Capítulo VI
HAYAN MUERTA A UNA PAREJA DE EMPRESARIOS JUNTO A PRUEBAS DE SU NEGOCIO DE PORNOGRAFÍA INFANTIL
• San •
La gente pone títulos muy morbosos, parece que eso los atrae, desagradable, simplemente desagradable.
Era el cumpleaños número veinte de mi chico, no había mejor regalo que un buen asesinato, nuestro primer asesinato.
No sabíamos cómo mierda logramos salir de ahí sin que alguno vaya preso, pero eso ahora no importaba, no ahora que estábamos en nuestra cama riendo como locos, totalmente manchados de sangre mientras mirábamos las noticias que informaban sobre la muerte de mis muy queridos suegros, quienes prostituían a menores de edad o vendían contenido, también informaban sobre que probablemente, el hijo que los Jung daban por muerto, esté vivo en algún lugar del mundo, y si, efectivamente, el hijo estaba totalmente vivo mirándome con una gran y hermosa sonrisa.
— Eso fue lo mejor que hemos hecho, amor, gracias -me dijo mientras se ponía sobre mí y me besaba- Nunca creí que verte manchado de sangre sea más sexy de lo que esperaba.
— ¿Es un nuevo fetiche, mi amor? -pregunté sin poder evitar reír mientras lo abrazaba por la cintura-
— No es nuevo, siempre me lo imaginé, es uno de mis más constantes sueños húmedos
— Eres un sucio, Jung -lo tomé por la cadera e hice que se mueva, causando una deliciosa fricción de su culo y mi polla- Cuéntame alguna otra fantasía, eres interesante
— Chupártela mientras torturas a alguien o lo asesinas, que te vengas en mi boca mientras acabas con la vida de algún miserable -Su sonrisa podía ser hasta turbia, esa sonrisa tan hermosa y brillante que yo amaba era turbia cuando brillaba tanto al hablar de asesinatos.
— Sabes que tus deseos son órdenes, amorcito mío
— Vamos a por más, ¿cierto?
— Vamos a por más, mi amor.
Es por amor, lo prometo.
Un mes, un mes sin Wooyoung, de vez en cuando Jongho venía a verme para ver qué tal lo estaba llevando, yo sabía que no le caía bien, pero lo hacía por Yeosang.
Ay, Yeosang, víctima de abuso sexual por su padre, después de los padres de Woo, fue a la siguiente persona que matamos, con él pudimos cumplir aquella fantasía de mi niño, sus deseos siempre serían cumplidos, todo era por amor.
Estuve leyendo los diarios de Wooyoung y lloré muchísimo, muchos veces escuché a los policías que pasaban por ahí haciendo guardia hacer comentarios sobre mi chico, lo insultaban por estar loco, por ser un asesino despiadado y morboso que cogía conmigo sobre la sangre de sus víctimas, lo llamaban puta, como odiaba que lo llamen así, "puta".
Wooyoung no era ninguna puta.
Los escuché hablar del cuerpo de Wooyoung, de como lamentaban que sea hombre y tenga semejantes piernas, y el culo, ese chico tenía unas curvas envidiables
Y era mío.
Yo me cogía a esa belleza cuando se me daba la gana, tenía la fortuna de ver sus muecas de placer, de escuchar sus gemidos, de entrar en él, de ponerlo en infinitas posiciones, de escucharlo rogar para que lo haga mío cada día, a toda hora, tenía el privilegio de follarle esa preciosa boquita, de maltratar ese cuerpito de la manera más placentera posible. Pero todo eso, era solo mío, él no era una puta para los demás, era MÍ puta, solo yo podía llamarlo así y solo en situaciones sexuales.
Grité.
Dejé que entren a mi celda.
Les clavé el lápiz en los ojos mientras les gritaba que Wooyoung no era ninguna puta.
Entraron más policías, me golpearon hasta quedar inconciente.
Reí al despertar cuando me dijeron lo graves que quedaron los oficiales.
Es por amor, lo prometo.
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