Capítulo 18
Sí. Aclarado, es un acosador.
-Hola, Leah. - Me saluda el muy imbécil, y se sienta en el sofá tan cómodo.
¿Y este qué se cree?
-¿Qué coño haces aquí? - Le contesto enfadada. No tienes nada que hacer en mi casa. -Largo. - Ordeno y me dirijo a él.
A continuación, cojo del brazo al intruso y tiro de él. Sin embargo, no consigo moverle, ya que es más fuerte que yo y pone algo de resistencia.
-¿Cómo has entrado? Voy a llamar a la policía como no te vayas. - Intento amenazarle, aunque estoy segura de que no le importa en lo más mínimo.
Agarro su mano y vuelvo a tirar hacia atrás, pero él, en un momento que estoy desprevenida, me atrae y caigo encima suya. Me voy a levantar, pero no me deja.
-No seas tan exagerada, Baker. Estoy seguro de que estás encantada con mi presencia. - Murmura con egocentrismo el estúpido de Adrien.
Cuando voy a replicarle eso, Blair aprovechando nuestra gran cercanía me presiona contra él, y sin saber cómo, se acerca más a mi rostro y con mucha sensualidad me muerde el labio inferior para provocarme.
Yo en vez de hacer algo, como escupirle en la cara o darle un cabezazo, me quedo anonadada.
¿Y este de qué va? Pero, por más que me fastidie admitirlo, me ha encantado que hiciese eso.
-Leah, cariño. ¡Has venido! - Me sobresalto al escuchar la voz de mi madre.
Adrien me suelta, y yo me levanto con rapidez. Me la encuentro en frente mía, con una sonrisa resplandeciente. Parece muy contenta.
-Hola Adeline... - La saludo, sin mucha alegría por la sorpresa.
Y menos, por el señor que aparece detrás de ella, y me sonríe abiertamente. Yo todo lo contrario, pongo una mueca.
Creo que sé lo que está pasando, y no me gusta nada.
-Te estábamos esperando. Adrien acaba de venir. Sentaros, ahora traeré algo para picar. - Comenta mi madre antes de salir, el señor se sienta en el sofá grande, en el que estaba Adrien, ahora está en otro sillón, al igual que yo. Delante mía.
Me quedo esperando en silencio, como los presentes, aunque Blair no me quita la mirada de encima, lo que me incomoda.
La tensión que hay se rompe cuando vuelve a aparecer ella con uno de los empleados. Traen vasos y alguna que otra cosa, como había dicho antes, para picar.
Las ponen en la mesita de en medio, y el empleado se marcha, mientras Adeline se pone al lado de el señor.
-Leah, quiero presentarte a Edward Blair, mi novio. - Se atreve a decir después de un prolongado silencio compartiendo miradas con el tal Edward.
¿Qué? ¿Novio? ¿Desde cuándo? ¿Un Blair?
-Quería presentártelo desde hace tiempo, pero no encontré el momento. Y bueno, ahora lo es. - Sonrío incómoda. No sé muy bien que decir.
Me alegro por ella, merece ser feliz teniendo pareja o no. Pero eso significa que Adrien, es mi hermanastro.
¡Era eso! Esas indirectas que me mandaba, y esas preguntas raras. Él lo sabía y igualmente dejó que lo besara, incluso antes me ha provocado. ¡Y quiere acostarse conmigo!
Adrien parece divertirse con mis expresiones, sabiendo exactamente en lo que pienso. Será cabronazo.
-Él es Adrien Blair, aunque ya os conocéis. ¿Cierto? - Nos echamos una mirada cómplice que dice todo, pero me apresuro a hablar.
-Apenas nos conocemos. - Mascullo observándole con severidad. Aunque ellos no se percatan de ese detalle. Él parece encantarle la situación.
