23 | La preparación del evento
Stella
Habían pasado ya unos días desde lo del evento de gala, las cosas entre Erick y yo habían mejorado, tal y como dije, todo lo que pasó había quedado en el pasado, no habría ahora secretos entre nosotros y todo seguiría bien, las cosas por fin estaban volviendo a ser normales.
¿Podía yo estar tranquila en este momento? ¡No! El evento de terror comenzaba en un par de horas y la banda todavía no llegaba, los encargados de montar todo estaban tardando demasiado y no sabía dónde rayos se habían metido los que traerían la comida ¡El evento no puede empezar sin comida!
—Esto es un desastre, ¿crees que seis horas me sean suficientes, Javi?
—Pues yo creo
—¡No! No lo serán, la banda no ha llegado. ¿Qué pasa si no tienen todo listo cuando empiece el evento? Seré el hazme reír de todos, el director confiaba en que podría hacer este trabajo.
—Stella...
—Si me dices que me tranquilice cuelgo la llamada.
Se lo pensó un momento para cambiar su comentario, tuve que revisar mi lista para saber qué me faltaba y no tenía ningún mensaje de confirmación de la banda, es posible que al director se le haya olvidado llamarlos, tengo que asegurarme que en serio vendrán.
—Mira para ti puede parecer poco tiempo, pero seis horas son suficientes para terminar de montar todo, estoy seguro que sin mi ayuda ya hubiera enloquecido, que bueno que te llamé.
Sí, habíamos recuperado un poco el contacto, eso me tranquilizaba bastante porque es como si las cosas volvieran a ser como antes, sabía que el evento era hoy y quiso llamarme ya que no podría venir. Tengo el audífono puesto para escucharlo, pero los chicos que pasan me miran extraño, deben pensar que estoy hablando sola.
—Iré con el director.
—Adelante, no iré a ninguna parte.
Con lo estresada que estaba me olvidé de los modales, solo entré a su oficina y no estaba haciendo la gran cosa, empecé a hablar tan rápido explicándole todo lo que hacía falta que en el primer momento que encontró me detuvo.
—Stella ya lo sé, la banda me envió su confirmación solo necesitaban la dirección y se las envíe, un chico se puso en contacto conmigo.
—Debió ser el líder el de la banda, fue Jeremy ¿cierto?
—No, fue —frunce el ceño y trata de recordar el nombre—. Oscar, sí ese era su nombre, dijo que es el representante de la banda y me pidió la dirección, se las hará llegar.
—¿Tiene su número?
—Stella suenas como una desesperada —lo escucho regañarme.
—Claro que no.
—¿Todo en orden, Stella?
—Sí, es que estoy hablando con alguien —me entrega una tarjeta con el número.
—Lo apunté por si acaso, espero que te sirva.
—Sí, gracias.
Estoy a punto de salir de la oficina cuando Javi me recuerda que tengo que decirle que hay un ligero cambio de planes con los invitados de esta tarde, solo tengo que avisarle, ya es muy tarde para hacer cambios de último momento.
—Ah, se me olvidaba un pequeño detalle.
—¿Qué ocurre?
—Anda —se aguanta las ganas de reír—. Dile que su escuela estará llena de desconocidos.
No es tan malo como suena, eso significa que tendremos más dinero y la fundación a la que va dirigido lo agradecerá, si me lo preguntan, deberían agradecernos por hacer esto.
—Como sabrá, Danna es muy buena en su trabajo, nos hizo tanta publicidad que la voz se corrió y vendrán más personas por la tarde, lo cual es bueno ¿no? Entre más gente venga más dinero habrá —se mantiene callado y me parece que le dio un tick en el ojo.
—Si empieza a ponerse rojo corre, no lo pienses y huye de ahí.
—No me ha atacado —susurro.
—¿De cuántas personas estamos hablando? —recarga los codos en el escritorio—. Porque ya bastantes alumnos y padres de familia vendrán como para recibir a más gente.
—Tú puedes —me anima—. Solo dile la cantidad y ya.
—Quinientos, tal vez un poco más.
—¿Un poco más? —retrocedo con lentitud para estar lo más cerca que pueda de la puerta, si esto se descontrola escaparé.
—Mentiría si le doy una cantidad exacta, espere de quinientas a mil personas más.
—Stella —se pone de pie molesto.
—La escuela es grande, muy grande —enfatizo—. Además, tiene más alumnos que eso, véalo como una oportunidad, quizá vengan más personas de lo planeado, pero en su mayoría son chicos que van a pasar a la universidad o que están buscando cambiarse de escuela —eso llama su atención—. Tan solo imagine que la mitad de ellos decide que nuestra escuela es perfecta para ellos, piense en el prestigio que ganaría, director.
—Bien jugado, hermana.
