar el nombre de mi hermano me irrita.
Él no tiene nada que ver aquí, yo haré lo que quiera. A mi hermano no le importa en lo más mínimo lo que haga, ya dejó eso claro.
-Me da igual. - Con esa respuesta dejamos el tema, caminamos por el pasillo de la tercera planta.
Él entra conmigo a mi cuarto. Y charlamos un largo rato, de cómo hemos estado últimamente. He decidido omitir el tema beso del coche. También exceptúe contar lo de hoy. No tiene mucha importancia para contarlo. Ya con el tiempo si surge el tema se lo diré.
Pasa aproximadamente una hora, y decido prepararme rápidamente para irme, al final quiero ir. Me despido de Evan, y se va con sus amigos.
Me dirijo a mi vestidor para ponerme una chaqueta, elijo una de pana granate con borreguito. Me quito las zapatillas que tenía puestas porque no combinaban nada, y las cambio por unos botines negros con plataforma.
Me miro en el alargado espejo, la ropa conjunta y me queda bien. Los vaqueros oscuros que llevo puestos quedan geniales.
Voy al baño y me lavo los dientes. Me echo un vistazo rápido y verifico no estar manchada. Me suelo el pelo de la coleta que me había hecho anteriormente. Decido no echarme maquillaje, no lo veo necesario, y me da pereza. Pongo una pose sexy antes de salir satisfecha.
Justamente al cruzar el umbral de la puerta de mi cuarto, otra se abre. De ella salen los amigos de mi hermano, que se ríen de alguna cosa que no es de mi interés.
Paso olímpicamente de ellos, y más de las indiferentes miradas de Derek. Brant como de costumbre suelta comentarios subidos de tono.
Comienzo a caminar más rápido, pero no ayuda mucho ya que siguen detrás mío.
Soporto toda su palabrería hasta que llegamos al primer piso y giramos en direcciones contrarias. Camino hacia la puerta, y salgo lo más rápido que puedo. Antes de cerrarla por completo, por el pequeño hueco veo la silueta de Derek mirando a mi dirección. Aparta la mirada al instante para darse la vuelta y entrar a la cocina.
Sello la gran puerta y me volteo para encaminarme a la casa de Aaron, que está a varios metros.
La calle está despejada y tranquila. Hace un poco de frío, pero todavía no ha llegado la verdadera helada. Para eso todavía queda, por lo qué aprovecharé para utilizar más este tipo de chaquetas.
En menos de cinco minutos estoy enfrente de la casa de los Bower's. Su casa también es muy grande, el nombre de mansión es adecuado, pero no en toda regla.
Veo el coche de Adrien y Ettore en la entrada, junto a otros dos y tres motocicletas.
Supongo que estarán los del otro día. Me cayeron bien, exceptuando al gracioso de Zach. Espero que no esté.
Puedo escuchar algo de jaleo desde aquí. Siento nervios y ganas de darme la vuelta y irme a casa, y quedarme en la cama el resto del día me parece un buen plan.
Pero, no voy a hacer eso. Dejo las tonterías de lado y toco al timbre finalmente.
Vuelvo a tocar ya que no me abren la puerta. Escucho pasos acercándose, y la está se abre dejando ver a un sonriente Adrien.
-A una de las chicas que esperaba. - Dice socarrón, y yo me quedo algo confusa.
¿Hay más chicas? Mejor.
La casa es bastante elegante, y muy espaciosa, y solo he visto la entrada. Blair me conduce por un pasillo amplio y con fotos alrededor. Me fijo en las fotografías y veo al difunto padre de Aaron, y su madre en una de ellas.
Llegamos a la puerta final y veo que me conduce afuera, al jardín. La abre y me deja pasar primero.
Me quedo asombrada. Es igual de grande que el mío. También tiene una piscina. Pero este es mucho más bonito y decorativo.
La gente está en un rincón, sentados en un círculo rodeando una fogata. Nos acercamos a ellos, y me fijo en cada uno. Hay varias chicas, con los chicos de la otra vez. Incluido Zach, que al verme sonríe y con descaro me mira de arriba abajo.
Completo imbécil.
Aaron está con una cerveza en la mano, y en las piernas tiene a una rubia bastante guapa. James no se queda atrás, otra rubia le acompaña. Y, sorprendentemente Ettore tampoco está solo. Tiene a una pelirroja al lado, ella le sonríe como una estúpida, él parece no hacerle mucho caso.
Mis ojos se conectan con una azulada, y aparto la mirada rápidamente. Lo de está tarde me sigue aturdiendo.
Muevo la cabeza intentando evitar pensar en ello.
Me saludan animados, y me pasan una cerveza. Me siento junto a Blair, al lado contrario tengo a Zach.
Comienzo a beber, pero no me pasaré. No quiero emborracharme, prefiero estar cuerda, por lo que no tomaré más de una cerveza.
Mis anteriores palabras quedan en el aire porque, no sé porqué, me ofrecían y yo, pues accedía. Llevo solamente tres, pero creo que me empieza a afectar. No soy de mucho aguante respecto al alcohol.
No sé en que momento oscurece del todo, y estoy más cerca de Zach, con el que no he parado de tontear.
Adrien se está liando con una que acaba de venir, Katy creo que se llama. Tampoco me importa.
Poco a poco tengo más cerca a Zach, y liarme con alguien que me llamó puta no es lo ideal. Además tiene cara de querer follar, y ahora mismo no quiero.
Me alejo de Zach, le digo que voy al baño a lo que asiente y se pone a coquetear al segundo con otra. Me da igual, así evito hacer cosas de las que arrepentirme.
Le toco el hombro a Adrien, interrumpiendo su sesión de besos. Él parece molesto, pero cuando ve que soy yo su cara cambia.
-¿Qué pasa, Baker? Ahora estoy ocupado con Claire. - Comenta alargando su brazo sobre los hombros de ella.
-Me llamo Katy. - Se queja poniendo una mueca.
-Lo que sea... ¿Qué quieres? - Sin darle mucha importancia a esa chica, centra su atención en mí. Eso parece enfadarla, pero la ignoro.
-¿Sabes dónde está el baño? - Pregunto levántandome del banco en el que estamos sentados.
-Sí, mira. Entras y vas todo recto y giras a la izquierda. ¿O derecha? Una de las dos. - Asiento y me encamino hacia donde me ha indicado.
Quiero lavarme la cara para refrescarme. Tengo calor. Además, creo que debería irme a casa ya. Son casi las diez, y empiezo a tener sueño, aunque seguramente termine acostándome a las dos de la madrugada.
Abro la puerta, y la cierro detrás mía. Ha dicho todo recto, y luego girar a una de las dos direcciones. Paso mi mirada por los cuadros de la pared, y me paro en un en concreto. En la foto hay un pequeño Aaron, junto a un niño con la piel clara que lo acompaña. Con unos ojos azules, también algo rojos por la calidad de las cámaras de ese tiempo.
Sonríen a la cámara con alegría e inocencia, están adorables. Se me viene a la mente que podría ser Adrien, pero él tiene los ojos oscuros. Más bien tiene semejanza con otra persona...
-Tenía seis años. - Escuchar su voz me estremece. Tan ronca y seria.
Me quedo quieta, y por unos segundos dejo de respirar. Siento su respiración en mi cuello ligeramente descubierto, que provoca que cada poro de mi pecosa piel se erice.
Giro mi cabeza a un lado, para observar su rostro muy cercano del mío. Y, ahora es él el que se está arriesgando, y seré yo la que no de la vuelta atrás.
Los nervios que siento se intensifican, cuando por mi cuenta me doy la vuelta completamente, para enfrentarme a él. Nuestras respiraciones se mezclan, nuestras miradas se encuentran, y nuestras narices se rozan. Solo falta un único movimiento, una simple acción para que todo se desate.
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