Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4. A total eclipse of the piña colada

«And I need you now tonight… and I need you more than ever

And if you only hold me tight… We´ll be holding on forever

And we’ll only be making it right… ‘cause we’ll never be wrong

Together we can take it to the end of the line… you love it´s like a shadow on me all of the time

I don’t know what to do, I´m always in the dark, we´re living in a powder keg and giving off sparks

I really need you tonight… forever’s gonna start tonight… One upon a time I was falling in love, but now I´m only falling apart.

There´s nothing I can do… total eclipse of the heart»

Cuando Roscoe dijo que quería que le pusieran Total eclipse of the heart no era porque él quería cantarlo. Era porque quería que Shelsy lo cantara. Él amaba verla cantar esa canción; Shelsy era siempre la telonera de su concierto privado de karaoke en el cuarto de juegos de la casa de los Wilson. Hacían una fiesta de karaoke para celebrar los momentos malos; el comienzo del instituto, un examen reprobado, un rechazo (más por parte de Noah a veces)… y cosas de esa índole. Noah decía «Para todo en la vida existe una buena canción. Si no la encuentras… no has buscado lo suficiente». Tenía un repertorio extenso, pero varias veces cantaban la misma canción solo porque les gustaba así.

—¡Escape, ahora! —exigió Shelsy apuntando a Roscoe con su dedo mientras caía en uno de los puffs a su lado luego de haber terminado de cantar—. Vamos, Rain —insistió.

Noah le lanzó el micrófono inalámbrico a las manos de Roscoe mientras programaba la canción en el televisor. Roscoe miró a Shelsy con una sonrisa de esas que a ella le derretían y se levantó. Noah le echó un vistazo rápido a Shelsy y levantó las cejas rítmicamente. Ella rodó los ojos y se rió por un momento… Noah siempre hacía eso cuando la descubría mirando a Roscoe así.

Le dio un pequeño codazo a Roscoe cuando pasó por su lado y él apretó los labios para no decirle algo más. Noah había estado en ese juego entre los dos por años, sabía de sobra que cuando la verdad saliera a la luz ellos lo iban a odiar, pero habría valido la pena callarse la boca por las promesas que había hecho, se había imaginado para sí mismo que si bien cuando ellos lo supieran no sería lo mismo, estaría muy feliz por ambos. Tanto que no lo importaría hacer mal tercio.

La canción comenzó. Roscoe no tenía la mejor voz, pero le gustaba esa canción y Shelsy lo sabía.

«I was tired of my lady, we’d been together too long. Like a worn-out recording of a favorite song… so while she lay there sleepin’, I read the paper in bed. And in the personal columms, there was this letter I read:

“If  you like piña coladas and getting caught in the rain, if you’re not into yoga… if you have half-a-brain… If you like make love at midnight in the dunes of the cape. The I’m the that you’ve looking for, write to me and escape.»

—No babees —le susurró Noah a Shelsy.

—Déjame —ella lo golpeó en el hombro—. Te haré tragarte el zapato, Noah —ella apuntó a su pie con los ojos bien abiertos.

Él se encogió de hombros y se rió.

—Como quieras… pero sé que lo que miras —se burló él canturreando.

Shelsy cerró los ojos.

—¿Qué miro? —interrogó ella.

—Oh por Dios, Shelsy… le estás mirando el trasero a Roscoe —el se rió y no se dio cuenta de que la canción estaba terminando cuando él dijo en voz alta—: Ya sabes, aquí sentado, pasando el rato mirando el trasero a Roscoe mientras canta.

—¿Qué? —Roscoe se giró mirarlos y frunció el ceño.

Shelsy se rió en voz alta.

—¡Noah, por Dios! Sé que lo amas en secreto, pero contrólate —ella se puso una mano en la boca para tratar de contener la risa… Noah abrió mucho los ojos y negó con la cabeza, Roscoe levantó las cejas—. ¿Los dejo solos?

—No, yo mejor los dejo solos a ustedes —Noah se levantó del puff y cogió el vaso vacio del suelo que alguna vez contuvo Coca-Cola—. Iré a robarle más a tu madre —agitó el brazo y salió por la puerta en un segundo—. ¡Lindo trasero, Roscoe! —le gritó antes de que la puerta se cerrase por completo.

—¿Qué pasa con ustedes? —se rió, lanzándose de nuevo sobre el puff.

—El inicio de clases nos descoloca a todos —Shelsy cerró los ojos y se recostó sobre su asiento, sonriendo.

—Antes de irme te vi hablando con Melanie —le dijo él—. ¿Qué quería?

—Mmh… ella está planeando invitarte a salir —Shelsy se encogió de hombros como si nada pasara… era más doloroso de lo que hubiese pensado.

Roscoe la miró a ella y se quedó muy callado. Shelsy abrió los ojos y se encontró con los de él… en la posición en la que estaba podía verla desde arriba. Se habían movido hasta casi estar uno sobre el otro. Ella lo miró a los ojos y buscó el más mínimo indicio de unas ganas reprimidas de besarla… pero el caso era que Roscoe había mantenido esas ganas tan bien escondidas por cinco años que hasta altura de su vida ya formaba parte de su expresión normal, la descripción de cualquiera que lo viera todos los días de cinco años para acá.

—Vale —fue lo único que dijo al respecto antes de desviar sus ojos a la cosa más aburrida en la habitación.

—Ella es linda —murmuró Shels—. ¿Te gusta?

—De que es linda, es linda… pero no la conozco demasiado.

—Es buena persona —se encogió de hombros—. Es mi amiga ahora —Shelsy hizo una mueca graciosa con su cara.

—¿Ah sí? —Roscoe levantó las cejas de nuevo—. ¿Desde cuándo?

—Desde hoy —Shelsy se encogió de hombros juntando las manos sobre su estómago—. Ya sabes, como en el kínder: me dijo “¿quieres ser mi amiga?” o algo así y le dije “Sí, claro, no veo por qué no”. Es sorprendente la facilidad con la que se hacen los amigos hoy en día ¿no te parece? Así de simple —ella chasqueó los dedos—. ¿Por qué no tenemos más amigos, Roscoe? —le pregunté arreglando su cabeza sobre el acolchado puff.

—Porque somos exclusivos —respondió él—. Además, tú es que haces amigos de manera peculiar —él movió sus ojos más allá de ella, reparando en la pintura del sexto grado que estaba colgada en la pared del cuarto de juego, con la que Shelsy consiguió un diez por su creatividad y visión abstracta… y un castigo también.

Tenía la cara de Roscoe estampada en el lienzo con pintura azul.

—¡Supéralo, Rain! —ella se rió—. Admite que capturé tu lado bueno.

—Oh, claro que sí —él asintió y se acarició la barbilla mientras miraba la pared—. Guapísimo.

—Sí… —ella susurró casualmente—. Entonces… ¿quieres salir con ella?

—¿Qué? ¿Eres ese tipo de amiga, Shelsy? —interrogó Roscoe.

—¿De qué hablas?

—Es decir, eres el tipo de chica que va con el chico que lo gusta a su amiga, al que posiblemente le tienen un apodo tonto para referirse a él, y le dice “Oye, mi amiga cree que eres lindo… ¿saldrías con ella? Jijiji” —Roscoe imitó patéticamente la voz de una chica, añadiéndole una risa de colegiala tonta que a Shelsy le pareció realmente estúpida.

Terminó golpeándolo.

—¡No! —se quejó ella—. No… solo es curiosidad.

—Bueno, no saldría con ella… —respondió—. Como te dije, de que es linda es linda… pero hay algo en ella...

—¿Qué? —interrogó Shelsy ladeando su cabeza curiosamente.

No eres tú.

Roscoe la miró y pensó en decírselo, pero inmediatamente borró la idea, no estaba listo para eso. El día que se lo dijese, él tendría que estar borracho y muy enojado… así lo había imaginado. Y solo porque él no era mucho de emborracharse.

—No lo sé —se encogió de hombros como para borrar el asunto—. Yo… ni idea.

—Roscoe —Shelsy puso su mano izquierda sobre su hombro, mirándolo como si estuviese preocupada por él—amigo, necesitas ir la oficina de tu hermana y charlar con ella acerca de tu indecisión —comentó echándose a reír.

—No es gracioso —él le tomó la mano y trató de hacerle cosquillas sobre su cadera derecha.

—Basta, no —ella se rió y se acercó más a él.

Roscoe volvió a mirar la pared buscando el cuadro que sabía que estaba ahí. Lo encontró un poco más allá de la pintura. Era una fotografía de cuatro años atrás. Shelsy estaba disfrazada como la versión femenina de Freddy Krueger y Roscoe era Darth Vader. Ambos sonreían, Roscoe sostenía su casco bajo su brazo y Shelsy tenía puesta las garras de su mano contra el cuello de él.

Roscoe sonrió a la pared, esperando que ella lo mirase. Ella lo hizo.

—¿Recuerdas ese día? —preguntó él.

—Sí… —Shelsy apoyó las palmas de sus manos en el asiento y trató de incorporarse— ¿cómo olvidarlo?

No solo había sido Halloween, no solo había sido el cumpleaños número catorce de Roscoe… había sido el primer día del beso de ambos. Shelsy nunca podría olvidarlo aunque quisiera… sí había tenido la oportunidad de besarlo, lo hizo, pero fue por un acuerdo entre los dos. Luego de ello habían jurado no volver a decirlo nunca… eran amigos y allí, del árbol del patio trasero de la casa de Roscoe se había quedado.

—¿Has besado alguna vez a una chica? —le preguntó Shelsy a Roscoe mientras veían a Blair y a Eugene muy acaramelados por la puerta de la cocina, escondidos detrás del árbol.

—No, nunca —Roscoe fruncía el ceño.

—¿Por qué no? —interrogó ella, mirándolo desde abajo.

Él bajó y se sentó a su lado.

—¿Yo qué sé? No se ha presentado la oportunidad, creo —se encogió de hombros sin prestarle demasiada atención al asunto—. ¿Y tú, has besado a algún chico?

—Nop… —Shelsy torció su boca—. Intentémoslo. Tú y yo… quiero saber cómo es —propuso ella.

—¿Al estilo My Girl? —Roscoe trató de parecer calmado… pero en realidad su corazón podía delatarlo.

Shelsy extendió su mano y la puso sobre su hombro.

—Nos gusta esa película.

—No quiero morir picado por las abejas, quiero morir como Dios manda; en un misterioso accidente con un asesino que no deje rastros —le explicó él y Shelsy rió.

—¿No quieres intentarlo? —interrogó recostando su cabeza del árbol.

Roscoe lo pensó. Era tan obvio que quería… asintió y sin preguntarle si estaba lista, él se inclinó hacia adelante, chocando sus labios con los de ellos momentáneamente. Duró tal vez tres o cuatro segundos, pero fue suficiente para que ninguno de los dos lograra agarrar el sueño esa noche. No volvieron a hablar de ello… simplemente quedó en el pasado. Si alguien preguntaba “¿cómo fue tu primer beso?” a algunos de los dos ellos solo dirían “fue con una persona especial, detrás de un árbol” y se acabaría el asunto. No había nombres, no había lazos, simplemente dos personas detrás de un árbol… y ellos hubiesen deseado que se quedara así.  

Shelsy se sonrojó inevitablemente al recordarlo. Él le sonrió y se quedó en silencio por un momento antes de levantarse y ofrecerle la mano. Miró el reloj de su muñeca y resopló.

—Me tengo que ir —dijo—. Lo debe estar esperándome.  

Caminó hacia el perchero y se puso la chaqueta. Ella se movió a su lado y sonrió.

—Te veo mañana, entonces.

—Sí —Roscoe le dio un beso en la mejilla, como siempre—. Te quiero, nena, nos vemos luego.

Siempre le decía eso cuando se despedía… para Shelsy era más una promesa que cualquier otra cosa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro