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↬Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 19↫


Gracias
por  todo,
imbécil.

|↬|

Y. Han Soora

      Tomé unas pocas cosas de mi vestidor, ropa interior, crema para el cuerpo y claramente, no podía faltar mi perfume, junto a unos zapatos para andar cómoda aparte de los que ya me había puesto y unos pocos accesorios, todo aquello entraba en un bolso muy parecido al de ir al gimnasio.

     Bajé las escaleras con la cara en alto y el ceño fruncido, captando la atención de todos en aquel salón aunque fuera de noche y estuvieran gran parte de las luces apagadas; la mirada de arrepentimiento de Jung Kook me perseguía desde que había pisado el último escalón y si realmente yo no lo conociera, me quedaría en casa intentando arreglar las cosas con él, porque seamos honestos, entendería sus celos y desconfianza, pero como ya lo conozco y llevamos tiempo juntos no podía dejar que hiciera conmigo lo que él quisiera.

     —¿A dónde vas, Soora? —su voz era calmada, muy diferente al tono de voz que había utilizado cuando entré a casa.

     —A un hotel. Ya te lo dije, Jung Kook —caminé delante de él importandome poco lo que pudiera decir o amenazar.

     Estábamos casados, no era su esclava.

     —¿Cuál hotel? Quiero estar informado de todo, porque me preocupas e importas, Soora —rodé los ojos, su voz no iba a convencerme de quedarme y menos sus palabras.

     —Claro y por eso mismo desconfías de mí —solté una risa fingida—. Tranquilo. No iré muy lejos y volveré sólo para entregarte todo lo que te debo —le dí un vistazo rápido y seguí caminando hacia la puerta.

     —Señora Jeon, no se vaya, por favor —intervino Bianca con la voz temblorosa.

     Todo se estaba yendo por un precipicio y sólo por un malentendido.

     —No, Bianca, no por mucho llevaré ese apellido —le aseguré.

     —Soora, estás llevando muy lejos todo esto, ¿Por qué? ¿O es qué acaso ya no me quieres?

     —¿Cuándo te he querido, Jeon? —quizás mis palabras fueron un poco duras, pero no sólo le dolían a él, si no a mí también.

     —Soora, espera —me detuve y más cuando sentía su presencia aproximarse.

     Tomó mi mano al estar a mi lado y me tensé como nunca. Yo no quería pasar la noche fuera de lo que ahora era mi hogar y menos con la falsa esperanza que le había dado a mis hermanas sobre ayudarlas con sus problemas, porque el dinero no era mío y los contactos menos, yo no tenía nada y a nadie.

     Quizás siempre debió ser así.

     —¿Qué quieres? —tragué saliva con dificultad, su mano era cálida y la mía estaba helada.

     —¿No crees que tus hermanas estarían más cómodas y seguras en la casa, en tu casa, en nuestra casa —aclaró innumerables veces— por el personal de seguridad? —él tenía un punto, pero no iba a funcionar para retenerme una vez más—. Solo piénsalo, quizás puedan dormir tranquilas ésta noche —acarició mi mano con el dedo pulgar y solté el aire que retenía en mis pulmones desde hace unos segundos atrás.

     Ser egoísta.

     Aquella palabra: "Egoísmo", era algo que yo no era, siempre pensaba en los demás y no porque alguien que esté arriba, que me observa en todo momento y que pudiera castigarme por mis acciones o actos, si no, porque no estaba en mi corazón serlo y eso Jeon lo sabía por completo.

     Me giré lentamente dándole la cara y soltando su mano con suavidad, asintiendo con la cabeza sin dejar de ver sus ojos hipnotizantes.

     —Perfecto, le pediré a las empleadas que arreglen las habitaciones y a Carlos que las ayude con sus pertenencias —asentí, pero su mirada me inquietó por unos segundos, apuntaba hacia mi mano con sus ojos y no entendía el porque—. Dame el bolso, cielo, le pediré a Nana que deje todo como estaba —algo confundida le entregué el bolso y sólo para evitar una pronta discusión.

     Todos comenzaban a acatar las directrices de Jeon y era como ver a los empleados en cámara rápida, mientras el mundo estaba en cámara lenta dentro de mi cabeza. Minutos después de estar parada, sumergida en mi mundo viendo un punto fijo sin sentido, Jeon tomó mi mano y me guió hasta la puerta para esperar la pronta entrada de mis hermanas que estaban aproximándose anonadadas por lo grande que era mi casa.

     —Buenas noches, Señor Jeon, déjeme decirle y con todo respeto que tiene una hermosa casa —Rose hizo una reverencia y mi esposo sonrió.

     —Por favor, dígame Jung Kook y gracias, espero y la sienta suya —Jeon era un encanto, pero también una mismísima pesadilla.

     Rose entró y Nana la guió a su habitación para hacerla sentir más cómoda, segura y protegida por personas que quizás no la conozcan, pero tienen un gran afecto hacia mí y por ende cuidarían de otras personas que me importaban.

     Yunnie abrazaba con fuerza a Lynah por un costado, estaba aterrada. Ian venía detrás de ellas con sus cosas y sabía que necesitaría un té para que ella pudiera dormir ésta noche.

     —Gracias por dejarnos estar en su casa —agradeció Lynah y Yunnie sólo sonrió falsamente, demostrando que todo estaba bien.

     —Siéntanse como en su casa —Jeon les devolvió la sonrisa—. Ian llevalas a la habitación que tiene dos camas individuales de ésta planta y dile a HyeLin que prepare un buen té para dormir —ordenó.

     —Como usted diga, Señor Jeon —Ian hizo una reverencia y guió a mis hermanas a su respectiva habitación.

     A todas éstas, no sabía en donde Jeon pensaba alojar a todas mis hermanas, porque tenía pensado incluso darles mi habitación, pero él tenía otros planes y era mejor que el mío. Hardy, Lenay, Jessica y Jenna entraron a casa con sonrisas alegres, mientras Carlos las guiaría a sus habitaciones, ellas saludaron a mi esposo y le agradecieron por lo mucho que él hacía por ellas, por tomarse la gran molestia y la de sus empleados al ayudarlas, y sin más todas estaban alojadas descansando en sus respectivas habitaciones.

     —Gracias por no irte —Jeon cerró la puerta y sin aún soltar mi mano me guió al ascensor, iríamos a la cama también.

     —Gracias por no parecer un imbécil delante de todas mis hermanas.

|↬❀|

     Dejé a Jeon en la habitación y bajé en busca del té para Yunnie, así ella podría dormir más tranquila. Ya con la taza y el contenido caliente en ella, llegué a la puerta tocando con suavidad aquella madera clara, al escuchar el pase no pensé ni dos veces antes de entrar y me enternecí, ambas compartían una misma cama y se abrazaban con ternura, cerré la puerta con cuidado de no hacer ruido y me acerqué para entregarle el té a Yunnie.

     —Jeon parece un buen hombre y que hace mucho ejercicio —comentó Lynah con una sonrisa.

     —Además de apuesto —intervino Yunnie dejándome sorprendida.

     Aunque sabía que ella debía distraerse, el que se quedara callada sólo escuchando la conversación y sin decir nada no podría importarme menos, porque sabía que ella había pasado por una situación que ni yo misma quería imaginarme o estaría justo como ella.

     Traumada.

     —Realmente es un hombre encantador —halagué de igual forma.

     —¿Y qué tal sus besos? Seguro deben ser la Gloria —tragué saliva ante la pregunta de Lynah.

     ¿Besos? Jamás habíamos tenido aquel contacto tan cercano y me daba miedo hacerlo fatal. De sólo pensarlo me limitaba a intentarlo.

     —Esa mirada la conozco bien —Yunnie tomó un pequeño sorbo de la gran taza de té—. Nunca lo has besado —confirmó y sus palabras no podían ser menos acertadas.

     —¿Nunca lo has besado? —Lynah se miraba impresionada— ¿Por qué? —ni yo misma lo sabía, sólo no sentía la necesidad de hacerlo.

     —No me siento lista —contesté de forma sencilla.

     —¿Lista? Ese hombre es un bombón y no quiero ser la mala de la película, pero otra mujer pudiera aprovecharse de esa situación para quedarse con él —la preocupación de Lynah era notoria, pero con eso no me impulsaría a besarlo.

     —Lo sé, pero sólo no me siento preparada para dar ese gran paso.

     Yunnie había terminando su té y me entregó la taza, agradeciendo todo lo que estaba haciendo por ellas y sin quererlo de aquella forma, finalicé la conversación con respecto a mi relación con Jung Kook, no quería hablar de ello ahora y posiblemente, nunca jamás quisiera hablarlo.

     —¿Y por qué no salen a la playa o viven un momento más íntimo? —opinó Lynah y pensándolo bien no era mala idea.

     —Podrían pasar más tiempo juntos y encender aquella llama del amor —rodé los ojos al escuchar a Yunnie.

     —Voy a pensarlo. Que tengan buenas noches —me despedí de ellas con un beso en su frente y sólo salí de aquella habitación.

     Dejé la taza limpia en la cocina y subí a mi habitación, deslicé la bata de dormir por mis brazos y la guindé para acostarme al lado de Jeon que posiblemente debía estar en su quinto sueño. Me acosté a su lado y rodeé su torso desnudo con mi brazo izquierdo, recordando todo lo que había hablado con Yunnie y Lynah, carcomiendome por dentro.

     —Kook —lo llamé con delicadeza y movió su cabeza en dirección a mí.

     —Mmm.

     Aquello fue más que suficiente para saber que estaba despierto o mejor dicho, que lo había despertado.

     —¿Qué opinas sobre ir a la playa hoy por la mañana? —salió algo temblorosa mi voz.

     Seguía molesta con él, pero quizás mis hermanas tenían razón y por eso Jung Kook desconfíaba tanto de mí, porque jamás le he demostrado que realmente me importaba.

     —¿A la playa? —preguntó desconsertado.

     —Sí, ¿Qué te parece? —Jeon bajó su mano a mi cintura y se aferró a ella, apegando nuestros cuerpos.

     —Una gran idea.

¡Hoy decidí actualizar!

Gracias por leer❤️

Corregido: 01/06/2024

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