-Pues espero que ahora en adelante os llevéis bien. Porque, bueno. ¿Se lo dices tú o yo? - Cruzo los dedos para que no digan que se van a casar. Porque vamos, viviríamos juntos y este entraría a mi habitación para verme en la ducha.
-Lo digo yo. - Responde mi madre con emoción. -Sé que es algo repentino, pero nos parece buena idea para que empecéis a conoceros mejor. Hemos pensado que podríamos pasar este fin de semana en Jacksonville. Edward tiene una casita allí. Podría ser divertido. - Lo único que pienso mientras dice eso es, mala idea.
Me alegra que vayamos a pasar más tiempo juntas, pero los Blair no entraban en mis planes de fin de semana. Aunque no creo que hiciese algo más importante.
-Leah, ¿por qué no le enseñas la casa a Adrien? Así aprovecháis y habláis. - No suelto un bufido por no ser maleducada. Pero, no quiero hacerlo. Solo quiero irme a mi habitación y escuchar a Effect, que seguramente habrá subido alguna canción.
-Vale. - Respondo de mala gana y me pongo de pie al mismo tiempo que el rubio.
Le enseño la primera planta con rapidez, tampoco había mucho que mostrar. Ahora vamos a la segunda, en el corto recorrido, él va diciendo tonterías que no me importan en lo más mínimo.
Yo solo quiero irme a mi cuarto, y quedarme ahí el resto del día. Sin hacer nada.
Le digo cuáles son todas las habitaciones, mientras pasamos por cada una. Aunque no son muchas.
-Y está es la habitación de, Derek. - Hago una ligera pausa al nombrarle, que lo nota al instante.
-¿Seguís peleados? - Inquiere Adrien con curiosidad.
-No te importa. - Me limito a contestarle.
No es asunto suyo, ya fue suficiente con decirle que habíamos discutido. No necesita saber más.
Adrien suelta una carcajada, que me hace mirarlo extrañada.
¿De qué se ríe? A continuación niega con la cabeza.
Pongo los ojos en blanco y nos giramos para subir al último piso. Adelanto a Adrien porque anda muy lento, y quiero que este tour acabe ya. Además, también perderle de vista porque me da miedo que en cualquier momento se le vuelva a cruzar el cable y me estampe contra la pared.
Al llegar al principio del pasillo me voy a agarrar al mango de madera pero, al ver a alguien subir me paro un pequeño momento.
Al reconocer el pelo oscuro de Derek, me alarmo y rápidamente me precipito a coger de la mano a Adrien para que suba conmigo.
El muy idiota detecta cual es mi problema, y me detiene. Justamente en el primer escalón. Intento soltarme, pero el rubio no me lo permite.
Él termina de subir las escaleras, yo subo varios escalones de espaldas, queriendo escapar de la situación.
Levanta la vista y primero le mira a él, luego se mueve lentamente hacia mí. Siento como si me perforara con la mirada. Yo me quedo helada.
Espero no volver a verte. Nunca.
Escucho de fondo de repente, y es solo lo que oigo ya que permanecemos en silencio.
La frase se repite sin cesar en mi cabeza, como un disco rayado.
Derek aparta sus ojos de los míos y termina bajando la mirada a nuestras manos entrelazadas. Aprieta la mandíbula y con una mueca de desprecio se aleja por el pasillo.
Repentinamente me siento triste, desganada y, decepcionada. Al verle, solo quería huir, y encerrarme en mi cuarto.
Su mirada era lo único que podía ver, pero en ellos solo había una cosa. Ira, lo que siempre tendrá hacia mí.
-Vaya, qué incómodo. - Dice Adrien, quien todavía no me ha soltado.
Enfadada, le doy una patada para que me suelte, y él cae al suelo de boca, pero no le habré hecho daño. Además, así estaríamos en paz por la otra vez.
Sin mirar atrás, subo rápidamente las escaleras y corro a mi habitación, donde cierro la puerta, y me deslizo por ella, para quedarme así el resto del día.
❄❄❄
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro