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10. Planes, horarios y fusión de géneros.

Shelsy cerró su casillero y dirigió su mirada al chico de ojos azules que había estado recostado ahí por unos cinco minutos mientras ella guardaba y sacaba libros de su mochila. Le dio una sonrisa amplia que significaba que había terminado y Roscoe alargó la mano para revolverle el pelo entonces; ella encogió sus hombros y se quitó de debajo de mano, arreglándose el cabello de vuelta. No había sido fácil convivir con él hasta ese momento en que sabía que debía olvidarse de él. Estuvo considerando no hacerlo, pero como fuera, ya era demasiado tarde para echarse para atrás; todo el instituto estaba comenzando a hablar sobre la caprichosa Melanie y su nueva conquista, había escuchado chicas que los habían descrito como «una adorable pareja». En los baños una chica había dicho «¿Te imaginas lo hermosos que serán los niños de esos dos? ¡Me pido uno de esos para una de mis futuras hijas!». Si a ella se le ocurría interferir con esa relación, básicamente todo el instituto la llamaría zorra, porque era obvio que Rolanie era la pajera favorita en el lugar. Y tampoco podía hacerle eso a Melanie, porque ella realmente no lo merecía.

—Tuve deportes hace un rato, sabes, Melanie y yo estamos juntas en esa clase —le dijo Shelsy a Roscoe—. No paraba de hablar de ti y preguntarme cosas. Ella está muy emocionada porque la invitaste a salir, pero no le digas que te dije eso.

Roscoe ensanchó su sonrisa y bajó la cabeza, luciendo un poco avergonzado. No se acostumbraba a la idea de saber que una chica hablara de él con tanta emoción.

—No vayas a meter la pata ¿sí? Yo… creo que ella verdaderamente vale la pena —esas palabras Shelsy las había practicado camino a su casillero luego de pasar por las duchas… había sido duro pensarlo pero una vez que lo dijo se sintió mejor consigo misma—. Le gustan mucho los detalles románticos pero también las cosas rudas; como los go kart, paintball, escalada y esas cosas que a ti también te gustan —Shelsy se encogió de hombros.

—¿Ella te envió a decirme eso? —le preguntó él, frunciendo el entrecejo.

—No —Shelsy negó con la cabeza, mirándolo ofendida—. Le pregunté que sería para ella la cita perfecta; me dijo que algo romántico pero divertido. Le pregunté qué cosas consideraba divertidas y eso fue lo que me dijo, realmente no me lo esperaba, pero ya ves tú.

Shelsy lo había tomado como una clase de terapia; si ella ayudaba a Melanie y a Roscoe a estar juntos y se acostumbraba a la idea de que ambos fueran una pareja, probablemente podría acabar con su enamoramiento más rápido de lo esperado. Tenía un problema e iba a solucionarlo. Incluso había tratado de hacer un pequeño esquema con planes, medidas y alternativas para tratar de hallar la cura. ¿Quién dijo que desenamorarte es imposible? Shelsy iba a probarlo, iba a poner su plan en marcha… pero iba a necesitar colaboración de Noah y tal vez de Molly Pointer.

Ella levantó su muñeca y revisó su reloj amarillo alrededor de ella.

—Es tarde para ballet, llamaré a Luke para que venga por mí —bufó sacando de su bolsillo izquierdo su celular para marcar el número de su hermano mayor—. ¿Sabes que dejó la universidad de medicina? Sabía que no duraría ni un mes allí.

—Menos mal, podría haber matado a alguien —Roscoe se rió.

—Lo sé.

—Puedo llevarte yo, nena, vamos —Roscoe hizo el intento de descolgar la mochila de Shelsy de su hombro pero ella retrocedió antes de que él lo hiciera, negó con la cabeza y sonrió—. ¿Qué?

—No, ve a casa a planear que le dirás a Melanie —se acomodó la mochila mientras se ponía el celular sobre la oreja—. ¿Luke, estás cerca de Midwood?... perfecto, ¿puedes venir por mí? Solo son cinco minutos, vale, te espero afuera —ella colgó la llamada y guardó su celular, miró a Roscoe al que le caían los mechones oscuros sobre la cara—. Te ves bien así —ella lo apuntó y luego se giró para caminar por el pasillo hacia la salida.

—¡Oye, ¿sabes dónde está Noah?! —vociferó Roscoe.

—¡No tengo idea! —respondió ella.

(…)

La directora del instituto Midwood dejó caer el archivo de calificaciones de Noah sobre el escritorio. Se sentó en su silla, tirando de las solapas de su chaqueta ejecutiva gris hacia abajo para acomodarla y puso las manos sobre las mesas, tamborileando sus dedos sobre la superficie. El instituto Midwood había cambiado a la antigua directora, porque se había jubilado, así que la flamante, elegante, hermosa y joven Sierra Banks estaba en su lugar; Noah mentiría si dijera que no se sentía afortunado por haber sido solicitado por la directora. Era morena, con el cabello largo, lacio y brillantes y ojos casi dorados… maldita fuera, porque era ilegal, sino…

—Muy bien, Noah Green —la directora juntó sus manos y le sonrió al chico pelirrojo sentado frente a su escritorio—. Estaba revisando tu historial de notas del año pasado y me llevé una sorpresa al descubrir que reprobaste cuatro de tus asignaturas, viniste a la escuela de verano y aprobaste maravillosamente. Y veo que piensas repetir ese mismo ciclo este año.

Noah no se inmutó, simplemente se reclinó hacia atrás y subió su tobillo sobre su rodilla.

—Esas son cosas que ya sabía —Noah se encogió de hombros—. Dígame algo que no sepa.

—Aquí hay algo que no sabes: no voy a dejar que te salgas con la tuya —la directora se cruzó de brazos y sus facciones endurecieron, volviéndola de pronto un poco mayor—. Este año tengo preparado para ti un plan de recuperación estupendo; asistirás a tutoría, entrarás en un club y jugarás un deporte ¿por qué? Porque necesitas créditos extra si quieres graduarte ¿vale? La feria de ciencias también es una opción, así que quiero verte trabajando duro, querido.

—Si eso la hace feliz.

—Nos hará feliz a ambos, solo trato de ayudarte —la mujer puso sus papeles en orden sobre la mesa—. También quiero que acudas con nuestra consejera escolar; Blair Rain.

—Oh no…

—Oh sí…

—¿Me está jodiendo?

—¡Señor Green!

—Lo siento —él levantó sus manos pidiendo perdón—. Escuche, yo realmente no puedo ir con la consejera; es la hermana de mi mejor amigo y la mejor amiga de mi hermana, ¿se da cuenta de eso?  no quiero filtrar mis problemas hacia ella y que termine contándoselo a alguien. Hay cosas que no quiero que mi hermana sepa, o el hermano de Blair.

—Señor Green, le aseguro que nuestra consejera es cien por ciento profesional, yo misma la entrevisté —aseguró la directora—. Hable usted con ella, si tanto la conoce, creo que puede darse el privilegio de confiar en ella.

Noah lo dudó por un minuto… pero ya qué más daba. Blair siempre fue amable y graciosa, si él le pedía desesperadamente silencio eterno para sus secretos, cabía la posibilidad de que Blair lo aceptara y lo ayudara. Ella era buena, así que asintió.

—Está bien, haré lo que me pide.

—Bien —la mujer sonrió satisfecha—. Empezarás con tutoría mañana; biología, literatura, artística y ciencias sociales. Tendrás dos tutores; Biología, literatura y ciencias: Charleen Brown. Artística: Diego Valverde —ella extendió un papel de color naranja hacia Noah—. Es un horario, para tus clases y citas con la consejera.

—Vaya, muchas gracias —Noah tomó la hoja de papel y la guardó dentro de su carpeta de matemática.

—No hago esto por cualquiera… pero conozco a tu hermana, ella me ha pedido que sea amable contigo y te ayude.

—¿De dónde la conoce?

—Ella salvó a mi gatito —la directora hizo girar la foto de su escritorio, mostrándole al hermoso gato angora que yacía sobre una superficie de tela blanca en ella—. Es una veterinaria genial.

—Sí lo es —Noah sonrió—. ¿La veo luego? —se levantó del asiento, recogiendo su mochila del piso y tomando su carpeta con la mano derecha.

—Yo quiero verlo trabajando duro.

—Que sí, pesada.

—¡Señor Green!

—Que sí, directora Banks.

(…)

Shelsy levantó su pierna, sujetándola con su brazo y sosteniéndose de la barra. Respiró y contó: uno, dos, tres, cuatro, cinco…

—¡Shelsy! —su profesora de ballet la llamó, sorprendiéndola por la espalda, pero Shelsy mantuvo su postura y cuando Zoe Coleman se acercó ella bajó la pierna—. Oye, quisiera hablarte sobre el festival de baile del mes que viene.

—Pensé que no iba a participar —Shelsy miró a la mujer de baja estatura por sobre su hombro—. Me dijiste que los puestos estaban completos.

—Y lo están, pero los directivos quieren ver algo nuevo y creo que serías perfecta para eso —le sonrió mostrándole su perfecta dentadura blanca, se quitó de la cara un mechón dorado luego—. Quieren una fusión de géneros ¿no te parece genial? personalmente amé la idea cuando la escuché.

—¿Fusión de géneros se refiere a combinar dos géneros distintos de baile? —Shelsy caminó hasta la banca donde usualmente dejaba la botella de agua.

Ella había practicado ballet desde los tres años. Se había convertido en su pasatiempo favorito; requería de fuerza, dedicación, coordinación y delicadeza, eran cosas en las que Shelsy era muy buena. Podía ser una chica ruda, pero cuando se trataba del ballet ella tenía lo que era necesario. Lo disfrutaba, le servía para vaciar su mente de pensamientos que la preocupaban, por eso iba a entrenar cada vez que podía alejarse de Roscoe.

—Así es —la mujer asintió y fue detrás de ella—, pero no algo simple como ballet y danza contemporánea, quieren un reto… algo como ballet y break dance.

—¿Ballet y break dance? —la chica hizo una mueca pensativa antes de abrir la botella de agua—. Suena genial.

—Lo sé —le dijo Zoe—. Por eso he venido contigo; eres muy buena y sabía que te encantaría el reto. Así que quiero que te encargues de eso. Un baile de fusión de géneros.

—Oh… —ella asintió entendiendo cada palabra pero perdida por instante—. Sí… pero yo no sé absolutamente nada de break dance.

—Pues, los directivos quieren un dúo. Este es un instituto de baile completo. Quiero que me acompañes a buscar a tu compañero al espacio de bailes modernos —la profesora enganchó su brazo al de Shelsy y la arrastró fuera del estudio por el pasillo.

Shelsy jamás había ido al espacio de baile mordernos, siempre se había quedado en el estudio de ballet y alguna vez había ido al auditorio donde daban charlas y otras clases y se hacían las presentaciones. Había visto los festivales de bailes modernos pero no conocía su mecánica. Aprender todo un nuevo género de baile en solo un mes era un reto tremendo… e iba a aceptarlo sin dudar porque tal vez eso mantuviera su cabeza fuera del asunto de Roscoe y Melanie.

La profesora abrió la puerta del gran salón de bailes modernos y al hacerlo la música las golpeó. Era una melodía salvaje, con mucho ritmo que realmente incitaba a moverte, los gustos de Shelsy pasaban de clásico a moderno dependiendo de su humor, así que esa canción en particular, de la que no sabía nada, le encantó. Shelsy fue empujada dentro de la sala. Miró a un grupo de entre diez o doce personas que se agrupaban en círculo en medio de la habitación aclamando por movimientos. Todos estaban vestidos con calzas o pantalones holgados, algunos traían gorras y todos usaban calzado deportivo, con camisetas que consiguió fabulosas, sin mencionar que sus peinados eran maravillosos; una de las chicas tenía el pelo corto, con un flequillo cayéndole por la frente, las puntas pitadas de fucsia y el resto de su pelo era blanco, en combinación con la cara de ángel que tenía, era el sueño de cualquiera. Shelsy se sintió fuera de lugar porque ella estaba usando medias negras, un maillot de color rosa y tiras delgadas, un short gris de cintura alta, calentadores blancos, zapatillas y su largo pelo castaño recogido en un moño alto, como siempre.

Habérmelo dicho antes, Zoe, me habría combinado los calentadores con el maillot, por lo menos. Qué vergüenza.

—¡Chicos! —Zoe chocó sus manos y todos voltearon a verla. Shelsy pensó que se enojarían, pero en vez de eso, alguien paró la música y todos se voltearon verla con sonrisas en sus caras—. Lamento interrumpir, pero estoy buscando a Scott Walker, el chico que se ha ofrecido a la presentación de fusión de géneros.

Un chico se abrió paso; era grande, con el cabello castaño tirando a rubio y los brazos gruesos, parecía muy fuerte y estaba sudando, tenía los ojos cafés y sus facciones eran duras, no parecía de más de veinte. Sonrió encantadoramente y levantó la mano—. Yo soy Scott Walker.

Shelsy lo miró y le dio miedo pensar que semejante chico pasaría todo un mes con ella intentado crear una coreografía de ballet-breakdance.

—¿Escucharon? ¡Scotty va a bailar ballet! —un chico que estaba usando una gorra roja se burló y el resto lo siguió con risas—. ¿Vas a ser un chico-tutu amigo? —le estampó la mano sobre la espalda pero Scott no se inmutó. Simplemente sonrió y se rió como los demás.

—Bien, bien… —Zoe levantó las manos en el aire para calmar las risas—. Scott, ella es Shelsy Wilson, será tu compañera. De ustedes dos dependerá el elemento sorpresa en este festival ¿vale? —la mujer sonrió ampliamente y empujó a Shelsy delante de ella—. Conózcanse. Si tienen alguna duda, estaré por ahí, pueden buscarme.

Scott asintió y rápidamente Zoe escapó por la puerta por donde entró.

Shelsy miró a Scott y ella a él.

El chico de la gorra roja saltó detrás de Scott moviendo sus risos a un lado con su mano e inmediatamente le dio la bienvenida al lugar

—Bienvenida, chica-tutu.

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N/A: Hey there, girls (and boys).

¿Qué les ha parecido el capítulo?

Lo sé, lo sé, no hay mucha participación del protagonista, que es nuestro Roscoe pero ya la habrá, calmen sus pelvis seductoras. No quisiera concentrarme solo en Roscoe, también quiero tratar otras cosas y a otros personajes, bc esto será muy aburrido si solo hablamos de él ¿no? Bue… yo pienso que sí. Ya irán viendo, todo será emocionante ¿de acuerdo? (o dependiendo de su definición de emocionante).

Yo creo que no tengo más nada que decir, comenten (voy a tratar de contestar ¿vale? ¡comenten! Y voten, blablablá, clausula quinta del contrato y eso).  

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