Noticias
— Tenemos que reportarlo a la policía sí o sí.
Con la ausencia de JungKook y Jimin, comenzaron a discutir sobre qué hacer con el cadáver del lago. Más que nada porque a ninguno le hacía mucha gracia hablar del tema frente al pequeño y Jimin simplemente los ponía más nerviosos. Nervios es de lo que necesitaban prescindir si querían pensar con claridad y llegar de alguna forma a una solución en la que tanto la policía y ellos ganaran. No era un mal plan, pero, ¿cómo lo harían?
— ¿Y si se lo decimos a alguien y que esa persona lo reporte a la policía? —ideó HoSeok.
— La policía terminará preguntando quiénes facilitaron esa información y hasta puede que nos tomen por sospechosos por el simple hecho de no reportarlo nosotros mismos —habló tan claro NamJoon que ninguno puso objeción o dijo nada, ya que el rubio había tumbado sus ideas con una sola frase.
— Entonces tendremos que ser nosotros —dijo YoonGi y todos suspiraron bajando sus cabezas.
Ni con la comida recién traída reaccionaban, tenían hambre sí, pero porque sus estómagos estaban vacíos, sino ninguno se habría atrevido a levantar su cabeza y llevarse a la boca el primer bocado. TaeHyung fue el primero, incómodo y consumido por todo el silencio que sus amigos protagonizaban, porque en realidad el local estaba lleno de ruido; si no eran las voces era el ruido de los cubiertos.
— HoSeok hyung es mi novio —dijo de repente ganándose todos los pares de ojos de aquella mesa. Había dicho la burrada del día y ni él mismo supo con claridad por qué había soltado aquello.
Podrían ser los nervios, podría haber sido para desviar el tema o simplemente porque estaba harto de tener que guardarse todo, pues en su mente no había tanto cupo para ocultar cosas.
— ¿Qué? —un Jin atónito soltó los palillos contra la mesa y miró primero al castaño y luego al chico nombrado. Éste desvió la mirada de TaeHyung cuando notó la del mayor sobre él, lo vio y pasó su mano por la cara— ¿HoSeok?
— Joder, TaeHyung, podrías haber buscado un mejor momento —susurró en dirección al chico y éste con la boca llena se encogió de hombros.
— ¿HoSeok? —volvió a insistir el mayor.
— ¿Qué quieres que diga, hyung? Ya lo dijo él.
— ¿Entonces está diciendo la verdad?
— Sí —Jin abrió sus ojos al igual que su boca y comenzó a discutir sobre el tema.
Y quizás no como HoSeok hubiese querido, pero sí esperado. Pues aunque Jin no era quién para meterse en sus asuntos, lo hacía. No lo podía evitar.
— ¡TaeYong, aléjate de donde estés porque no se te escucha nada! —elevó Jimin su voz mientras intentaba entender a su amigo al otro lado de la línea, pues al parecer estaba metido en mitad de alguna obra porque no dejaba de escuchar motores y máquinas— ¡¿Qué?! ¡Joder, TaeYong, ¿dónde te has metido?! —tapó su oreja libre para que el ruido del restaurante no afectara aún más la llamada— ¿Qué están arreglando qué...? ¡Aléjate de ahí y ahora me hablas! —esperó la supuesta respuesta que debía recibir, pero continuó escuchando el estruendoso ambiente al otro lado— ¡¡Qué salgas de ahí!! —gritó y una chica que salía del baño lo miró asustada, teniendo que pedir disculpas por las molestias.
Al final pudo escuchar unas palabras que le dejaron claro que debía esperar para que saliera de allí, o así sería imposible entablar una conversación. Mientras esperaba con el móvil algo despegado de la oreja para que no lo molestara demasiado, recorrió aquel pasillo de principio a fin, volviendo a llegar hasta el exterior y fijar su vista en las dos personas que conversaban a unos pasos de allí. JungKook no dejaba de mirar a la mujer que tenía frente a él mientras que ésta le hablaba con una sonrisa en el rostro.
Curioso de que el pequeño se hubiese detenido a hablar con alguien, decidió acercarse.
— Kookie, ¿qué haces aquí?
JungKook despegó su vista de los ojos tan oscuros como los suyos, miró al castaño viendo con cierta desconfianza a la mujer y ésta al ser interrumpida se incorporó y miró a Jimin con una misma sonrisa, sólo que algo distinta.
— Hola, ¿eres... su hermano?
— No, un amigo —respondió acortando toda la distancia hasta el menor y, sujetando su brazo, lo obligó a mirarlo—. ¿A dónde ibas?
— Al baño —contestó con simpleza.
— Pues anda ve, y luego vuelve con los demás —JungKook asintió y corrió hasta el pasillo de donde hubo salido el castaño.
— Es un niño muy lindo. ¿Está... su mamá por aquí?
— No —respondió algo seco Jimin, pues algo le decía que aquella mujer no era de fiar. No era adivino y su intuición era pésima, pero aquella sonrisa falsa y aquella voz fingida, no le mostraban la confianza que la mujer pretendía mostrar.
— ¿Qué edad tiene?
— 13 años, ¿por qué?
La mujer bajó su rostro por unos segundos, como si debatiera en su mente a saber qué cosas, luego sus ojos volvieron a los pequeños del castaño y después de tragar saliva, contestó.
— Oh, por nada. ¿Cuál es su nombre? —Jimin frunció el ceño y decidió no seguir con aquella conversación.
— Lo siento debo irme, estoy en mitad de una llamada y espero a que me contesten —antes de que Jimin se girara, la mujer dio unos pasos rápidos y agarró el brazo del castaño sorprendiéndolo. Pero apenas tuvo tiempo de contestar o protestar cuando JungKook salió del baño.
— Jimin hyung —lo llamó y Jimin ignoró a la mujer para dar su atención al pequeño.
— JungKook, vuel-... —sin terminar su frase pegó un respingo cuando la fuerte voz de TaeYong se escuchó por el auricular del teléfono— ¡TaeYong, me vas a dejar sordo! —se quejó e hizo a un lado el móvil para terminar su frase hacia el pequeño, sólo que más bajo y lo suficiente para que lo escuchara— Kookie, vuelve a la mesa, en cuanto acabe iré —JungKook asintió y Jimin se alejó de allí para volver al pasillo de los baños—. ¿Dónde se supone estabas metido?
— Han comenzado una jodido obra aquí en unas calles y el alboroto es horrible. Pero eso no es lo importante ahora. ¡¿Dónde cojones estás?!
— P-pues...
— ¡Da igual, vuelve! ¡Ni te imaginas la que se ha liado!
— ¿Por qué lo dices? ¿Qué ha pasado?
— ¡¿Qué ha pasado?! ¡Habéis desaparecido, eso es lo que ha pasado! ¡¿Acaso creías que no lo descubrirían?!
— Espera, ¿qué?
— ¡Han llamado a la policía por vuestra desaparición! ¡Tu madre estaba histérica cuando la vi! Será mejor que vuelvas antes de que esto vaya a peor.
— Mierda —apretó su puño y sintió su corazón golpear fuerte por la gravedad del asunto.
Definitivamente se les había ido de las manos.
— Está bien, le diré a los chicos y volveremos.
— Genial, porque estoy harto de los interrogatorios. Ya que fui quién respondió por ti cuando no estabas. ¡Me debes demasiado, Park Jimin! Del castigo no me salvo.
— Lo siento, no pensamos que esto...
— ¿Pudiera acabar así? —se le escuchó reír al otro lado— Ya no me conformo con que le des una cita a mi hermana, ¡después de esto te vas a casar con ella!
— Lo arreglaremos, debo dejarte —dijo apresurado y aún escuchando la voz de su amigo al otro lado, aún así, colgó—. Joder, joder, joder.
Salió de allí y corrió esquivando a las personas que se cruzaban en su camino hasta llegar a la mesa. Al llegar vio a los chicos en una acalorada discusión que no pudo intuir de que sería por las palabras tan en clave que usaban, pero tampoco era importante ahora, no cuando debía contarles lo que había ocurrido en el pueblo.
— Chicos —los llamó, pero ninguno respondió—. ¡Chicos! —nada— ¡¡Queréis escucharme, joder!! —alzó la voz llamando no sólo la atención de sus amigos, sino la del resto de mesas. Hizo un gesto de disculpa al resto y se apoyó en la mesa para intentar nivelar su voz en un tono medio sin que sus nervios lo traicionaran— Tenemos problemas.
— Ya lo creo, ¿sabes que TaeHyung y HoSeok están juntos?
— ¿Qué? —preguntó extrañado mirándolos, pero luego sacudió su cabeza para borrar aquello, o al menos de momento, pues algo de suma importancia debía tener más prioridad— Chicos, escuchad. He hablado con TaeYong y me ha contado que nos han pillado. Nuestros padres y el centro han reportado nuestra desaparición y la policía nos está buscando.
Todos quedaron petrificados ante las palabras del castaño. Ninguno se atrevió a abrir su boca después de escuchar la noticia, pues, definitivamente, se les habían ido de las manos. No podían seguir así pues con sólo imaginar cómo tendrían que estar pasándolo sus familiares se les helaba la sangre; por pensar en el sufrimiento y por lo que vendría luego. El castigo, los gritos, las prohibiciones y, sobretodo, la desconfianza que se ganarían.
— Hay que volver —sentenció Jimin ya que nadie dijo nada.
Jin suspiró fuerte y llevo sus manos a la cara, escondiéndola por completo para intentar calmarse. Las dejó sobre la mesa y asintió repitiendo las mismas palabras que Jimin. El castaño agradeció que no hubiesen hecho un drama como con el cadáver y cuando miró uno por uno para leer sus expresiones, se dio cuenta de que faltaba uno. Nada más y nada menos que su pequeño.
— ¿Y JungKook?
— Fue al baño —respondió YoonGi aún pálido por la noticia.
— Aunque se fue hace tiempo —añadió NamJoon con el rostro enfurecido—. Ese mocoso...
Algo no concordaba, Jimin le había dicho que volviera a la mesa después de salir del baño, entonces, ¿por qué no estaba aquí? ¿No había vuelto? ¿Lo había desobedecido? Que le desobedeciera no era el problema, el fallo es que JungKook no era un chico rebelde, no era un niño descendiente y mucho menos solía buscar problemas. No era un problemático como ellos.
— Vi a JungKook mientras hablaba con TaeYong y le dije que volviera aquí —musitó extrañado intentando recordar si JungKook le había respondido o dicho algo después de que él hablara y se fuera para continuar con la llamada, pero no recordaba nada—. Iré a buscarlo —dijo sin más.
— Voy contigo —Jin hizo el amago de levantarse pero lo detuvo NamJoon por la muñeca—. ¿Qué haces?
El rubio puso su índice en sus labios para que callara y luego señaló a la pantalla de televisión que había colgada en una de las paredes del local; tan ignorada que apenas tenía volumen.
En ella aparecía una reportera moviendo sus labios mientras en el fondo se veía un grupo de personas, policías, coches patrulla y precintos. La mujer se movió hasta dos personas que lloraban desconsoladamente y la foto de una joven apareció justo en la parte superior derecha. Una chica joven de cabellos oscuros y sonrisa jovial. Y aquello no fue lo único, en la parte inferior explicaban brevemente qué había ocurrido.
"Desaparece una chica de 22 años. Cercanos especulan que su desaparición fue el pasado viernes"
— ¿D-dónde queda eso? —preguntó temeroso HoSeok cuando apareció nueva información.
— Cerca de donde estuvimos —respondió Jin sin apartar su vista de la pantalla casi muteada.
— Quiero irme a casa, hyung —pidió TaeHyung a su novio con la voz temblorosa y con las lágrimas a punto de salir, pues ya no podía retenerlas. Aquello le venía demasiado grande y se cansó de los problemas. Quería volver a casa y no salir de su habitación en años.
HoSeok abrazó al castaño y Jin terminó de levantarse para seguir a Jimin mientras éste caminaba apresurado por el local buscando al chico de 13 años que había desaparecido misteriosamente. Fue hasta los baños y ni rastro, a la barra; donde preguntó a los camareros, pero no vieron nada, incluso preguntaron en algunas mesas pero la mayoría no había echado cuenta a su alrededor, lo que era lógico. Frustrados de no encontrarlo decidieron salir a la calle para buscarlo por los alrededores, pero nada.
El esto de chicos se sumaron a la búsqueda después de haber pagado la cuenta e incluso se separaron para expandir el rango de búsqueda. Jimin, junto a NamJoon, volvieron a entrar en el restaurante, habían decidido seguir preguntando pero, antes de que lo hicieran, una camarera que llevaba algunas bebidas en su bandeja, les llamó la atención; ya que estaban causando un alboroto.
— Lo siento, pero es que hemos perdido a un niño y no lo encontramos.
— Tiene 13 años, el pelo azabache y unos ojos muy grandes y expresivos. Llevaba un pantalón vaquero y una camiseta blanca... ¿no lo ha visto? —interrumpió NamJoon a Jimin atacado por los nervios.
— Lo siento —ambos chicos suspiraron mirándose entre ellos—, pero puedo decirle a mi jefa que os ayude, o quizás ella lo haya visto. Venid —la chica fue hasta la barra con los dos chicos pisándole los talones, llamó a uno de sus compañeros y preguntó por la mujer que podría ayudarlos.
— Está arriba, me dijo que me hiciera cargo que ahora volvería —la chica le hizo un gesto agradecido y acompañó a los dos hasta un pasillo que daba a unas escaleras.
— En la parte trasera tenemos un salón para festines, abajo una bodega y el almacén justo por allí —fue señalando cada lugar—. Quizás se haya metido por ahí, pero no os puedo dejar pasar. Subid y pedidle permiso.
— ¡Gracias! —ambos hicieron una reverencia y corrieron escaleras arriba.
Al subir y cruzar la puerta que yacía abierta, miraron a sus costados y se atrevieron a entrar, ya que después de golpear la puerta con sus nudillos no sirvió. En una de las habitaciones del fondo escucharon una voz femenina y se acercaron tocando primero y luego abriendo.
— Perdone, podr-... —NamJoon guardó silencio cuando al terminar de abrir la puerta vio a su hermano junto a una mujer, que seguramente sería la dueña del local.
Pero, ¿qué hacía JungKook ahí?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro