Pollo
— ¡No volveré a repetírtelo! ¡Ve y pídele a esa señora algunas monedas!
— ¡Hyung, no soy un mendigo!
— Pues ahora eres lo más cercano a uno, no tenemos apenas ni para comprar algo de comer, así que, si quieres comer algo esta noche, más te vale ir y pedirle algo.
TaeHyung se cruzó de brazos indignado ante la imponente voz de YoonGi. Tal y como el bajo había dicho unas horas antes, se había traído consigo al castaño para que pudieran pedir algo de dinero; aunque eso fuera algo vergonzoso. Pero no tenían más opción, y aunque la idea de YoonGi no gustara a ninguno, no era tan mala a fin y al cabo.
El mayor dio un leve empujón al menor para que éste se decidiera a caminar hasta la señora mayor que estaba sentada en el parque dando de comer a las palomas. TaeHyung lo miró por unos segundos, esperanzado de que éste se arrepintiera de mandarlo a pedir como un pobretón, pero lo único que consiguió fue un bufido exasperado.
— ¡Hyung, no quiero! —brincó haciendo berrinche.
— Tae, si yo voy no me dará nada, en cambio, a ti seguro te da algo. ¡Mira tu cara, eres todo un cachorrito perdido!
— No soy ningún cachorro perdido...
— ¡TaeHyung, vas o le cuento a HoSeok qué hiciste en su último cumpleaños! —el castaño palideció en cuestión de segundos y comenzó a negar con su cabeza.
— No serás capaz.
— No me retes.
— ¡Pero!
— ¡Ve!
Dejó soltar un fuerte gruñido, golpeó su propio cuerpo como descarga y suspiró pesado girando su cuerpo para observar la espalda de la mujer de cabellos canosos; quien no se había enterado de lo que pasaba a su alrededor.
YoonGi sonrió ladino en cuanto vio a TaeHyung dar los primeros pasos y se apoyó en un árbol para observar la escena que estaba a punto de presenciar. Aunque quería sonar serio ante el menor, por dentro se estaba carcajeando como nunca lo había hecho. Se quedó observando cuando el otro llegó hasta la señora y le hacía una gran reverencia.
— P-perdone, señora —TaeHyung mordió la yema de su dedo mientras hablaba con la voz algo baja, pues la vergüenza aun seguía en su cuerpo—. Verá, me he perdido y no tengo cómo volver a mi casa. Debo coger el tren para volver y he perdido mi cartera, por lo que... quería preguntarle si...
— ¡Oh, hola, jovencito! No te había oído, ¿también vienes a darle de comer a las palomas? —TaeHyung quedó mudo ante la repentina voz de la anciana y no supo qué decir— Siéntate.
La mujer se hizo a un lado y el castaño, aún descolocado, se sentó lentamente. Observó cómo la anciana tiraba migas de pan a las palomas que habían amontonadas frente a ella y pensó que sus palabras no habían sido escuchadas, pues la mujer no dejaba de hablar sobre las aves y de cuánto tiempo pasaba aquí. Con disimulo giró su cabeza y vio a YoonGi mirándole, en cuanto sus miradas cruzaron, el mayor le hizo un gesto con sus manos para que se diera prisa.
"Como si fuera tan fácil", pensó.
Se armó de valor una vez más y, con el mismo relato al anterior, recitó casi las mismas palabras, como si las tuviera estudiadas. La anciana lo escuchaba con dificultad, ya que su audición no era muy buena, aún así no perdió un detalle del relato del chico y cuando terminó sonrió ante el sonrojo del castaño.
YoonGi despegó su espalda en cuanto vio a TaeHyung caminar hacia él con la cabeza aún gacha.
— ¿Y bien? —TaeHyung extendió su mano y el más bajo recogió lo que había allí— ¿Te ha dado todo esto?
— Me siento mal, hyung —si YoonGi pensaba que de por si la cara de TaeHyung era de cachorro abandonado, ahora lo corroboraba aún más. Alzó su mano y palmeó su cabeza.
— Está bien, no has hecho nada malo, ni siquiera has robado, se lo has pedido amablemente.
— Pero le he mentido.
— TaeHyung, hazme caso, no has hecho nada malo. Puede que hayas adornado un poco la realidad, pero en teoría necesitamos dinero. Con esto podemos comprar comida y nos sobra para comprar un poco más para el día siguiente —TaeHyung se encogió de hombros con la vista aún fija en el suelo. No le gustaba mentir y lo había hecho, sabía que era por una buena causa, pero aquellos nobles ojos de la anciana lo habían hecho sentir mal.
[...]
Jin se encontraba metido en una cabina telefónica llamando a su madre para avisar de que al final iría a verla, mientras tanto NamJoon lo esperaba fuera del lugar en compañía de HoSeok, quien no dejaba de mirar hacia un escaparate lleno de dulces. Su boca se hacía agua en cuanto imaginaba comer uno de esos, o que mejor, comerlos todos, pues el apetito que tenía era descomunal. Desde que habían salido de sus casas no se habían permitido quedar saciados ni una sola vez. El tema de racionar la comida los tenían siempre insatisfechos y para algunos, de saber que sería así, jamás abrían hecho este viaje.
— Deja de mirar el escaparate.
— Es que no puedo, en serio, ¡míralo! ¡Hay de todo!
— Prefiero no mirar —sus tripas sonaron en cuanto el silencio reinó entre ellos—. Necesitamos comer.
— Díselo a mi estómago, él está muy convencido por tus palabras —HoSeok se abrazó así mismo, quejándose por el dolor de estómago que tenía, quedó en cuclillas y permaneció así hasta que Jin terminó su llamada.
— ¡Chicos ya tenemos casa! —HoSeok se levantó rápidamente y lo abrazó mientras murmuraba palabras que tenían que ver con comida.
— ¿No puso pegas?
— Para nada, ella ya sabía que yo iría este verano, pero como decidimos hacer esta escapada, la llamé y le mentí con una buena excusa para no ir.
Con tres caras sonrientes, después de escuchar las buenas noticias del mayor, los chicos comenzaron a caminar al lugar que habían decidido que sería el punto de encuentro en cuanto los dos grupos separados se volvieran a juntar al acabar lo que habían decidido hacer.
A lo lejos, a unos cuantos metros de ellos, estaban YoonGi y TaeHyung teniendo una conversación algo acalorada. ¿Qué se supone que había pasado entre esos dos? Jin conocía a YoonGi y su forma poco suave de hacer las cosas, también conocía a TaeHyung y su carácter chispeante, por lo que no le extrañó demasiado ver aquella escena.
— ¡No fue mi culpa! ¡Dije que había bebido, no fui consciente!
— ¡Pues no hubieras bebido! ¿Crees que esos tipos no sabían tu edad? ¡Jugaron contigo y tú, que eres medio retrasado, accediste!
— ¡No soy retrasado! ¡Y yo sólo quería jugar!
— ¡¿Acaso no tuviste la decencia de parar en cuanto te sentiste mareado?!
— ¡Pues no! ¡No quería ser el único idiota de aquel círculo!
— Pues lo eras —concluyó YoonGi más calmado. El castaño le lanzó una mirada irritada y en cuanto estuvo a punto de abrir nuevamente la boca, Jin y los demás llegaron.
— ¿Qué pasa aquí?
— Nada —dijeron ambos al unísono.
NamJoon se encogió de hombros cuando su novio lo miró ante tanta confusión. El mayor de todos, por seguridad, separó a YoonGi del menor para que aquella confrontación no continuara. Lo llenó a preguntas, las cuales YoonGi supo persuadir fácilmente, luego cambió el tema y le mostró el dinero que había ganado TaeHyung por su cara lastimera y decidieron dejar el tema a un lado y pensar con cabeza en qué invertirlo.
HoSeok se acercó a TaeHyung y posó su mano en el hombro, pocas veces lo veía tan cabreado y a decir verdad poco le gustaba, si podía elegir, definitivamente se quedaba con el TaeHyung de sonrisa rectangular; su sonrisa favorita sin dudarlo.
— ¿Qué ha pasado? ¿Por qué peleabais?
— ¡Por nada! —TaeHyung sacudió su hombro y la mano del pelinegro cayó, dejándolo más desconcertado aún. El castaño se alejó con fuertes pasos del lugar, quedando unos metros más alejado.
Era la primera vez que TaeHyung lo trataba así, jamás, desde que lo conoció, había usado un tono más alto en su presencia y mucho menos hacerle un gesto desagradable. La curiosidad en la cabeza de HoSeok se avivó como una llama y decidió que no caería la noche antes de saber qué pasaba con él.
Los chicos se recogieron después de comprar comida para aquella noche, con el olor a pollo recién hecho que llevaban en la bolsa; el cual estaba a mitad de precio y por ello lo compraron, llegaron hasta el tren que los trajo aquí. Como no tenían claro cuál vagón era, se fueron acercando uno a uno y llamaron a Jimin pegando sus labios al metal, quizás así los oirían y abriría el vagón, pero después de varios intentos fracasados, decidieron tirar de la compuerta y dar con el indicado por ellos mismos. En el sexto vagón, la compuerta fue corrida a un lado y vieron a los dos únicos miembros restantes.
A NamJoon se le revolvieron las tripas cuando vio a Jimin sentado pegado al metal con su hermano entre sus piernas y abrazado a él con una manta cubriéndolos. Estaban dormidos y aunque la imagen podría ser de lo más normal, había, o más bien, se sentía algo extraño, algo que hacía sentir náuseas cuando los miraba tan pegados, tan alejados del mundo.
— Jimin, hemos traído pollo —susurró TaeHyung, que después de haber comprado pollo, su humor se había vuelto más agradable.
El castaño fue abriendo sus ojos con lentitud, frotándoselos para ir viendo a los chicos uno por uno. En cuanto sus ojos se cruzaron con los de NamJoon, los cuales lo miraban inquisitivos, se puso algo nervioso y los evitó, intentando levantarse, pero había algo allí encima de él que lo impedía y aunque sintiera sus nervios correr dentro de él, no quería darse el gusto y despertar al menor.
— Que bien duerme. Estoy seguro que está soñando algo agradable —Jin, que se había acercado, se quedó mirando al menor con una sonrisa en el rostro, imitando la tranquilidad que cargaba el menor entre los brazos de Jimin. El castaño tragó saliva y sonrió nervioso esperando que Jin se alejara—. No hace falta que te muevas, te daré algo de pollo —Jimin asintió liberando una de sus manos que tenía rodeando al menor y cogió el pequeño muslo de pollo para enterrarlo entre sus dientes.
— ¡Pollo, serás el mejor bocado que daré en mi vida! ¡Nunca te había echado tanto de menos hasta hoy! —exclamó TaeHyung mirando al pollo frente a sus ojos. Lo llevó a su boca con los ojos aguados por la emoción de comerlo, pero fue interrumpido por la mano de HoSeok, la cual sujetaba su brazo y lo impedía comer.
— ¿Podemos hablar un momento?
— ¿A-ahora?
— Sí —sin esperar respuesta, le arrebató el pollo y lo dejó junto al resto, lo obligó a levantarse y tiró de él hasta el saliente del vagón, bajó él primero y ayudó al castaño a bajar también.
— Mi pollo... —susurró TaeHyung con la voz rota por no haber podido probar su delicioso pollo mientras era arrastrado lejos del vagón.
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Yo y mis títulos raros xDDD Sé de una que le encantará el título del capítulo jajaja (Ella y sus adorados pollos <3)
¡Hola de nuevo!, ya volví y como dije, haré maratón, así que estoy escribiendo y hasta donde dé pues doy por terminado la maratón.
¡Amos a ello! (?)
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