Cambia su semblante como si la idea no le desagradara del todo, es un buen comienzo, al menos no busca nada para lanzármelo a la cara.
—¿De verdad lo crees? —inquiere.
—Estoy convencida, director. Se hablará tan bien de usted que todos querrán venir a estudiar acá, y solo porque aceptó llevar a cabo este evento, se trata de ayudar a las personas, pero no me negará que se sentirá orgulloso cuando vea que nuestra escuela fue la que más donó este año, eso deja en claro que es usted la persona perfecta para estar al frente de esta institución.
—Sí —una sonrisa se forma en su rostro. Debe estarse imaginando todos los reconocimientos que ganará—. Sí, tienes razón ¿y sabes qué? Sí más personas quieren venir, que vengan, los recibiremos con los brazos abiertos.
Escucho por el audífono que Javi se está riendo a carcajadas mientras que yo tengo que controlarme.
—Así será, muchas gracias por la confianza, director.
—Avísame si hay algo más en lo que te pueda ayudar.
—Sí, claro.
Empiezo a reírme con Javi apenas salgo de la oficina, sí que supimos cómo arreglar la situación.
—Eres una genia.
—Fue lo primero que se me vino a la mente —confesé.
—Y mira que bien salió.
—Ojalá estuvieras aquí —Javi no tenía ni la más mínima idea de cuánto me hacía falta—. Apuesto a que lo hubieras hecho mejor que yo.
—No lo creo, hubiera entrado en pánico. Pronto serán las vacaciones, el ciclo escolar termina y podremos vernos.
—Sí, espero que sí.
—Hola, preciosa —sentí unos brazos rodearme por detrás—. ¿Con quién hablas?
—Con Javi.
—Hola Javi.
—Dile que si se van a empezar a besarse desenfrenadamente mejor cuelgo y les doy su espacio, soy muy inocente para escuchar lo que harán.
—Dice que hola.
Conozco esa mirada en Erick y es que algo en definitiva no va bien.
—Pasó algo malo, ¿verdad?
—¿Tiene que ser malo?
—Tienes esa mirada de que no te ha quedado más remedio que contarme porque ya intentaste arreglarlo y no pudiste hacer nada.
—¿Todo eso dice mi mirada? —se rasca detrás de la oreja y eso solo me confirma que sí está nervioso—. Bueno la verdad es que, sí hay un pequeñito problema, bueno dos.
—No ataques al pobre chico, Stella, recuerda que él no tiene la culpa de nada.
Como siempre lo defiende.
—¿Qué pasó?
—Danna ha intentado llamar al vocalista de la banda para tener claro cuáles serán las canciones y no le responde, creemos que el número no está bien escrito, la maestra que te iba a ayudar a recaudar el dinero en la entrada se enfermó y no podrá venir, y vamos a necesitar más comida.
—Esos son tres problemas, Erick —mencioné alarmada.
—Ah, creo que entonces conté mal.
—Bien, veré qué puedo hacer, ¿estás ayudando con el resto de chicos?
—Sí, el director pidió permiso para cerrar la calle, montaremos un par de cosas en la carretera y el resto se está encargando del campus.
—Bien —me repito a mí misma que no tengo que entrar en pánico, arreglaré esto—. Tengo unas cuantas llamadas que hacer, ¿te hablo después, Javi?
—Sí, descuida.
Habrá que priorizar, podemos dejar la banda para el final, no es como que sea indispensable, pero podrían atraer a más personas y eso sería de mucha ayuda.
—Sé que ya debes estar pensando en mil formas para arreglar esto, pero necesitas tomarlo con calma.
—Estoy calmada, Erick.
—No me lo parece —me obliga a calmarme cuando me sujeta de los hombros—. La mayor parte ya está hecha, solo son pequeños detalles los que hay que corregir.
—¿La comida te parece un pequeño detalle, amor?
—Me encanta cuando me dices así —después de darme un beso corto se limita a sonreír—. Te dejaré trabajar y regresaré con los chicos, si necesitas algo avísame y no eres la única que está estresada, solo para que sepas.
—¿Danna está igual? —asiente con una mueca.
—Ha estado por horas repitiendo las mismas indicaciones porque dice que espera que todo quede perfecto, son tal para cual, debían ser mejores amigas. Ya me voy.
La comida es lo más importante por ahora, si las personas estarán pagando su entrada es porque esperan que todo aquí dentro sea genial, por lo que están pagando, debería serlo. Voy hacía la cafetería para encontrarme con Gloria revisando su celular, toda la escuela está centrada en el evento que no hay una triste alma por aquí.
—Gloria, querida ¿cómo estás?
Entrecerrando los ojos y atenta a cada uno de mis movimientos, guarda su teléfono como si esperara que trajera malas noticias.
—No me gusta esa mirada, vienes a pedirme algo.
—¿Yo? Solo quiero saber cómo estás.
—Aja, he visto lo que hacen allá afuera, es un completo caos y no quiero estar involucrada en eso.
Le echo un vistazo al campus, chicos y chicas yendo de un lado a otro, algunos con cosas metálicas en las manos, otros cargando mesas, hay quienes están conectando el sonido y terminando de decorar.
—Es un campo de guerra.
—Y yo prefiero ser la que se queda solo mirando esperando no morir.
—Pero es un favor pequeñito, cosa de nada y, además, estarías en la cocina, no tendrías que lidiar con nadie más, salvo las personas que te ayuden.
—Te escucho —se muestra más interesada—. ¿Qué tengo que hacer?
—Comida, mucha comida. Danna se emocionó con la publicidad y esperamos tener entre quinientas y mil personas más.
—¿Qué? —la chica casi se ahoga con su saliva—. ¿Esperas que el tiempo que me estás dando sea suficiente?
—Empezaremos a las seis, seguro podrás hacer algo, son un par de bocadillos y la mesa de comida, solo tienes que poner un poco más, ya tenemos la mitad de la comida y no lo harías sola, tienes muchas personas a tu cargo.
Permanece callada pensando tal vez en la forma más decente de decirme que no, me imagino un montón de escenarios en donde esto sale mal, donde Gloria no me quiere ayudar y tengo que ordenar comida y salirme del presupuesto y cambiar todos los planes, el director seguirá tan feliz que me dirá a todo «sí», pero no es esa la idea.
—De acuerdo —corta el hilo de pensamientos negativos—. Puedes despreocuparte por la comida, me pondré a trabajar con los demás.
—Muchas gracias, Gloria. El director te lo pagará como extra, de verdad me has salvado.
—Imagino que ya tienes muchas cosas más con las que estresarte y tienes razón, no saldré de la cocina, te avisaré cuando todo esté listo.
—Gracias, gracias, gracias.
Salgo aliviada sabiendo que ya tengo resuelto un problema, ¿qué me faltaba? Ah, sí, la persona que se encargue del dinero, la verdad es que confiaba en la maestra que lo haría y el resto de docentes estará ocupado supervisando que las cosas no se salgan de control, tienen miedo de que terminemos incendiando la escuela.
—Hola —llega disimulando lo mejor que puede su enojo.
—¿Sigues estresada?
—¿Tú no? —toma asiento en una de las bancas—. Los que nos trajeron las cosas para decorar parece que no tienen idea de lo que significa un evento de terror, he tenido que pedir que cambien algunas decoraciones y recién van llegando, ¿crees que nos alcance el tiempo?
—Me he estado preguntando lo mismo desde la mañana, pero seguro que sí, por la noche ya no tendremos que preocuparnos, los maestros se encargarán de todo.
—Claro, los alumnos hacemos el trabajo pesado y ellos se llevan todo el crédito ¿no? —suelta, molesta—. Erick ya me dijo que te avisó de los inconvenientes que surgieron.
Las cosas nunca salen como uno las planea, sabía que tendríamos problemas, aun así, trataba de no estresarme demasiado, de lo contrario no pensaría con claridad.
—Sí, ya arreglé el problema de la comida, Gloria nos ayudará, necesito una persona de fiar que se quede recibiendo el dinero y los boletos de los que ya pagaron —el rostro alegre de mi madre pasó por mi mente en ese momento, genial, un problema menos—. Lo tengo, se lo pediré a mamá.
—¿Crees que acepte?
—¿Lo dices en serio?
—Tienes razón, lo hará encantada. En fin —suspira mientras vuelve a tomar sus cosas—. El deber llama, espero que al menos tu mamá te responda.
La llamo una, dos y tres veces, pero no me responde, me animo a hacerlo una cuarta vez deseando que tome la llamada y por suerte lo hace, ahora solo queda esperar que esté en Clawood o tendremos otro problema de nuevo.
—Hola, cariño, lamento no responder estaba terminando de dar una clase.
—Hola, mamá —mejor sin rodeos esta vez —necesito tu ayuda.
—¿Qué puedo hacer?
—¿Recuerdas el evento de terror que te dije que estaba organizando con Danna? Bueno, han estado surgiendo algunos problemas, la maestra que iba a estar en la entrada recibiendo los boletos y el dinero se enfermó y no hay nadie más en quien
—¡Confíes! —completa—. Ay, cariño por supuesto que sí te ayudaré.
Yo iba a decir que no había nadie más en quien apoyarme, pero sí, claro que si le llamo es porque confío en ella.
—Muchas gracias, el evento comienza a las seis, ¿podrías llegar media hora antes? Para explicarte un par de cosas.
