Capítulo 20
~Jeremith~
—¿Podrías dejar de hacer eso?
—¿Hacer qué?
—Caminar de un lado a otro, me estás poniendo nerviosa, ellos deben estar bien.
—¿Sabes dónde están?
Preguntó inquieto y me acerco a ella poniendo mis manos en sus hombros.
—Enserio necesito saber, me tienen preocupado, de todos modos, fue mi culpa al traerlos aquí.
La suelto y me acuesto en el suelo mirando hacia arriba, su casa estaba formada por árboles que se unían a lo alto, un poco más arriba había una pequeña separación la que parecía ser su habitación ya que abajo estaba todo y no había segundo piso.
—¿Porque no tienes cocina?
—Eso no se utiliza en este mundo— hizo una pausa y la observé— es algo innecesario ya que nos alimentamos de lo que nos brinda la naturaleza.
—Entonces, ¿nunca has comido comida cocinada?
—No, pero me gustaría.
Me sonríe y yo desvió la mirada.
—Veo como ustedes comen y saborean tantas cosas que me gustaría hacerlo igual.
Me quedo en silencio y vuelvo a mirarla, tiene los ojos cerrados y está sonriendo como si se acordara de algo.
—¿Crees que podríamos salir de aquí a buscar a mis amigos?
Ella se queda callada y miró a otro lado.
—¿Qué?, ¡respóndeme!
—¡No!, no podemos salir ¿o quieres morir como un idiota?
Ella gritó y su cabello empezó a flotar emanando un humo negro alrededor de ella.
—Trato de salvarte y me pagas con gritos, debes ser más considerado porque si no fuese por mi estuvieses muerto esa cosa iba a matarte te abrió la barriga y yo te sané ¿y qué hiciste? gritarme porque es lo único que sabes hacer ¡gritar, gritar y gritar!
—Pues desde un principio si no hubiese sido por tu culpa no estuviese en este lugar, y menos habría puesto la vida de mis amigos en peligro.
—Ash, no tiene caso hablar contigo, no entiendes nada.
—Lo que entiendo es que podría morir en cualquier momento y que mis amigos están afuera con no sé quién tras de ellos.
—¡Ya basta!, ¿crees que sin ti no podrían sobrevivir?, deja de creerte el más sabio y fuerte.
Al escuchar esas palabras quedé perplejo, porque en cierto punto decía la verdad y no me había dado cuenta. Me quedo en silencio agachando mi cabeza unos segundos y luego me levanto y la miro serio.
—No necesito tu ayuda, sácame de aquí.
Dio una respiración profunda, chasqueó los dedos y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos fuera, miró a otro lado y dijo:
—Al menos deberías agradecerme de haberte salvado la vida y no te preocupes que no te detendré, ya que te crees tan inteligente debes saber qué decisión estás tomando y los riesgos que traen los mismos.
Doy media vuelta y empiezo a caminar en silencio, me detengo un minuto para mirar sobre mi hombro, pero ya se había ido y continuó caminando.
—Los siento, y gracias por la ayuda.
Vuelvo mi vista al frente y sigo caminando, contando los pasos por lo aburrido que se había vuelto el camino hasta que veo a la niña que aparecía en mis sueños frente a mí, aún seguía sin verle la cara, pero esto no era un sueño y retrocedo dos pasos, pero ella mientras yo retrocedía avanza.
—¿Quién eres?
—Tú sabes quién soy— dijo con una voz terrorífica y me tensé —¡Jeremith ayúdame!— Gritó tan fuerte que tuve que taparme los oídos y cerré los ojos agachándome, repitiendo en mi cabeza "ya basta" miles de veces. Sentí una mano en mi hombro y me resalte tirándome al suelo y alejándome.
—Tranquilo llorón.
La chica rio a carcajadas, me levanté del suelo y la rodeo para seguir caminando.
—¿Con qué sabes disculparte y dar gracias?
Aparece frente a mí y luego empieza a flotar a mi alrededor mirándome, me detengo y pone su cara tan cerca de la mía que podía sentir su respiración y no muevo un músculo con mi rostro inexpresivo.
—¿Estás enojado? — pone los pies sobre la tierra aun mirándome —solo era una broma Jeremith.
—Como digas.
Desvío la mirada, pero ella vuelve a ponerse frente a mi vista y se queda mirándome fijamente a los ojos.
—Si te muestro cómo está tu familia, ¿te sentirías mejor?
—¿Cómo harías eso?
—Dame un abrazo— vi como extendió sus manos hacia mí.
—Estoy bien, lograré salir de aquí y las veré.
Dije mientras empezaba a caminar dejándola atrás, sentí una brisa rápida y luego la veo a ella abrazándome y todo se vuelve negro, luego todo comienza a tomar color y veo el cielo, esta de noche y hay muchas estrellas y estaba Lía al lado de mi madre acostadas fuera de la casa.
—Mamá, extraño a hermanito— escuchó la voz de Lía triste.
—Tranquila mi niña— mi madre trata de calmarla acariciando su pelo —hermanito salió con sus amigos y vendrá pronto.
—Pero quiero jugar con hermanito— La voz se le rompe y empieza a llorar.
Mi madre se sienta, la carga acariciando su pelo y besando su frente para intentar consolarla, pero ella también está triste, sus ojos se llenan de lágrimas, pero se las limpia rápidamente y respira profundo, empieza a tararear una canción hasta que Lía se queda dormida sollozando.
La chica deja de abrazarme y me quedo perplejo, mis ojos se llenan de lágrimas y me paso las manos por el pelo suspirando fuerte y rápidamente pero no aguante y tape mi cara con mis manos agachándome para llorar. La tristeza me dominó, odiaba ver a mi familia llorar o sufrir por eso siempre trataba de hacer cualquier cosas para alegrarlas, ellas son mi vida entera. Pasé unos minutos en la misma posición hasta que me levanté y vi a la chica cómo me miraba en silencio, sabía que no tenía la mejor apariencia luego de llorar, pero no me importaba, lo que único que rondaba por mi cabeza en ese momento era que debía encontrar a los chicos para buscar la manera de salir de aquí.
—Jeremith...
—No tiene caso, puedes irte si lo deseas— dije mientras caminaba acomodando mis rizos.
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