CAPÍTULO 41
Después de completar con su trabajo, Vante decidió pasar los primeros tres meses ahí para mayor seguridad, con muchas conversaciones y planeación decidieron que viajarían a un lugar más para pasar su segundo trimestre, para el último regresarían a Boston, donde planeaban tener al bebé y quedarse una temporada hasta que pudieran viajar con el bebé.
Vante caminó por última vez por el pueblo tratando de guardar todo en su memoria, el lugar se volvió mágico y especial para él, al final después de la cena fueron a un lugar donde hacían ceremonias al estilo vikingo, donde pudieron hacer entrega de anillos, escogidos por ambos, eran de oro blanco y su diseño era tan inusual y poco tradicional igual que ellos.
Cuando regresó a la cabaña donde se había estado quedando estos últimos meses, notó que todo estaba guardado en las mochilas y maletas, listos para irse solo esperando al taxi que los llevaría al aeropuerto, su próximo destino era Milos, Grecia, un lugar cálido y de hermosas playas además de gastronomía de tan solo recordar las fotos de internet a Vante se le hacía agua la boca.
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Vante nunca había sentido tanto el jet-lag hasta ahora, en cuanto llego al hotel donde se quedaría, fue a su cuarto y tocó la cama y durmió por lo menos cinco horas, dejando a los demás explorar y grabar, siendo Reeves el único que se quedó a acompañarlo en su siesta.
Por otro lado, estaban los chicos con las cámaras encendidas caminando por el rustico lugar, las personas aquí eran muy diversas, las playas eran una locura no importaba donde tomaras la foto siempre salían increíbles, también había restaurantes con buenísimas recomendaciones y de precios accesibles, todo muy bueno como para ser verdad.
Decidieron regresar antes de que anocheciera, después de caminar terminaron en su destino y todos se fueron a sus habitaciones, JungKook entró a la recámara y observó a Vante recostado en la cama viendo algo en su celular mientras comía, al parecer había ordenado servicio a la habitación.
— Hola – lo saludó para llamar su atención, Vante subió la mirada viéndolo y le sonrió terminando de chuparse un dedo manchado de comida.
— ¿Cómo les fue? ¿Encontraron algo interesante que hacer para mañana? – preguntó, poniendo a un lado el plato y bloqueando su celular.
— Se puede decir que si – JungKook se acercó hasta sentarse en la cama para acariciar el rostro de Vante, mirándolo a los ojos – ¿Te he dicho que tus ojos brillan más que nunca?
— Cada vez que me ves a los ojos – dijo divertido recargando su rostro en la mano de JungKook.
— ¿Te sientes bien?
— A la perfección, solo desperté con hambre, nada fuera de lo normal, tu hijo me hace comer cada hora.
— No culpes a alguien que no puede defenderse – se burló, Vante fingió estar ofendido, y de inmediato se separó de él y le dio la espalda.
— ¿Ya hablaste con NamJoon? – Vante volteó negando, mirando a todos lados menos a su pareja.
A pesar del tiempo que había pasado no le había dicho a nadie más que al padre y hermana de JungKook, tampoco lo habían anunciado en su canal o redes sociales, tampoco sabe si lo hará en algún momento, no sentía la necesidad de anunciarlo, quería permanecer en su burbuja de paz con su esposo y amigos, no necesitaba más.
— No lo veo necesario – se excusó, acariciando a Reeves, el cual estaba acostado a su lado.
— Es tu hermano – trató de razonar con él – Aunque no le digas, algún día lo verás.
— Está bien lo llamare... un día de estos.
JungKook se dio por vencido ese día, después volvería a tratar de convencerlo, para el militar el hecho de que era unido con su hermana le daba consuelo para cuando él volviera a cumplir su deber, no quería pensarlo, pero sería llamado en cualquier momento.
Pasó un mes en ese maravilloso lugar, todas las tardes bajaban a la playa a relajarse, todos disfrutaban, los chicos solían salir a divertirse en las noches en bares y la pareja se quedaba en su cuarto o salían a cenar teniendo tiempo para su pequeña familia, Vante solía tomar fotos de todos o del paisaje y subirlas a si Instagram, limitándose de subir fotos suyas de los hombros para arriba o junto a JungKook.
Una tarde estaban en la playa, los chicos estaban jugando futbol americano, las chicas estaban acostadas en unas toallas, bronceándose un poco, Vante estaba bajo una sombrilla de sol, acostado en un camastro, leyendo un libro sobre la maternidad y sus etapas, cuando de repente su celular sonó.
— Hola, habla Vante – contestó sin fijarse quien le llamaba.
— Hola, V – saludó Jin desde el otro lado de la línea.
— ¿Cómo estás? – Vante trató de mantener sus nervios a raya.
— Bien, todos estamos bien aquí, pero te llamaba para invitarte a mi regreso en las pasarelas – habló muy emocionado.
— ¡¿De verdad?! me alegro por ti, ¿Para quién modelaras? ¿Gucci, Luis Vuitton?
— Victoria Secret.
— ¡SeokJin!
— La industria de la lencería necesita un rostro y cuerpo como el mío – habló con vanidad
— Que atrevido – opinó con picardía.
— Será en París, en el Victoria Secret Fashion Show, NamJoon también estará cantando. Te conseguí primera fila además de tu pase de prensa para que puedas fotografiar mi grandeza.
— ¿Cuándo son? – preguntó.
— Como en un mes y medio, te digo con tiempo porque la última vez que vi tu canal estabas en Noruega, todavía no te perdono haberme perdido tu boda – SeokJin hablaba demasiado, empezando a marear a Vante.
— Fue culpa de Hugo y no te preocupes estaré ahí.
— Que bien, así poder conocer de frente a JungKook.
— Vante es hora de tus vitaminas – dijo HwaSa levantándose de la toalla, caminando hasta el bolso donde guardaba todas sus cosas entre ellas las vitaminas del doncel.
— ¿Vitaminas? ¿Estás bien? – se escuchó preocupado.
— Si solo... – "es ahora o nunca" pensó Vante – Son vitaminas prenatales...
— ¡Vante Pergolizzi! – gritó con demasiada intensidad.
— No grites por favor – pidió, alejando su teléfono de su oído.
JungKook pudo ver a lo lejos a Vante hablar por teléfono hasta se alejó de él poniendo una cara incomoda, decidió dejar el juego e ir con él, se acercó lo más rápido que pudo con Reeves pisándole los talones, se sentó a su lado y con una seña pidió que pusiera el altavoz y después tomó su mano.
— ¡¿Cuándo pensabas decirnos?! ¡¿Por eso se casaron?! – Jin se escuchaba muy sorprendido y emocionado.
— La boda si fue un accidente... al igual que el bebé – contestó – Solo pasaron las cosas y no sabía cuándo era el momento apropiado para decirlo.
— Vante me alegro mucho por ti, pero JungKook ¿Qué dice?
— Estoy muy feliz por todo – respondió el militar.
— ¡Hola JungKook, felicitaciones!, espero verte en París.
— Gracias y seguro estaremos ahí.
— Bien, chicos me tengo que ir un remolino de problemas se acerca a mi cocina – dijo escuchándose de fondo la voz de un niño y muchos ruidos más, después de eso se cortó la llamada.
— Supongo que vamos a París – habló resignado con una pequeña sonrisa.
Hola, soy yo de nuevo, me alegra y me entristece informarles que oficialmente entramos en la recta final de esta historia, calculo unos 7-10 capítulos mas para que acabe. No se el tiempo exacto pues mientras no tenga tareas estaré actualizando mas seguido
Espero que les haya gustado, lo hice con mucho love
No olviden votar y comentar que es de gente chida 😎👌
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