~Alex~

—¿Vamos a abrirla?— los miro incrédulo —¡¿luego de lo que dijo vamos a abrirla?! Ustedes no quieren seguir vivos— me doy la vuelta decidido a irme, pero siento como me toma alguien del brazo y me voltea.

—No irás a ningún lado— Marcus dice entre dientes y de una manera amenazante con su cara muy cerca de la mía —¿Cómo la abriremos?— dice antes de soltarme y mirar a Andrés.

—No lo sé, tal vez con su ayuda— señala a las hadas a nuestro alrededor —o tal vez tu tengas algo mejor—señala por último a Marcus con su mano derecha y luego pone sus manos en su cintura esperando una respuesta.

Marcus lo miro incrédulo —sí que eres inteligente eh— el sarcasmo era notable y Andrés frunció su mandíbula, pero antes de decir algo Marcus continuó —claro que puedo abrir esa estúpida puerta, pero él— señala a Jeremith —también puede hacerlo sin mucho esfuerzo y se supone que es quien debería.

Marcus lo mira sin rastro de emociones en el rostro y Jeremith soltó un largo suspiro antes de acercarse a la puerta y de un tirón la abre rompiéndola y mandándola a volar la cual todos miramos boquiabiertos.

Al mirar desde nuestro sitio al orificio donde estaba la puerta solo veíamos completa oscuridad, Jeremith nos miró con una expresión cansada y volvió a girar su cabeza al lugar.

—Vamos, solo es un pasadizo— lo vimos entrar a paso lento —debemos averiguar qué hay dentro.

Todos nos vimos extrañados, pero lo seguimos en silencio, vemos una luz y Jeremith sosteniendo el pomo de la puerta de espaldas a todos y Aniel se acerca a él y lo mira para luego seguir su mirada y veo cómo aprieta los puños y voy rápido hacia adelante viéndolos con sus mandíbulas tensadas, con notable enojo en el rostro. Frunzo el ceño y muevo mi cabeza lentamente al lugar de su suma atención y enojo, quedando boquiabierto por lo que mis ojos veían sin creer.

—Te lo dije...

Esas palabras suenan a mi alrededor, pero no llaman mi atención porque lo que tenía en frente era algo que nunca imaginé. Frente a nosotros se encontraba Greg, pero esa no era mi gran sorpresa sino quien estaba a su lado, la niña que nos trajo hasta aquí, quien nos llevó tan lejos en el bosque y nos ayudó y contó cosas de este lugar lo sostenía de la mano viéndonos sin ningún rastro de emoción en su rostro, sus ojos completamente negros con su piel papel y largo pelo negro a los lados.

—Cariño, tus amigos son muy irrespetuosos y mal agradecidos— la voz de Greg sonaba con enojo, pero a la vez tranquila —les advertí de no entrar aquí y que disfrutaran del circo, ¿cómo pueden desobedecerme cuando les brindo tan buen servicio? Princesa, sabes que le pasa a ese tipo de personas, ¿Cierto?— Greg ladeo un poco la cabeza mirándonos con una sonrisa sádica y la niña sonríe de la misma manera.

El agarre de sus manos se deshace, la niña empieza a caminar a pasos lentos hacia nosotros y me estremecí al mirar fijamente la oscuridad en sus ojos haciendo que se erizarán los pelos de mi piel, vi como los mechones de su cabello se levantaban emanando un humo negro de ellos. Sentí un golpe desde mi espalda que me hizo dar unos pasos torpes, pero luego no sentí fuerza alguna y solo pensé en algo.

—Atentos a todo— Andrés susurra.

Mi cuerpo se mueve un poco más adelante de donde estaba y se forman bolas de fuego en mis manos, la chica frente a mí me da una sonrisa ancha sin dejar de caminar a paso lento y la voz de él suena por nuestro alrededor.

—Destrúyelos mi pequeña princesa maldita.

—Maldito seas— Marcus gruñó y lanzó las bolas de fuego las cuales ella evadió fácilmente.

Las hadas estaban en sus posiciones, todos lo estábamos, solo esperábamos la señal para empezar a ejecutar nuestro plan. Jeremith dio unos cuantos pasos para separarse de nosotros viéndola con desprecio y decepción mientras ella seguía con su gran sonrisa y se detuvo justo en frente de él.

—¿Qué? ¿Tanto te sorprende?— dijo en burla.

—No, ¿Quién eres?— vi a Jeremith sin ninguna expresión en el rostro mientras hacía la pregunta.

Se sentía una gran tensión en el aire, todos estaban completamente en silencio mientras observábamos a los dos frente a nosotros que se miraban fijamente como si no hubiese nadie más que ellos.

—¡Ey! Deberías ser menos grosero conmigo— susurró en queja y divertida.

Ella levantó su mano a la mandíbula de Jeremith, pero él mismo la tomó rápidamente apartándola y ella ríe por lo bajo.

—Wow, que carácter— la escuché reír más fuerte —debo admitir que me gustaría estar con un chico tan guapo y con tal actitud como tú.

—En cambio, yo, nunca estaría con una chica como tú— Jeremith dijo con una sonrisa fingida —me gustaría escuchar y que expliques ¿qué es esto?

Se encoge de hombros y se acerca un poco más a Jeremith, quien ni siquiera se inmuta, un poco de humo negro sale de su mano cuando la alza y envuelve a Jeremith impidiéndole moverse, me tensé. Ella tocó así la piel de la mejilla de Jeremith con la parte trasera de su mano, acerca su boca a la de él haciéndolas rozar y da un pequeño brinco riendo como una adolescente enamorada.

—Verás Jer... — ella camina alrededor de Jeremith mientras habla —Greg, es mi padre— dice como si no fuese un secreto —es lo máximo, es la única persona que ha podido mantener esto en orden y paz, todos siguen las reglas al pie de la letra o si no— hace una pausa y estira su otra mano a dirección de nosotros y el humo le envuelve el cuello a Andrés levantándolo un poco mientras intenta con desesperación quitarlo con ayuda de Dess sin ningún resultado —¿Podría...?

La veo pensarlo mientras Andrés lucha desesperadamente en zafarse mientras todos nos quedamos paralizados.

—¡No!— Jeremith grita —¡Ya basta! Detente.

Ella sonríe y Andrés suelta un grito cuando aprieta más, su cara se estaba tornando roja y la vena de su frente empezaba a notarse aún más como si fuese a explotar. Los pies de Andrés empiezan a despegarse del suelo y el gime de dolor, Dess vuelve a convertirse en su forma original y lo monta en su lomo alzándolo, esperando que no sufriera más, la preocupación en su rostro... en nuestros rostros, era realmente inigualable, estábamos aterrados y sentía mis manos sudar.