—Por supuesto que sí, descuida que ahí estaremos —cuelga la llamada.
¿Estaremos? ¿Ella y quién más? Como sea, los problemas se van solucionando. Alcanzo a ver que una chica está batallando con la decoración y corro para ayudarla, en eso consisten las siguientes horas, ayudar tanto como sea posible y tener todo listo, para un evento de este tipo, me da gusto que todos estemos colaborando, sin la ayuda de los chicos y chicas esto no hubiera estado listo a tiempo.
Poco a poco se ve que todo va tomando forma, utilizamos algunas facultades, aprovechando los amplios pasillos que tenían para implementar más escenarios de terror, en verdad pienso que va a ser una experiencia que todos disfrutarán. En el campus está listo el escenario para... la banda, lo olvidé por completo.
Busco entre mis cosas la tarjeta que me dio el director y tecleo el número, cuando pulso marcar me aparece que el número ya lo tenía registrado.
Llamando a Adam Stone:
—Stella, ¿qué hay?
—¿Adam?
—Estoy detrás de ti.
Me volteo para verlo y viene sosteniendo la funda de su guitarra, hay unos chicos que lo acompañan con sus instrumentos también.
—Creí que estaba llamando a Oscar.
—Oscar, mucho gusto —estira su mano y la acepto confundida.
—¿Te llamas Oscar?
—Chicos vayan instalándose, puedo ver que el escenario está listo.
—Sí, sí adelante.
Espera a que los chicos se vayan y es entonces cuando puede hablar con confianza.
—Me encantaría ponerte al tanto de lo que pasa en mi vida, escogiste la banda de Jeremy, un completo idiota que además de que no lo soporto, no tiene amor por la música, cuando dijiste hace unos días que querías hacer este evento me dije a mi mismo «Adam, esta es tu oportunidad» tuve que ponerme en contacto con tu director para saber la dirección y todo eso.
Si es cierto que no soporta a Jeremy, ¿por qué el chico dejaría que Adam tome su lugar?
—Hay muchas cosas que no encajan.
—Sí, mandé a Jeremy lejos, para cuando se dé cuenta no tendrá más remedio que regresar a su casa, no le dará tiempo de venir, una lástima, por eso estamos aquí porque la banda original tuvo un percance —sonríe satisfecho.
—¿Debería preocuparme que hayas hecho esto?
—Para nada, tú no estarás en problemas y daré el mejor show de la vida.
Mira a su alrededor y sonríe ante lo ve, hay humo rojo y morado por todas partes, el escenario está listo para la banda y los maestros ya están tomando sus posiciones, en serio lo logramos.
—Luce bien, felicidades.
—Gracias —voy a confiar en Adam, solo espero que sepa lo que hace—. Supongo que eres el guitarrista de la banda.
—Y vocalista —añade.
—¿Es la banda que dijiste que querías formar?
—No, para nada, son solo unos chicos que conozco y los invité, pero será mejor que empiece a reclutar a un par de personas.
—¿Cómo está Landon?
—Como si estuviera muerto en vida, ha estado alejando a todos y es difícil lidiar con alguien que no quiere recibir ayuda —me dio su mejor intento de sonrisa—. ¿Hay alguna información que necesites antes de que suba con los chicos?
—Sí, la lista de canciones.
Saco mi teléfono y por el rabillo del ojo veo que Adam sonríe cuando ve mi fondo de pantalla, en lo personal, esta es mi foto favorita de Erick.
—¿La tomaste tú?
—Sí, estábamos en el parque y no se dio cuenta.
—Linda foto. Sobre las canciones, son solo covers, le pondremos ambiente a este lugar ya lo verás.
—Me sorprende que hayas viajado más de cuatro horas solo para tocar un rato.
—Sé aprovechar las oportunidades —acomodó mejor su funda y pude ver el collar que traía, una plumilla de plata colgaba de él con la letra «A» en el centro.
Me hizo pensar que cada objeto tenía un significado y que, en ocasiones, también era una forma de llevar cerca a las personas que nos importan.
—Lindo collar.
—Gracias, es el favorito de Juls.
—¿Tu novia?
—Me gustaría poder usar ese término, pero seguimos en el proceso. Hablando de novios —señala al mío.
Está en la entrada con una camisa blanca llena de sangre, falsa por supuesto, y pantalones rasgados, supongo que se quedará a ayudar un rato para recibir a las personas, luce tan apuesto como siempre.
—Tienes algo de baba aquí, Stella.
—Oh, cállate.
—Iré con los chicos, quiero estar listo para cuando lleguen mis fans.
Creo que Adam difícilmente pone los pies en la tierra, nunca lo he escuchado, veremos qué tan cierto es eso de que canta y toca la guitarra como un dios.
Oh, créeme, te sorprenderás.
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