Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35 | La entrevista

Stella

—¿Puedes dejar de reírte, Stella?

Es imposible dejar de hacerlo cuando ella misma se está riendo.

—No puedo, es que dijiste que no pasaba nada entre tú y Leonel.

—Y no pasa nada.

—Ya, ¿y por eso van a tener una cita hoy?

—No es una cita, solo vamos a cenar y distraernos un poco

—Aja —hago un esfuerzo no echarme a reír de nuevo, así que trato de no ver sus expresiones y sigo planchando su cabello—. Hablando en serio, Leo me parece un buen chico, seguro que lograrán conectar.

—¿Tú crees?

—Cualquiera en su sano juicio se fijaría en ti, Danna.

Me causaba algo de ternura ver los nervios que tenía, puedo entenderla. La primera cita siempre parece ser tu carta de presentación, ¿no?, siempre he apoyado a Danna, estaba a su lado, me emocionaba tanto como ella cuando llegaba contenta a contarme algo que había pasado con Hugo.

Quizá las cosas no salieron como ambos esperaban, pero hay personas que por muchas cosas en común que tengan o que hayan conectado bien desde el primer momento, no significa que deban quedarse juntas.

—¿Te puedo preguntar algo, Stella?

—Lo que quieras.

—¿Recuerdas bien el día que conociste a Erick?

Mi mente me llevó de nuevo a aquella noche lluviosa en la feria, desde entonces la rueda de la fortuna se convirtió en mi atracción favorita de todo el lugar.

—Por supuesto.

—¿Sentiste algo especial desde el primer momento? —me mira en el espejo—. ¿Te caía bien desde entonces?

—No, primero me sentí preocupada, en serio creí que podría ser un secuestrador o algo por el estilo, después sentí algo de lástima, estaba bastante empeñado en recupera a su ex, pero no lo juzgué, fácilmente podría ser yo.

—¿Y no ocurrió nada fuera de lo normal cuando se conocieron?

Terminé de alaciar su cabello y dejé la plancha a un lado mientras ella buscaba el vestido que usaría, era muy fan de ellos.

—La situación en la que nos conocimos no fue para nada normal, sentí atracción desde ese momento no te mentiré, pero los primeros minutos no pasó nada, no es como que haya sido amor a primera vista, no creo en eso.

—¿Qué cambió?

—Cuando me dio su paraguas sí que sentí algo diferente, no sé, tal vez porque nadie tenía ese tipo de gestos conmigo, en aquel entonces me parecía de lo más romántico, empecé a sentir algo por él conforme nos fuimos conociendo, sin darme cuenta me adentré a su vida y él en la mía, tenía que pasar. El morado te queda bien.

—Gracias. Tu historia con Erick me parece sacada de una novela de romance y me encanta, de alguna manera me hace creer que hay historias de amor que merecen ser contadas, no todo es tan malo en el mundo, o debería serlo al menos.

—¿A qué viene todo esto? ¿Estás empezando a sentir cosas por Leonel?

Encuentra un cojín y entre risas me lo avienta, por suerte alcanzo a esquivarlo. Sé que está pensando algo porque se detiene a ver algún punto en la nada.

—Creo que sí me gusta, solo que no quiero que termine siendo una relación fallida con la de Hugo, ¿sabes?

—Entiendo, pero te estás arriesgando a salir con él de todas maneras, eso ya es valiente si me lo preguntas.

—¿Y si no le gusto de esa manera?

—Te diría que es un tonto si no se enamora de ti.

—¿Pero?

—Este consejo me lo dio Laura alguna vez, y creo que te puede servir. Lo que tú sientes puede que no sea lo mismo que siente la otra persona, puede que desees que te ame, pero eso nunca suceda y no precisamente tiene que ser algo malo, solo significa que no ha llegado la persona a tu vida que te valore y ame por quien eres, alguien que te acepte sin intentar cambiar nada de ti, así que esto con Leonel no funciona, da igual, estás un paso más cerca de encontrar al indicado.

—Tienes un don con las palabras, ¿lo sabías?

—Me lo dicen mucho —me encojo de hombros con una sonrisa.

—Que modesta, ahora vamos a escoger tu vestido que esa entrevista saldrá espectacular.

Había escogido algo casual, pero que se viera elegante, tampoco era como si fuera a una alfombra roja, solo tenía que dar una entrevista, estaba acostumbrada a las preguntas, desde las más sencillas hasta las más incómodas, Cory siempre me ayudaba a lidiar con todas ellas.

—Lamento no poder estar en este momento contigo, amiga.

