Capítulos 12
Alex no llegó a tocar el suelo porque salieron unas ramas y lo sostuvieron para luego bajarlo cuidadosamente, todos nos inclinamos hacia él y las líneas que antes eran azules se convirtieron en blancas.
—Esto cada vez se pone más raro y peligroso— Andrés habla por primera vez rompiendo el silencio.
—Realmente, tenemos que irnos— digo levantándome algo débil y suelto un jadeo de dolor al intentar de levantar a Alex.
—Tranquilo, yo lo llevo— Andrés lo levantó y comenzamos a caminar.
Caminamos en silencio, posiblemente todos pensando en lo que acaba de pasar, yo estaba confundido porque no entendía que le había pasado a Alex, fue tan perturbador ver como de un momento a otro se le pusieron los ojos blancos y después negro por completo. Si sigo pensando en todo lo que me parece extraño aquí me volveré loco, pero necesito respuestas.
Mientras caminábamos solo veíamos árboles y más árboles, ni flores, ni animales, nada. Comencé a sentirme muy mal y vi todo a mi alrededor dar vueltas, me sentí pesado sin ninguna fuerza y me deje caer al suelo, solo llegué a escuchar a Aniel decir "Jeremith, ¿estás bien?" antes de caer en un profundo sueño.
Volví a aparecer en el mismo lugar de la otra vez, pero esta vez no fui a oler la flor y subí las escaleras para ver qué había arriba, encontré otras 4 puertas una al frente de la otra. Comencé a caminar deslizando mis manos en las puertas suavemente, una abrió y miro una luz que ilumina la habitación pobremente como si se tratara de una simple vela, la abro más para ver mejor y doy unos pasos hasta estar bajo el marco de la puerta y siento como algo gotea en mi cabeza, me paso la mano para ver de qué se trataba, pero no logro distinguir que es, pero luego siento un mal olor como si hubiera carne en descomposición.
La puerta se cierra de golpe empujándome hacia atrás y me doy tan fuerte en la cabeza que me cuesta volver a pararme, la puerta vuelve a abrirse lentamente y veo una figura negra muy larga al frente de mí, me arrastro hacia atrás y vuelve a cerrar la puerta más fuerte.
Al despertar me encuentro junto a Alex durmiendo con mucha tranquilidad, me siento confuso y veo a Aniel y a Andrés también dormidos así que me levanto y salgo de la cueva, al parecer volvimos al mismo lugar. Escalo a un árbol y me siento en una de las ramas más fuertes, me pasó la mano por el cabello inquieto, necesitamos salir de aquí y no tengo idea de cómo hacerlo solo sigo pensando y pensando en los últimos dos sueños.
Levantó la cabeza y veo un castillo —¿Será ese...? — achico los ojos para ver mejor —ya veremos— digo mientras me bajo del árbol y los chicos me ven.
—Ey, Jeremith— Andrés se acerca y me toca el hombro —¿Cómo estás? te desmayaste— frunció el ceño —amigo, ¿qué hacías allí arriba?
—Nada, solo pensaba— dije aunque mi vista no estuviese en ellos, los escuchaba, o eso creo.
—No entiendo que está pasando, se supone que debes contarnos todo ya que eres el que nos metió aquí y eres el único que podrá sacarnos— Andrés habló tan rápido que me sacó de mis pensamientos y por alguna razón me siento molesto.
—No pasa nada, no sé nada Andrés simplemente necesito estar unos minutos solo— comienzo a caminar y aún sin mirarlo digo —vayan con Alex y estén pendiente de él— hice una pausa pensando en esa mirada que tenía— los necesita, luego seguiremos buscando como salir de este lugar, pensaré en algo.
Antes de que alguno pudiese decir algo apresuré el paso, claro que mi objetivo era ir a ese gran castillo que aparecía en mis sueños, yo necesitaba descubrir lo que pasaba allí y ver si era alguna pista para salir de aquí. Mientras más me acercaba el aire se volvía más pesado y me costaba respirar, me fallaban los pies, el camino se hacía más largo cada vez, pero no paré, no me detuve, porque en lo único que pensaba era en lo estúpido que fui al venir hasta aquí y arrastrar a mis amigos conmigo a lo que posiblemente sería nuestra muerte. Caigo al suelo y unas pequeñas piedras se clavan en mis manos, me arrastro hasta una roca para poder levantarme.
El castillo por fuera era de piedra como en mis sueños y con lama verde, las plantas la rodeaban como si fuesen su escudo. Ya frente a la puerta dude en abrir, acerque la mano a la manilla lentamente para darle vuelta, estaba asustado y nervioso por lo que encontraría allí dentro en mi último sueño en esa habitación había alguien dentro y creo que, tal vez, es el hombre que estaba con la niña en el bosque.
Sacudí la cabeza tratando de borrar esos pensamientos y entre con cautela, todo estaba igual que en mis sueños, subí las escaleras y me dirigí a la primera puerta.
—No puede ser— dije en un susurro, había un parque de juegos para niños había muchos de ellos jugando y otros hablando, pero ninguno me miró, no había adultos lo cual se me hizo más extraño.
La cierro lentamente y me doy la vuelta para ver qué hay en la siguiente puerta dejándome desconcertado, detrás de esa segunda puerta había tantas armas de diferentes formas, formas y tipos de las cuales nunca llegué a imaginar que existiera, ¿Quién necesitaría todo esto? Me encantaría imaginar que solo es colección y no sean utilizadas, pensar lo contrario me da escalofríos.
Doy unos pasos dentro viendo todo tipos de armas en las paredes, techo y estantes, pero una en específico llamó más mi atención porque tiene una forma muy extraña. Me acerqué y cuando iba a tocarla pasó tan rápido que no pude reaccionar, escuché la puerta estrellarse fuertemente y caí en una absoluta oscuridad y silencio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro