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Escapada


HoSeok secó el sudor de su frente cuando frente a él sólo quedaban tres de sus compañeros de clase para ser añadidos a la lista. NamJoon, quien estaba detrás, notó los nervios que cargaba su amigo que sin pensárselo lo empujó hacia atrás y se puso delante de él, claramente lo haría primero para así dar un poco de confianza a su amigo, y lo que más necesitaba, tiempo.

— ¿Si me pillan qué hago? —susurró HoSeok cerca de la oreja del más alto.

— Nada —rió, pues poco podría hacer si llegaban a pillarlos, más que nada porque recibirían un buen castigo y se les prohibiría salir en todas las vacaciones. Se jugaban demasiado, o al menos para ellos—. Cálmate, no es tan complicado —intentó tranquilizar al chico tan nervioso que ni las uñas podía dejar de comerse—. Me toca —soltó con una pequeña sonrisa, pues de todos ellos era el más atrevido y disfrutaba con situaciones como éstas. Le encantaba idear gamberradas, momentos, sucesos y ponerse a prueba en todas ellas.

Por otro lado se encontraba Jimin, quien ya había dado su nombre y se aseguró de estar en esa lista. En cuanto pasó junto al grupo de chicos fichados, no dudó en vigilar cada costado para salir de allí en cuanto ninguno de los allí presentes lo veían. Corrió tanto y pensó que lo había hecho tan jodidamente bien que no vio al compañero de su clase llamarlo y tener que detenerse en su huida. Maldijo para sus adentros, incluso le costó relajar la expresión de la cara para dar media vuelta y con una sonrisa fingida encarar al chico. ¿Por qué cojones lo tuvo que pillar? Quizás esa misma pregunta se le habría escapado de los labios, pero para su suerte aún no estaba todo acabado; tenía una oportunidad de librarse de él y no echar al traste los planes.

— ¿A dónde vas?

— ¡TaeYong! —elevó su voz y caminó hasta su compañero de clase y amigo— ¿Y tú a dónde ibas? —TaeYong levantó su mano y mostró el cigarro que tenía entre sus dedos— Oh.

— Ahora respóndeme tú.

—Pues... ¿lo mismo? —sonrió de medio lado y palpó sus bolsillos traseros del pantalón hasta dar con la cajetilla de cigarros.

— ¿Sabes? No tengo ni la más mínima gana de ir a ese aburrido campamento de verano.

Ambos chicos se habían apoyado en un árbol mientras fumaban a escondidas de los demás alumnos y profesores. Jimin, quien había casi terminado su cigarro por los nervios que cargaba no sabía cómo quitárselo de encima.

— ¿Me estás escuchando? —preguntó TaeYong molesto, odiaba hablar solo y que nadie le echara cuenta, de hecho, era un chico tranquilo pero al mismo tiempo tenía un muy mal temperamento. No obstante, cuando el ambiente era agradable podía ser el más amigable de todos.

— Sí, sí —pisó el cigarro para apagarlo y se colocó frente a su amigo para intentar dejarle claro que tenía que irse—. Oye..., debería irme.

— Sí, vámonos ya. Cuanto antes subamos a ese autobús antes dormiremos.

— Ve tú primero. Ya te alcanzaré —el chico alzó una ceja confuso sin entender por qué Jimin actuaba de esa forma, desde luego algo no iba bien.

— ¿Pasa algo?

Jimin lo agarró de la muñeca en un movimiento rápido y brusco y miró el reloj de pulsera que el otro tenía; no le quedaba tiempo. Sin estar en los planes tuvo que confiar y arriesgarse si quería marcharse con los demás, por lo que tuvo que contarle todo a TaeYong.


[...]

Los cinco chicos ya estaban reunidos en el lugar acordado, todos lo habían conseguido pero seguían nerviosos porque uno de ellos aún no daba señales de vida y quedaban tan sólo tres minutos para que dejaran el escondrijo y, con sus mochilas a los hombros, se largaran sin él.

— ¿No lo has visto cuando venías para acá? —preguntó YoonGi desde el suelo, cansado de esperar tanto.

— Ya he dicho que no, yo salí antes —contestó TaeHyung preocupado porque no quería irse sin él, ya que el grupo no era lo mismo sin Jimin.

— Dos minutos —avisó Jin mirando la hora desde el móvil.

— Joder —NamJoon se revolvió el pelo frustrado, odiaba que las cosas salieran mal, era como echar a perder tantas horas de estudio o recorrerse todo un pueblo en busca de una tienda abierta en la noche. Demasiado perfecto se podría definir, pero no, era un desastre, simplemente no le gustaba perder el tiempo.

— Un minuto.

— Vámonos.

— ¿Qué? ¡No, aún queda un minuto! —respondió TaeHyung con la esperanza de que Jimin pudiera llegar a tiempo.

— No va a venir —insistió NamJoon agarrando el asa de su mochila y colocándosela a la espalda.

El resto lo imitó y tuvieron que colocarle la mochila a Taehyung porque se negaba a irse sin el castaño. Al final cedió a regañadientes, pues ya llevaban más de dos minutos pasados y Jimin no apareció. A su pesar, se giró para caminar hasta los demás pero entonces una voz llamaron su atención.

— ¡Esperad!

Los chicos se giraron al igual que TaeHyung y vieron al castaño correr hasta ellos; con su mochila echada al hombro y... sujetando a alguien de la mano.

— Pero... qué... —NamJoon anduvo hasta quedar junto a TaeHyung y agudizó su vista para ver a la persona que iba junto a Jimin— ¿Está de broma, verdad? —TaeHyung se encogió de hombros, pero estaba igual de confundido que el rubio.

— ¡Aaahh, creí que os habíais ido! —Jimin se apoyó en sus rodillas e intentó recuperar el aliento que había perdido en todo el camino. La persona que estaba a su lado hacía lo mismo sólo que haciéndose notar menos, o al menos eso es lo que pretendía porque claramente todos los ojos estaban puestos en él.

— Jimin, ¿me puedes explicar qué cojones hace aquí mi hermano...? —el nombrado levantó el rostro y se enderezó al ver el ceño arrugado del rubio, intentó hablar, pero fue interrumpido por más palabras cargadas de frustración— ¡¿Por qué has traído a JungKook?! —NamJoon, bastante alterado, ignoró al castaño que aún seguía sin dejarle hablar y agarró el delgado brazo de su hermano— ¡¿Por qué estás aquí?! ¡¿Por qué siempre tienes arruinarme todo?!

— Y-yo... lo s-siento —balbuceó el pequeño, con la cabeza gacha y un enorme puchero en sus labios.

— ¡Déjalo, no lo trates así. Le harás daño! —el castaño apartó la mano del rubio, pues la piel del menor comenzaba a ponerse roja por la fuerza que ejercía.

— ¡Es tu culpa!

— ¡Ya, ya basta! —tuvo que intervenir Jin porque al final esos dos acabarían rodando por la hierba y con los rostros llenos de hematomas— A ver, Jimin, explícanos por qué está aquí JungKook. Dejamos claro que sólo iríamos nosotros.

— ¿Acaso pensáis que lo tenía planeado? —los demás quedaron en silencio, pues todos conocían el apego que le tenía al azabache— ¡Qué no lo planeé, joder! ¡Lo juro!

— Entonces explícate.

— No sabéis la de problemas que he tenido para llegar aquí. Primero TaeYong me pilló y tuve que contarle la verdad...

— ¡Genial! —exclamó NamJoon con sarcasmo.

— ¿Quieres dejarme acabar? —gruñó por lo alterado que se estaba poniendo y más por el hecho de que no lo dejaban terminar y explicarse como era debido— Si no le contaba la verdad sería peor, así que lo hice, pero no dirá nada, me lo ha prometido.

— Para convencer a TaeYong has tenido que proponerle algo bueno.

— Yo no le propuse nada, fue él —permaneció en silencio al igual que el resto y eso sólo significaba una cosa; querían saber qué—. Que al volver tuviera una cita con su hermana —suspiró y desvió los ojos a un lado.

Todos, incluido JungKook, lo miraron. Sabían que la hermana de TaeYong estaba colada por el castaño desde hacía años, pero éste jamás le prestó atención, por lo que su hermano aprovechó esta oportunidad para que su hermana pudiera conseguir lo que tanto ansiaba; salir con Park Jimin.

— Menudas pelotas tienes para haber aceptado —comentó YoonGi en mitad de ese silencio tan incómodo. La hermana de TaeYong era famosa por ser bastante pegajosa, por eso ningún chico se atrevía a acercarse demasiado.

—Sí, y vosotros lo único que hacéis es desconfiar de mí.

— Bueno, aún no has explicado qué hace aquí JungKook —continuó YoonGi, ya que NamJoon estaba tan cabreado que ni una simple palabra podía formular.

— Me lo encontré.

— Y-yo sólo quería despedirme de... —comenzó a hablar JungKook, pero rápidamente fue interrumpido por su hermano.

— ¿De Jimin? —el pequeño, muy avergonzado, bajó la vista al suelo y junto sus manos nervioso.

— ¿Qué hay de malo en que quiera despedirse de mí? —preguntó incrédulo el castaño— Es más, me resulta normal, soy el único que lo trata bien.

— No mientas, Jimin —saltó Jin indignado, pues JungKook era como su pequeño, al cual protegía y siempre estaba dándole mimos.

— De todos —se volvió a escuchar la voz de JungKook y todos callaron. Lo miraron de nuevo y luego miraron al castaño a su lado, quién no se esperó aquella respuesta. Entre avergonzado y decepcionado, masajeó su nuca y evitó mirar a los demás—. Sólo quería despedirme de vosotros, ya que no os vería hasta el final de las vacaciones... Lo siento.

— ¡Aww, mi pequeño quería ver a su hyung! —Jin se abrió paso entre NamJoon y TaeHyung y abrazó al pequeño Jungkook.

— ¡Ay, no hagas eso, me da repelús! —se quejó NamJoon, pero poco podía hacer cuando el mayor ya estaba pegando su mejilla con la de JungKook— ¡Ya tiene padres, Jin, no aparentes ser uno de ellos!

— ¡Cállate y déjame ser feliz!

Jimin los miró de reojo y volvió su vista al rubio— Como dije, me lo encontré mientras venía y lo traje. Realmente no sé cómo se me pasó por la cabeza hacerlo.

— ¿Qué hacemos? —preguntó HoSeok cansado de que el tema no avanzara y los minutos corrían en su contra.

— Que venga con nosotros, además, el autobús al campamento ya debió de salir —añadió TaeHyung.

— ¿Pretendes que me lleve a mi hermano?

— Eso o que tus padres se enteren de que no ha ido.

— ¡No! Seguro que luego pensaran lo mismo de mí y adiós al plan.

— Yo me encargo de él. No tienes que hacerlo tú —dijo Jimin y el rubio se encogió de hombros.

— Bien, pero si le pasa algo juro que inventaré cualquier historia para que te lleves todas las culpas —el castaño asintió y NamJoon, aún no muy convencido pero sin tener más opción, se acomodó una vez más la mochila y caminó en la dirección que debían haber tomado hace ya bastantes minutos. El resto lo siguió, Jimin y JungKook quedaron atrás aún sin dar el primero paso.

— Tranquilo, yo cuidaré de ti.

— Tengo 13 años, no 5.

— Ya, pero como has oído a tu hermano, si te pasa algo me la cargo.

— ¿Por qué debo ir con vosotros?

— Bueno —Jimin ladeó su cabeza sintiéndose algo culpable, pues en un arrebato había agarrado la mano de JungKook y arrastrado con él. "¿Se le podría llamar secuestro?", pensó no muy convencido—, en parte es mi culpa, lo siento.

— Está bien, seguro será más divertido que un campamento de verano —sonrió por segunda vez en el día y Jimin sintió que se derretiría ahí mismo si no apartaba la vista de aquel rostro tan angelical.

¿Se sentía culpable por jugársela al haber traído a un crío con ellos? ¿Lo perdonaría NamJoon después de esto? Los chicos sabían muy bien la relación de hermanos que tenían y no era precisamente buena, de hecho, por parte de NamJoon era terriblemente mala, para él su hermano era un simple estorbo, pero en cambio, para JungKook su hermano era como un ejemplo a seguir, una persona inteligente, libre y sin ataduras, con una personalidad fuerte... Era como él querría ser, por eso, a pesar de los tratos que recibía, nunca lo llegó a odiar; incluso teniendo motivos.

Con las mochilas a sus espaldas, los chicos emprendieron la primera escapada de sus vidas. No sabían muy bien lo que les llegaría a traer ni hasta dónde conseguirían llegar, pero no les faltaba coraje para arriesgarse a tal extremo.

¿Qué malo podría pasar?

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