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5.Volvamos a empezar

Era un día de lluvia, a pesar de haber sido una semana con días de sol y algo calurosos, la lluvia cayo inesperadamente cuando salía de trabajar de la tienda de conveniencia. Mina se maldijo por no haber llevado paraguas, igualmente si corría hacia la parada de buses no le quedaría tan lejos.

Se tapó con su bolso colocándolo sobre su cabeza y esprintó con la intención de llegar cuando antes posible a su bus.

No obstante, una persona se atravesó en su camino haciéndola casi deslizarse en el resbaladizo pavimento. Si no fuera porque calculó bien, habría caído irremediablemente.

—Mina, he vuelto.

Bambam. Su ex.

El chico poseía un paraguas que rápidamente le ofreció, pero Mina no quería saber nada de él.

—Bien por ti, puedes volver a irte por donde has venido —soltó de malhumor.

Y aunque le insistió al chico que no quería el paraguas, este seguía sujetándolo para que la japonesa no se mojara.

—¿Cómo has estado? Te he echado de menos, Mina...—continuó hablando no sintiéndose escuchado —¡podemos hablarlo al menos! Me bloqueaste y no me dejaste explicarte nada.

—¿Qué hay que explicar? El cómo solo me veías como un juguete.

—No es así Mina. Quiero estar contigo, solo he pensado en ti y en como me equivoque.

Bambam la tomó de su muñeca obligándola a verlo a los ojos. Ya había llegado a la parada del bus.

—Eres mi primer amor y yo fui el tuyo ¿de verdad no te dolió tirar a la basura lo nuestro?

¿Le dolió? Claro que dolió, estuvo los últimos años de instituto con el chico y verdaderamente llegó a pensar que estaba enamorado de ella, cuidándola en clase cuando se quedaba hasta tarde estudiando, llevándole comida y acompañándola siempre a casa.

—Suéltame. Y llévate tu paraguas —fue lo que dijo zafándose de su agarre.

Myoui subió al autobús y se colocó los auriculares para comenzar a escuchar música, volviendo su camino a casa más melancólico y triste.










🌊🌊











Al llegar a casa escuchó como Sana salía disparada para ir a abrazarla, la pequeña tenía su pijama de unicornios puesto y aunque Mina le insistió en que no se lo pusiera porque ya le estaba quedando pequeño, la hermana menor desobedeció.

En la sala de estar, Jihyo discutía con Lisa a saber por qué.

Su mejor amiga tenía las llaves de su piso, así que supuso que entró para visitarla y tal vez Lisa se pasaba por ahí, antes de entrar a trabajar.

—¿Jihyo ha hecho la cena?

—No, ¡mejor aún! ¡Hemos pedido comida! Ha dicho que es porque está de buen humor.

Para Sana eso era más que un lujo, pues solo ordenaban comida a domicilio durante días especiales.

—¡Eh! Dime cuánto es —la señaló Mina.

—Relájate, acabo de cobrar —la intentó calmar Park.

—Y hablando de cobrar, Myoui Mina —Lisa se levanto cruzándose de brazos —¡que mierda hiciste para cobrar tres mil euros! ¡Que trabajito extra tuviste que hacer!

Mina se sonrojó y se acerco a Lisa para golpearla en el pecho.

—¡No hice nada! Eres idiota, jamás haría eso.

—Bueno...—Jihyo tosió disimuladamente —es que tres mil euros...

—¡Que no hice ningún trabajillo extra a nadie! —bramó Myoui enfadada.

Mientras que las tres amigas discutían, Sana escuchaba la conversación sin entender del todo lo que ocurría.

—Mitang, ¿que es un trabajito extra?

Tanto Lisa como Jihyo explotaron en risas. Pero a Mina no le hizo ni gracia.

Se había puesto roja, no se sabía si de la rabia o de la vergüenza.

—No es nada Sana —negó con la cabeza —Lisa y Jihyo son tontas ¡veis lo que hacéis! Van a ser las once, ve yendo a la cama y despídete.

—Sana, tu hermana vendió sus nalgas.

Lisa soltó entre risas y la tailandesa se llevó otro golpe de la japonesa, menos mal Jihyo le había tapado las orejas a la inocente niña.

Sana se despidió de Lisa con una abrazo al igual que de Jihyo, corrió contra su libro favorito hacia su habitación y le pidió a su hermana mayor que no tardara demasiado.

Tras la pequeña pelea, Mina se dispuso a contar todo lo ocurrido con Nayeon. Desde la cafeteria hasta su segundo encuentro y como la chica parecía insistir en querer salir a algún lugar con ella.

Pero Myoui Mina no era una chica fácil.

—Joder, si es que tendría que haber ido a trabajar yo —se arrepintió Manoban haciendo un puchero.

—Habrá sido el destino —codeó Jihyo.

—No, solo fue suerte.

Mina se negaba a pensar que lo que le estaba pasando era suerte si quiera.

—Espera, a todo esto ¡Es Im Nayeon! Una jodida Im —Lisa se llevo las manos al rostros desesperada.

—No sabes quien es ¿verdad? —rió Jihyo.

—Ehhh ¿no?

Lisa la miro con decepción mientras negaba con la cabeza.

—Ves, por esto no follas.

—Cállate —Mina frunció el ceño.

—Lisa ni que fuera aquí una máquina de sexo —suspiró Jihyo —Y Mina...nada es gratis.

—Ya le escribí que se lo devolvería, en pequeñas cuotas pero lo haría.

Aunque la universitaria parecía no estar de acuerdo. Ignorándola y preguntándole qué haría esa semana.

—Yo no le devolvería nada ¡lo que se regala no se devuelve!

Las tres amigas rieron. Aunque Lisa tenía razón, si no fuera por el orgullo de Mina, se negaría completamente a hacerlo.

—Tengo que ir a dormir, me estoy muriendo del cansancio —avisó la nipona acompañando a sus amigas a la puerta antes de caer en cuenta de algo —Jihyo,  ¿tu por qué estás de buen humor? no dejas de sonreír.

Jihyo se sonrojó notablemente. La habían pillado.

—Estoy conociendo a alguien.

—Oh gracias a Dios, por fin pasas de página con lo de Daniel —aplaudió Manoban.

—Mañana a la noche nos cuentas todo o lo averiguaré por mi misma —amenazó Myoui despidiéndose de su mejor amiga.

Mina se alegró por su mejor amiga desde luego, quien siempre había tenido mala suerte en el amor.

Le pareció irónico pues Jihyo siempre fue de las que decían que no existía el amor y ahora al parecer había llegado a ella.

Ella ya no tenía tiempo para eso.

Fue a la habitación y se encontró con Sana acurrucada abrazando a la almohada mientras que tenía una pequeña sonrisa en el rostro. La mayor acarició con cuidado el cabello de su hermana y sonrió con ternura.

Se acostó a su lado, se estaba empezando a quedar dormida cuando recordó a Lisa burlándose de ella por no saber quién era Nayeon. Por mera curiosidad, tomó su móvil y buscó solo su apellido.

—¡La familia Im con un Patrimonio de cuantos miles de...! —Mina tuvo que taparse la boca para no gritar.

Mina dejó de leer porque se estaba mareando. No quería saber más, de amargaría aún más recordándose lo pobre que era.








🥺🥺










Estaba siendo un día relativamente tranquilo, tenía turno de mañana toda la semana en la cafetería de la universidad así que no se le hacía tan pesado pues le estaba cogiendo el tranquillo.

Mina pensó que había algo raro pues se estaban acercando más personas de lo normal para la hora que era.

Bambam paso y la saludo con la mirada, pero la protagonist simplemente decidió esquivarlo, haciéndose la loca. A su lado su mejor amigo, Mark, no pasa de largo.

De hecho, el universitario se acercó hasta a ella para decirle algo.

—Rechazas a Bambam después de todo...al menos devuélvele todo el dinero que invirtió en ti.

Mina apretó el puño con rabia, ignorándolo. Era lo mejor.

Repentinamente su teléfono móvil vibró y entonces lo vio.

En twitter andaba rondando una foto suya  trabajando en la cafeteria. Con un título llamándola pobre y aprovechada...


Apagó el movil ya que su supervisora le dijo que continuara con su trabajo y no se distrajera. Pero se sentía humillada.

Trato de trabajar correctamente durante las últimas dos horas, estando cabizbaja y algo avergonzada sintiendo las mirada de todos los universitarios sobre ella.

Sentía que estuvieran hablando de ella en todo momento y le incomodaba de sobremanera.

—Buenos días, buenas las tenga.

Era Im Nayeon.

Ya lo que le faltaba para completar el día.

La chica parecía estar demasiado sonriente ¿acaso no lo había visto?

—Ni un buenos días, no pasa nada. Se aproxima el fin de semana y me preguntaba si querías ir al cine —Nayeon se apoyó en la barra —alquilaré toda la sala para nosotras dos.

—No.

Primer golpe.

—¿Tan mal está que quiera conquistarte? Ni una oportunidad.

—No estoy de humor. Lo siento Nayeon —la miró seriamente —No estoy interesa en citas ni en conocer en nadie.

—Cuanta amabilidad con una persona que te triplica tu sueldo.

Y aunque Nayeon lo hubiera dicho como si nada, el comentario cayó demasiado mal para Mina. Demasiado.

Tanto que su pecho dolió, odiaba ese sentimiento de tener que deberle algo que los demás. Suficiente estaba su orgullo e integridad dañada en esos instantesz

—Te pagare el dinero. Ya te lo dije —espetó quitándose el delantal —No necesito tu pena.

Nayeon se dio de su error, demasiado tarde, pero Mina se anticipaba para volver a hablar.

—Te lo devolveré, te lo juro Im, mientras tanto déjame en paz.

Mina tomó sus cosas y apresuró el paso conteniendo sus lágrimas. Por fin había terminado su turno y solo quería marcharse a casa y abrazar a su hermana pequeña.

Solo la tenia a ella.

La universitaria dudó en su perseguirla, sería aún peor. Solo la pondría de mal humor. Nayeon tenía un don único para empeorar las situaciones.

—Lo has visto —preguntó Jennie llegando a su lado.—No te va a gustar...

—¿El qué? —frunció el ceño Im.

—Míralo por ti misma —Jisoo acercó su teléfono móvil a su amiga.

Nayeon abrió los ojos viendo la imagen y se mordió el labio con cierta rabia recorriéndole el cuerpo. Haría algo al respecto, claro que lo haría.

Por otro lado, Mina estaba saliendo cuando la mejor amiga de Im le hizo una reverencia. Cosa que le pareció rara.

—Golpeare a Nayeon de tu parte —dijo con la intención de hacerla sonreír.

Myoui sonrió débilmente hacia Jeongyeon.

—Me harías un favor...

—Jeongyeon. Yoo Jeongyeon.

A Mina le dio la sensación de que Jeongyeon era tan cálida y honesta como su sonrisa.

Pocas veces le había sucedido esto y menos con personas en círculos de niños ricos.

—Suerte con eso Jeongyeon.

—Lo mismo, Mina.

Yoo alzó ambas cejas, ahora entendía el encanto del que hablaba Im. Mina tenía una sonrisa que seria capaz de apagar el sol, había un brillo único en la japonesa.












👀👀












A Mina le pareció raro que en menos de veinticuatro horas el post hubiera sido eliminado. Cuando intento buscarlo para enviárselo a sus amigos, estaba eliminado.

¿Lo habían hecho voluntariamente? Ni idea. Y tampoco lo creía. Tampoco es que le importara.

Decidió no darle mucha importancia y mejor darle atención a quien en realidad se lo merecía: Sana.

Sana le había estado rogando el ir a jugar al parque y simplemente dar vueltas por ahí o con suerte ir a una tienda de animales para observar a los cachorritos. Sobretodo los Shiba Inu, eran los favoritos de Minatozaki.

—Y la profe nos preguntó qué queríamos ser de mayores —la niña reia siendo empujada en el columpio.

—¿Y tú que respondiste? ¿Qué quieres ser de mayor?

A Sana no le costó ni un segundo pensarlo.

—¡Ser feliz para siempre con mi hermana mayor!

Mina sonrío enternecida, pensó que respondería algo como una profesión, pero la pequeña japonesa respondió lo que quería de verdad desde lo profundo de su corazón.

—Yo también quiero eso —sonrió Mina.

—Y también para que vivamos cerca del cielo quiero crecer rápido para ayudarte.

La mayor dejó de dar pequeños empujones deteniendo el columpio, se posicionó delante de su hermana poniéndose en cuclillas.

Myoui negó lentamente con la cabeza revolviéndole el cabello.

—No digas eso Satang. Me ayudarás si haces tus tareas y juegas mucho.

Sana la abrazó con fuerza dejándole un beso en la frente a su hermana mayor.

—Y también me portaré muy bien. Te amo Mitang.

Después de esto ambas hermanas caminaron a la tienda de animales para observar a los pequeños cachorros Shiba Inu.

Sana parecía encantada y Mina estaba encantada de que su hermana lo estuviera.

—Si nos mudamos a ese apartamento ¿podremos tener uno?

—¡Claro que sí! Te lo prometo —le acercó su meñique haciendo una promesa.—Tengo una idea.

Mina rebusco en su bolsillo y luego miro el dinero que tenía en su cuenta.

—Vamos a comprar algo.

Los ojos de Sana se ancharon y prácticamente empezaron a echar brillaros de la emoción de comprar algo. La niña se despidió de los perritos y corrió con su hermana hacia el centro comercial.

Sana adoraba comprar, pero odiaba tener que probarse ropa. Encima Mina la obligaba a probarse todo y a dar vueltas con ello.

—Esa te queda bien, ¿te gusta?

—Sí...pero Mitang...

—Pues nos la llevamos —tomó la chaqueta para ir a pagar.

—Mitang, ¿tu no vas a comprarte nada?

Oh ahí estaba de nuevo.

La mayor negó rápidamente dedicándole una de sus mejores sonrisa a su hermana, relajándola.

—¿Sabes cuánto tardo yo comprando? Te morirías del aburrimiento, ya vendré yo con Jihyo —mintió consiguiendo que Sana asintiera.—Te amo Satang.

—Y yo —dijo la niña tomándola de la mano.

Mina se sintió satisfecha cuando observó la bolsa de compra algo llena, si trabajaba tanto era para darle pequeños gustos a su hermanita.

Si era por ella, soportaría lo que hiciera falta









✏️✏️















Se estaba planteando dejar el trabajo en la cadeteria de la universidad de Seúl, sabía que pagaban bien, pero igualmente quizás era un precio agotador estar ahí. Aun no estaba segura del todo.

De todos modos, ahora que había apuntado a Sana a clases extracurriculares de inglés (porque decía que quería probarlo) tenía más tiempo para hacer tutorías.

Lo único malo era cuando le tocaba con niños hormonados adolescentes que más que prestarle atención a sus palabras le prestaban atención a su cara.

Quitándole eso, era bastante simple. Lo matador era levantarse al día siguiente.

Lisa le escribió que ella podría pasar por Sana en su nuevo coche y acercarla a casa. Mina aceptó y soltó un suspiro algo agotada.

—¡Voy a apuntarme!

Mina elevó la vista y se encontró con Nayeon apoyada en un coche lujoso, un Maserati blanco junto a un hombre trajeado que parecía un jodido guardaespaldas.

—Te dije que me dejarás en paz, te pagaré.

—¡Lo siento Mina!

Alcanzó a decir Nayeon antes de que la evitara y se fuera por el lado contrario.

Al escuchar aquellas palabras, por alguna razón quiso escuchar que quería o más bien que podía decir en su defensa. Pocas veces había escuchado a personas adineradas disculparse.

Y menos a una heredera de una de las corporativas más importantes de Corea. Im Nayeon la estaba sorprendiendo.

—Lo siento mucho. Lo que dije estuvo mal, insistí sabiendo que no querías nada conmigo y te agobie y encima estabas de mal humor...

La coreana se había acercado a ella, interponiéndose en su camino. Mina se dio la vuelta y la miró a los ojos.

¿Era verdadero arrepentimiento lo que podía ver en sus ojos?

—¿De verdad lo sientes? —se cruzó de brazos Myoui.

—¡De verdad! Si no quieres nada ehhh nosotras podemos... —Nayeon miro hacia otro lado algo sonrojada —intentar ser ¿amigas?

¿Amigas? Oh si necesitaba amigas millonaria. Pero no lo diría.

La japonesa se quedó en silencio por un buen rato para finalmente soltar un largo suspiro.

—Una sola oportunidad —amenazó señalándola —algo raro y te mato. Igualmente te voy a pagar.

—No quiero que me des el dinero —irrumpió Im —Prefiero que me invites a comer. Es mi dinero así que yo elijo.

—Está bien. Como amigas —remarcó la palabra Myoui.

—Como amigas —asintió la mayor.

Nayeon miró de reojo a su coche y se maldijo mentalmente por lo que iba a decir. Además se había informado y a esa hora los buses ya no pasaban.

Sabía que ni de broma Myoui se montaría en su coche.

—Puedo acompañarte a casa. A está hora no hay buses.

—Estoy a veinte minutos caminando.

—No me importa.

—Me da más miedo que me acompañes.

Fue entonces cuando el hombre trajeado intervino.

—Pero señorita Im...su hermana dijo que—Nayeon corrió silenciándolo con la mano.

—Anda, Chris, coge el coche y vuelve a casa yo me voy.

—Sabe que no puedo volver sin usted y conduciendo su coche...

Mina frunció el ceño, le resultaba raro ver como esos dos estaban forcejeando.

—Adiós Chris, disfruta de ese viaje —le dio una mirada severa prácticamente lanzándolo dentro de su auto.

Nayeon le hizo un gesto de silencio para después sonreír nerviosamente despidiéndose de él.

—Es como mi mejor amigo, ni caso —mintió.

No quería que Mina la viera como si fuera una niña que merecía ser vigilada.

—¿Vale? Que bruta eres con tus amigos, Im.

—No soy bruta, pero insisto en que te acompaño porque sé protegerme.

Nayeon le dio una mirada egocéntrica, tan orgullosa de sus palabras que Mina reviró sus ojos. Era tan odiosa.

—Estas diciendo que yo no —elevó una ceja la japonesa.

—Puedes dejar de utilizar todo lo que digo en mi contra y hacerlo ver como algo negativo.

—Déjame pensarlo...no.

Nayeon rió y continuó caminando a su lado. Igual sería una molestia caminar tanto a esas horas de la noche, pero estando al lado de Mina lo hacia divertido.

Nunca se imagino haciendo eso. Y menos por una chica.






🫶
intente actualizar lo más rápido posible, así q habrá errores de ortografía o q se yo

—¿Quién creen que eliminó el post de odio hacia Mina? ¿Nayeon va a hacer algo en venganza?

Ojalá que si 😮‍💨

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