—Descuida, estoy segura que habrá más entrevistas a las que podrás asistir, que te pierdas una no es el fin del mundo.

Ya que estoy lista tomo mi bolsa y escucho que llaman a la puerta, genial, todo lo que necesito para calmarme es él.

—¿Ya estás lis...? —me mira de pies a cabeza.

—¿Luzco mal?

—¿Tú crees que luces mal? Mira nada más a tu novio, lo tienes babeando.

—Gracias, Danna —vuelve a mirarme—. Estás preciosa, en serio, creo que no pudiste haber escogido algo mejor, ¿ya te dije que te ves hermosa? —asiento y me acerco para abrazarlo—. Estás nerviosa, ¿verdad?

—¿Cómo lo sabes?

—Soy tu novio, te conozco, sueles quedarte sin palabras cuando en serio estás muy nerviosa. —En realidad, no sé qué decir—. ¿Lo ves?

—Solo vámonos, la entrevista empieza pronto.

Cuando todos bajamos veo el auto de Javi estacionado fuera del edificio, así que volteo a ver a Erick.

—Debías llegar de una manera triunfal, no quería llevarte en la moto, nos conseguí chofer —mi amigo se asoma para saldarnos, feliz—. ¿Te molesta?

—Para nada.

—Señorita Stella —Sam abre la puerta para nosotros—. Se ve preciosa, mucha suerte en la entrevista.

—Gracias, Sam.

Erick vuelve a hablar hasta que estamos fuera.

—Ahora también enamoras a los viejitos, ¿eh?

Lo empujo y abre la puerta para que pueda subir al auto, el de Leonel está estacionado enfrente y veo subir a mi amiga muy emocionada, más que le vale no romperle el corazón.

—Ambos vienen de traje —observo.

—Sí, seremos tus guardias de seguridad esta noche, una persona tan importante como tú merece la máxima seguridad, ¿cierto, Erick?

—Por supuesto.

El camino hacía el estudio donde se realizará la entrevista no está tan lejos, sin embargo, siento que llevo horas en el auto, que llego tarde, que seré el hazmerreír de la gente y decepcionaré a todos.

Me gusta pensar en cómo he cambiado, cómo enfrento las situaciones ahora y como defiendo, pero no puedo evitar sentirme diminuta cuando hay momentos donde las inseguridades vuelven a mí. Voces en mi cabeza que no se callan y dicen una cosa peor que la otra, durante esos pequeños lapsos he estado dispuesta a tirarlo todo por la borda, pero siempre hay algo que te hace pensar que no todo está perdido.

Cuando empiezas a centrarte en tu propia voz y dejas de escuchar las demás, todo parece ser más claro.

—Llegamos, ¿estás lista? —ambos voltean a verme.

—Sí, creo.

—Pues bajemos antes de que te arrepientas.

Erick es quien abre la puerta y Javi camina a mi lado, la prensa no tarda en hacerse presente, comienzan a tomar fotos, hacer pregunta tras pregunta esperando que responda algo, me limito solo a sonreír hasta llegar a la entrada del estudio y es ahí donde puedo volver a respirar.

Nunca termino de acostumbrarme a eso.

—¡Stella! —corre para abrazarme—. Ay, amiga hace tanto tiempo que no te veo, la media hora más larga de toda mi vida, lo juro.

—¿Qué haces aquí?

—No creerías que de verdad me iba a perder la entrevista de mi mejor amiga, ¿verdad?

—Pero, ¿y Leo?

—También me siento afortunado por ser parte de esto —aparece con el abrigo de Danna—. Estamos contigo, Stella.

—Y esa no es la mejor parte —siento las manos de mi novio sobre mis hombros—. Te traje unos invitados sorpresa.

Hay tres personas acercándose a mí, no quiero llorar para no arruinar el maquillaje, pero es que me hace mucha ilusión tenerlos aquí, todos tienen una sonrisa de oreja y voy corriendo hacia ellos.

—En verdad están aquí —me las apaño para poder abrazarlos a los tres—. No puedo creer que en serio estén aquí, ¿cómo es que...? Pero estaban trabajando, ¿no es así? Ni siquiera creí que, ay, no puede ser.

Siento que hablo más rápido de lo que estoy pensando y eso me impide ser clara.

—Los echaba mucho de menos.

—Y nosotros a ti, cariño —mamá acaricia mi cabeza con delicadeza.

—También te extrañábamos, hija.

Hija. ¿Es normal querer llorar solo por escuchar una palabra?

—Carmen, gracias por venir en serio.

—Estamos contigo en esto, Stella. Ahora date prisa, no querrás que empiecen sin ti.

—Estarán ahí, ¿cierto? —miro a todos—. Conmigo.

Sonríen y asienten, de pronto siento que tengo la energía suficiente como para realizar una entrevista de horas.

Me alisto y al fondo veo a Cory, hablando con un señor, quisiera esconderme, pero es tarde, ya me ha visto.

—Ah, Stella, que bueno que ya llegaste, la entrevista está a punto de comenzar, te presento al señor

—Adrián —completo—. Sí, fue mi director en la universidad.

—Y por desgracia no fui el mejor, te mereces una disculpa, Stella, te dije que no llegarías lejos.

—Me dijo que terminaría como mesera, para ser más específicos.

Aquello sorprende a Cory y presta atención a la conversación.

—Sí y lo siento, debí imaginar que alguien con tanto talento como tú llegaría lejos, lamento que como director no te haya impulsado a luchas por lo que te apasionaba.

—Tuve personas que sí lo hicieron, descuide. Tomé cursos para prepararme mientras estaba con Cory, aprendí del mejor.

—Es lo que veo, si me disculpan tengo que irme. Señor Collins, gusto en conocerlo.

—Igual.

—Stella —se queda a mi lado para susurrar algo—. No hagas preguntas y vete la entrevista —lo miro confundida—. Hazme caso, no perteneces aquí, acabarán contigo, esta entrevista no es lo que piensas.

—Yo decidiré eso.

No insiste más con el tema y termina yéndose, me quedo esperando con Cory a que el programa comience, no me dice mucho, solo que la esposa del señor Adrián es quien nos entrevistará.

Siento que ni siquiera puedo regular mi respiración, veo a las personas afuera sentadas, emocionadas por lo que va a suceder, mi familia y amigos están detrás de nosotros brindando su apoyo y Erick es quien luce más orgulloso de verme aquí.

—Hemos hecho esto cientos de veces, sabes cómo responder no dudes de ti. Además, el productor que te quiere contratar verá la entrevista, pon tu mejor sonrisa.

—¿Estás nervioso?

—No tanto como tú, eso es obvio, pero sí, un poco, lo haremos bien, tranquila.

Espero que sí.

—Oye —me toma de la mano—. Te amo, lo harás bien.

—Gracias, también te amo —me debato entre si decirle o no—. Erick.

—¿Sí?

—Quiero hacer esto sola, no creas que estaré ignorándote o que no quiero verte, solo quiero hacer esto sola —repito—. Es importante.

—Acaba con ellos entonces.

Cory me indica que es hora y ambos entramos sonriendo y saludando al público, se escuchan los gritos eufóricos de las personas, hay quienes traen unos carteles, algo discreto, pero con mensajes preciosos.

«Gracias por existir, Cory»

«Te amamos, Stella»

«Stella eres la mejor»

Entre otros, iniciamos la entrevista con algo tranquilo. Carla, nuestra conductora comienza presentándonos, después hace un par de preguntas sobre cómo estamos llevando la grabación de la película aquí en Bridgen y Cory y yo no paramos de dar detalles.

Siento que durante los primeros diez minutos todo fluye de una buena manera, hay preguntas que van enfocadas a Cory y otras hacía mí, la gente quiere saber cómo estoy lidiando con la fama que estoy ganando y la película misma que, aunque todavía no se estrena, ya está dando mucho de qué hablar.

Carla llama a uno de los asistentes y le susurra algo, algún texto o imagen se ilumina sobre nosotros, pero no alcanzo a distinguir qué es, asumo que no debe ser nada bueno porque la cara del público cambia a una de espanto total.

—Y dime, Stella, escapando del amor se está ganando el cariño del público, ¿no?

—Sí, y se los agradezco, las están recibiendo bien incluso antes del estreno.

—Hay muchas especulaciones sobre que la película trata de tu historia fallida de amor, ¿es eso cierto?

—No, era una idea que tenía en mente desde hace tiempo, hace poco hablando con Cory la historia salió a tema, hicimos un par de llamadas y se me presentó la oportunidad de dirigirla, no es precisamente mi historia.

—Pero tú vida está llena de drama, ¿te ayudó para la película? —tenía que pensar en una buena respuesta—. Tu vida hace unos años no era la mejor —la gran pantalla detrás de nosotros se ilumina dejándonos ver fotos mías.

En su mayoría me muestran sola, pero las cosas no sucedieron así en realidad, a cada fiesta a la que iba salía unos minutos para tomar algo de aire fresco, no es como que me la pasara sola todo el tiempo.

—Dudo que las fotos demuestren lo que sucedía en realidad —interviene Cory.

—¿Fue difícil? —me mira—. Escribir escenas de amigos divirtiéndose en fiestas cuando es claro que tú nunca supiste encajar en ellas.

—¿Perdón?

—Seguro que no pasaba nada divertido a donde ibas, puedo entenderlo, pero ya que tu juventud no sirvió de mucho apuesto a que tus viajes por el mundo te dieron experiencia, cuéntanos, ¿qué pasó en San Francisco?

Otra foto se muestra y en ella estoy llorando sentada en una banca, fue el día que Javi fingió que no me había visto.

—O esta —al cambiar veo una foto de hace años, discuto con Erick antes de subir al auto e irme con mi padre a Bridgen—. Me parece una foto interesante, porque en los avances que Cory y tú han mostrado esta escena aparece, una chica discutiendo con su novio antes de subir al auto y marcharse, me parece muy trágico, ¿segura que tu historia no se ve relacionada en la película?

—No.

Me incomoda más la manera en la que se está riendo, sé que Cory está diciendo algo para aligerar el ambiente, pero he dejado de ponerle atención, solo puedo mirar a Carla.

—Háblanos de tu experiencia, querida, ¿cómo se llega a ser una directora de cine reconocida sin preparación?

—Me preparé —defiendo—. Tomé cursos y

—Pero un curso no es lo mismo a la universidad, no tienes un título que avale que realmente eres buena.

—Da igual si lo tiene o no —habla Cory—. Ningún papel define quienes somos.

—Pero no me negarán que abrirá muchas puertas, dejaste todo atrás, Stella, abandonaste la universidad por una oportunidad que no sabías si te sería dada o no.

—Continúe estudiando hasta que el ciclo escolar termina, no dejé nada a la mitad, me sorprende tal acusación viniendo de su parte, siendo la esposa de un importante director, el mismo que dirigía la escuela a la que asistía.

Su semblante cambia a uno más serio.

—Es información delicada que no debes compartir de mí.

—¿Y las fotos que usted ha puesto no son información delicada mía?

—Fueron tomadas por gente del público, las personas deberían ver que no tuviste más que un golpe de suerte, sin la preparación adecuada, ¿quién más trabajará contigo, Stella? ¿No lo creen? —mira al público—. ¿Cómo piensas competir contra profesionales que sí tienen un título?

Entonces las dudas llegaron en ese momento, las voces en mi cabeza se intensificaban diciendo que no lo lograría, que da igual lo bien que le vaya a esta película, tarde o temprano la gente notará que soy un fraude, la chica que solo tuvo suerte, sin futuro, sin preparación, el productor podría llegar a pensar que no soy tan buena y, entonces, todo se acabó.

Hago un esfuerzo por decir algo, por defenderme, pero las palabras se atascan en mi boca, no pienso con claridad, la gente se ríe de mí, en especial Carla, estoy haciendo el ridículo y estoy en blanco.

—Yo...

—Todo tiene explicación —la gente comienza a aplaudir en cuanto ven a Erick entrar—. Y cada foto tiene una historia muy conmovedora detrás.

—Erick, vete —pide entre dientes Cory.

Todo parece estar sucediendo en cámara lenta, la gente comienza a olvidar que yo era el centro de atención junto con Cory, se centran en mi novio, su carrera, no hay fotos vergonzosas de él, nada que pueda dañar su imagen, Carla involucra en la chara a Cory tanto como puede y yo he pasado a ser la entrevistada a una más del público.

No hay más preguntas para mí, nada que ella quiera saber, dejó a un lado las tarjetas done tenía preguntas de los fans. Se convirtió en la entrevista de Erick Murphy, el importante fotógrafo.

—Muchas gracias por haber venido, me temo que es todo por esta noche, pero esperamos contar con ustedes en otra ocasión.

La gente no aplaude, ni sonríe, no dicen nada, se han ido molestos del lugar y para este punto, no sé a qué se deba.

Las emociones negativas también son contagiosas.

Me pongo de pie molesta para salir de ahí, nunca creí que cuando el director dijo que tenía irme era porque algo así pasaría.

—Lo siento mucho —pone su mano en mi hombro y me da un leve apretón—. Hablaremos de esto con calma mañana, no olvides que hay que llegar temprano para grabar. ¿Estás bien?

—Sí, descuida, iré a cenar con mi familia y luego al departamento.

—Te veo mañana, entonces.

—Descansa, Cory.

Puedo ver la cara de decepción en mi familia y algo de enojo en mis amigos, pero cuando llego hasta ellos no me miran a mí, sino al chico que viene detrás cantando victoria.

—¿Vieron eso? —suena emocionado—. Hace tiempo no tenía una entrevista así, logramos al menos calmar a la gente, solo hacían falta las antorchas, amor —me cruzo de brazos al mirarlo—. ¿Qué pasa?

—¿Qué pasa? ¿En serio? ¿Te recuerdo a quienes iban a entrevistar?

—Stella, estabas nerviosa, te estaban haciendo quedar mal.

—Pedí claramente que me dejaras hacer esto sola.

Su sonrisa se borra y da paso a una expresión molesta, sé bien que acabé con su paciencia, bien, él acabó con la mía.

—¿Si escuchaste lo que dije? Te estaban haciendo quedar mal.

—Y estaba lidiando con ello.

—Oye, no es justo, trataba de ayudarte.

—¡No pedí tu ayuda!

—Lo siento —me mira molesto—. ¿Ahora es un delito querer ayudar a mi novia?

—Te dije que lo haría sola, Cory te pidió que te fueras y aun así te quedaste, dime ¿disfrutaste al menos la entrevista? Que todo el tiempo se la pasaran hablando de ti y tú trabajo, vaya, tan famoso que hace tiempo no te hacían una entrevista, ¿verdad?

—Stella —Javi intenta intervenir.

No, no dejaré que lo haga esta vez.

—Quería ayudarte.

—¿En serio o solo tratas de convencerte de eso para no sentirte mal?

—Lo lamento, olvidé que tenías que ser el centro de atención.

—¿En mi entrevista? —pregunto, incrédula—. No me digas, que cosa tan horrible centrarse en mí cuando soy yo a quien entrevistarían.

—En serio no te entiendo, dices que estar conmigo es bueno, pero luego soy solo un estorbo.

—¿Estorbo? —ya es imposible reunir paciencia—. Deja de poner palabras en mi boca que yo no he dicho. Fui clara, Erick, tenía que enfrentar esto sola, no necesito al caballero de armadura brillante que venga a rescatarme todas las veces.

—Te equivocas, he estado ahí para ti siempre, ¿tan poco significa para ti?

—¿Siempre? ¿Dónde estuviste tres años y tres meses? Porque hubo momentos en mi vida donde no la estaba pasando bien, dónde estabas, ¿eh?, ah, sí, muy ocupado emborrachándote en London conociendo chicas.

—Pues esas chicas sí creyeron en mí, un par de besos y jamás volvieron a dudar de mi palabra.

—Erick —advierte Leonel—. Basta.

Chicas, un par de besos, sabe que ha estropeado todo porque cierra los ojos.

—Carajo. Stella, no es lo que quise decir.

—Está bien, no éramos nada. Si tanto extrañas a las chicas, hazte un favor y regresa con ella, si no dudaron es porque no te conocían, ¿recuerdas cuando dijiste que confiabas en mí? Yo intenté confiar en ti también, pero lo has dicho tú, me dabas motivos de sobra para no hacerlo.

Mi familia no tarda en adelantarse a la salida y yo voy con ellos, Danna me da una sonrisa de lado y se va con Leonel, Javi regresa al auto, lo veo poner los seguros, creo que alguien tendrá que irse a pie o tomar un taxi.

—Espera, espera —no he subido al carro—. Ambos hablan y ambos escuchan, creo que ninguno de los escuchó, solo hablamos, y estoy seguro que no te sientes así.

—Ah, soy yo el problema.

—Yo tampoco me siento así.

—Erick, no tengo ganas de hablar contigo ahora —su mirada sigue inexpresiva.

—Creo que separarnos por ahora es mejor, entonces.

Me mantiene la mirada unos segundos. «Separarnos», ambos suspiramos, incluso en los peores momentos, deja en claro que es el indicado para mí.

—No estoy terminando contigo —decimos al mismo tiempo, pero él habla después—. Con separarnos me refiero a hoy, después hablaremos.

—Sí, cuídate.

Me apresuro a cerrar la puerta del carro de mamá, prefiero ir con ella en estos momentos, no han pasado ni dos minutos cuando don chismes me llama.

—¿Qué te dijo? ¿Lo golpeo?

—Déjalo, Javi. Está bien.

—Por favor no vayas a creer en nada de lo que dijo Carla en la entrevista, tienes potencial.

Empiezo a dudarlo.

—El productor nos estaría viendo, creo que las cosas salieron mal, puede que ahora quiera contratar a mi novio en vez de a mí.

—Al productor le encantó tu trabajo, le encantaste tú.

—Nunca sabes cuando una persona se va a aburrir de ti. 


No sé qué pasó, estoy tan sorprendida como ustedes. Lloremos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro