CAPÍTULO 5
— ¡Que alguien apague ese maldito celular! – exclamó HyunAh entonces Vante despertó.
La luz dio directo en sus ojos, provocando un fuerte dolor de cabeza, trató de inhalar y exhalar para aminorar el dolor, pero el olor a huevos revueltos le provocó asco, soltó un gruñido al sentir la rigidez en su cuerpo por haber dormido en el suelo en una muy mala posición.
— ¡Vante, te juro por satanás que aventaré tu teléfono por la ventana! – fue el turno de quejarse de HyoJong.
Vante no sabía de qué le hablaba, ni siquiera tenía los ojos bien abiertos, se levantó hasta quedar sentado, al fin abrió bien los ojos, mirando que a su derecha se encontraban HyunAh y HyoJong durmiendo, ella estaba literalmente arriba de él, Vante se sorprendió que el siguiera respirando, miro a sus espaldas donde estaba la cocina y donde se encontraban en resto del grupo, desayunando...Pero si no había nada en la cocina...
— Buenos días, bello durmiente – lo saludo HwaSa con cariño – ¿Quieres desayunar?
Vante negó, no quería saber nada de comida, actualmente el y ella no se llevaban bien.
— ¿Cruda? – preguntó divertido Hugo, Vante sólo asintió despacio.
Entonces el celular volvió a sonar, sintió como HyoJong se lo aventaba en la cara, con un tiro certero dándole a su frente, mientras se sobaba la frente, Vante revisó la llama y las otras 16 perdidas del mismo número, se asustó al leer "desconocido" pero se tranquilizó al ver que no era el mismo número de ayer, volvió a perder la llama y enseguida entró otra.
— ¡Contesta de una buena vez, maldita sea! – gritó HyoJong quejándose.
Vante se levantó un poco confundido, camino por el pasillo hasta encerrarse en el cuarto el cual al parecer nadie durmió ahí, espero a que volviera a sonar para contestar.
— ... ¿Hola? – habló Vante con inseguridad.
— ¡¿DONDE MIERDAS ESTAS?! – entonces Vante respiró con alivio, ya sabía quién era.
— ¿Puedes calmarte? – trato de tranquilizar a la persona al otro lado de la línea.
— ¡¿QUE ME CALME?! ¡¿COMO QUIERES QUE ME CALME?!
— No pienso contestar a nada si no dejas de gritar.
— ...Está bien.... ¿Dónde estás?
— Eso depende ¿Para qué quieres saberlo?
— ¡Llegue ayer a Seúl y lo primero que me dice mamá es que estas muerto! – la voz se le quebró un poco al final.
— NamJoon...yo...
— No he terminado, en la madrugada recibí un mensaje de un número desconocido dándome este número.
— Estoy seguro de que ese fue mi padre
— Tae ¿Acaso sabes lo que ocasionaste?
— Digamos que no me importa. ¿Buscaste a HoSeok?
— ¿Cómo lo voy a buscar?, en cuanto hable con tu padre tome un vuelo a Roma.
— Espera... ¿Qué? ¿Dónde estás?
— Ahora mismo estoy en un taxi para ir con tu padre y me diga donde estas o me lo dices tú.
— Bien sin decir nada colgó y por un mensaje mandó su ubicación.
Salió del cuarto, sintiéndose mareado, el olor y el ruido no ayudaba y tampoco la luz, caminó hasta la cocina aguantando la respiración, sentía que moriría en cualquier momento.
— Cariño ¿estás bien? – preguntó HwaSa preocupada, tomándolo de la mano con delicadeza.
— Creo que no...– apenas alcanzó a decir.
HwaSa lo miro más preocupada, se fue un momento a donde se encontraba su mochila de dónde sacó un frasco de pastillas, regresó hasta Vante y le dio un par de pastillas.
— Tómalas te sentirás mejor – dijo sobando su brazo
Keita le dio un vaso de agua, lo miro con una risa burlona – Tómalo con calma.
Vante espero a que la pastilla hiciera efecto para poder desayunar, aunque sólo fue un café. HyunAh y HyoJong al fin dieron señales de vida y caminaron a donde estaba los demás.
— Tengo hambre – habló HyunAh llegando a la cocina
— Entonces buen provecho – anunció Hugo poniendo un plato de huevos revueltos en la barra, los cuales empezó a devorar.
— ¡Qué asco! – proclamó HyoJong mientras se servía café, Vante y él chocaron sus tasas a favor por lo dicho.
— ¡Amen hermanos! – exclamó Keita a favor de los otros dos.
— Eres un perro malagradecido – Hugo fingió estar ofendido, provocando risas, las cuales fueron interrumpidas por el sonido de la puerta siendo tocada, Vante empezó a sudar frío.
— Yo abro – dijo Vante caminando a la puerta, retuvo aire antes de abrir para armarse de valor, entonces la abrió con la poca valentía retenida.
Ahí estaba él, vestido totalmente de negro, gafas y gorra negras, sonreía con tranquilidad haciendo notar sus hoyuelos.
— Por un momento pensé que no me abrirías – anunció él, Vante se hizo a un lado permitiéndole la entrada.
Pasaron a la vacía sala, que ahora tenía las mochilas y maletas de los demás, NamJoon miró con una ceja alzada, los chicos se asomaron para ver quién era, todos hicieron caras de sorpresa e incluso HyoJong casi escupía el café.
— ¡Virgen Santísima! ¡Es RM! – Hugo fue el primero en gritar.
— Sí y mi hermano – dijo Vante tomándolo del brazo – Sinos disculpan – entonces se lo llevo a la habitación
— Es un alivio verte bien – lo observó con detalle dándose cuenta de la resaca – más o menos...
— No estoy para bromas – reclamó Vante molesto.
— ¿Qué te paso hermanito? – cuestionó con preocupación.
Vante nuevamente tuvo que contar esa triste historia, la cual deseaba olvidar, también le contó el arreglo con su padre, el cual hizo enojar a NamJoon.
— ¿Qué planeas hacer con tu vida? – NamJoon preguntó preocupado por las decisiones que había tomado su hermano tan apresuradamente.
— No lo sé...Unos amigos me hicieron una oferta.
— ¿Qué clase de oferta? – interrumpió NamJoon.
— Si me dejaras hablar... quiero viajar por el mundo y acabo de conocer a las personas correctas para hacerlo.
— ¡¿Y eso es todo?! ¿Qué hay de tu familia? ¿Has pensado en nuestra madre?
— ¡Tú no lo hiciste cuando te fuiste! ¡¿Por qué debería hacerlo yo?!
— ¡Eso fue diferente! ¡Yo me fui para cumplir mi sueño! ¡Además yo no fingí mi muerte! ¡¿Dónde está el TaeHyung que luchaba por sus sueños?!
— ¡Ya no me queda nada! ¡Estoy muerto!
Eso dejó sin palabras a NamJoon, ambos tenían la respiración agitada, Vante empezó a soltar lágrimas de impotencia mezcladas con enojo, una mezcla tan amarga como el tequila.
— No te pido nada sólo que me entiendas, mi vida era una mentira y me obligaron a abrir los ojos de la manera más cruel posible.
— TaeHyung...yo...
— Ahora soy Vante, tienes la oportunidad de ser parte de mi nueva vida, pero si no puedes entender que no regresaré a corea y que no volveré a entablar relación con nadie de mi vida pasada, entonces este será nuestro último encuentro como hermanos
— Estás huyendo de la realidad – una vez más trató de acercarse a su hermano, pero él dio un paso atrás de forma insegura.
— Estoy creando mi propia realidad – aseguró, mirando con determinación a su hermano.
NamJoon soltó un suspiro y se acercó a su hermano hasta tenerlo en sus brazos, Vante no sabía lo que significaba ese abrazo así que dudo en corresponder.
— No lo entiendo, pero te apoyo – dijo NamJoon resignado a la locura de su hermano.
— Gracias – dijo aliviado de no tener que cortar la poca relación que tiene con su hermano.
NamJoon tuvo que irse creando toda una odisea para hacerlo, ya que los amigos de Vante no lo dejaban irse, pidiendo al menos un autógrafo de su parte, para cuando logro hacerlo los chicos pidieron una explicación la cual Vante no dio.
— Oigan chicos – Vante llamó a todos los cuales se encontraban regados en el piso de la sala – ¿Cómo puedo ser mochilero?
HwaSa y HyunAh se levantaron e inmediatamente corrieron hacia Vante y saltando de alegría.
— ¡Nada! – exclamó HyunAh – Bueno tenemos que comprarte una mochila
— Al menos, ¿Estás seguro de esto? - preguntó HwaSa, mostrándose comprensiva.
— Sí, quiero ver lo que el mundo me puede ofrecer – afirmó con un poco de emoción.
— Entonces hay que salir a comprar tu mochila – dijo Keita, jalando del brazo a Vante.
Vante no supo en qué momento terminó en el centro comercial, comprando una mochila de camping de color negro, todos parecían felices con la decisión de Vante. A pesar de que ellos no se lo pidieron pues él no parecía ese tipo de persona, estaban muy emocionados por ver las nuevas aventuras que los destinos tenían preparado para ellos.
— Ah no – habló Vante al ver a la tienda que lo habían llevado.
— Ah sí, es necesario – dijo Hugo pasando su brazo por el cuello de Vante – Imagínate esto para si llega a pasar un accidente, todo madera - afirmó para después tocar el pecho de HyunAh la cual lo miro con falsa indignación – Y quedamos inconscientes, los doctores extranjeros como van a saber tu nombre o tu tipo de sangre e incluso tus alergias.
— Hugo tiene razón, es por prevención – trató de convencer a Vante.
— Bien – dijo resignado – Pero de una vez antes de que me arrepienta.
Entraron a la tienda la cual mostraba distintos tipos de porcinos, aretes y tatuajes, una amable señorita los atendió, Hugo se encargó de todo el asunto, pidiendo lo que le iban a hacer a Vante.
Era un trabajo simple, en la parte del ante brazo, justo antes de que llegue el doble del codo, iría una pequeña gota de sangre que marcará su tipo y abajo un texto corto que decía "no alérgico a ningún medicamento", decir que no le dolió seria mentir, pero al final le gusto, mientras terminaban de tatuarlo pudo notar que todos tenían en el antebrazo izquierdo "vagabundos con mochila" con diferente tipo de caligrafía.
— Disculpe ¿puede tatuarse otra cosa? – le preguntó Vante a la señorita hablando en italiano, cuando la muchacha asintió con una sonrisa, Vante sonrió aún más.
Los chicos se habían cansado de esperar a Vante, así decidieron esperarlo en la sala de espera, hora y media más tarde Vante salió con ambos brazos plastificados, sorprendiendo a los demás.
— Espero y no les moleste – dijo enseñando el antebrazo izquierdo donde se encontraba el nombre del grupo con caligrafía y gotas de pintura escurrida como adorno.
— Sí que estas muy seguro – alabó HyoJong.
— Bien hecho – dijo Hugo tratando de chocar los cinco a los que Vante no pudo responder pues sentía dormidos los brazos.
Salieron de la tienda con grandes sonrisas en sus rostros, compraron algo para cenar en casa pues había que celebrar.
— Ahora sólo queda esperar a que el pasaporte de Vante esté listo y podremos irnos – dijo Keita haciendo subir los ánimos de los demás quienes hicieron bulla.
— Mientras esperamos podemos explorar Roma – propuso Vante un poco inseguro.
— ¡Así se habla! – dijo Hugo emocionado de más – Ya te quiero adoptar como mi hijo – mencionó mientras limpiaba falsas lágrimas de orgullo.
— ¿Qué no lo habíamos hecho ya? – fue el momento de hablar de HwaSa, causando risas por parte de Hugo.
Siguieron caminando por las calles de roma, mientras hablaban y palmeaban hasta que el celular de Vante sonó interrumpiendo la plática.
— ¿Hola? - contestó Vante
— Hijo soy yo – habló su padre desde el otro lado de la línea.
— Sí, ¿Qué pasa?
— Nada malo, tus papeles estarán listos el sábado...
— Oh genial, ¿dónde los recogeré?
— Pues yo me preguntaba si tu quisieras cenar en mi casa con la familia y....
— Ya hablamos de esto.
— Lo sé, pero piénsalo ¿sí? ¿Qué puedes perder?
— Bien, lo pensaré – dijo para después colgar sin despedirse, sintiendo como la presión se concentraban en sus hombros.
— ¿Estas bien? - preguntó HyoJong, sorprendiendo a Vante pues no esperaba que el preguntara.
— Aún no lo sé – contestó para luego ver el cielo estrellado – Sólo hay que llegar a casa.
Todos asintieron volviendo a bromear tratando de contagiar de buen humor a Vante
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