Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

30 | Tratando de sacarte de mi mente

Stella

—Te prometo que escucharte es mi parte favorita del día, Stella.

—Es que siento que estoy usando palabras extrañas, de verdad no quiero aburrirte, Alan.

—No creo que puedas llegar a aburrirme.

Habíamos estado hablando durante esta semana, me sentía menos estresada hablando con él, cada quien seguía haciendo sus cosas, pero nos manteníamos comunicados. Me decía tantas cosas lindas y mostraba un interés autentico en mí.

Había dos cosas que no podía ocultarme a mí misma. La primera es que me gustaba hablar con Alan y pasar tiempo con él, me sentía bien a su lado.

Lo segundo es que, por mucho que lo intentara había algo que no me dejaba disfrutar del todo lo que teníamos, o lo que estamos construyendo. Mi felicidad era genuina, no tenía que pretender ser alguien que no soy con él, pero seguía sintiéndome vacía de alguna manera.

—¿Cómo van las ventas de la tienda?

—Han mejorado bastante, te sorprendería ver cuántas personas se acercan para comprar vinilos.

—Déjame adivinar —intento contener la risa—. ¿Solo personas de la tercera edad?

—No te burles, he tenido uno que otro cliente joven, el domingo pasado entraron dos chicos y se veían muy interesados en comprar algo, querían regresar al siguiente día, pero les dije que tenía una salida y hablando de eso, ¿lista para la cena de hoy? Seguro que Zach ya te extraña —bromea.

Alan y yo no habíamos coincidido mucho esta semana en horarios, así que recién hoy se nos presentó la oportunidad de volver a salir. A lo largo de esta semana estuve yendo al bar con Danna, conocimos un poco más a Zach y puede que un poco de la amplia variedad de bebidas que tenía.

Danna se volvió una fan de sus hamburguesas y yo de las presentaciones en vivo, descubrimos que, hasta hace poco, Adam estaba tocando en ese mismo bar, ahora se está ganando mucha fama con la banda que formó: Hidden.

—O tal vez ya se hartó de nosotras.

—No creo que alguien pueda hartarse de sus clientes frecuentes, representas dinero para él.

—Y seguro que solo por eso nos tolera —añado entre risas.

—Estoy seguro que las aprecia a ambas —escucho ruidos afuera.

—Lo siento es Danna, tengo que colgar, te veo en la noche.

—Claro.

Dejo el móvil en la cama y pongo la laptop en mis piernas, Danna entra irradiando felicidad.

—Hola, amiga, ¿hablabas con alguien?

—Con nadie —entrecierra los ojos—. Conmigo misma, de hecho. Estaba terminando de planificar unas cosas ya que mañana es viernes y tengo que reunirme con Cory.

—Ah, perfecto —llega hasta la cama para acostarse y no deja de sonreír.

—Seguro que estuviste con Hugo, ¿ahora sí es oficial?

—Es oficial, estamos juntos —habla en un tono mucho más agudo.

—¡Por fin! Yo sabía que Hugo tenía un poco de cerebro, no iba a perder a una chica tan maravillosa como tú.

—Aww, Stella, te has vuelto más sentimental desde que llegaste, esta ciudad hace milagros.

—Oye —le aviento un cojín—. Siempre te he dicho lo importante que eres y no solo para mí.

Esta vez asiente y se levanta para sentarse a mi lado, me toma por sorpresa que me abrace, en serio está emocionada por algo.

—Quiero decirte que eres mi mejor amiga, Stella. Nunca creí encontrar una amistad tan sincera como la tuya.

—Llegamos a la vida de la otra en el momento correcto —correspondo a su abrazo. No creo que Danna sea consciente de lo mucho que significa para mí—. Y estoy segura que la amistad seguirá sin importar lo que pase.

—¡Eso! Quiero que te grabes bien esas palabras el día de hoy, que seremos amigas sin importar lo que pase, ¿okey?

—Okey.

—También estoy feliz por otra cosa, me gustaría que fuéramos al bar de Zach hoy.

—¿Hoy? —rasco detrás de mi oreja con incomodidad.

Puede que no le haya dicho a Danna todo lo que está pasando con Alan, no porque no le tenga confianza, sino porque ha estado tan feliz estos días saliendo con Hugo que no quise agobiarla con mis cosas, además, no es como que Alan y yo ya seamos una pareja, recién nos estamos conociendo.

Conociendo a mi amiga haría un escándalo de esto, se emocionaría de más y empezaría a creer que cada cosa que haga con Alan por mínima que sea es una señal de amor, no quiero emocionarme tanto.

—¿Tienes algo que hacer?

—Sí, es que voy a reunirme con alguien del trabajo, me surgió un problema y tengo que arreglarlo cuanto antes.

—Pero es que tenemos que ir al bar —insiste—. ¿Qué tal cuando te desocupes?

Bueno solo charlaré un poco con Alan, dudo que nos quedemos mucho tiempo, cuando él se vaya le diré a Danna que estoy disponible y entonces haremos lo que sea que esté planeando.

—Sí, creo que puedo avisarte cuando esté libre, ¿tantas ganas tienes de emborracharte?

—No es eso —me empuja—. Es que hay algo que quiero decirte.

—No estarás embarazada, ¿verdad?

—No..., no que yo sepa. Bueno, avísame cuando estés libre, ¿de acuerdo?

—Sí, yo te llamo.

Cuando sale del cuarto creo que puedo volver a respirar, no debería ocultarle nada a mi mejor amiga, ahora que ya es oficial que regresó con Hugo no debería preocuparme, esta noche en el bar le diré lo que está pasando con Alan.

Incluso podríamos hacer una cita doble, sé lo enamorada que está de Hugo desde que estábamos en Clawood, quizá todos tenían un concepto de cómo era Hugo.

«Patán»

«Mujeriego»

«Sin sentimientos»

Pero con la persona correcta puedes cambias para mejor, muchas veces sin darte cuenta.

No mentí cuando dije que tenía un problema. Tenemos una sesión de fotos pronto con el elenco y conmigo para una importante revista, Cory dijo que se encargaría de eso, pero no me ha dicho si ya logró solucionarlo.

Llamada entrante: Papá

—¡Papá! ¿Todo bien?

—¿No puedo llamar a mi hija así porque sí? Quiero saber cómo estás.

—Claro que puedes, pero hablamos ayer en mi hora de comida.

—Stella, tú no tienes hora de comida.

Lo que callamos los directores.

—Sí, bueno, me entiendes. ¿Tan pronto me extrañan?

Nunca perdí el contacto con mi familia, ayer por la tarde en un momento que tuve libre hicimos una llamada. Sí, plural, se enlazó también mi madre y Carmen como era de esperarse estaba con mi padre en la casa.

—Es que tu madre se emocionó porque vendrías a casa.

Había un par de cosas que todavía le costaba a mi padre reconocer, como el hecho de que me extrañaba y, aunque me decía cuánto me quería y lo orgulloso que estaba de mí, eran palabras que escuchaba pocas veces, parece que le sigue costando trabajo expresarse, pero al menos mantenemos una muy buena relación, es más de lo que podría pedir.

—Iré pronto, descuida.

—Y ambos queríamos saber dónde te quedarás, si con ella o con nosotros.

No era algo en lo que me hubiera detenido a pensar.

—Todavía no lo sé, depende de lo que vaya a hacer en Clawood, podría quedarme unos días con mamá y otros contigo, si no te molesta claro.

—Eres bienvenida siempre que quieras, lo sabes. Oye, tú has..., ¿has hablado con Danna?

—¿Danna?

—Sí, ¿qué no es la chica que vive contigo?

—Así es, lo que me sorprende es que preguntes por ella.

Yo siempre tengo que sacar conclusiones apresuradas de las cosas, siento que no puedo pasar por alto los detalles. La forma de actuar tan extraña de Danna, su insistencia porque fuera al bar y ahora que mi padre me pregunte por ella, seguro que están planeando algo para sorprenderme hoy.

Ya les había dicho que tendría una entrevista pronto, nunca terminaré de acostumbrarme a ellas y saben lo nerviosa que me pongo, supongo que esta vez quieren estar aquí conmigo, sería un gesto lindo.

Tendré que hacerme la sorprendida.

—Hablamos un poco, iremos al bar del que te he contado.

—Ah, muy bien, yo te llamo después. Cuídate, hija.

—Adiós, pa —no termino de responder cuando ya ha colgado.

En verdad sería lindo que estuvieran ahí, me hace ilusión estar de nuevo con mi familia y qué mejor que ahora, las semanas se pasarán rápido, llegará navidad y estaremos juntos, extrañaba tanto pasar estas fechas con ellos.

Cuando termino de ajustar los detalles para la sesión de fotos busco algo que ponerme, aún tengo tiempo, me empiezan a llegar varios mensajes y veo de quién soy.

Alan: Oye, no quiero parecer un intenso ni nada, pero ¿sí vendrás? Es que llevo media hora esperando.

Alan: Si no puedes no pasa nada.

Alan: La verdad es que te escribo porque quiero saber si estás bien, no sueles llegar tarde, ¿estás bien?

Alan: La función en vivo se suspendió o se cambió, vi a la guitarrista irse, habrá otra en media hora.

¿Media hora? Presto atención a la hora de mi teléfono, se supone que tengo 6:30.

—Maldición.

Ya se me hacía raro que hubiera oscurecido tan temprano.

Yo: Quizá suene como la peor excusa de todas, no sé cómo pasó, pero creo que se le cambió la hora a mi teléfono, voy para allá, no tardo.

Alan: Descuida, no iré a ningún lado.

Ahora ya sin tiempo de sobra me pongo lo primero que encuentro y por más que busco no logro dar con mi chamarra, ya no puedo quedarme.

Soy cuidadosa al manejar, pero acelero cuanto puedo, el viento me despeina como si trajera algo en mi contra, aunque ya da igual. Cuando llego al bar veo a Alan tan calmado con su celular, que me logra transmitir su tranquilidad.

—Hola.

—Hola —se levanta para saludarme—. ¿Estás bien?

—Sí. —Respondo todavía con la respiración agitada—. No sé qué le pasa a mi teléfono, lo siento —toco mi pecho sintiendo algo extraño.

—¿Segura que estás bien?

Es una sensación que no logro describir, como la que sentí en la fuente aquel día y en ambas situaciones he estado con Alan lo cual podría significar algo.

—Sí, lamento la demora.

—Tranquila, me preocupaba que algo te hubiera pasado.

—¿Stella? —preguntan al mismo tiempo dos personas.

Me volteo para ver que en la barra están Danna y otro chico que se da la vuelta y comienza a alejarse, parece que mi amiga vio un fantasma o peor, estoy tan nerviosa como ella, pero dudo que por las mismas razones, el único que parece no tener idea de lo que pasa es Alan.

—¿Este era tu asunto de trabajo?

No parece molesta, solo sorprendida.

—¿Trabajo?

—Larga historia —prefiero centrarme en Danna—. Quería decirte, pero estabas muy feliz con Hugo y no quise arruinarte eso.

—¿Son pareja? —teme por mi respuesta.

—No, solo nos hemos mantenido en contacto es todo.

—Por ahora —agrega Alan y eso parece empeorar la situación.

—Yo no..., es que no estabas bien, quería ayudar. Ay, como lo siento —dice preocupada.

—¿Qué pasa?

Se van sin decirme nada más y tomo asiento dándole la espalda al escenario, ya no quiero ni ver la presentación. No sé qué moscó le picó a Danna, si se trata de lo de mis padres no veo por qué tendría que estar que preocupada.

—Muy buenas noches a todos —escucho a Zach decir—. Esta noche tenemos una presentación especial, espero la disfruten.

—Sea lo que sea que esté pasando con tu amiga seguro que no es tan grave.

—Eso espero.

Escucho la canción empezando con un buen ritmo en la guitarra.

—¿Quieres que nos vayamos?

—Creo que será lo mejor.

«It's been a day, it's feel like an age, since I have seen you»

Me detengo en seco y la presión en el pecho regresa, esta vez sintiendo que mi corazón está a nada de salirse de mi pecho, no solo reconozco la canción, sino que sé quién está cantando detrás de mí.

Jamás logré sacar de mi mente el sonido de su voz.

Danna está frente a mí, me da una sonrisa de boca cerrada como si ese fuera un gran consuelo, ahora entiendo a lo que todos se referían. No quiero hacerlo, pero termino volteando para encontrarme con algo que me deja todavía más confundida.

Sí, Erick está cantando, pero a su lado está Javier, tocando la guitarra.

«I've been wasting all this time, tryna keep you off my mind

You off my mind, no more.

I've wasting all these nights, tryna keep you off my mind

You off my mind, no more»

No hay palabras que logren describir cómo me siento, verlos a los dos de nuevo y bajo estas circunstancias no es lo que esperaba, imaginaba todo menos esto, no presto mucha atención al resto de músicos que los acompaña.

Estoy inmóvil, parece que la respiración me ha sido arrebatada, los ojos de Erick no se apartan de los míos. Canta y todo lo que ve es a mí.

«'Cause I know you hate, when we're side by side,

We're goin' two separate ways.»

Hay momento para un pequeño solo de guitarra donde Javi, como era de esperarse se luce y tampoco deja de mirarme, comienzo a sentir el resto de miradas, todos saben que la canción es para mí, creo que es obvio.

—¿Stella? —sé que está sujetando mi mano, Erick frunce el ceño en cuanto lo ve, pero no por eso se detiene.

Sigue cantando y no sé qué es lo que espera lograr con esto, pero entendí que todo lo que sentía, esa incomodidad en el pecho no es ninguna «señal» de que me esté enamorando de Alan, todo lo contrario.

Significa que he estado cerca de Erick todo este tiempo, de pronto todo a mi alrededor desaparece, es como si volviéramos a ser los mismos de antes. Sé que no canta para nadie, pero, aun así, se ha parado en medio del escenario a cantar solo para mí.

No luce tan diferente, un corte de cabello nuevo, se ve que ha estado ejercitándose, la misma sonrisa que hace que te olvides de todo, las expresiones que denotan que está nervioso, pero sí que hay algo distinto. Cuando conocí a Erick parece que tanto él como su alrededor estaban llenos de color, ahora es como si viera una persona en blanco y negro.

Son tantos sentimientos en cuestión de segundos que no sé cuál predomina, el dolor, el amor, el enojo, la desesperación.

No había sido consciente de lo mucho que lo echaba de menos hasta ahora.

Y entonces toda nuestra historia llega de golpe a mi memoria.

«—El chico del paraguas. —Estira su mano, no la acepto—. No soy un asesino.

—Es lo que uno diría».


«—Escucha, no te vayas.

—¿Por qué? —enarco una ceja.

—Porque quiero estar contigo».


«—Desde que llegaste a mi vida todo cambió y —se corta a sí mismo.

—¿Y...?

—Y entendí que nunca antes había estado enamorado hasta que llegaste tú».


«—Dijiste que me amabas, Erick.

—Jamás había dicho algo más real».


«—Stella, eres mi hogar, solo quédate».

Después de esos momentos todo empeoró, me mintió, la realidad es que nunca me quiso y tengo que convencerme de eso.

Suelto la mano de Alan lo que le da cierto alivio a Erick, Javier está ahí nada más existiendo, cuando la canción por fin termina se crea un silencio sepulcral, el chico aclara su garganta antes de hablar.

—¿Puedes agregar esta canción a la playlist?

No puedo encontrar mis cuerdas vocales en este momento, al parecer todos esperan que responda, en especial Erick, ¿qué es lo quiere? ¿Qué vaya corriendo a él a besarlo y decirle que volvamos a intentarlo?

—Tienen que estar bromeando. —Miro a los chicos de los que no he sabido nada en más de tres años.

—Oye —Alan intenta acercarse, pero me alejo.

—Lo siento, en serio.

Salgo cuanto antes de ahí y una vez fuera busco en mi bolsa las llaves de la moto, estoy tan nerviosa que todas las cosas se me caen y tengo que levantarlas.

—Déjame ayudarte. —Se agacha para levantar cuanto puede, ojalá se hubiera quedado dentro. Toma las llaves y yo termino de guardar el resto.

Está frente a mí, en verdad es él, Javi no tarda en aparecer y quedarse a su lado, me limito a mirarlos porque tengo que contener el nudo en la garganta. Llorar siempre ha sido la única forma en la que logro sacar todo lo que llevo dentro y no quiero hacerlo frente a ellos.

—Hola —no se le ocurre nada mejor que decir.

—Hola.

—Lo que pasó allá adentro.

—Creímos que te gustaría —añade Javi.

—Pensé que no cantabas para nadie.

—Ya deberías saber que contigo es diferente.

—Tengo que irme.

Se apresura a tomar mi mano y es dolorosa la familiaridad que siento cuando me toca, eso bastaba muchas veces para tranquilizarme. Tiempo pasado.

—Qué gusto verlos, pero tengo cosas que hacer —le quito las llaves a Erick.

—Déjame explicarte, Stella.

No lo contengo más, ya no puedo quedarme callada.

—¿Explicarme qué, Erick? Creí que habías sido claro la última vez que hablamos, te disculpaste por haber jugado conmigo y yo lo acepté, ¿qué más tienes que decir?

—Hay cosas que no sabes —comenta el otro.

—¿Y tú qué, Javier? ¿Ahora finges ser el cómplice de Erick?

—Me contó lo que pasó y

—No, no tienes idea de un carajo. No sabes lo que pasó, no tienes idea de lo que viví ni lo que sentí, ¿y sabes por qué? Porque no estabas ahí. Porque una desconocida tuvo más peso sobre tu mejor amiga y te largaste con ella. ¿Erick te dijo que nuestra relación fue una farsa? ¿Qué nunca se enamoró de mí y que solo intentaba recuperar a su ex novia? —ambos permanecen callados y me dirijo a Erick—. Ah, ya veo, omitiste los detalles importantes.

—Las cosas no fueron así, Stella. Hablé con Paula y

—Bravo, Erick, después de todo este tiempo mantienes contacto con ella.

—Me dijo que te explicó todo y

—No hablé con ella —interrumpí—. Así como no pienso seguir hablando con ustedes dos —me alejo para ir hacia la moto y Erick se planta a un lado.

Me subo en ella, la enciendo y me detiene un tanto confundido al verme en la moto.

—El casco.

—Como si te importara.

Conduzco tan lejos como puedo. Estuvimos separados más de tres años, y seguimos encontrándonos, comienzo a creer que no hay lugar al que pueda ir donde él no esté, al final siempre terminamos en el mismo punto.

Me detengo en un parque y tomo asiento, es más tranquilo estar aquí de noche, no hay personas, no hay ruido, cuando intento alejarme del resto de la gente suelo venir aquí, las veces que venía de visita a Bridgen me gustaba estar en este parque, en el fondo sabía por qué, además de la naturaleza que me rodea, me recordaba a él.

«—¿A qué lugar irías si quisieras alejarte de todos y no ser encontrado, Erick?

—Un parque.

—¿Parque?

—Sí, muchas de las personas que me conocen creen que trataría de esconderme y cosas así, seguro que buscarían en los lugares más recónditos del mundo, pero me quedaría en un parque, no lo sé, me parece un buen lugar para estar».

No sé cuánto tiempo habré estado ahí, escuché un ruido, seguro es el guardia y está en su ronda de vigilancia. Me doy cuenta que no es él cuando toma asiento a mi lado, me sorprende ver a Javi conmigo.

—¿Me pusiste un chip de rastreo o algo así?

—Supuse que estarías aquí —se encoje de hombros.

—No le he dicho a nadie que vengo a este lugar, ¿cómo me encontraste?

—Cuando quieres un momento de privacidad te gusta estar en lugares que tengan muchos árboles —mira a su alrededor—. Este parque en todo Bridgen es lo más parecido a un bosque y está lejos de la ciudad por lo que me parece un buen lugar para relajarse y pensar.

Tenía muchos insultos reservados para el momento en que me encontrara con alguno de los dos, pero ya me he calmado más.

—Olvidaba que me conocías.

—Te conocía mejor que tú misma, o eso me decías.

—Sí —en cuanto Javi vio que estaba temblando se quitó la chamarra para dármela, la verdad tenía mucho frío—. Gracias, pero mejor te la devuelvo no vaya a ser que llegue tu amiga Amelia y te diga que también tiene frío.

Lo veo derramar un par de lágrimas, le dije cosas peores antes y no se puso así, sin embargo, verlo de esa forma duele, no puedo seguir ignorándolo, así que me permito bajar la guardia.

—¿Javi?

—Es gracioso —limpia con su manga las lágrimas—. Una vez me dijiste que no viniera llorando a ti cuando las cosas salieran mal. Tenías razón sobre Amelia, no era quien yo pensaba, descubrí que solo me estaba usando para poder llegar a México, cuando terminó nuestro primer año me mostró sus verdaderas intenciones, me dejó a un lado, intentó sabotearme, casi me expulsan de la escuela por su culpa, solo uno de los dos podía destacar al parecer y quería ser ella.

Sé que es el cúmulo de todo, pero lloro con él, porque sabía que eso iba a acabar mal, no imagino todo lo que tuvo que pasar, tomo su mano y solo sujeta la mía con más fuerza.

—¿Qué pasó contigo?

—Mi estadía ahí fue un infierno, pero yo terminé sobresaliendo, vivíamos juntos y nos hicimos de un par de cosas, un día llegué al departamento y estaba vacío —intenta sonreír—. Dejó los sillones y un par de muebles, pero todo lo que compramos juntos se lo llevó y sé que habrá un momento para hablar de esto, pero me gané un viaje a San Francisco —su voz se quebró—. Te lastimé y era obvio que no querías saber nada de mí, ese día te vi.

—Fingiste que no me conocías —recordé con dolor.

—Estaba avergonzado por todo lo que te hice pasar, desde perder contacto contigo hasta hacerte creer que ya no eras importante para mí, que podías ser reemplazable, pero no es así —voltea para mirarme—. Me dejé llevar, me encariñé con una persona solo porque creí que entendía lo que sentía al estar atrapado en la ciudad. Me fui porque quería superarme, Stella.

—Lo sé.

—Y en el proceso te perdí. Y no sabes cuánto lo siento. Vine aquí porque Erick me llamó, me contó lo que quería hacer y yo no tenía nada que perder, creí que valía la pena intentar recuperar la amistad, sabía que sería difícil considerando lo que pasó en San Francisco, pero tenía que intentar, porque ya no quiero fingir que no te extraño. Necesito a mi hermana.

No podía decirle nada porque ya estaba llorando, de igual forma creo que no hubiera encontrado las palabras en este momento, así que lo único que pude hacer fue acercarme a él y abrazarlo.

Y así nos quedamos, ese abrazo estaba hablando por nosotros, podía entender a Javi de alguna manera, sé lo que es tener una venda en los ojos y creer que la persona con la que estás te hace bien, eso me pasaba con Fernanda y cuándo él insistía en que tenía que alejarme de ella, yo lo ignoraba.

Hay tantas cosas que deseaba hacer y otras tantas que sí hice, pero en cada una de ellas quería que Javi estuviera conmigo.

Cuando las personas están lejos de ti es fácil mostrarte fuerte, indiferente, pero una vez que están cara a cara ya no puedes ocultar lo que sientes.

—Te extrañé tanto —me apartó para limpiar con sus pulgares las lágrimas.

—En serio lo siento, nunca me van a alcanzar las palabras para expresarte lo arrepentido que estoy de lo que hice, no quería lastimarte de esa forma, Stella. ¿Crees que puedas perdonarme?

—Ya lo hice.

—Esperaba un poquito más de resistencia.

—Javi —lo empujé ligeramente.

—¿Significa que puedes perdonar a Erick?

Se muestra un poco desanimado cuando me quedo callada, asiente tomando el silencio como respuesta.

—Quiere explicarte lo que pasó.

—Me da miedo —confieso—. Lo recuerdo a él disculpándose antes de que subiera al auto de papá, dijo que lamentaba haber jugado conmigo. Lo confesó, Javi, y ahora llega Paula y llega Erick y me dicen que fue un engaño, ¿por qué me mintió entonces?

—Me parece que es él quien tendría que responder a eso, pero ¿a qué le temes en realidad?

—A que pude haberme equivocado. Supongamos que hablo con Erick, que le creo y me explica lo que pasó, todo fue una trampa de Paula, significaría que entonces quien falló fui yo porque no habré confiado en la persona que amaba. Me sentía tan insegura que me parecía una locura que alguien como Erick se hubiera fijado en mí.

La forma en la que poco a poco nos íbamos acercando, siempre sentí que con Erick podía estar en completa paz, desde entonces entendí que estaba enamorada, no solo por cómo me sentía estando a su lado, sino por quién era él.

Llegó a demostrarme que sí merezco algo bueno, algo honesto. Las citas, la confianza que me tenía, el amor sano que me daba, no era cuestión de suerte, yo sí merecía todo eso. Tardé un tiempo en comprenderlo.

—¿Y ha cambiado tu perspectiva de ti?

—Por supuesto —respondo segura—. ¿Cómo no se iba a fijar Erick en mí si soy un partidazo?

—La mejor chica que alguien podría tener.

Se pone de pie y estira su mano, la acepto sin problema.

—Recuerdo bien que un rato en el frío y te enfermas, vámonos antes de que se haga más tarde.

—Volveré en la moto.

—Te diré algo y no quiero que te molestes —espero a que continúe—. También descubrí que Erick se acaba de mudar aquí a Bridgen con Leonel y sorpresa, vive en frente de tu edificio.

Así que el chico en moto que vi era él, creo que hay muchas cosas que tienen sentido ahora.

—No quiero hablar con él, Javi.

—Sí, ya lo sé, pero lo más seguro es que esté esperándote, no te vayas a ir a ningún otro lugar, ve a casa.

—¿Algo más que deba saber?

—No, aunque quiero preguntarte algo, ¿quién era el chico con el que estabas?

—Ya habrá tiempo para hablar de eso.

Se despide de mí y yo regreso al departamento en la moto, mientras más cerca estoy más nerviosa me pongo, Javi tenía razón, cuando estaciono la moto él se levanta del piso al verme.

—Creo que estuviste charlando con Javi —señala la chamarra.

—Sí, una charla profunda que me ha dejado agotada, permiso.

Mis intentos de pasar son en vano.

—No tenía idea de que estuvieras saliendo con Alan, lamento haber arruinado lo que sea que estuvieran haciendo —lo disimula bien, pero lo conozco, está molesto.

—¿De dónde conoces a Alan?

—Entré a su tienda de vinilos el domingo que llegué, cuando dijo que tendría una cita nunca imaginé que sería contigo, te imaginaba en Los Ángeles —cierra los ojos como si lamentara haber dicho eso.

Ha estado al pendiente, ¿eso significa algo? No pienso adentrarme a una conversación donde sé que el territorio es peligroso.

—Veo que tienes una moto nueva —cambio el tema.

—Sí, al igual que tú —no puede ocultar su sonrisa—. Creí que no te gustaban tanto las motos.

—Les tomé gusto cuando aprendí a conducirlas. Tuve un buen maestro.

—Me alegra entonces haberte enseñado bien.

—Sí. Erick, en serio estoy cansada, tengo que irme.

Me acerco a el edificio donde Sam me abre la puerta, no le quita la mirada al chico, vigila cada uno de sus movimientos.

—Oye, Stella —obtiene mi atención—. La canción, ¿te gustó?

—Es buena, gracias por dejar en claro que has querido sacarme de tu mente.

—No, creo que no has entendido el mensaje. He estado desperdiciando mi tiempo, mis noches tratando de sacarte de mi mente, pero no he podido, de eso habla la canción, de que por mucho que me esfuerce no te puedo olvidar.

Miro de reojo a Sam quien ha sustituido la cara de vigilante rudo por la de un señor conmovido por la escena que está presenciando.

Erick comienza a alejarse al no obtener respuesta algo.

—Erick.

—¿Sí?

Lo primero que pienso es en decirle que no me busque, que se aleje de mí, que ya no siento nada por él, pero tratándose de nosotros creo que nunca escucho al lado racional y es cierto que estoy asustada, pero también me gustaría obtener respuestas a preguntas que me he estado haciendo por años.

—Puede que vaya siendo hora de ampliar esa playlist, agregaré la canción que tocaste.

—¿Volveré a recibir grandes recomendaciones tuyas?

—Puede que mi siguiente recomendación sea una canción de Harry Styles —sonríe de lado ante el comentario.

—Me encantaría escucharla.

—Descansa, Erick.

Suspira, cansado o aliviado, no lo sé.

—Descansa, Stella.

Cuando entro al departamento Danna no está y mi celular está lleno de notificaciones, de My Story, de mensajes, llamadas perdidas, de Danna, mi familia, Javi, cuando veo porqué la gente hace tanto alboroto noto la razón.

Se ha subido un vídeo donde Erick está cantando para mí, debí imaginar que grabarían ese momento, la gente no deja de hablar de eso. Oh, bravo y además creo que estoy en problemas.

Cory: Mañana temprano en el estudio, tenemos que hablar. 



En serio tienen que escuchar la canción, esta es una escena que tenía clara desde que comencé a escribir el libro y espero que la hayan disfrutado tanto como yo.

Me gustaría que no juzgaramos a Stella por la facilidad con la que perdonó a Javi y cómo es que todavía le cuesta perdonar a Erick, sabemos que todo es un graaan malentendido, pero hay que ponernos en su lugar. No amas igual a tu mejor amigo como amas a tu pareja, ella sigue en un proceso de descubrirse a si misma y, aunque ha logrado mucho, hay cosas que siguen siendo difíciles para ella, sin mencionar que para Stella tiene más peso la relación que ha estado construyendo con Javi desde hace más de siete años, que la relación con Erick, de poco más de ocho meses.

PD. ¿Tienes alguna escena favorita hasta ahora?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro