Primera Victima.
Hace tan solo unos momentos después de haberse quedado, completamente sólo, y justo fue ahí o comenzó a pasar por uno de los peores momentos de su vida. Kaltag, estaba simplemente aterrorizado, quizás a punto de morir, del puro terror. Alguien a quien conocía, y a quien creía completamente muerto, estaba de regreso, y peor que nunca. No era en lo absoluto alguien normal, o mas bien, no era en lo más mínimo el mismo de antes, era alguien totalmente diferente, y no lo decía solo en el aspecto físico, definitivamente, aunque era aquel, que el, que alguna vez conoció. También era a la vez, un ser, mas que irreconocible.
No era el mismo ya, era alguien mas, alguien que se hizo ver, como un espectro aterrador, alguien que emergió de la nada, de entre la oscuridad, alguien que nunca pensó regresar en realidad, alguien que ahora sí que lucía como un ser sin alma en lo absoluto. Alguien que habia matado a unos cuantos gatos y que estaba como si nada....y ahora venía por él, estaba más seguro de eso, y por supuesto, a Kaltag, ello no le hizo nada feliz.
Lo peor de todo era que aún por más que quería, encontraba por ningún lado algún tipo de ruta de escape, para este punto, el yacía, totalmente acorralado contra la cerca del lugar donde había entrado, y sin poder dejar de temblar de miedo. Aún Por más que lo que él tuviera, el husky amarillo sintió como una gran cantidad de sudor helado mojaba su piel. Kaltag, solo seguía negándose, a creer que estaba completamente perdido.
-Kaltag: Por favor Balto, te lo ruego, no me hagas daño.
El ser, que ahora era Balto, mantuvo una mirada fría y sin vida en todo momento. Completamente incapaz, de mostrar cualquier tipo de expresión.
-Balto: Es curioso, que tú me pidas eso como si nada, como si ya hubieras olvidado, que yo una vez, también te rogué de manera desesperada, y sin embargo aún así no tuviste piedad de mí. Ni tu, ni nadie.
-Kaltag: ¡Yo solo hacia lo que Steele me decía!
Balto ante esas palabras, soltó un leve gruñido, aviso previo aviso, el perro lobo alzó su pata y le soltó una bofetada, que no le hizo un daño mayor, mas allá de provocarle unos rasguños en la cara a Kaltag. Para el husky amarillo, el susto fue tal que pegó un buen grito, pero se calmó rápidamente cuando vio que Balto no le había echo nada mas, todavía.
-Balto: Por favor Kaltag, ¿Por qué mientes?, tanto tú como yo sabemos que eso no es cierto.
-Kaltag: Podemos hablar de eso...
-Balto: ¡¡No hay nada que hablar!!, no tienes nada que decirme, además de que ya es muy tarde para eso.
-Kaltag: ¡¡Te lo ruego Balto!!
Comenzó a decir Kaltag, entre lágrimas y gemidos de la pura desesperación. Balto solo lo miro, sin poder sentir nada, ni siquiera pena, verlo así, solo pudo hacerlo recordarse a sí mismo, en la misma situación.
-Kaltag: Yo se..., que en realidad todo lo que te hicimos, si que te dolió como no tenemos ni idea nosotros, y que en realidad, no merezco ni un poco de tu compasión. Pero tú eres mejor que esto, así que por favor, ahora en verdad quiero ver, en verdad quiero estar cerca de ese perro lobo, había sido solo un ser de pura bondad y amor, asi como de alegría y nobleza, unas cualidades que claramente yo no tengo.
-Kaltag: termino de decir, sin embargo, Balto no dijo nada al respecto, su mirada no cambio, no movió ni un solo músculo. Ni siquiera parecía haber reaccionado a sus palabras. En su mirada, no se reflejaba para nada que pudiera llegar a tener consideración o compasión de él.
-Kaltag: Por favor, no tienes que hacer esto, tu nunca has sido así. Si me dejas ir, te prometo que no volverás a saber de mí, si me pides que me vaya de este pueblo, lo haré, me iré en silencio, nunca mas, sabrás nada de mí....
No pudo seguir diciendo nada mas después. Únicamente pudo ver, como Balto negaba de manera más que desaprobatoria con la cabeza. Hablo tranquila y fríamente.
Balto Que nadie sabrá nada de ti, pero sí es justamente lo que estoy buscando hacer ahora, reconozco, que en todos los años que te conocí, jamás te comprendí, nunca llegué a conocerte lo suficientemente bien, hasta que llego ese día, ese día en el que todos ustedes me hicieron lo que me hicieron, en verdad que no pensé nunca hasta qué punto serían capaces de llegar. Pero ese día lo supe, sin embargo no contentos con eso, luego se enteraron de que yo supuestamente me había suicidado, y como era de esperarse, a ninguno de ustedes le importó, sino que todo lo contrario, quisieron ver eso, como motivo de alegría.
Kaltag lo miro, aún temblando, incapaz de decir nada.
Balto Con eso, finalmente me dejaron en claro, que en verdad me odiaban a muerte, incluso cuando yo no les hice nada. Pero algo te prometo, a partir de ahora, creeme que sí tendrán verdaderas razones para tenerme. Creeme Kaltag, eso es una promesa, y tu Servirás como la prueba para todos los otros de que hablo en serio.
-Kaltag: ¡Nooo!, ¡¡por favor!!, ¡en serio!.... te imploro por mi vida, aunque yo no respete la tuya nunca... Todavía tengo muchas cosas de vivir...
Kaltag solo pudo seguir y seguir derramando lágrimas de impotencia, jamás en su vida se había sentido tan vulnerable como ahora.
-Balto: Lo siento, pero me temo que eso no va a ser posible, nunca lo fue aún por mas que yo les suplique a ustedes.
Kaltag ya solo se quedo mudo.
Balto Te habías visto, tan imponente en aquella ocasión cuando yo era el que estaba suplicando, pero ahora te has quedado reducido a esto. Es muy triste en serio, sin embargo, si pusiste atención hace unos momentos, ahora sabes que yo ya les hice a una promesa....
Kaltag solo sintió, como su respiración se aceleraba cada vez más y más.
-Balto: Y tu tedras el honor de ser el primero.
Dicho esto y sin decir nada más, Balto se abalanzo rápidamente sobre el otro husky amarillo, que ya solamente pudo gritar un largo ¡¡Noooooo!!, que no duro mucho, porque antes, Balto lo tomo por el cuello, estrangulándolo de tal forma, pero inmediatamente la voz de Kaltag murió en su garganta.
Pero antes de que pudiera perder el conocimiento, Kaltag contemplo, como de la espalda de aquel perro lobo, surgía de pronto, unas enormes a las negras, muy oscuras y que también parecían desgastadas. A partir de ahí, Balto se elevo entonces en el cielo, pero sin soltar a Kaltag, hasta que quedaron casi 30 metros lejos del suelo. Y Balto solo se mantuvo, aún sin soltar a Kaltag del cuello, que ahora ya solo estaba sosteniendo lo de la yugular.
El husky amarillo, solo pudo mirar unos cuantos momentos más hacia abajo, momento justo en el que observó como unas manchas negras enormes comenzaban a formarse en el suelo, y luego, de estas se asomaron varios picos.
Con el corazón latiendo a mil por hora, Kaltag miro a Balto, por una última vez.
-Balto: Que tengas un buen viaje.
Dicho esto, lo soltó y lo dejo caer, y Kaltag bajo en pitada rápidamente hacia el suelo justo donde se encontraban los recién salidos picos, mismo que estaban hechos de algún extraño material negro y viscoso, pero el no tuvo tiempo de pensar en otra cosa más, porque luego de varios segundos de caída, finalmente aterrizó en el suelo, y como debería de suceder, quedo totalmente empalado, más de ocho picos diferentes perforándole no hay tantas partes del cuerpo, y dos de estas atravesándole el medio del cráneo y los ojos.
No muchos segundos después, el suelo repleto de nieve del lugar, ahora quedó cubierto de sangre. Con un enorme charco formándose justo debajo de donde Kaltag había caído, y su cuerpo yacía, ya sin vida pero no de inmediato. Antes de eso, el husky amarillo, gimió de dolor y agonía durante un par de minutos. Hasta que Balto bajo al suelo, se acercó a él lo miró por un momento, como rápidamente iba muriendo de dolor, hasta que Balto puso a su sufrimiento Ahora sí atravesándole el corazón y la cabeza, con otros dos palos, que hizo surgir de golpe.
Balto, tan solo se limitó a observar durante unos cuantos momentos antes, de que su primera víctima finalmente muriera, la miró durante varios segundos que para él se le hicieron casi eternos, en los Kaltag que no dejaba retorcerse aún de dolor, mientras el, únicamente se limitaba a mirar. Hasta que por fin, y luego de unos minutos horribles para Kaltag, al fin dejó de moverse, indicando así que había muerto.
Los pocos minutos que aún había estado pasando ahi, Bal una vez estaba pasando ahí, Balto de pronto tuvo un enorme recuerdo que se le vino a la mente de el y Kaltag, y por eso mismo fue que se quedó pasmado y sin poder moverse. Sin embargo lo dejó pasar.
Una vez que pudo volver en sí, Balto apretó los ahora puños de sus patas con fuerza, y pues entonces que caminó hasta el cargo de sangre que se había formado debajo del cuerpo de Kaltag, y bañó su pata, con la sangre del husky, para luego quedársele mirando durante algunos momentos a esta. Cazador listo.
Continuara...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro