Capítulo V
• Wooyoung •
Dieciocho años. Con dieciocho años te echaban del orfanato si nadie te había adoptado, con dieciocho años, te largaban a tu suerte, y eso mismo nos hicieron, nos largaron a nuestra suerte.
Miramos juntos aquel edificio, no lo íbamos a extrañar para nada, es más, veníamos planeando el qué haríamos después de salir de ahí desde hacía mucho tiempo, veníamos preparándonos.
Robos, robos de dinero para sobrevivir, robos de alimento para los primeros días y uno que otro chantaje para conseguir una vivienda, no era la mejor, pero teníamos un techo.
— ¿Realmente ésto dan por una jalada?, wow -San miraba nuestro nuevo hogar, era pequeñito, en la cocina con suerte entraba una persona, el living aguantaba un sillón y una televisión casi apretados y la habitación soportaba una cama matrimonial y un pequeño mueble, el baño ni hablar, pero dentro de todo, teníamos techo, y era mejor que nada.
— Se la jalé como por una hora no jodas, además no le diremos nada a su mujer, nos merecíamos un poquito más -Hice una pequeña mueca de asco, me ofrecí como una puta para tener un lugar para vivir y nos daban un lugar en el que apenas y entraba yo.
— Wooyoung cariño ya, no pongas esa carita, de todas formas no viviremos mucho tiempo aquí, saldremos adelante, ya verás -San dejó un dulce besito en mis labios y otro en mi nariz, para luego abrazarme- Y hablando del tipo, ya fue suficiente con dejar que mi chico lo tocara, ¿no crees que se merece un castigo?
— ¿Podemos cortarle el pene? -Murmuré escondido en su pecho, sabía que si lo pedía, San lo haría.
— Claro que podemos mi niño, claro que podemos.
San y yo éramos pareja desde los quince años, nos queríamos desde siempre y lo sabíamos, nos bastó tener nuestro primer beso después de nuestro primer robo grande de dinero para por fin ponernos la etiqueta de noviazgo.
Todo era perfecto a su lado, era hermoso sentir el cariño de alguien y darte cuenta de que esa persona lo haría y daría todo por ti, así era mi Sanie, Sanie daría y haría todo por mí, por su chico.
Cada día con él era una nueva aventura y, a veces, un nuevo crimen.
Ya habíamos robado, casi matado y lastimado a un par de personas, pero nunca asesinamos a alguien, ganas no me faltaban, quería saber cómo se sentía matar a alguien junto al amor de tu vida, que la sangre te salpique en todo el rostro y el cuerpo. Un San salpicado con sangre, sin camisa, mientras me sonreía de esa manera tan coqueta que solo él podía lograr...
Un jodido sueño húmedo, eso era, y me estaba calentando de una gran manera, pero tampoco podía hacer mucho, no habíamos tenido relaciones aún, solo nos habíamos tocado un par de veces, nada más allá de solo jalarnosla o practicar sexo oral, pero tarde o temprano lo haríamos, ninguno de los dos aguantaría mucho, lo sabíamos bien.
— Sanie amor -nos habíamos acostado en la cama y él me mantenía abrazado por la cintura mientras yo permanecía recostado en su pecho, lo miré- ¿Matarías a alguien?
Noté que San dudó, no lo culpo, matar no es algo que se tome a la ligera, es quitarle la vida a alguien y había miles de maneras para hacerlo, yo quería intentar la mayoría de ellas.
— ...Sí, por ti claro que lo haría, por y para ti, pero nunca mataría a un inocente, amor, no importa qué tanto capricho me hagas, no le quitaría la vida a alguien que no hace daño
— ¿Matarías a mis padres conmigo?
Y ahí estaba otra vez, dudando, pero ésta vez no parecía querer decir que no, simplemente procesaba la pregunta.
— Claro que sí Woo, ellos te lastimaron, te expusieron ante gente enferma, te vendieron, esas cosas merecen pagarse con la vida.
— Entonces hagámoslo, Sanie, somos libres ahora, tenemos la capacidad, tenemos la oportunidad amor, ayúdame por favor, no quiero que gente como esa siga viva.
— Antes debemos conseguir una mejor vida mi amor, hacernos documentos, hacer papeles legales para poder movilizarnos, quizás no estén en ésta ciudad, ¿entiendes?, tampoco podemos robar un auto, la gente se da cuenta de cuando los autos robados se movilizan
— Encontraremos la forma amor, está bien, esperemos, pero más te vale cumplir -me escondí en su cuello y dejé pequeños besos-
— Claro mi amor, te lo prometo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro