Segunda Víctima.
Tan solo faltaban un par de horas para que esa noche llegara a su fin, luego del paso de estas la luz del día por fin llegaría. El sol por fin se asomaría por el horizonte y el cielo nuevamente volvería a estar iluminado, la luna se marcharía y la luz de las estrellas dejaría de ser visible.
Cuando el amanecer llegara, la gente del pueblo volvería a su vida rutinaria. Para todos, seria solo un día más que se les volvería a pasar volando. Un día menos que les quedaba para vivir, pero que sin embargo, se sentían tan ocupados como para detenerse a pensar en que la vida podría terminar en cualquier momento, eso era un hecho. Pero de que la gran mayoría viviría este siguiente día, eso nadie lo podía negar, pero con mayoría, nos referimos a que todos, menos una persona, vivirían para ver el amanecer, antes de que la luz del sol fuera visible, él ya se habría marchado de este mundo, para irsea otro que solo sería... completamente oscuridad.
Este era el caso de el Husky de nombre Nikki, quién definitivamente no viviría para ver un nuevo día.
Recientemente, había comenzado un nuevo periodo de tiempo, en el que Nikki no tenía la necesidad de rogar para seguir vivo, pero era porque no era algo habitual de hacer ni para él ni para la gente en general, o al menos para la mayoría de las personas. Pero es que se dice la palabra reciente, porque no hace mucho tiempo, Nikki había rogado para no morir. Para no morir de frío, para no morir teniendo que sacrificarse por niños que según el, no valían la pena. Solo unos estorbos, ruidosos y malcriados. De los típicos pensamientos que alguien que detesta a los infantes llega a tener.
Él jamás quiso participar en esa misión, pero lo hizo porque no tenía de otra. Cuando la realidad era que si por él fuera, los hubiera dejado muriendo de forma lenta y agonizante, para no tener que exponerse aquella tormenta de nieve en la que casi muere. De echo, en todo ese rato que él había pasado siendo cubierto lentamente por la nieve, tras haber quedado varados todo el equipo, maldijo para sus adentros a todos esos niños porque ahora él iba a morir también.
Pero ahora que estaba bien, no solo él sino también los niños y que había logrado volver junto con todo el resto al pueblo, logrando también traer la medicina por supuesto, se sentía ahora con el derecho de decir que le debían todo y que nadie ni nada tenían el derecho de reclamarle por su estilo de vida, que podía hacer lo que quisiera, todo lo que le viniera en gana, porque alegaba vivas voces que se lo merecía. Así que si él quería estar con varias mujeres a la vez, lo iba a hacer, no importándole que tuviera una pareja fija y que le estuviera haciendo infiel. Si el quería hablar mal de ella a sus espaldas y maltratarla física y psicológicamente, también lo iba a hacer. Él sentía que no era su obligación hacer algo bueno por la gente, si por él fuera, todos ellos podrían irse al demonio.
Pero tal pareció que todo ese valor, que aparentemente tenía para pensar de esa forma, se había esfumado de un solo golpe y en cuestión de solo segundos, el Husky gordo y de color marrón, con una actitud arrogante y altanera, así como prepotente, había quedado reducido a solo un cobarde llorón.
Porque nuevamente, volvería a rogar y a suplicar por su vida. Sin embargo, esta vez sería totalmente inútil.
Estaba sin palabras, se suponía ponía que estaba muerto, o al menos eso era lo que él había llegado a escuchar, pero ahora se daba cuenta de que no era mentira. Porque aquella cosa que tenía enfrente de él, aquella criatura, aquel ser, salido de los más profundos abismos de pesadilla probablemente, si es que en verdad era Balto, definitivamente no estaba viva.
Antes de que abruptamente, luces de los pocos postes de luz que había en esa calle se reventaran al instante, dejándolo con ello a él casi completamente a oscuras, había querido hasta ese momento, que solo era un vago de la calle queriendo meterse con él.
Pero ahora ya estaba, aquel ser que no se movió de donde estaba, pero que sin embargo no dejaba de mirarlo fijamente. Y el por otro lado, había quedado completamente paralizado, temblando fuertemente de las patas y aun por más que quería correr, era completamente incapaz de hacerlo. Como todo perro faldero que se respeta, no iba a pasar mucho tiempo antes de que quisiera salir corriendo con el rabo entre las patas, tal y como el perro cobarde que Nikki en realidad erá.
El silencio, era más que sepulcral. Quería salir huyendo, pero las patas no le respondían, aún a pesar de lo mucho que él deseaba moverlas.
Pero el no se movió de donde estaba, no pensaba hacerlo, no aún. Simplemente se quedó ahí donde estaba, observándolo cada segundo, sin parpadear, sin distraerse con nada. Nikki no sabía por qué, pero algo en su interior le dijo que intentar salir huyendo de ahí a toda velocidad, sería quizás, una muy mala idea.
Cosa que solamente fue confirmada por él.
Balto: Si en este momento estás pensando en salir corriendo, déjame decirte que no te servirá de nada Nikki.
Nikki sintió su corazón palpitar con fuerza al escucharlo.
Nikki: ¿Como...co... Cómo sabes mi nombre?
Balto: ¿Es que no me reconoces acaso? Soy un viejo amigo tuyo, un viejo amigo de ustedes, pensé que ya me habías reconocido desde hace algunos minutos.
Nikki: Balto...¿en verdad eres tú?... Pero se supone que tú ya estás muerto.
Balto: ¿Por qué estarías tan seguro de eso?
Nikki: Nos habíamos enterado de que te suicidaste, de qué habías decidido quitarte la vida. Como no volvimos a verte más por aquí... pensamos que así había sido.
Balto: Vaya... es increíble lo rápido que viajan las noticias por aquí.
Tras haber dicho esto, Balto por fin se movió de su lugar y lentamente comenzó a acercarse a Nikki. Él por su parte, de una forma que no sabía cómo explicar, pero ahora sí que comenzó a temer por su vida.
Balto: Verás...Nikki... yo solamente te diré... que mi muerte... fue de lo más exagerada. Estoy vivo, estoy más vivo de lo que tú crees.
Nikki se había quedado mudo, no sabía que responder en realidad. Casi como si el miedo también le hubiera paralizado la lengua.
Balto: Jamás mori, sonará increíble, pero me di cuenta de que aún no era el momento. Así como también me di cuenta, de lo estúpida que fue la idea, de tan solo querer quitarme la vida. Hacer eso, es solo para los cobardes. Porque luego me di cuenta.... de lo mucho que en realidad tengo aún por vivir.
Nikki por fin pudo volver a mover sus patas y mientras Balto hablaba, había tratado de apartarse lentamente, pero realmente no es como que haya avanzado mucho. Sin embargo, aún seguía tratando de quitarse despacio, haciendo todo lo posible para evitar hacer el menor ruido posible.
Balto: Sin embargo Nikki, tal parece que eres tú el que no tiene nada porque vivir.
Nikki: ¿Que......
Fue lo único que el aterrorizado Nikki pudo alcanzar a decir. El miedo ya estaba en todo su cuerpo.
Balto: No parece que valores lo que tienes, ni a la gente que te quiere, ni tampoco a las personas que te mostraron su gratitud, por ese gran sacrificio que hiciste de traerles la medicina que tanto necesitaban ellos. Claro que no he olvidado aquello Nikki, no entiendo aún con todo, aún como tú eres, cómo puede ser igual a él, cómo pudiste estado dispuesto a dejarlos morir, en tu caso, con tal de solamente evitarte una fatiga.
La voz de Balto en ese momento, se parecía a todo menos a una voz normal, su voz, era casi espectral, irónicamente, a pesar de no saber cómo se escuchaban los monstruos, para Nikki, Balto se escuchaba como uno.
Balto: Pero bueno...dime Nikki ¿qué tienes que decir en tu defensa?
Nikki abrió la boca para responder, pero simplemente no supo qué decir.
Balto: Dime Nikki ¿Cómo te declaras? Porque no puedo creer, qué gente tan repulsiva como tú, de abusar de tantas cosas buenas y aún así, ser un completo cerdo malagradecido de porquería.
Nikki en cualquier otra circunstancia, hubiera respondido a la ofensiva, usando la violencia inmediata. Pero esta vez sin embargo, se dio cuenta de que aquello, era algo que no le convenía hacer.
Balto ya casi había cerrado la distancia entre ambos, para gran terror de Nikki, pero justo cuando yo solamente le faltaban unos pocos pasos para estar cara a cara, Balto de pronto se deshizo en una nube de polvo y humo negro, literalmente, desapareciendo así, de la nada.
La sorpresa de Nikki ante esto fue tal, que pegó un grito leve de sorpresa, mientras retrocedía unos pasos. No entendía qué rayos acababa de pasar. Miró a todos lados, porque literalmente había desaparecido asi de la nada. Espero ahí donde estaba, por unos cuantos minutos, pero no pudo ver nada, ni tampoco escuchar a nadie,
Estaba a punto de darse la vuelta para irse de ahí de inmediato, pero al momento en que hizo esto, de inmediato se encontró con Balto justo detrás de él, qué rápido como un parpadeo, lo tomó por el cuello, con una sola de sus patas.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro