CAPÍTULO 35
Cuando la ceremonia terminó todos salieron a cenar para celebrar, teniendo un agradable momento de charlas y burlas ante el cuerpo y cara golpeados de Keita, después de la cena los padres de Keita regresaron al hotel para descansar, llevándose también a Reeves. Ahora si empezaría la verdadera celebración.
— ¿Algún buen bar por aquí? - Keita preguntó al aire.
— Yo sé de uno – contestó Hugo guardando su celular.
Todos empezaron a caminar siguiendo al más alto.
— Hugo ya que lo recuerdo tú y yo tenemos algo pendiente – Vante caminó un poco más para estar a su lado.
— ¿Qué cosa? – preguntó distraído en su celular.
— Volviste a meter a una desconocida – lo acusó, causando risas por parte de Hugo.
— En mi defensa no es una desconocida, es una excompañera de la Universidad – aclaró.
— Ya me debes muchas – le recordó Vante-
— Yo no te debo ni de hablar – dijo sarcástico – Igual no importa porque vamos con ella.
— Pues hoy duermes con ella – sentenció.
— Como tú digas – le restó importancia.
Vante le dio un golpe en el hombro a Hugo y regresó con JungKook, quien le tomó la mano y le dio un tierno beso, causando burlas entre los demás. No caminaron mucho cuando estaba enfrente de un club, la música se escuchaba desde afuera y el ambiente parecía bueno, el problema es que había una larga fila.
— Mejor busquemos otro lugar - opinó HwaSa al ver la fila.
— No, esperen – dijo Hugo yendo hasta el guardia de seguridad, parecieron hablar un poco y luego el chico les dio la señal para acercarse.
— Eres todo un master – dijo HyoJong al ver que los dejaban pasar.
— ¿Acaso no sabes con quien hablas? – se alagó así mismo.
El club no estaba tan lleno como se esperaba, pero si había mucha gente en la pista de baile, Hugo los guió hasta una mesa que estaba cerca de la pista de baila donde había unas personas a las cuales saludó, JungKook sólo pudo reconocer a la mujer de la noche pasada, el más alto no se tomó la molestia de presentarlos, sólo le pudo decir a Vante que empezará a ordenar el Alcohol a un mesero cercano.
Pronto botellas de diferente tipo fueron dejadas en la mesa, dos de los chicos comenzaron a preparar las bebidas, unas más cargadas que las otras, el aroma del alcohol comenzaba a inundar sus fosas nasales, un aroma tan exquisito y atrayente.
— Vante, shot – le ofreció Hugo un pequeño vaso de tequila, él lo tomo sin problemas.
Las chicas que estaban presentes se fueron a bailar a la pista y los demás a tomar como si no hubiera mañana, parecían desesperados como si nunca hubieran probado bebidas alcohólicas en si vida.
— Disculpa – Vante llamó a la chica de esa noche – ¿Puedes entenderme?
— Sí, mientras este sobria – bromeó un poco.
— ¿Te molesta llevarte esta noche a Hugo a un hotel? – le pidió – Es que tengo algo pendiente que hacer.
La chica pareció entender y aceptó, los dos chocaron sus tragos en complicidad, después de eso comenzó a hablar con ella, era muy agradable y divertida, las horas pasaron, bailaron, rieron a montones y bebieron, pero ellos no entendieron en qué momento Hugo... Simplemente comenzó a cantar.
— Borracho de amor, porque te amo y tú te sientes la gran cosa, lo que a mí me falta es lo que a ti te endiosa – cantó desafinado y con una cerveza a medio terminar.
— No llores sólo acuérdate – le dijo Keita siguiéndole el juego, estaba más que divertido por Hugo.
— Si la ves dile que ya no espero su llamada y que ya no me despierto en plena madrugada – todos rieron más al verlo sorber sus mocos y tomar el resto de su cerveza – Que ya no la recuerdo y que ya no me hace falta, dile que ya estoy curado y que lo nuestro es pasado...
— Ya mejor tomate otra – le ofreció HyunAh otra botella.
— Pero le dices – dijo siendo lo único que le entendieron desde que se puso a cantar.
— JungKook vamos a bailar – propuso Vante tomándolo del brazo.
— Seguro – contestó, siendo llevado a la pista.
— Claro tú se feliz y a mí que me lleve el diablo – dijo Hugo intentando tomar más, eso le sacó más risas a los presentes.
— Creo que es mejor ya irnos, Hugo ya no pude ni con su alma – opinó HwaSa al verlo, siendo ella la menos ebria, todos los de la mesa asintieron.
— Me sobra juventud me muero por vivir, pero me faltas tú – Hugo siguió cantando mientras los demás intentaban levantarlo.
— Yo voy por JungKook y Vante – dijo HyunAh tambaleándose, siendo seguida por HyoJong, quien parecía que caería dormido en cualquier momento.
HyunAh camino entre la gente que ya era menos, tratando de encontrarlos, pero de repente se le movía el piso, HyoJong evitaba que cayera al piso y ella le respondía con una tonta sonrisa, pudieron encontrarlos en una esquina, besándose apasionadamente, Vante le revolvía el pelo a JungKook y este tenía las manos metidas dentro del pantalón de Vante tocándole el trasero descaradamente.
— Pueden seguir cogiendo en el hotel, es hora de irnos – gritó HyunAh para ser escuchada provocando la separación.
— ¡Sí! – dijo Vante igual que un niño recogiendo su recompensa.
Caminaron de regreso tratando de cargar a Hugo quien iba hecho un bulto por la ebriedad, JungKook caminó más rápido para socorrer a Keita, cargando entre los dos al chico, no era nada fácil con alguien del tamaño de Hugo. Fuera del club batallaron para pedir un taxi para los amigos de Hugo pues eran pasadas de las 4 a.m.
— Bueno Hugo se va con nosotros – informó la chica quien también se había mantenido sobria.
Los demás chicos no vieron ningún problema asi que simplemente metieron a Hugo al taxi, después de todo lo verían más tarde.
— El que vomite es joto – dijo a modo de despedida a pesar de que ellos no le entendieron.
Los demás se subieron al taxi y se fueron, el resto decidió hacer lo mismo pidiendo un taxi para irse al hotel, sus neuronas parecían estar en las nubes ya que estaban a punto de caer dormidos. Cuando llegaron, todos se despidieron, claramente con una noción del tiempo despistada y sin saber exactamente donde estaban.
¿En qué momento habían comenzado a comerse las bocas como animales hambrientos? No lo sabían, mucho menos cuando dejaron de lado a los demás, en esos momentos poco les importaba, estaban muy distraídos besándose y abrazándose, cuidando de no caer al piso porque eso significaría que darían un espectáculo para nada apto en el pasillo.
JungKook mordía la oreja de Vante, el chico de cabello largo se sentía en las nubes, una de sus zonas erógenas estaba siendo devorada por la cálida boca de su pareja, eso era tan erótico, solo se dedicaba a derretirse entre sus brazos, unos fuertes y bien formados, pronto llegarían a su habitación.
— Me gusta – susurró riendo mientras tentaba a ciegas la entrada.
Como pudieron entraron, cerrando aquella puerta con un pie, JungKook estaba embriagado con el aroma de Vante, con su piel cálida y los besos húmedos que este repartía en su mentón. Estaba ansioso, porque en ese viaje no había tenido muchas oportunidades de tocarlo, se moría de ganas y ahora sin impedimento, le haría el amor.
Bajó las manos a su cintura y lo pegó a su cuerpo, nuevamente besaba sus labios hinchados, esta vez incluyendo algo de lengua, Vante suspiró delicadamente, su piel ardía, sentía como el calor recorría cada célula de su ser, llevó sus manos al cuello de JungKook y tironeo la camisa, recorriendo su pecho hasta llegar al dobladillo, la tomó y subió, al saber lo que quería, el militar le ayudó a quitarse la camisa, dejando al descubierto su pecho, espalda y hombros fornidos, sus músculos sobresalían haciendo babear a Vante, quien acarició con la yema de sus dedos los hombros duros y llevó sus labios a las clavículas del soldado.
JungKook lo llevó con pasos pequeños a la habitación, sin dejar de besarlo, una vez dentro, la cama estaba ocupada por Reeves, quien movió la cola al verlos, Vante se tiró en la cama esperando los brazos de JungKook, pero lo único que recibió fueron los lengüetazos del perro. Comenzó a reír como idiota, JungKook negó.
— Lo siento amiguito, he esperado mucho por esto – lo tomó del collar haciendo que bajara y lo llevó al baño – Espera aquí.
El perro se acostó en el piso y ladró como respuesta, JungKook cerró, estaba tan ansioso y duro que explotaría en cualquier momento, paró en seco en medio de la habitación, su boca se hizo agua, su novio, un perfecto chico, le miraba con ojos brillantes, estaba acostado en la cama, con los brazos hacia arriba, una rodilla doblada y sin camisa, la curvatura de su espalda baja se veía exquisita.
— Maldita sea – susurró acercándose – Harás que sufra un infarto.
Vante sonrió, ambos estaban borrachos, sentían sus movimientos en automático, pero sus emociones a flor de piel, siguió su paso hasta la cama, deshaciendo el cinturón de su pantalón, abriendo el botón, dejando al descubierto el borde de los bóxer negros, todo bajo la intensa mirada de Venta, quien sentía su respiración subir y bajar de forma inestable, lamió ligeramente sus labios y sonrió cuando JungKook puso una rodilla en la cama, él creyó que le besaría, pero el capitán, lo tomó de los tobillos y lo acercó a su cuerpo, dejándolo sin aliento, desabrochó su pantalón sin dejar de mirarlo a los ojos.
A estas alturas Vante estaba ardiendo, la lujuria recorría a su cuerpo, bajó por sus piernas claramente sentía al pantalón acariciando sus muslos, dejando ver a JungKook en ropa interior, él hizo lo mismo con el suyo, una vez ambos en la misma situación, se subió sobre su cuerpo, separando sus largas piernas, unas que Vante amarró a su cadera.
La fricción era deliciosa, la forma en la que sus miembros despiertos se juntaban a pesar de la tela, las manos calientes del militar atravesaban lentamente las piernas del contrario, parando en su trasero donde comenzó a amasarlo y luego empezó el beso voraz, tan hambriento, el que ambos deseaban ya que habían esperado por mucho.
Vante había tenido suficiente, los besos húmedos en su pecho y cuello le hacían retorcerse en la cama, como si fuera un chico virginal, era increíble lo que JungKook lograba, jadeó lleno de deseo, cuando la boca se cerró sobre su pezón derecho, mientras la otra mano estaba acariciando el izquierdo, inmediatamente tomó los cabellos negros y subió la cadera, lo que hizo gruñir a JungKook y este lo mordió un poco en respuesta.
¿Esa era una zona erógena? El militar podía comprobarlo por el gemido que el otro lanzó, haciendo reír con lascivia a JungKook, quien siguió repartiendo besos en su pecho y algunas succiones que dejarían marcas por la mañana, así hasta que llego al dobladillo de sus boxers.
— JungKook...
— ¿Si, amor?
— Por favor...
Estaba excitado, nuevamente besó su vientre, su pequeño ombligo y bajó sus boxers, dejando libre su erección, la cual no dudo en meter en su boca. Vante contrajo las piernas y arqueó la espalda, tomando los cabellos de JungKook con fuerza. Le encantaba, estaba perdido en los toques ajenos, en la forma en la que lo engullía, lo probaba y tragaba, moviendo la cabeza de arriba a abajo, sus ojos estaban llenos de lágrimas, producto del éxtasis.
A JungKook jamás le había parecido tan gratificante hacer una felación, pero ver a su novio deshaciéndose en sus brazos era emocionante, llevó su lengua a un lugar que necesitaba atención, palpó con esta haciendo que Vante gimiera con más fuerza, regresó a su miembro mientras sus dedos le preparaban, de uno en uno, lenta y tortuosamente, lo miró desde arriba, estaba sonriendo, con los ojos brillantes.
Vante paró un segundo, estaba seguro de que no había visto ojos más bonitos en el mundo, llevó su diestra a la mejilla ajena y acarició con ternura, un toque tan sereno y gratificante, pero tan necesitado a la vez.
— Te amo – susurró con las lágrimas desbordándose.
JungKook besó su nariz, sus mejillas, frente y labios, completando aquel rostro tan hermoso.
— Te amo Vante, te amo demasiado.
El susodicho sonrió, estaba seguro de que jamás se había sentido de esa manera, que nadie le había amado como JungKook lo estaba haciendo, no tuvo esa sensación de sanación en su cuerpo con nadie más, ni siquiera con HoSeok, aquello era nuevo, pero estaba feliz.
Lo besó entregando todo de sí, esperando que JungKook se despejará de la única prenda que quedaba para alinearse sobre él, introduciéndose lentamente, ambos jadearon, Vante no esperó, el calor del momento, el alcohol y las emociones explosivas hizo que moviera las caderas, JungKook tomó eso como una invitación y se movió dentro de él, el calor de su cuerpo y la estrechez, le estaban causando un serio conflicto.
Estocadas fuertes, y algunas lentas, los chupetes en el cuello, las mordidas en los labios, todo era perfecto, el militar salió del chico, se sentó en la cama y ayudó a Vante a subir a horcajadas sobre su regazo, la gravedad estaba jugando un mal movimiento a ambos, pero con risas traviesas, volvieron a unirse. Esta vez siendo Vante quien se movía, sintiendo las enormes manos en su cadera, dejándose llevar, y cuando el calor se volvió abrumador, ambos se corrieron llegando al clímax, Vante sobre sus vientres y JungKook en el interior de este.
— Te amo – susurró sobre sus labios cayéndose de espaldas, abrazando a Vante, el chico solo gruñó.
Yo también lo amo capitán
Espero que les haya gustado 7u7
Para el estanque de patos ya les cumplí lo prometido, por cumplir la meta de dynamite
@Mardy103 Tu sabes chica 7u7 te amo tanto
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