Ausencia de ti, aquella cicatriz que adorna tu pecho y no es por mí...

— ¿Qué haces aquí? – dijo levantándose al igual que la chica.

— ¡¿Qué hago aquí?!- dijo TaeHyung – ¡¿Tú que carajos estabas haciendo?!

Ventanas de ti por donde asomarme a tu final y sonreír...

El no respondió solo agachó la mirada, TaeHyung lo analizó, parecía avergonzado, pero no arrepentido, bajó su mirada y vio que seguían tomados de la mano, eso dolió aún más, pues encajaban a la perfección.

Cada golpe, cada lesión dibujaron estos años mi piel...

— ¡¿No lo vas a negar?! – él estaba desesperado, no podía creer lo que estaba pasando.

— Para qué negarlo... – apenas habló.

Cada lágrima que llore te ahogara por mi...

TaeHyung soltó un sollozo mientras pasaba sus manos por su cabello con desesperación

— ¿Desde cuándo? – simplemente no podía hablar por el llanto, sentía que la respiración le quemaba los pulmones y el corazón le latía con demasiada fuerza como si todo se volviera borroso y oscuro.

— Hace 5 meses – dijo viéndola a los ojos – No quería que esto pasara, pero no puedo cambiar lo que siento...

— Le amas – TaeHyung sintió que un tubo caliente le quemaba la garganta – cuando me dijiste que no podíamos celebrar tu cumpleaños por tus entrenamientos no era verdad ¿cierto?, es porque estabas con ella..., cuando tu madre enfermó y me quede cuidándola, tú nunca apareciste... ¡por ella! – no podía dejar de derramar lágrimas como un niño que se había perdido.

— Cálmate por favor – pidió sereno HoSeok.

— ¡¿Qué me calme?! ¡¿Acaso sabes lo que hiciste?!

— Lo sé, pero...

Yo te di mis mejores años, te viviste mi juventud...

— ¡TE DI TODO DE MI! ¡MI TIEMPO! ¡MI DINERO! ¡MI ALMA! ¡Y NO FUE SUFICIENTE! ¡Y ME VAS A DEJAR POR ESO! – gritó con todas sus fuerzas, sintiendo desgarrada la garganta.

— ¡CON ELLA NO TE METAS! – contraataco HoSeok – ¡SI VAMOS A HABLAR ASÍ, PRIMERO ASEGURATE DE VERTE EN UN ESPEJO!

Eso fue el golpe que acabo con TaeHyung, no pudo hacer nada más que llorar

Gotas de sangre en mi piel, besos muertos, sonrisas rotas por ti...

— ¿Por qué? ¡Maldita sea, ¿por qué?! – exigió saber.

— Porque si, solo pasó – le contestó, pero TaeHyung sabía que era mentira.

— ¡DEJA DE MENTIR! ¡SE UN MALDITO HOMBRE Y DIMELO!

— ¡Demonios, no lo sé, ¿De acuerdo?! Ella llegó y me dio lo que le faltaba a mi vida, estaba harto de la rutina, tu sólo trabajas y nada más, ya ni siquiera intentabas arreglarte para impresionarme, descuidaste nuestra relación y yo necesitaba algo que me hiciera sentir vivo...

"¿Dónde están las promesas de un amor eterno...?"

— ¡ERES UN DESGRACIADO! – entonces decidió mirar a la chica quien se escondía detrás de HoSeok, supuestamente asustada, pero lo que más le dolió y sorprendió fue que ella tenía una sonrisa de triunfo.

— Y tú, escúchame bien – observó a los ojos a la chica y ella borró su sonrisa – No te sientas tan segura, él se aburrirá y terminara desechándote – se dio la vuelta para irse con la poca dignidad que le quedaba.

Y te iras sin que nadie te eche de menos...

— TaeHyung – lo llamó su ex – el anillo...

TaeHyung miró su mano en donde estaba su anillo de compromiso, dejó salir un sollozo al verlo, se lo quitó mientras miraba el cielo, él se lo extendió, pero antes de que pudiera tomarlo él lo aventó al lago.

— ¡¿Estás demente?! ¡Es una reliquia familiar! – le recriminó cínicamente.

— Bien, tus ancestros me lo agradecerán – de nuevo retomó su caminar, dejando en cada paso un pedazo de su alma.

A lo lejos vio a YoonGi y a JiMin, lo miraban con pena, JiMin corrió a su encuentro y lo abrazó con mucha fuerza entonces TaeHyung se rompió por completo...

Y al llorar se convierten en charco mis sueños...

Morirás, te deseo un buen viaje al infierno...

Mañana es tu funeral...

— Así es como termine aquí – terminó de contar Vante, con la mirada gacha y un nudo en la garganta.

— ¿Qué tienes planeado hacer? – comentó la chica, poniendo una mano en la espalda reconfortándolo un momento.

El levantó la mirada, viéndola a los ojos, Vante sabía que los tenía rojos e hinchados, HyunAh lo miraba con un poco de pena, el volvió a apartar la vista para ver el paisaje, se quedó hipnotizado por el bello atardecer.

— No lo sé... – habló para después sorber su nariz – No sé quién soy o a donde voy realmente...

— Es algo que nadie sabe, se vive para descubrirlo – le dio una sonrisa ladina que inspiraba confianza – Sé que es fácil ponerme en tus zapatos y que es jodido vivir, pero no hay fuerza más grande que tu voluntad – Vante miró a HyunAh con el ceño fruncido, él ya había escuchado eso, pero de donde...

— ¿Eso es...? – HyunAh lo interrumpió.

— ¿De una canción? – lo miró divertida – Si.

Eso hizo reír a Vante, el abrió la boca para decir algo más, pero al final decidió callar, no tenía palabras, pensó que jamás volvería a reír de esa manera.

— Maldita sea HyunAh aquí estas – apareció un chico extraño, de pelo blanco, piel blanca y ojos café claro, Vante pensó que podría ser un albino, vestía de un pantalón de mezclilla y una camisa blanca, con unas Vans rojas – ¿Sabes cuánto llevo buscándote?

Ella se levantó con una sonrisa traviesa, abrazó al chico y después lo besó, Vante decidió mirar hacia otro lado, se sentía incómodo y fuera de lugar, estaba considerando en marcharse cuando la pareja empezó a hablar en otro idioma.

— Vante – HyunAh lo llamo – te presento a mi novio HyoJong Vlesover.

Vante estrecho manos con él con una tímida sonrisa.

— Vante Pergolizzi, un gusto.

— El gusto es mío – le correspondió la sonrisa – Pero HyunAh, los chicos te están esperando para ir a cenar.

— Entonces me retiro – comentó Vante – Espero que tengan una linda cena y viaje.

— Espera, puedes cenar con nosotros...

— No quiero molestar, además tengo algunas cosas que hacer...

HyunAh quería insistir, pero HyoJong puso su mano en el hombro de ella y solo pudo callar.

— Espero que te encuentres a ti mismo – dijo como despedida.

— Gracias – no dijo nada más y caminó.

Tomaron caminos diferentes para continuar sus vidas. Vante llego al centro comercial que parecía estar construido de puro cristal, entro sin ningún apuro, esperando encontrarse con gente igual de interesante que aquella pareja, caminó en dirección a la tienda de electrónicos más cercana, tomo el que mejor cámara parecía tener que no fuera IPhone, lo compró con todo y línea, no quería tener más problemas para esos asuntos, aunque no tenía con quien hablar....

Siguió caminando, observando a la gente y las tiendas, acercándose de vez en cuando a algunos escaparates para ver más de cerca, decidió entrar a una tienda de ropa al azar, viendo entre los estantes y percheros, sin que nada le llame la atención.

— Ella tenía razón, sí que eres tierno – una chica de curvas y bronceado perfectos, lo analizaba de arriba a abajo.

— ¿Disculpa?

— Soy HwaSa Jackson, aunque mi nombre real no es HwaSa, pero puedes decirme así, de todos modos, mucho gusto – dijo la chica con una sonrisa coqueta ofreciéndole la mano.