20. Listos Para Ensayar
Bella POV.
Al otro día pasó lo típico: desperté, me levanté, nos atrasamos y nuevamente la misma historia de siempre:
--¡Apúrense!--gritaba enojada mi mamá.
--¡Ya vamos!--respondía mi hermana.
Guardé todo lo más rápido que pude, ya que lo que más me importaba hasta el momento era el disfraz que utilizaría para... cantar con Adrien.
Lo haría pésimo, lo se.
Mi mamá ya trajo mi mochila y mi enorme abrigo, y yo y mi hermana tuvimos que bajar corriendo los 5 pisos. Aún no entiendo por qué mi mamá tuvo que comprar en el último piso, que era totalmente innecesario.
Olvidé mi bufanda, pero ella trajo mi gorro. Luego llegó el autobus escolar, lo que estresaba más a mi ya estresada familia.
--¡Rápido!--volvió a gritar mi mamá, provocando que yo y mi hermana pasáramos por la puerta de atrás al mismo tiempo.--¡Niñas! ¡Tengan cuidado! ¡Bella deja pasar a tu hermana primero!
Otra vez ¿Qué hice ahora?
--De nuevo echándome la culpa.
--¡No se trata de echar culpas! ¡Se trata de que dejes pasar a las otras personas sin hacerlas chocar!
--Bueno.--dije de mala gana.
Lo único que quería era encontrame con Adrien, pero para luego toparme con un montón de personas que me verían cantar preferiría estar muerta.
Cuando entré al autobus recordé que se me olvidaba algo.
--¡Mi celular!--grité, lo suficientemente fuerte como para que todos escucharan.
La tía del autobus tocó la bocina, haciendo que mi mamá volviera. Le dijimos lo del celular, y ella fué corriendo hacia arriba. Se demoraba un montón, y yo me empezaba a preocupar.
En realidad ¿Cuándo NO estaba preocupada?
Después de un rato ella bajó, pero sin mi celular. Claro, cuando todo puede estar peor.
--¡No lo encontré!--gritó
--Bueno.--dijo la tía, para luego conducir a toda velocidad e irse.
Yo estaba super preocupada, y empezaba a desquitarme con mi hermana. ¿Qué haría sin mi celular? Esa cosa era mi vida.
--Búscalo bien. Debe estar en uno de tus bolsos.--aconsejó la tía del autobus.
Y luego fué cuando por fin me acordé. Estaba en mi mochila, donde puse el disfraz en lugar de los cuardernos, claro.
Lo busqué en el bolsillo pequeño, y sí, justo ahí estaba.
--¡Lo encontré!--exclamé, aliviada.
Al escuchar esto, todos hicieron gestos no muy lindos, como si estuvieran hartos de mi.
--¿Ves? No era tan difícil.--dijo la tía.
Lo que sí se me había olvidado eran los audífonos, pero al menos tenía mi celular que era lo más importante.
Aunque aún así necesitaba mis audífonos.
Sonó un teléfono. Era el de mi hermana, y era obvio de quién era la llamada.
--¿Hola mamá?--contestó Luci.
--Hola hijita. ¿Me puedes pasar a tu hermana?
--Si, claro.
Creo que me metí en un gran problema.
Recibí el celular de ella, para luego oir la voz de mi madre.
--No lo encontré, Bella.--dijo seriamente.
--Esta bien, si yo ya lo encontré.
3, 2, 1...
--¡¿En serio?! ¡Me hiciste subir y bajar no se cuántas escaleras para buscártelo! ¡Tu sabes que tengo asma!
--¡Ya perdón! Pero...
--¡La próxima vez busca mejor tus cosas! Me debes decir algo...
--¿Que?--dije de mala gana.
--Una disculpa.
Suspiré. Si se puso así por mi celular, mejor no le digo que ahora se me quedaron mis audífonos. O peor, que cantaría con Chat Noir en el concurso.
--Perdon mamá.--me diculpé finalmente.
--Bien. Adios, hija.
Ni siquiera alcanzé a despedirme porque de inmediato me cortó. Los del autobus aún me miraban feo, y lo único que quería hacer en ese momento era ponérmelos y olvidar que todos estaban enojados conmigo.
Cuando llegamos, la tía nos dijo que bajáramos y luego nos dejó. Últimamente se puso muy pesada a diferencia de los primeros días.
--Yo me quedaré aquí unos minutos. Quiero disculparme con nuestra mamá más a fondo.--mentí.
No me gustaba irme en aquellas situaciones. Me gustaba acompañar a mi hermana a su sala, pero siempre me daba penita dejarla que subiera sola. Seguía siendo mi hermanita menor.
--Bueno. Adios.--se despidió.
--Hasta luego, Lucy.
Ambas nos despedimos con un beso en la mejilla. Esperé a que ella entrara y luego me dirigí a la parte donde Adrien estaría. Cuando encontré esa pared, el aún no había llegado. Aunque la verdad, como era una de las que siempre llegaba 20 o 15 minutos antes de que empezara la clase, era obvio que era una de las que primero llegaba.
Saqué mi celular, para enviarle un mensaje a mi madre disculpándome nuevamente. Sabía que seguía enojada, y más por este tipo de cosas. Luego revisé mis cuentas un rato, esperando a que él llegara.
Miraba a todas partes para ver si llegaba o no, y unos minutos después al fin llegó. Si, el no llegaba tan temprano como yo, así que esta vez yo debía esperarlo.
--¡Hola, my Lady!--saludó, ya transformado en Chat.--¿Lista para maullar?
No entendí mucho su chiste, pero reí de todas formas. Cada vez que me pasaba eso con cualquier persona, me daba vergüenza decirle que no entendí su broma, así que me reía para no hacer sentir mal a la persona.
--No lo entendiste. ¿No es así, prrrrincesa?
Vaya, me conoce tanto que me descubrió en segundos.
--No.--respondí, finalmente.
--Tranquila. Hoy es nuestra aventura, así que no hay tiempo que perder.--Me cargó en sus brazos, listo para partir.
Todavía me ponía incómoda que hiciera eso.
Sentía que volaba y saltaba por los cielos, pero aún así quería decirle "Chat, bájame". Llegamos a su casa, entramos por la ventana y comenzaba el momento de mi "transformación".
--Ese es mi baño privado.--dijo, señalándolo.--Puedes cambiarte, yo te esperaré aquí.
--Gracias, Chat.
Entré, saqué mi ropa y mi peluca rubia, larga y ondulada, me vestí y finalmente me miré al espejo. Cada vez que lo hacía, me sentía algo incómoda, entre una sensación de que me descubrirían y otra de que soy una persona completamente distinta.
Salí, y lo primero que hice fué verlo a él. Estaba sentado en su cama aún desordenada, con su bastón en mano, ocupándolo como celular. Al verme, lo guardó y sonrió.
--Parece que Miley se volvio Hannah Montana.
Nuevamente reí, pero esta vez sí sabía a lo que se refería.
--¿Nos vamos?--le pregunté.
--Claro que sí, my Lady. Deja tu mochila aquí. Luego la iremos a buscar y te cambias de nuevo.--dijo, escondiéndola bajo su cama.
Por suerte, saqué lo que necesitaba. Algo de confort y por supuesto, mi celular. Chat me tomó, nuevamente. Salimos por la ventana, y esta vez iba más rápido que antes, lo que aumentaba mi temor. Al parecer lo notó, pero siempre tiene una manera de animarme.
--¡El gato voladooooor!--cantaba él.
Yo reí.
--¿No vamos a cantar eso en el concurso o si?
--¿Quien sabe? Sólo si tu deseas, prrrincesa.
Sonreí. El finalmente estaba bajando, y nos dirigimos a una casa ajena. Al ver que tenía las ventanas abiertas, inmediatamente entró.
--Chat... ¿A-al menos sabes de q-quién es esta casa?
--No tengas miedo, my Lady. Te protegeré aunque esta casa sea de un terrible ogro come gatos.--habló, moviendo sus dedos.
Solté una risita.
--En serio, Chat. ¿De quién es?
--Es de Nino, tranquila. Sólo debo buscar si hay alguien aquí, porque si no hay nadie al fin podremos ensayar.
--Ten cuidado.--le advertí.
--Si así lo deseas, iré de puntillas.--sonrió, para luego irse por la puerta de la habitación.
Mientras lo esperaba, miré a fondo el lugar. Seguro debía ser la habitación de su madre en donde estaba, ya que se veía bastante ordenada.
A diferencia de las habitaciones de nuestra casa, que son un chiquero.
Seguí mirando. Habían unas fotos de Nino y su madre, un par de cosas como mini jarros y decoración, entre otras cosas. Me daban ganas de recorrer toda la casa, aunque tenía miendo de toparme con alguien.
Entre pensarlo una y otra vez, finalmente lo hice. Salí por aquella puerta, y ví dos más. Entré por una y no vi nada más que el baño. Era bastante colorido, y más grande que el de mi casa.
Salí por allí y entré por la otra puerta. Es la habitación de Nino. Estaba algo desordenada, pero llena de fotos de él y Adrien. También ví una gran consola de DJ, luego su cama y los colores de las paredes.
--¡BOOOH!
Grité fuertemente. Me voltee rápidamente y super asustada, creyendo que alguien de la casa logró descubrirme, pero finalmente ví que era ese gato tonto que tengo de... ¿Amigo? ¿Novio? ¿Que éramos?
--¡Chat!--exclamé, dando un suspiro de alivio mientras él reía.
--Descuída, no hay ningún ogro aquí. A menos que tú me veas como ogro.
--No, no...
--Entonces si no soy un ogro, soy un gato super irresistible.--se acercó a mi con una mirada coqueta, haciendo que soltara una o más risitas.
--Ay, Chat.--hablé, cuando al fin me calmé.--¿Vamos a ensayar o no?
--Esta bien. Abajo hay más espacio. ¡Vamos!
Mientras bajábamos las escaleras, pensaba en lo que dijo Chat de "hay más espacio". ¿Por qué dijo eso si sólo cantaríamos? ¿Acaso también bailaríamos? Espero que no, porque soy un completo asco bailando.
--De acuerdo. ¿Qué canción eliges?
Había pensado en una, pero no sabía si a Chat le gustaría.
--¿Qué tal esta?
La busqué en mi teléfono y la reproducí, aún con algo de vergüenza por mis gustos musicales, que literalmente no compartía con nadie, pero al ver su sonrisa supe lo que quiso decir.
--¡Me encanta esa canción!--exclamó el rubio.--¿Sabes leer mentes o qué?
Volví a reír.
--¿Por qué estás tan bromista hoy, gatito?
--Porque noté que una hermosa princesa no estaba muy contenta esta mañana.
Toqué uno de los largos cabellos de mi peluca. ¿Tanto se notaba lo triste que estuve? Aunque si se trata de mi mamá, no debería sorprenderme.
--Tuve otra pelea Chat. No quiero recordarla...--me deprimí
--¡Claro que no la recordarás! ¡Estamos aquí para ensayar para uno de los concursos más esperados de Paris! ¡Y vas a cantar con tu superhéroe favorito con otra identidad! Así que... ¿Ensayamos?--me guiñó el ojo.
--Si, tienes razón. Ensayemos.
--¡Eso quería escuchar!
Reproducimos el audio instrumental de la canción. El inmediatamente comenzó a cantar, mientras yo lo hacía muy bajo. Al notar mis nervios, bajó la música y se acercó a mí.
--Bella, hazlo más fuerte. No importa si te equivocas, estamos los dos sólos. Yo te ayudaré si quieres.
--¿E-en serio?--tartamudeé.
--¡Claro que sí! Así que... ¡Prepárate para las clases de canto con Chat Noir!
Estuvimos así una hora mientras él me ayudaba a afinar y llegar a las notas. Yo insistía que no podría hacerlo, que mi voz era fea y que aún así jamás llegaría a las notas, pero él me decía todo lo contrario.
Siempre estaba ahí para animarme.
--¿Y? ¿Cómo lo hize esta vez?
--Bella, estás lista.--sonrió.
--¿D-de verdad?
--¡Claro que sí! Aún falta 1 hora y 30 minutos para el concurso, así que aprendes rápido, mi Lady.
--No siempre.--respondí.
--¡Ya basta de pesimismo y volvamos a ensayar! Aún tenemos que hacer unos pequeños pasos de baile y...
--¡Alto ahí, Chat!--exclamé.--Yo... no sé bailar. ¿Ok?
--Dijsite lo mismo de cantar. ¿Y qué pasó? Mejoraste mucho, Bella. Sólo tenías que corregir unos pequeños errores y lo lograste.
--¿C-como?--pregunté, sin entender a qué se refería con eso último. El sólo rió.
--Tienes una hermosa voz, Bella. No entiendo cómo no la aprovechaste antes.
Me asombré de sus palabras. En mi vida, jamás había escuchado eso antes, aunque tampoco había cantado frente a alguien antes. Ni siquiera en la ducha lo hacía, todo por miedo a que alguien me escuchara. Sólo lo hacía cuando estaba completamente sóla, y cuando nadie me escuchaba.
--¿E-en serio c-crees eso?
--Ahora no sólo lo creo, lo sé.
--G-gracias.--sonreí.
Me sentía tan feliz a su lado.
--No hay nada que agradecer, Bella. Es la verdad.--guiñó el ojo.--Ahora te enseñaré a bailar los pasos que tengo planeados, y que quedarían genial con la canción. Observa.
Le obedecí y miré sus pasos. A él le quedaban muy bien, y no se veían tan difíciles, pero en el fondo sabía que lo eran.
--¡Te toca!--exclamó el rubio.
--Chat, yo... p-prefiero que que lo hagamos juntos. Quiero decir, que me lo enseñes mientras lo haces y yo te sigo.
--Como usted lo ordene, su majestad.
Hizo una reverencia hacia mí, lo que nuevamente provocó que me riera. Se levantó para que al fin hagamos los pasos.
--Sigueme.--comenzó.--Uno, dos, tres, cuatro...
Y así estuvimos una hora más ensayando el mini-baile que haríamos en algunas partes de la canción.
--¿Lo hice bien?--pregunté.
--¡Claro que sí, Bella!--Nuevamente, hizo que una sonrisa se formara en mi rostro.
--¿Y tu no vas a ensayar?--le pregunté.
--Descuida, ya lo hice ayer. Me entusiasmé tanto que vine preparado. Aunque si quieres verme ensayar, no veo por qué no lo haría por tí, preciosa.
Amaba que me dijiera esos apodos. Mi Lady, princesa, preciosa, entre tantas cosas lindas que jamás nadie me decía.
De todas formas, Chat Noir comenzó a cantar y bailar. A mi parecer, lo hacía excelente, como si tuviera un talento innato para dedicarse a eso.
--¿Y? ¿Qué te pareció? Asombroso ¿No?
--La verdad es que si, Chat.--respondí.--El baile te salió perfecto, y tu voz también es hermosa.
El sonrió levemente.
--Gracias, Bella.
--Denada.
Luego miró su bastón para ver la hora.
--Son las 10:30. Aún nos queda tiempo para ensayar los dos juntos. Así que... ¿Comenzamos?
--¡Claro que sí!
Los dos empezamos a ensayar, cantando y bailando la canción. Ambos estábamos felices, y eso era lo que importaba. Hasta que de un momento a otro, no se cómo, pero terminamos juntos, frente a frente. Podíamos sentir nuestras respiraciones, y al estar en ese estado ambos sonreímos.
Jamás me había sentido tan feliz ultimamente. Él es mi felicidad.
Holaaaaa!!!!
¿Cómo están? Yo pos... normal :v
¿Les está gustando el fanfic? ¿Qué le cambiarían? ¿Hay algún error ortográfico en alguna parte? :v (Si es así díganlo, soy una maniática con eso xD)
Eso es todo por hoy!!! Espero que les haya gustado el cap. Los quiero muchísimo ❤❤❤. Sin nada más que decir, bye!!!! 😁🖤
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