Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11


Me tropiezo con mis pies pero no caigo al suelo, me hubiera roto los dientes si hubiese sido así.

Sellan la puerta de un portazo y oigo como cierra con llave. El sujeto da unos pasos hacia mí.

Me giro enseguida. Con una pizca de miedo en el cuerpo, que me recorre de los pies a la cabeza, a la vez se me eriza la piel.

Me encuentro con alguien que sí entraba en las posibilidades de ser el lunático que me encerrara en la clase.

-¿Cómo no? - Susurro con cansancio. Masajeo mis sienes, intentando tranquilizarme.

-¿Contenta de verme, no? - Me apoyo en la mesa del profesor, apartando la mirada con irritación por su excesiva seguridad.

-¿Te haces llamar malote? Más bien eres un Brandon Rell. - Le digo recordando al famoso acosador del instituto. Su fama era esa. Perseguía siempre a alguna, pero no de una manera sana. Siempre rechazado, pero una vez fue a más.

El año pasado, recuerdo estar unos metros atrás, y unos tíos de otro curso iban a hacerle una broma rellenando su taquilla con condones. Entonces, cuando la abrieron todos nos quedamos petrificados.

Cayeron más de cien fotos de una chica que iba a mi clase (Melanie). Cartas, horarios, algún número de teléfono, varias prendas, que debían ser suyas... Fue escalofriante, ella quedó peor, estaba contemplando todo pálida.

Melanie se cambió de instituto, Brandon igual.

Adrien pone una mano en su pecho, mostrándose ofendido. -Las chicas vienen a mí, yo no las persigo. - Volvió su chulería.

¿Y a mí no me persigues?

-¿Qué quieres? - Cambio de tema. Si continuo entraremos en una absurda discusión, y no merece la pena.

-¿Realmente no sabes nada? - Otra vez entramos en raras preguntas.
¿A qué viene tanto juego?

-No, no sé nada, y menos cuando dijiste que nos veríamos el domingo. - Respondo confusa. No entiendo que pretende.

-Es que no viniste. - Contesta tranquilo, yo sin embargo estoy perdiendo los estribos.

¿¡De qué jodidos habla!?

Por mi mirada, concluye que tampoco sé de lo que habla.

-¿Sabes qué? No estoy para estúpidos acertijos ridículos. No me molestes más con tonterías Adrien, creo que tienes mejores cosas que hacer, al igual que yo. - Voy a la puerta y giro la llave.

Abre la boca para decir algo, pero yo ya he salido de clase. No me detiene así que no tendrá importancia. Será un jueguito, o se encaprichó conmigo.

Giro por el pasillo, para dirigirme a la clase de matemáticas, a la que me he retrasado.

❄❄❄

Dejo el plato con algún resto de comida en la encimera. La cerveza me la llevo conmigo al salón, todavía no me la he acabado.

He venido con Derek a casa. No me ha dirigido la palabra, no me hace bromitas o se burla de mí. Nada.

Además, se ha subido directamente a su habitación.

Esto me preocupa, algo le pasa y no sé que puedo hacer. Si se lo pregunto me mandará a la mierda, y estaremos peor que al principio.

No tenemos buena relación pero, es mi hermano y me preocupo por él, aunque a veces me cabree tanto por su trato que quiera matarlo.

Voy al salón lentamente, la casa está sumida en un silencio sepulcral. Pero se rompe en un momento gracias a un sonido singular.

Elevo la mirada con curiosidad, observando la luz tenue que proviene del pasillo, donde se encuentra el cuarto de Derek.

Pongo mi mano libre en el mango marrón oscuro, y me pregunto que hacer. Vuelvo a escuchar aquel sonido que me llama, atrayéndome con su música.

Como una serpiente saliendo del cesto. Hechizada subo las escaleras con sigilo. Intento no emitir ningún ruido.

Llego a la segunda planta, y me bebo de un trago la poca cerveza que me quedaba y, miro a los lados en busca de un contenedor pero, como era de esperar no hay ninguno.

Me agacho y lo dejo en el suelo, luego vuelvo a por él. Puede que se me olvide, suelo olvidarme de las cosas.

Me acerco a la puerta de Derek, y escucho el sonido de una guitarra.

¿Toca la guitarra? ¿Sabe tocar un instrumento? Esto se pone cada vez más interesante.

Me quedo parada enfrente de la puerta, no sé que hacer. ¿Toco, y le digo que hablemos? ¿Abro directamente y le exijo qué hablemos? ¿Me quedo curioseando y me voy sin decir nada?

Tengo tres opciones, pero ninguna me convence, porque en la primera me mandará a la mierda, la segunda igual, y la tercera nadie dirá nada.

Algo tengo que hacer.
Mejor no me lo pienso tanto y paso a la acción.

Justamente cuando voy a abrir la puerta alguien le llama, la música para y comienza otra que no reconozco pero finaliza al descolgar la llamada.

-¿Papá? Hola. Sí... Nada importante. - Dice de repente. Mi cuerpo se paraliza, mi mano a queda congelada en el mango de la puerta.

-Todo va bien. - Dice con tono nervioso. -¿Leah? No está en casa. Ha ido a comprar algo. - Fruncío el ceño de inmediato. - Ya lo sé. Le diré que has llamado.

¿Josh a preguntado por mí? Esa esperanza muere al instante y es remplazada por el odio. Ahora siento una puñalada, una rozándome el corazón.

Siguen hablando, Derek se escucha feliz, pero yo noto falsedad en ese tono supuestamente alegre.

Hablan por unos minutos más, donde yo no me he movido ni un centímetro, no quiero, no puedo moverme.

Me siento paralizada. Estoy intentando comprender lo que sucede. Sin embargo ninguna solución pasa por mi mente. Lo único que puede pensar es en lo desconcertada que estoy.

Al final, parece que Josh tiene algo que hacer y cuelga la llamada. Oigo como murmura algo por lo bajo y camina por el cuarto con pasos bruscos. Como un toro enjaulado.

Dice varias cosas que no puedo explicar, son palabras extrañas y desconocidas para mí. Parece otro idioma, parecido al ¿ruso? No tengo ni idea, pero no serán buenas.

Entonces lanza algo contra la pared provocando que me sobresalte. Ha sonado a vidrio roto.

Alargo el brazo para llamar a la puerta con delicadeza, no es buena idea abrir de sopetón.
Está se abre brutalmente, y doy un paso atrás, por acto reflejo.

Su ira es lo primero que percibo, está furioso, y no sé porque. Poco a poco se va disipando, quedándose en una mueca confusa y, un poco preocupada.

Carraspea incómodo ante la situación. Yo pienso en posibles acciones que puedo hacer.

A) Romperle la cara.
B) Reclamarle.
C) No decir nada, otra vez.

En este momento, soy una mezcla de emociones. Me siento traicionada, enfadada, triste, y muy, muy decepcionada.

-¿Quieres algo? - Dice después de unos segundos. Su amabilidad le delata.

Quiero romperte la cara, pedazo de imbécil.

Miro directamente a sus ojos oscuros, culpables y llenos de rencor. Una extraña combinación para él.

Sin decir nada me adelanto y entro a su habitación, bajo su mirada expectante.

Su dormitorio, desordenado. Con algunas cosas esparcidas por el suelo, junto a un ventana hay un cuadro, con varios cristales a su alrededor.

Varios papeles esparcidos adornan su escritorio. Y, su cama deshecha.

Veo una guitarra encima de ella, donde me siento sin quitarle el ojo. Está firmada, a saber de quien será esa firma.

-No sabía que tocabas. - Digo rompiendo el incómodo silencio que se había creado en el poco tiempo que llevo aquí. La tensión es elevada.

-Empecé hace poco. - Cierra la puerta y susurra algo para sí mismo que no logro entender.

Se apoya en está, y espera que diga algo más. La razón por la que he venido, y quiere escucharme, lo que me hace flojear un poco, aunque ya es tarde para echarse atrás.

Decidida, no sigo más con mis miedos, y, lo suelto, de una vez por todas.

-¿Por qué mentiste a Josh? - Voy directa al grano.

Suspira y evita mi mirada. No está preparado para contármelo, me oculta cosas, recién acabo de enterarme.

-Leah... - No sabe que decir. Está pensando excusas creíbles. Da unos pasos en mí dirección.

Me levanto de la cama y mi ira sale a la luz. -No. Soy tu hermana, no una desconocida. ¡Dime lo qué pasa! ¿Por qué papá te llama siempre y a mí ni un mensaje? ¡No es justo! ¡Él también es mi padre! - Exploto, he estado aguantando un tiempo. Ya no podía más. Todas las personas tienen un límite, y el mío fue cruzado hace mucho tiempo.

-No entiendes nada. Será mejor que te vay- Se calla de inmediato cuando le empujo con ambas manos para atrás. Me mira sorprendido.

-¡No! ¡Tú eres él que no entiende nada! ¡Dímelo! ¡Ten cojones por una vez en tu vida y dímelo! - Me acerco a él enfrentándolo, de una vez por todas.

-¡Cállate! - Exclama, y se gira para estampar un puñetazo en la puerta de madera. Gruñe, expresando que se ha hecho daño. Suelto un pequeño grito. -¡Te irás Leah! ¡Eso es lo qué pasa! - Grita volviéndose a acercar peligrosamente a mí. Retrocedo con cierto miedo. Recuerdos me inundan y no quiero que se acerque a mí.

-Derek... - Susurro preocupada. Entonces se da cuenta de lo que dijo. Abre los ojos desmesuradamente, sin poderse creer lo que ha dicho.

Camina lentamente hacia atrás, y sale de la habitación como un rayo, sin lanzarme una última mirada.

❄❄❄

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro