CAPÍTULO 46
Este capitulo va dedicado a @PILAR1029 gracias a ella tenemos capítulo el día de hoy
— ¡Cuidado! – gritó un soldado, entonces JungKook le disparó a un hombre que tenía un explosivo en las manos.
Estaban pasando por zonas muy hostiles, a pesar de eso, el camino no había sido tan problemático, aunque seguramente el hecho que un tanque de guerra estaba a sus espaldas tenía algo que ver, ahora mismo no solo guiaba a su equipo, sino también a la unidad canina y la unidad médica, el calor y la sed eran insoportables y no ayudaban en nada en su recorrido, lo peor es que tenían que racionarse.
Habían pasado 6 meses desde que vio por última vez a su esposo, ya debería haber nacido su bebé, incluso ya se había perdido los primeros meses de vida, no sabía ni su sexo o si estaban bien, todo este tiempo no pudo evitar pensar si todo esto valía la pena, pero sabía que no podía distraerse o podría morir y llegar a casa es su único objetivo.
— Estamos cerca del campamento, pero no bajen la guardia – ordenó JungKook al ver las barricadas del campamento a lo lejos, probablemente a 200 m.
De la nada los perros se alertaron y se pusieron en guardia, JungKook se detuvo alzando un puño, todo el mundo se detuvo guardando silencio.
— ¿Ves algo? – le preguntó a su francotirador por el radio.
— Todo parece extrañamente tranquilo, esto es muy sospecho – dijo su francotirador – Esto no me gusta, capitán.
Eso solo aumentó las alarmas en JungKook, miró a sus alrededores igual que sus demás soldados, quienes ya tenían las armas cargadas y listas para disparar.
— Señor – lo volvió a llamar el francotirador – Una mujer y un niño se acercan.
— Los veo – dijo el capitán al ver a la mujer tapada de los pies hasta la cabeza, tenía algo en los brazos cubierto – ¿Qué tiene en los brazos?
— No lose señor, puede ser un bebé – habló inseguro pues la tierra nublaba un poco su vista.
— Lo dudo – dijo JungKook al ver como lo alzaba y trataba de lanzarlo.
A penas hizo el movimiento de soltarlo, el francotirador le disparó matándola al instante, el niño hizo la acción de levantar el misil y JungKook rogó en silencio que no lo hiciera porque tendrían que dispararle, sus ruegos no fueron escuchados y el niño la levantó para arrojarla a ellos.
— Todos atrás – ordenó, alejándose de la caída del misil mientras el francotirador también le disparaba al niño – Sigamos adelante.
Pasaron a un lado del cadáver del niño, pudo no voltear a verlo, al igual que el de la mujer, todos ellos solo eran víctimas de la codicia y maldad de alguien más, todos eran títeres de los grandes y sucios mandos.
Cuando estuvieron dentro de las barricadas pudieron respirar tranquilos, tratando de olvidar las imágenes pasadas, JungKook fue a entregar informes a sus superiores y solo le dieron más malas noticias pues tenían que seguir adelante hasta la siguiente base de operaciones, donde terminaría su viaje, todos partirían por la mañana.
Esa mañana todos tenían mejor cara pues el recorrido no sería tan largo como el pasado, además de que esperaban recibir el permiso para llamar a sus familiares, la esperanza estaba en el aire, la cual era tan pequeña, incluso JungKook la tenía.
Ya era más de medio día y ya estaban cerca de su destino, los francotiradores no veían nada fuera de lo normal, los perros permanecían tranquilos, de la nada un hombre encapuchado salió de un callejón disparándole a un soldado al lado de JungKook, él apenas reaccionó al sentir la sangre de su compañero, todos abrieron fuego contra el extraño hasta verlo caer, lo malo era que no era el único, pronto era un fuego cruzado, todos disparando a los hostiles mientras que la unidad médica trataba de salvar al soldado caído.
— ¡Traten de avanzar! – el capitán gritó una orden, disparando, abriéndose camino, refugiándose en viejos edificios junto a otros soldados.
