Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tren


La falta de experiencia los llevaron a dudar justo antes de abordar uno de los vagones. Cuando a uno de los chicos mayores se les cruzó la idea de acabar en el vagón equivocado, todos dudaron y por sus cabezas sólo navegaron preocupaciones. ¿Podrían acabar en un vagón peligroso? ¿Qué se supone que transportaban? ¿Habría la posibilidad de que los pillaran si alguno de los trabajadores llegara a entrar en el vagón escogido?

Muchas dudas y muy poco tiempo para pensar o reaccionar, pues cuando el sonido del tren en marcha los sorprendió, no tuvieron más remedio que lanzarse a correr sin mirar atrás; sin darse cuenta de la mochila abandona por uno de ellos. Pero no había tiempo, aún siendo conscientes de la pérdida, peor sería dejar a uno de ellos atrás.

Jimin fue el primero en subir antes de que el tren comenzara a coger cierta velocidad, sin pensarlo agarró el brazo de HoSeok y lo ayudó a subir, justo como lo hizo con TaeHyung segundos después. YoonGi tuvo que ser empujado por Jin, ya que no paraba de negar con la cabeza y gritar que no lo conseguiría. Era gracioso porque la velocidad inicial del tren no es que fuera gran cosa, pero era más de lo que podía hacer; ya que se trataba de Min YoonGi. ¿Deporte? Eso era un grandioso y gracioso chiste para él.

Con algo de dificultad, NamJoon levantó a JungKook en peso y lo echó a manos de Jimin, quién lo cogió sin dificultad. Siendo el rubio el último en subir, cerraron la compuerta con sumo esfuerzo y se dejaron caer exhaustos. En la vida habrían imaginado correr tras un tren en marcha, pero ahora lo habían conseguido y estaban rumbo a su destino, o bueno, a la mitad de su destino.

Las preguntas preocupadas de Jin no faltaron; así como las respuestas por parte del resto. También comentaron sobre la mochila perdida, quién pertenecía a TaeHyung, y por supuesto lloriqueó por ella; gritó dentro de aquellas paredes de metal lo preciada que era para él, el sentimiento tan profundo que tenía sobre su mochila; ya que se la regaló su difunta abuela meses antes de morir. HoSeok hizo que dejara de llorar, manteniéndolo cerca suyo y abrazándolo mientras soltaba las últimas lágrimas.

En realidad el único preocupado por el objeto de tela, era él, ya que el resto se preocupaban más por lo que había en su interior.

"Una pena", se dijo Jin a sí mismo.

— Hace demasiado frío aquí —dijo YoonGi mirando a su alrededor mientras se abrazaba con sus delgados brazos—. Entra aire por todas partes.

— Es un tren bastante viejo —añadió HoSeok colocando sus manos por las aberturas que dejaba colar el aire.

— Siento que esta noche no podré dormir —concluyó YoonGi arrugando su entrecejo.

— Dormiremos pegados para darnos calor —YoonGi y HoSeok miraron a Jin, quién había sido el dueño de dicho comentario—. No me miréis así, es supervivencia. Además, tú ya has dormido con Tae... Y abrazados —una sonrisa, que HoSeok no supo descifrar, adornó el rostro del mayor.

Las horas dentro de ese viejo vagón fueron pasando, dando el comienzo de la temida noche. Sus jóvenes cuerpos envueltos en el frío es lo que les quedaban hasta la mañana siguiente. Esta podría haber sido una de las peores noches de sus vidas, pero lamentablemente ese puesto ya se lo llevó el día que unos intrusos entraron en su habitación de motel.

Jin, sin dudarlo, atrajo al pequeño hacia su cuerpo y lo arropó con sus brazos y una de las mantas que se habían echado encima. NamJoon, bajo la atenta mirada de Jin, se colocó detrás sin decir nada y abrazó al castaño sin su consentimiento, hundiendo el rostro en su nuca y rezando para que no fuera rechazado. El mayor dudó en un principio, pues aún seguía enfadado con NamJoon, pero éste seguía siendo su novio, por lo tanto lo dejó estar.

Los demás chicos los imitaron, quedando YoonGi pegado al otro lado del menor y el resto detrás suyo. La idea de Jin fue buena, pues no tuvieron que dividir mantas y así poder poner un par bajo sus cuerpos.

En mitad de la noche TaeHyung despertó a todos por una pesadilla que había tenido. No paraba de gritar que lo soltaran con los ojos cerrados, hasta Jimin tuvo que abofetearlo para que abriera sus ojos y se diera cuenta de que sólo era una horrible y molesta pesadilla.

— Ya está, tranquilo —HoSeok abrazó una vez más a TaeHyung entre sus brazos y éste se acurrucó en su cuerpo soltando palabras sueltas.

— Era horrible... Creí que me cortaba... el cuello... Y las cuerdas... — Su voz se fue apaciguando con el calor corporal del mayor, así como sus sentidos se fueron durmiendo hasta acabar en otros brazos; en los de Morfeo, aunque seguramente a TaeHyung le gustaba más la idea de que fueran los de su mayor; HoSeok.

Con la sonrisa boba del castaño después de caer dormido junto a HoSeok, el resto lo acompañó poco después.


[...]

— Juro que no me acuerdo —repetía TaeHyung cuando HoSeok le preguntaba por la pesadilla que había tenido la noche anterior, pero el castaño no recordaba nada, de hecho, ni siquiera el hecho de haber despertado en mitad de la noche.

— Está bien, no pasa nada —con la dulce y contagiosa sonrisa de HoSeok, Jin comenzó a racionar la comida para esa mañana.

Un fuerte estornudo provocó que al mayor se le escapara parte de la ración de sus dedos— Creo que me he resfriado —dijo YoonGi con la voz gangosa y taponada.

— Desayuna y te doy un poco de la medicina de Kookie.

— ¿Quieres matarme?

— Debe de servirte.

— Conmigo no experimentes.

— Sólo será un poco, una dosis más pequeña a la suya. Además, sus medicamentos son suaves, ya sabes, por su edad —terminó de decir Jin, convenciendo por completo a YoonGi.

Todos comieron lo que Jin les había dado, YoonGi había tomado el medicamento así como JungKook lo que le correspondía, y tras una larga mañana aburrida, los problemas no se hicieron esperar. Comenzando por unos fuertes ruidos que claramente se podría descifrar como pasos resonando sobre el metal.

— Mierda, mierda, mierda —caldijo NamJoon en voz baja, incorporándose y echando una mirada al resto de chicos, que rápidamente reaccionaron y se levantaron en silencio para meterse detrás de unas cajas de madera que habían amontonadas.

— No cabemos todos. —dijo Jin mirando desde afuera al resto de chicos ya escondidos.

NamJoon, quién tenía entre sus brazos a su pequeño hermano, lo pasó a los brazos de la persona a su lado, Jimin, y con un tirón al mayor, consiguió colarlo entre su cuerpo y las cajas que habían usado para ocultarse. A Jin no le dio tiempo a soltar palabra cuando la corredera de metal rechinó haciendo encoger a todos en el escondite.

El hombre que había entrado tarareaba una canción que ninguno de allí supo adivinar de cuál se trataba, sus pasos seguían resonando por el vagón, como si buscara algo. Todos miraron hacia arriba cuando sintieron la presencia del desconocido pegado a ellos, vieron como una caja de arriba era retirada de lo que ahora era su escondite y todos palidecieron.

HoSeok colocó una mano en la boca de TaeHyung cuando lo vio abrir su boca y con su dedo índice siseó en silencio; para calmarlo. La caja que antes fue retirada de la pila, no se hizo sonar sobre el metal, por lo que intuyeron que aún debía tenerla en peso. Los pasos volvieron a resonar, acompañado de la pegadiza melodía que no dejaba de sonar, y como si el día se hubiese despertado feliz y con ganas de regalar paz, la puerta corredera se cerró y con ello, el desconocido desapareció.

Todos suspiraron tranquilos, se habían librado de un buen problema; uno más. Fueron saliendo uno por uno, con las mochilas y mantas en sus manos, todos menos dos chicos. En cuanto no quedó ninguno allí detrás, NamJoon continuó aprisionando el cuerpo de su novio, mirándolo fijamente, diciéndole con la mirada que se quedara allí, con él, pero no era lo único que transmitía.

— Lo siento —susurró cerca suyo—. Fui un estúpido, no sé cómo lo hago, pero siempre acabo estropeándolo todo.

— Lo sé.

— Lo siento, ¿vale? Ya sabes que no se me da bien esto...

— Creo que alguien se merece más el perdón que el yo —Jin esperó a que su novio dijera algo pero éste se mantuvo en silencio, por lo que tuvo que ser más claro—. Deberías pedirle perdón a tu hermano.

— Agh —gruñó en respuesta.

— NamJoon, es pequeño. ¿Crees que no le duele lo que dices? Tu opinión para él es muy importante y no sé si te has dado cuenta, pero él te admira muchísimo.

— Es un poco idiota si me dejas opin-... Lo siento —NamJoon cortó sus palabras nada más ver esas arrugas en el hermoso rostro de su novio—. Hablaré con él más tarde.

— Entonces estás perdonado —Jin sonrió cerca del rostro del rubio y éste no dudó en acercar sus bocas para entrelazarlas en un beso de reconciliación.

— Este sería un buen sitio para hacerlo si no estuviesen todos aquí, ¿no crees?

— Deja de pensar en sexo, NamJoon. No es momento —NamJoon rió por lo bajo y volvió a besar los encantadores labios de su chico—. Te amo mucho, amor.

— Yo mucho más.

— Oye, ¿vais a seguir ahí mucho más tiempo? —cuestionó YoonGi asomando su cabeza por las cajas— Es que estáis bajo mi mochila —señaló con su dedo a una de las asas que se podían ver bajo el trasero de NamJoon.

— Menudo aguafiestas eres —NamJoon sacó la mochila con algo de dificultad y se la tiró al rostro de su amigo.


[...]

El tren había dejado de avanzar, después de unos largos minutos descubrieron que habían llegado a uno de sus destinos. Tan sólo tenían que dar un viaje más y en un día, o quizás dos, estarían en las afueras de la ciudad.

Esperaron que los trabajados dejaran de rondar el lugar y con fuerza ejercida, abrieron la compuerta, dejando que una brisa les acariciara el rostro. Estaban en otra estación de transporte, con más trenes rodeándolos, sólo que también parados. Sabían que los transportistas estarían descansando así que aprovecharon para ir al pueblo y comprar algo de comer para lo que quedaba de viaje.

— Entonces compramos lo más barato que haya.

— Yo creo que intentaré mendigar por ahí, quizás consiga algo de dinero —soltó YoonGi.

— Es buena idea, de hecho, das mucha pena —rió TaeHyung cerca del rostro de YoonGi, y por supuesto, llevándose un guantazo.

— Pues ahora por idiota me acompañas. Con tu cara de cachorro abandonado seguro consigo más.

— ¡No! —negó escondiéndose tras HoSeok, aunque no le sirvió de nada, pues fue arrastrado por YoonGi, irremediablemente.

— Jimin, ¿puedes quedarte aquí con JungKook? —preguntó Jin al castaño que afirmó algo nervioso, pero que dicho nerviosismo apenas se notó.

Las siluetas de los chicos fueron desapareciendo y, JungKook, sentado en el saliente del vagón, los observó con un rostro un tanto indiferente. Jimin entró sin decir nada y se sentó a espaldas del menor, con su cuerpo apoyado en el metal.

— JungKook —el pequeño giró su rostro para ver a Jimin.

— ¿Qué pasa? —Jimin no respondió, se quedó observando el medio rostro de JungKook ensombrecido, no podía ver bien su cara y eso lo mosqueaba demasiado. Un rostro como el de JungKook debía ser siempre iluminado con la más delicada claridad, mostrando al mundo tal belleza; su belleza. Porque es así como Jimin quería que fuera..., suyo— ¿Jimin hyung?

— Acércate.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro