45. Una Noche Especial
POV Bella
--¿A dónde me llevas? Ya no quiero esta venda en los ojos.--reí.
--Tranquila, prrrincesa. Falta muy poco.
--Eso espero, porque casi me caigo de esa escalera pequeña.
--Pff, eso no importa si logré sujetarte a tiempo.--dijo parando de guiarme, para luego soltarme y correr hacia alguna parte.--Bien, ya puedes quitarte la venda.
--Al fin.--suspiré.
La saqué de mis ojos, para finalmente ver lo que el chico tenía preparado. Observé un lujoso lugar en tonalidades oscuras de rojo, café y negro, donde había una única mesa para dos. Adrien estaba parado frente a esta, pero su cara cambió al no verme asombrada para nada.
--¿Qué sucede? ¿No te gustó la sorpresa?
--¿Qué? No, no significa que no me gustó.--expliqué.--Sólo que tu gran sorpresa no me sorprende.
--¿Por qué lo dices?
--Porque te conozco, y se lo romántico que eres, gatito.--reí.--Desde que me vendaste los ojos que lo supe.
--Fue Plagg. ¿No es cierto? ¡Me dijo que estaría en la cocina para ver quesos! Cuando vuelva será gato encerrado...
--No fue Plagg.--volví a reír.--Pero aún así gracias por esto. Es muy lindo.
--No me agradezcas todavía, debemos comenzar la cita primero. ¿No?--dijo el rubio a la vez que se dirigía hacia la silla que me correspondía para alejarla un poco de la mesa.--Toma asiento, mi Lady.
--Gracias, gatito.--hablé mientras me sentaba.
El chico se sentó hacia el otro extremo y yo acerqué mi silla a la mesa, así quedando ambos frente a frente. Un hombre que parecía ser el camarero nos dio dos menús para que revisáramos las comidas.
--Muy bien, Bella. ¿Qué pedirás?
--Bueno... estaba pensando en el plato de papas fritas.
Al decir mi respuesta sin pelos en la lengua, Adrien arqueó una ceja a la vez que sonreía.
Si de verdad me quiere, que fuera como realmente soy.
--Que sean dos entonces.--respondió él.
--Wow, eso sí me sorprendió.--reí.
--¿Y para beber?
--Que sean dos jugos.--sonreí de la misma manera que el chico lo hizo antes.--Ya que quieres comer lo mismo que yo...
--Bella...
--Que ni se te ocurra, borrachín.--me crucé de brazos. Sólo con él podía tener la confianza para actuar así.--¿Entonces?
--Dos platos de papas fritas con dos jugos.--finalizó resignado Adrien.
--¿De qué sabor?--preguntó el hombre con acento rumano.
--Frambuesa.
Ambos hablamos al mismo tiempo, por lo que no pudimos evitar soltar una risa. El camarero simplemente anotaba la orden en su libreta.
--¿Y de postre?
--Mmmm... ¿Que prefieres, bogaboo? ¿Flan o helado?
--Helado, de chocolate, vainilla y frutilla.
--¿Te refieres a trisabor? Porque no creo que el estómago nos alcance para tanto.--bromeó el chico.
--Descuida, a eso me refería.--solté una risita.
El hombre terminó de anotar y luego se fue del lugar. Inmediatamente, los dos nos miramos frente a frente.
--¿Y?
--Elegiste las papas fritas por mí. ¿No es cierto?
--Nunca me imaginé una cena romántica comiendo papas fritas, pero quiero intentarlo.--rio.--Como tantas cosas sofisticadas en mi casa, así que cuando elegiste las papas hiciste esta noche más especial que nunca, preciosa.
--Más que especial, única.--le seguí la risa.--¡Ni siquiera estamos vestidos para la ocasión!
--Bueno, para eso es este viaje. ¿No? Para finalmente ser nosotros mismos, y eso incluye comer la chatarra que queramos cuando queramos.
--Aun así, no elegiría carne o algo parecido porque en serio detesto cualquier tipo, y eso también va para el pollo y pescado.
--¿Incluyendo el pollo frito?
--Hay excepciones.--solté una risita.--Pero mi mamá siempre me da lo que menos me gusta en exceso y lo que más me gusta casi nunca.
--Bueno, yo como de todo, pero una de las restricciones de literalmente el villano de mi padre es prohibirme comer chatarra casi siempre.--rodó los ojos.--Todo para mantener mi figura de "modelo perfecto", aunque por otra parte debo agradecerle por hacerme lucir muy sexy mi traje de batallas. ¿No lo crees, mi Lady?
--Concuerdo.--reí.--De todas formas, hay que disfrutar ser unos cerdos en este viaje antes de volver a la realidad.
--Touché.--señaló.--Pero hablando en serio, tú no eres una cerda.
--Aww, gracias lindo, pero lamento decirte que tú sí lo eres.
--¿Eh?
--¿Cómo que "eh"? Estuviste varios días enteros bebiendo cualquier tipo de alcohol... ¿Y ahora querías más?
--Sabes por qué lo hice.--se cruzó de brazos, fingiendo molestia.--Y eso no tiene nada que ver con ser cerdo.
--Bueno, si quieres otro apodo...
--Está bien, para.--rio, para luego suspirar.--Lo lamento, es... la costumbre.
--Pues desacostúmbrate antes de que te extirpen el hígado por eso.
--Está bien, intentaré dejarlo.
--¿Lo prometes?
--Lo prometo... sólo si tú no vuelves a cortarte.
Joder, que astuto es este chico.
--De acuerdo.--suspiré.--Lo prometo.
--¿Pinky promise?--preguntó alzando su meñique.
--Sólo si pones ambas manos en la mesa. No quiero que cruces los dedos.--el rubio iba a decir algo, pero yo lo interrumpí justo antes de que hablara.--Descuida, yo también lo haré.
Obedecí a mis propias palabras, a la vez que un resignado Adrien también lo hacía. Ambos entrelazamos nuestros dedos, sin parar de mirarnos el uno al otro. Pareciera como si el tiempo se hubiera detenido, pues nos quedamos así varios segundos hasta que sólo el ruido de mi celular interrumpió el momento.
--Espera un momento, me llegó una notificación.--dije mientras desbloqueaba mi teléfono.--Que bueno que en este hotel hay wifi, porque de no ser así...
Inmediatamente vi la mano del chico bajando el objeto de mi vista, en tanto yo lo miré algo extrañada.
--Bella... ¿Podrías dejar tu teléfono en modo avión?--pidió amablemente.--Yo también dejé el mío así, y en serio me gustaría que nada ni nadie nos molestara. Sólo tú y yo. ¿Entiendes?
--Claro.--asentí fingiendo sonreír.--Tienes razón.
Amaba a Adrien, pero me costaría bastante dejar mi celular en modo avión. Sin embargo, decidí hacerlo para así efectivamente cumplir sus palabras.
--Créeme, también fue un poco difícil para mí.--rio.--Porque justo me llegó un mensaje de Claude que debía decirme algo, pero tuve que decirle que le respondería más tarde porque... nada es más importante que esta noche contigo.
--Eres muy tierno, y opino lo mismo.--dije en tanto tomaba sus manos.--Yo no alcancé a ver de quién era el mensaje que me llegó, pero seguro debió ser mi papá enviando otro anuncio de concejal para la comunidad en el grupo de mi familia de Orly.
--¿Orly?
--Sí, era mi antigua ciudad antes de mudarme aquí.
--¿Y por qué envía esas cosas al grupo familiar?
--Ni idea.--reí.--Para avisarles cosas importantes, supongo. Como ya no vivo ahí, no las leo mucho.
--Bueno, ahora me dieron ganas de ir a visitar tu antigua ciudad.
--¿Y dejar Rumania? Ni loca.
--¿Qué? ¡Lo decía para conocer a mi suegro!
--¡Estás demente!
--No tanto como crees.--arqueó una ceja.--Tú ya conociste a mi papá, y demasiado bien por lo visto. ¿No crees que es mi turno de conocer a tu familia algún día?
--Bueno... la verdad nunca lo había pensado.--dije, analizándolo literalmente por primera vez.--Igualmente, no creo que le haya agradado tanto a tu padre.
--Tal vez puede ser el hijo de puta más grande de Paris.--comentó totalmente seguro, mientras yo abrí los ojos como platos.--¿Qué? No lo perdonaré tan fácil por ocultarme todo este tiempo su identidad como Hawk Moth, el villano más peligroso de París.
--Lo entiendo.--asentí con la cabeza. No quería saber lo que pasaría en su casa cuando volviéramos, pero estaba segura que de todas formas me lo contaría.--Continúa.
--Como decía, al menos te tiene aunque sea un poquito de aprecio. Por algo te dejó entrar a mi casa varias veces, y eso no lo hace con todos.
--Al conocer su actitud, ya me lo imaginaba.--reí.
--Y no olvides que hasta consiguió una entrada para que fueras conmigo al concierto. ¿Recuerdas?
--Uff, sí. Camila Cabello, vaya día.--reí, para luego borrar mi sonrisa al recordar el beso de Luka.--Hasta que se arruinó.
--Completamente.--afirmó el chico, probablemente pensando en lo que pasó en su propia casa ese día.--No tuvo piedad y me lanzó otra mentira en la cara, y de saber que Mayura alias Nathalie acuchilló a Chloe...
El rubio tocó su cabeza con ambas manos y los ojos cerrados, en tanto yo sólo comencé a acariciarlo.
--Adrien...
--Descuida, estoy bien.--lanzó un suspiro, para rápidamente volver a una sonrisa.--¿Ves por qué estuve tomando tantos días?
--En serio, nunca debiste haber probado esa bebida alcohólica por primera vez.--suspiré negando con la cabeza.--Tenías la opción para decir que no. ¡Y no lo hiciste!
--Bueno, jamás pensé que me volvería adicto.--suspiró.--Y hablando de adicciones... ¿Hace cuánto de cortas?
Al decir esas palabras, mi cara cambió rápidamente. La verdad ni siquiera era una adicción en sí, sino que lo hacía simplemente cuando me sentía mal conmigo misma.
Ya sabía demasiado de él, era mi turno de una vez.
--Emm...
--Tranquila, Bella. Si no quieres contarme...
--No, está bien.--suspiré.--Mi primer corte fue cuando estaba en mi antigua escuela, por Karla.
--Ah, esa chica.--frunció el seño.--Estoy segura que te tenía envidia. ¿Y por qué lo hiciste?
--Porque... me hacía sentir tan mal conmigo misma que solía irme al baño cada vez que ella me lo permitía, y luego... simplemente sacaba mi tijera y me cortaba. ¡Pero nunca llegué a las venas, en serio!
--Calma.--suspiró.--Sólo sigue contando.
--De acuerdo.--suspiré también.--Con las peleas de mis padres jamás lo llegué a hacer, ya que de alguna manera sabía que no era culpa mía. Claro, cuando me mudé aquí no tenía razones para cortarme ni para sentirme mal, así que lo dejé... hasta que comencé a hacer ese trabajo con Chloe.
--No lo puedo creer.--negaba con la cabeza.--Debo hablar con ella cuando vuelva...
--No lo hagas, por favor.--supliqué.--Ella no tiene la culpa, sólo trata así a los demás por impulso.
--Pero hizo que te dañaras a ti misma, y lo peor es que... nunca le dijiste a nadie.--dijo mirando hacia abajo.--¿Y cuándo fue la última vez que lo hiciste? Claro, me refiero a antes de lo que pasó aquí.
--El último día del trabajo, cuando ya dejé de hacer trabajos con ella y Sabrina por el resto del semestre escolar.--miré hacia el lado.--Chloe me trataba y manipulaba muy parecido a la manera que Karla lo hacía, pero yo fui la culpable porque jamás me defendí de ellas, y hasta ahora sigo creyendo que todo lo que me dijeron es cierto de mí.
--Princesa, mírame.--habló, haciéndome levantar la cabeza para verlo justo a los ojos.--Ellas te manipularon y tú no sabías qué hacer. Es todo. ¿De acuerdo?
--Eso supongo.
--No lo supongas, créelo.--me sonrió.--Subiste la torre Eiffel mientas conducías una moto, te volviste famosa con una peluca sólo por tu talento, enfrentaste cómo tu vida cambió por completo y lograste acostumbrarte rápidamente... ¿Y aún no te valoras sólo por las cosas que ellas te dijeron?
Wow, siempre tiene las palabras correctas para subirme el ánimo.
--¿Sabes qué? Hagamos otra promesa.--sonreí desafiante a la vez que levantaba mi meñique.--Tú no le dices a Chloe y yo comenzaré a valorarme. ¿Bien?
--¡Pinky promise!
El rubio inmediatamente volvió a juntar su dedo con el mío. Un rato después, nuestra comida ya había llegado, pero como teníamos bastante hambre no nos demoramos mucho en terminarla. Nos sacamos selfies, reímos juntos y no nos dimos cuenta de la hora y media que habíamos pasado sentados allí. Finalmente, Adrien sacó su dinero para pagar la cuenta, y por más que quise aportar él no me dejó. Sin embargo, puse silenciosamente una propina sobre la mesa justo al lado de la del chico.
--Gracias.--dijimos al mismo tiempo, para después marcharnos de ahí.
--No hay de qué.--sonrió el camarero.
Mientras salíamos del lugar, sentí cómo unas manos me tomaban hasta cargarme, siendo efectivamente las del rubio.
--Muy bien... ¿Y qué haremos ahora?--pregunté.
--Mmm... lo que tú quieras, princesa.
Inmediatamente lo besé, por lo que él correspondió rápidamente. Nos seguimos besando hasta llegar a nuestra habitación, y apenas entramos lo lancé a una de las camas. Sin embargo, me sorprendí al darme cuenta de lo que significaba mi actitud en esto.
¿Qué es lo que estoy haciendo?
--Yo... no, lo lamento.
Me alejé velozmente, para luego sentarme a su lado en la cama. Adrien se levantó un poco para dejar de estar recostado, pero rompió el silencio de inmediato.
--Descuida, también soy virgen.--soltó una corta risita.--No tienes que tener miedo. Ya hemos estado juntos por demasiado tiempo, y sólo nos falta esto para sellar nuestro amor.
--Si sabes lo que puede causar esto. ¿Verdad?
--Usaré protección, no te preocupes.--sonrió.--Compré unas antes y las llevé al viaje, sólo por si acaso.
--Ah, entonces venías preparado.--me crucé de brazos.
--Solamente por si tú querías hacerlo, porque no te obligaré si no estás segura aún.
--La verdad... es que no lo sé.--suspiré. Mi mente decía que no y me recordaba lo raro que sería, pero mi cuerpo sentía otra cosa.--N-Ni siquiera sabemos cómo es.
--Lo sé, y no lo sabremos hasta que lo intentemos. Pero como dije...
En tanto Adrien hablaba, me puse a analizar la situación. Era una noche especial y justo este un momento indicado. Solos él y yo en la habitación de un gran hotel de Rumania que funcionaba de noche, con nuestros celulares en modo avión, siendo libres sin nuestros padres y sus reglas de por medio. Sí, definitivamente no volvería a haber un momento como este. ¿O sí?
Ahora sólo debía enfrentar mis miedos de una vez y dejarme llevar.
--Bella... ¿Te sientes bien?
Lo observé, para lanzar un suspiro y volver a besarlo. Saqué su camisa y luego dejé de besarlo por falta de aire. Él ahora me miraba sorprendido.
--Me siento muy bien, gracias.--sonreí.
--No lo estás haciendo a la fuerza... ¿O sí?
--Claro que no.--sonreí.--Sólo... veamos que sucede.
El chico asintió correspondiendo la sonrisa, por lo que ambos volvimos a unir nuestros labios en un dulce y largo beso. Le saqué la camiseta, descubriendo así su pecho con pequeños pectorales, para luego acariciar su abdomen mientras continuábamos con nuestros ahora apasionados besos.
Dejé de besarlo por falta de aire, por lo que comencé a quitarme mi chaleco y posteriormente mi camiseta, quedando así solamente en brazier frente al chico. Al principio sentí un poco de vergüenza, lo que obviamente él logró notar. Al no atreverme a sacármelo, Adrien decidió hacerlo delicadamente, revelando así la mitad de mi cuerpo completamente desnuda.
--Mi Lady... eres hermosa.
Esas pocas palabras bastaron para que mi modestia fuera desapareciendo poco a poco, pues pude notar la sinceridad en ellas. Jamás me había sentido conforme con mi cuerpo, y nunca creí que al llegar el momento a alguien más le gustaría. No obstante, la gran oportunidad llegó más pronto de lo que creí, y la opinión del chico que tenía frente a mí era exactamente todo lo contrario a lo que yo pensaba.
--¿D-De verdad lo crees?--pregunté con timidez.
--Así es.--respondió.--Recuerda que hiciste una promesa, y no quiero que la rompas primero.
--¿Estás seguro de eso?--reí.--Estoy segura que tú romperás la otra antes que yo.
--Entonces que nadie la rompa. Ese es el punto. ¿No?
--A ver si resistes.
Comencé a darle un largo y atrevido beso, pero luego ambos nos alejamos para sacar nuestros zapatos, calcetines, pantalones y finalmente ropa interior al mismo tiempo, quedando totalmente desnudos frente a frente. Después de un corto rato de analizar por completo su cuerpo, ahora él fue el que se acercó para besarme, así calmando nuevamente mis nervios después de mostrar mi parte íntima frente a él. A pesar de todo, sabía lo mucho que podía confiar en él y lo segura que estoy al entregarme.
Se colocó rápidamente el preservativo, para luego lanzarnos a la cama y comenzar la acción. Si bien éramos algo inexpertos al principio, poco a poco comenzamos a adecuarnos, logrando finalmente que la pasión nos dejara llevar. Los dos sabíamos que todo lo malo sucedido anteriormente ya estaba en el pasado, pues ahora ambos podríamos disfrutar nuestro amor con toda la libertad posible. Hubiera sido realmente triste el haber desperdiciado este momento. Sin embargo, no lo hicimos.
Definitivamente, esto fue una excelente decisión para los dos.
Después de aquella noche, lo que restaban de los días los pasamos totalmente juntos y sin separarnos ni una vez. No obstante, el tiempo voló tan rápido que ahora ambos estábamos frente al dueño del hotel y su esposa recién casados, listos para cantar en su boda justo como se lo habíamos confirmado a su hija cuando recién llegamos. La música comenzó a sonar, y yo fui la primera en empezar a cantar.
--Es el tiempo de elegir soñar despierto.
Es el tiempo de vivir queriendo.
--Es el tiempo de dejar, lo que ya no vuelve más.--siguió el chico.
--Ya se caen las vendas, se derriban los muros y entonces digo adiós a lo que doy por seguro.--cantamos al mismo tiempo.--Y hoy te vi, te vi, te vi, y así te vi. Es tiempo de intentar, volver a respirar. Y hoy te vi, te vi, te vi, y así te vi. Es tiempo de dejar atrás todo lo malo y cambiar.
El público bailaba, aplaudía y gritaba alegremente en el público. Todavía no entendía bien por qué no reconocían nuestras voces si ya algunos conocían las voces de Chat Noir y Katy Jones, pero bueno, al menos eso nos daba gran ventaja para evitar ser descubiertos.
--Es el tiempo de enterrar lo que está muerto, y es el tiempo de nacer a un mundo nuevo.
--Es el tiempo de dejar, lo que ya no vuelve más.
--Ya se caen las vendas, se derriban los muros y entonces digo adiós a lo que doy por seguro. Y hoy te vi, te vi, te vi, y así te vi. Es tiempo de intentar, volver a respirar. Y hoy te vi, te vi, te vi, y así te vi. Es tiempo de dejar atrás todo lo malo y cambiar.
Al terminar la canción, todo el público comenzó a aplaudir. Bajamos del escenario, e inmediatamente toda la familia heredera del hotel se acercó a nosotros. Fue una buena compañía tenerlos en nuestras "vacaciones", y me costaba creer que ya era Domingo y que mañana tendríamos que volver a lo que sería Paris.
--¡Felicidades, chicos!--exclamó el jefe del hotel con su esposa al lado.--¡Lo hicieron excelente!
--¡Yo diría más que excelente!--rio el esposo de su hija.--¡Hicieron bailar a todo el hotel!
--Muchas gracias.--respondió Adrien.--Y además gracias por toda nuestra estadía en el hotel. Fue un placer conocerlos.
--El placer es nuestro.--habló la pelinegra.--Espero que hayan disfrutado su estadía acá.
Y eso fue exactamente lo que hicimos, sobretodo aquella noche tan especial.
Hola!!!!
¿Cómo están? Una vez más perdonen el retraso, pero mi semana libre fue recién esta misma jeje, así que finalmente pude tener tiempo libre de escribir!!!! Bue, ya era hora de que llegara este capítulo, y espero haberlo escrito de la manera más sutil y romántica posible 🙈 ahora sí las preguntas:
¿Qué les pareció el cap? ¿Faltas de ortografía? ¿Vieron los nuevos spoilers de miraculous? Wn, amé todos, con excepción de que de nuevo le cubrieran el cabello a Adrien con su nuevo traje 🤦🏻♀ o sea wn por qué se lo deben cubrir? xD
Y esto ha sido todo por hoy!!!! Espero que les haya gustado y recuerden lo mucho que los amo 💗💗. Sin nada más que decir... ¡Bye! 😊✌🏻
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro