Después de lo sucedido Vante sintió el tiempo volar, no sabía que el tiempo se había acabado hasta esa noche. Era una pequeña fiesta celebrando que el proyecto había terminado excelentemente, los lugareños ya estaban instalados en sus casas, todos estaban felices, festejando y divirtiéndose.

— ¿Todo está listo? – Hugo terminaba de cerrar su maleta con todas sus pertenecías adentro.

Todos estaban terminando de empacar pues al día siguiente viajarían de regreso a E.U donde fueron recogidos.

— Si señor – confirmó Keita por su parte.

— Vante – el mexicano lo llamó – ¿Estas bien?

— Sí, estoy bien, sólo... un poco pensativo.

— Tranquilo todo estará bien – HyunAh se le acercó y lo abrazó con fuerza.

Todo estaba planeado, Hugo iría de regreso a México a resolver problemas familiares, y el resto a pasar a las fiestas navideñas con sus familias, HyunAh y HyoJong a Suche, Rusia, Keita a Vancouver, Canadá, HwaSa a Seattle, E.U y Vante tenía planeado ir con Keita, pero por lo sucedido decidió contactar a NamJoon para pasarlas con él, sus destinos eran diferentes, pero se rencontrarían para las Olimpíadas, de eso no habría dudas.

— ¿Listo para el encendido de luces? – HwaSa trató de animar a Vante.

— Claro, tal vez pueda conseguir una foto.

Con todo listo, decidieron salir a la fiesta, donde una vez más los YouTubers dedicados a la música tocaban animadamente acompañados por los lugareños, había un gran bufet para todos y las bebidas no faltaban, el ambiente era ligero y divertido, Vante miró por todo el lugar sintiendo un poco de tristeza, no había podido convivir y conocer a la gente como hubiera querido.

— ¿Por qué no te ves feliz? – JungKook llegó abrazándolo por la espalda y besando su cabeza como era costumbre.

— Esta es mi última noche aquí.

— Míralo como el final de un ciclo.

— Si como no... Voy a extrañarte

— Sólo estaré aquí una semana más y regresaré también.

— Eso no quiere decir que te vaya a ver enseguida.

— Sólo es por las fiestas después seré todo tuyo – la voz de JungKook fue sugerente, Vante sólo puso los ojos en blanco.

— Mejor dime donde esta Reeves – Vante prefirió cambiar de tema antes de que se subiera de tono las cosas, prefiriendo preguntar por su perro.

— Él está durmiendo en mi carpa, lejos del ruido.

— -No sé qué voy a hacer con él, va a ser enorme.

Sólo bastó un par de días de búsqueda para saber que raza era el cachorro, con ayuda de un veterinario del refugio descubrieron que era un Reemerger, un perro muy caro, con valor de casi 1000 euros, eso explicaría el porqué de su captura, pero lo extraño era que sólo se encontraban en el continente europeo.

JungKook llego a la conclusión que cargaban con más ejemplares desde Europa, los cuales vendieron o murieron, no había más explicaciones, pero ese era el menor de sus problemas, el perro crecería de 75cm hasta 80cm, además que es de una raza extremadamente peluda.

— Sé que lo resolverás – el militar parecía divertido por la situación.

— Lo dices porque no eres tú el que viaja a todos lados – Vante salió de sus brazos para mirarlo de frente.

— Pero empezaré a hacerlo.

— ¿Qué? – Vante estaba confundido.

— Estuve hablando con Hugo y Keita, llegue a la conclusión de que debería hacerlo todo el tiempo que pueda.

— JungKook... – Vante no podía creerlo.

— Por eso decidí, pasar las fiestas con mi familia y el resto estar contigo.

— ¿Por qué haces que te amé más? – dijo Vante para después besarlo

— ¡Oigan tortolos el espectáculo va a empezar! – Keita los llamó a lo lejos, indicándoles que las luces del nuevo pueblo serían encendidas.

Ellos se separaron del beso al escucharlo, se sonrieron y tomaron sus manos para caminar donde estaban los demás, todos tuvieron que caminar hasta el poblado, que antes era la zona de construcción, alejado del campamento.

— Aquí está tu cámara Vante – HyoJong le hizo entrega de su cámara profesional, junto con el estuche que llevaba los diferentes lentes.

Vante emocionado, la tomó y la encendió comenzando a configurar la cámara para tomar la foto perfecta, tenía la sensación de que sería una gran foto.

— ¡3... – empezó el conteo – 2..., 1!

Las luces se encendieron dejando ver todas las casas iluminadas, los lugareños y todos los demás se empezaron a abrazar felices por ver los frutos de su arduo trabajo durante meses. Vante capturó el momento perfecto donde un padre alzaba a su hija por los aires felices de ver tanta luz en la noche, de fondo se veía a los demás abrazándose, una foto maravillosa, Vante podía sentir toda esa felicidad tan cálida en esa foto.

— Vante, ¿Puedes venir por favor? – JungKook lo llamó, el militar le había dado su espacio para que tomara las fotos que quisiera y ahora lo llamaba de regreso.

— ¿Qué ocurre? – Vante vio a JungKook hablar con otros 4 soldados, uno de ellos era YuGyemon.

— Al fin puedo presentarte a el resto de mi equipo y amigos – anunció.

Los 3 soldados restantes se veían intimidantes como JungKook en la primera vez que lo vio, uno era el estereotipo de estadounidense, cabello rubio, ojos y piel clara, el siguiente era más bajito que los demás apenas por unos cuantos centímetros, tenía la piel canela y cabello negro al igual que sus hijos, el último era más claro que el anterior y llevaba una abundante barba, Vante estaba impresionado.

— Te presento a Leonard, Matías y Charlie – apuntó a cada uno – Chicos les presento a Vante.

— No sabes cuantos corazones rotos hay ahora que JungKook está contigo – dijo Leonard.

Esa simple frase, desató una divertida conversación donde sus compañeros ponían en vergüenza al militar, haciendo pasar un buen rato a todos, poco después los demás se unieron a la conversación también poniendo en evidencia a Vante. La noche paso tan rápido que Vante no sintió cuando quedó dormido en los brazos de JungKook pasando su última noche en África juntos.

La mañana siguiente, todos tuvieron que levantarse más temprano que lo usual, tomaron sus maletas y subieron a los camiones que los habían traído, ahora los llevaban de regreso, para Vante había sido difícil soltar a JungKook pues él no podría acompañarlo hasta el aeropuerto.

Muchas horas después el avión aterrizó en New York donde los demás harían escala hasta su destino final, Vante se quedó en el aeropuerto hasta que todos ya habían tomado sus respectivos vuelos. NamJoon vivía en New York así que no necesitaba tomar otro avión, así que decidió llamarle para preguntarle si pasaría por el o tendría que tomar un taxi.

— Vante ¿Dónde estás? – contestó la llamada.

— Pues en el aeropuerto – dijo con obviedad – ¿Dónde estás tú?

— Vante no puedes venir a casa.

— ¿Por qué?

— HoSeok y Lisa llegaron ayer por sorpresa.

— ¡¿Qué?! Y ahora me lo dices

— Lo siento, ¿No puedes conseguir un boleto de avión con algunos de tus amigos?

— Déjame ver – el chico sabía que era imposible, toda la gente quería pasar las fiestas con sus familias y con los años se volvía peor.

Vante aun hablando con NamJoon caminó hasta una gran pantalla donde podía buscar vuelos sin hacer horas de fila, justo como lo supuso no había ningún vuelo disponible con sus amigos hasta después de Navidad.

— Maldita sea NamJoon, no hay nada.

— De verdad lo siento Vante...

— Ya no importa, me quedaré en un hotel al menos hasta que pueda conseguir un vuelo a Canadá.

— Bien...

— ¡Espera! Necesito mi ropa de invierno – se maldijo a sí mismo, pues sólo traía la que llevaba puesta.

— Aquí no dejaste nada desde la última vez...

— Bien, adiós – Vante estaba muy frustrado así que colgó la llamada.

¿Y ahora qué hago?...

Espero que les haya gustado

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