Tal vez no estuvieran militarizados, pero sí que tenían puntería, muchos ya habían sido rozados por las balas, también las granadas empezaron a llover, apenas dándoles tiempo de patearlas o arrojarlas al lado contrario, aún así siguieron avanzando, JungKook llamaba a refuerzos, pero la base no contestaba, de reojo pudo ver como una granada caía y nadie pareció darse cuenta, así que él la pateó, pero había sido demasiado tarde por lo que se llevó todo el impacto.
— ¡Capitán! – fue lo último que escuchó.
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Vante estaba en el patio de su casa disfrutando del viento de la tarde, tenía a Freyja bajo los tenues rayos del sol, era la hora perfecta para darle un poco de vitamina D, durante estos tres meses había estado en paz el lugar, Freyja era una bebé muy risueña, bueno también lloraba mucho, lo que comprobaba que tenía unos grandes pulmones.
— ¡Ya no quiero que me digas si valió o no la pena! – cantaba Hugo mientras terminaba de aspirar la alfombra de la sala, aunque para Vante estaba gritando – ¡El haberme conocido porque no te quiero ver!
— Reeves, ve a callarlo, Freyja quiere dormir y sus gritos de agonía no la dejan – le pidió, el perro se levantó y corrió hasta tomar impulso y después con sus dos patas delanteras intentar tirarlo.
Era un día normal, los chicos enfocándose en sus proyectos personales, sabían que no se moverían hasta que JungKook llegara, por lo que HwaSa decidió tomar algunos turnos en el hospital más cercano, con su currículo no era de extrañar que obtuviera de inmediato el trabajo, HyunAh y HyoJong un día tomaron sus maletas y se fueron a viajar, no fueron hechos para una vida tan monótona y casera. Keita simplemente aumentó sus horas de entrenamiento para poder subir de categoría, Hugo fue el que más le impactó, pues al parecer ser ama de casa era otras de sus facetas, una muy divertida, Vante estaba aprendiendo mucho de él.
Hugo en el suelo de la sala entendió lo que Reeves quería, solo apagó la música, termino de limpiar y guardó todo, empezó a cerrar las ventanas pues el aire más frío empezaba a llegar, el invierno estaba cerca, y podía ser peligroso para bebés tan pequeños, estaba por cerrar la última ventana del frente cuando vio estacionarse una camioneta verde militar y de ella bajar un hombre en uniforme de gala.
— Tráiganme una coca que se me está bajando la presión – murmuró asustado al ver el rostro tan serio de ese hombre, él caminó hasta la puerta principal y la abrió recibiendo al hombre que estaba por tocar la puerta, se miraron un momento.
— ¿Aquí vive Vante Pergolizzi de Jeon? – el militar dijo claro y firme.
— Si, ¿Usted quién es? – no podía dejarlo pasar, así como así.
— Teniente Taylor, requiero hablar con el señor Vante – Hugo lo dejó pasar, inevitablemente sus manos temblaban, fue a buscarlo al patio trasero, pero ya no estaba ahí, subió las escaleras y en su habitación estaba terminando de acostar a Freyja con mucho cuidado.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara de espanto? – dijo preocupado al verlo tan pálido.
— Hay un militar abajo que quiere hablar contigo – apenas dijo pudo ver los ojos de Vante volverse brillosos por las lágrimas.
Vante no lo dudó dos veces y bajo rápidamente a la sala donde le hombre uniformado lo esperaba parado en medio de la sala, parecía estar viendo el mural de la boda que apenas había terminado hace unos días.
— ¿Le paso algo a JungKook? – le preguntó en cuanto bajo el último escalón.
— El Capitán ahora mismo está en el hospital militar de Boston, no tengo los detalles, pero lo requerimos en el lugar, por lo que fui enviado para ir por usted – explicó.
— Yo... no puedo solo ir, tengo a mi bebé, yo... – Vante no sabía que pensar, sentía que iba a desmayarse.
— Tranquilízate Vante, yo cuido a Freyja, en cuanto llegue Keita le diré que te haga compañía, además le diré a HwaSa que vaya allá para que la veas ahí – Hugo lo sostuvo de los hombros tratando de calmarlo, Vante solo asintió y se limpió las lágrimas.
— Permítame solo iré a cambiarme y por mis cosas – dijo Vante, en menos de 15 minutos ya llevaba jeans de mezclilla, una camisa de manga larga y un suéter negro en la mano, además de su billetera y celular en los bolsillos.
— Llámame si pasa algo – le pidió Hugo como despedida, Vante solo asintió y se subió al carro del militar.
Hugo hizo la llamada a Keita siendo lo más breve posible, en cuanto terminó cerró toda la casa, sabía que no llegarían esta noche, él subió a la habitación de Vante, donde dormía Freyja con calma, curiosamente Reeves dormía a su lado cuando normalmente dormía a los pies de la cama, miró de cerca y pudo ver que una manita de la bebé estaba aferrada al pelaje de Reeves, apenas pudo sonreír y solo tomó lugar al lado de Reeves, se quedaría ahí hasta que llegara Vante.
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Vante sentía que le temblaba todo, en el camino al hospital le rezó a todos los dioses que conocía por la salud de JungKook, en cuanto llegó vio a HwaSa y a Keita esperándolo en la entrada del hospital, Vante no sabía cómo es que llegaron tan rápido, solo los abrazó brevemente y siguieron al mismo militar, quien los guió hasta una sala de espera.
— Pronto el doctor vendrá a hablar con usted, me retiro – dijo dando una pequeña reverencia que contestó Vante igual como vieja costumbre coreana que aún no se le quitaba cada vez que alguien reverenciaba.
Esperaron una hora y nada, dos horas y nadie iba a hablar con ellos, HwaSa les explicó que seguramente seguían en cirugía, no quería que se preocuparan antes de tiempo, todos estaban ahí tratando de entretenerse con algo para dejar de pensar finales fatales, doctores iban y venían dando informes a las demás personas que estaban ahí menos a ellos.
— Familiares de JungKook Jeon – llamó un doctor.
— Soy su esposo – Vante se levantó de inmediato, seguido por los demás.
— Su esposo llegó en muy mal estado, tenía mucha metralla en todo el cuerpo, su pierna izquierda fue la más afectada, parte de esta ya presentaba tejido muerto por lo que tuvimos que realizar una amputación, pudimos conservar su rodilla lo cual facilita la adaptación de una prótesis, toda la metralla fue retirada, no presenta ningún otro problema solo golpes superficiales.
Vante se sentía aliviado, estaba vivo, era lo único que pedía, todos parecían igual, aunque HwaSa empezó a cuestionarlo sobre cosas más técnicas que Vante no entendió, solo tenía una pregunta en la mente.
— ¿Puedo verlo? – preguntó de la nada al doctor.
— Si, una enfermera lo llevará, aunque las visitas oficiales serán mañana por la mañana, solo una persona se puede quedar por la noche.
— Yo me quedo, por favor vayan a casa y ayuden a Hugo con Freyja, mañana iré a verla – habló rápidamente y después se fue detrás de una enfermera dejándolos con las palabras en la boca.
La enfermera lo dejó enfrente de la habitación, el entró y lo primero que vio fue a JungKook dormido, conectado a un suero y una mascarilla de oxígeno, se veía un poco golpeado, pero no fue como lo imaginaba, al menos no del rostro, se acercó rápidamente a la camilla y se sentó en la silla que había a un lado, tomó su mano y besó el dorso.
— Regresaste – susurró entre llantos, lo miro con más atención y vio lo que le faltaba, pero poco le importaba – Seré todo lo que necesitas, lo prometo.
Tenemos de vuelta a Junkook :')
se que lo dije desde el principio pero este capitulo va para @PILAR1029 fue una de las primeras en darse notar en esta pequeña aventura, gracias por acompañarme en esto
espero que les haya gustado, si quieren nuevo capítulo mañana solo tienen que decirme como se llama la esposa de Yuki, claramente quien responda bien le dedicare el capítulo ;)
No olviden votar y comentar que es de gente cool 😎👌💜
cada vez mas cerca del final🤧
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