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Sentía dolor en todo su cuerpo y al mismo tiempo se sentía adormecido. Tenía frío, un frío intenso por todos lados, ráfagas heladas le llegaban constantemente hasta hacer que su cuerpo ni siquiera fuera capaz de sentirse a si mismo para percibir cualquiera de sus miembros, lo suficientemente entumecido como para no saber en donde estaba. Sus ojos se abrieron lentamente y lo que pudo notar fue un piso cubierto de algo de blanco... ¿blanco? no, nieve, una capa de nieve sobre el suelo en el que se encontraba.
Trato de moverse y su cuerpo le reclamó con dolor en cada uno de sus músculos, más en ciertas zonas donde recordaba haber sido herido pero donde no parecía haber graves heridas pues aún seguía vivo. Se miró a si mismo y noto que debería llevar un buen tiempo allí pues parte de su cabello y ropa se encontraban cubiertos por una delgada capa de nieve. Trato de moverse pese al malestar en su cuerpo para quitarse el hielo de encima y ver que a sus espaldas se encontraba la entrada o en su caso, la salida de una cueva que le protegió un poco del frío crudo del exterior por quien sabe cuanto tiempo.
Dejo salir un quejido cuando estuvo de pie apoyándose en la pared de la cueva apenas recordando de golpe todo lo que había pasado.
Loki...
¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba Loki? ¿Dónde estaba su hermano?
Rápidamente miro a sus alrededores tratando de dar con la figura de Loki que podría estar enterrada en una capa de hielo pero solamente logró captar una luz que podía reconocer fácilmente por sus tonos azules propios de una gema del infinito, la gema del espacio que Loki había tenido en sus manos cuando lo sujetó para arrastrarlos a ambos al interior de aquel portal que terminó por dejarlo inconsciente.
Aún con sus articulaciones sufriendo por el intenso frío y su cansancio, Thor se las arregló para caminar con pasos lentos pero firmes al cubo que yacía a tres metros de donde su cuerpo despertó. Cada paso fue un suplicio y se encontró exhausto cuando se arrodillo para extender la mano al Tesseracto cuya luz no iluminó en la parte más profunda de la cueva el cuerpo de loki, lo que le decepcionó profundamente.
El Tesseracto permaneció frío en la palma de su mano en aquella cueva solitaria sin rastros de que hubiera alguien más. Guardó el cubo sabiendo que no podía dejar algo tan poderoso tirado por ahí. Entonces analizó el lugar en el que estaba.
No había prestado atención antes pero ese entorno helado le resultaba cuando menos familiar, aquel frío capaz de afectarle sólo era propio de un solo mundo. Una ironía bastante cruel pues este fue el mundo más afectado por su riña con Loki hace años.
Jotunheim.
Pudo confirmarlo apenas se asomó un poco al exterior, vientos fuertes levantaban la nieve cambiándola de lugar, el cielo cubierto de nubes que presagiaban lluvia y que por el frío en aquel planeta ahora mismo caía en forma de copos de nieve, todo eso le daba la impresión de que era de noche aunque prácticamente el día era casi inexistente en Jotunheim. La luz del sol siempre era ocultada por las constantes tormentas de nieve.
El frío en su piel seguía estando presente, la falta de ropa que le cubriera ciertas partes del cuerpo era ahora mismo desventajoso, sus brazos sufrían por eso al no tener ninguna prenda que le cubriera. Tuvo en consideración buscar algo para cubrirse pues su cuerpo no estaba acostumbrado a tan bajas temperaturas aunque era capaz de aguantar por un tiempo en ambientes extremos no duraría para siempre, él venía de tierras y mundos cálidos a final de cuentas.
Thor pensó en Loki y en la posibilidad de que pudiera encontrarlo en algún lugar del planeta. Si es que él estaba en Jotunheim seguramente cruzarían sus caminos como siempre sucedía y probablemente se tomaría el tiempo para enojarse y alegrarse por tenerlo devuelta, probablemente se determinaría con las circunstancias.
Un sonido gutural salió del interior del la cueva, de forma instintiva se puso en guardia solo para ver a una criatura del doble de su tamaño salir del interior, peluda con una cola larga, colmillos largos y pelaje blanco que solo había visto en los libros de Loki y cuyo nombre no recordaba. Sus patas movieron la tierra y la nieve amenazando al intruso como una advertencia.
Chispas de energía fluyeron por las manos de Thor, llenando de calor electrizante su cuerpo con la misma intención de hacer a la bestia retroceder, adaptarse a sus poderes sin Mjolnir comenzaba a ser más sencillo desde el Ragnarok así que decidió ver esto como una oportunidad de probarse sin su martillo y al mismo tiempo entrar en calor.
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El palacio era exactamente como lo recordaba, ningún ornamento, ninguna estatua estaba fuera de lugar e incluso los murales del techo, en la sala del trono, en el salón principal. Las imágenes de los tratados de paz, las fiestas, por solo un momento se preguntó si debajo de esas imágenes estaría la verdad que vió cuando volvió al palacio para despertar a Surtur.
La imagen de Hela debajo de una simple tapadera que ocultaría el verdadero origen de la grandeza de su reino. Dio algunas vueltas por lugares conocidos, pero no tuvo la oportunidad de revisar todo con más cuidado cuando una sombra parecía seguirlo a donde fuera que se dirigiera.
Thor o al menos esta versión diferente de él, había sido un misterio que todavía tenía que entender. Su relación era diferente, más cercana, había pensado al principio pero ahora pensaba lo contrario pues pese a que no se habían separado mucho, no importa el lugar al que fuera, los pasillos, las grandes salas, Thor parecía acompañarlo en solemne silencio.
El salón de banquetes era un lugar amplio, casi tanto como la sala del trono con una gran cantidad de mesas, un espacio al centro para incitar los bailes y las danzas así como un espacio destinados a los músicos, oradores, narradores y otra mesa todavía más ornamentada para los monarcas.
Tuvo que ir allí y de inmediato recordó que se supone que tenía dos meses para preparar el festejo en el que el rey de Vanaheim y su hermana formalizarían su alianza militar, una semana para recibir al príncipe de otro reino que no conocía en absoluto.
No tenía recuerdos de referencia de Balder pero el simple nombre le causaba escalofríos, un guerrero a la altura de Thor sería difícil de tratar. Alcohol, peleas, mujeres, debería conocer lo suficientemente bien al Thor de antaño como para saber lo que podría agradar a un hijo único, hijo de reyes.
Era mejor que Thor compartiera tiempo con él ahora que lo pensaba, pero tampoco querría que esos dos se enredaran mucho en actitudes así. Si quería quedarse el tiempo suficiente como para encontrar el Teseracto y a su Thor, tenía que procurarse un papel creíble de lo que esperaban que fuera.
- ¿Loki? - ambos se vieron y un rechazo que no entendía obligó a Loki a mirar a otro lado, incapaz de sostenerle la mirada más de un segundo - ¿podemos hablar?
"No"
- si, por supuesto - una conversación privada, Loki luchó contra el deseo de decir lo contrario y los guió a otro sitio donde no hubiera miradas indiscretas pues al menos para el dios más joven, mantener sus asuntos en privado siempre fue mejor que solo hablarlos donde todos pudieran escuchar, las paredes escuchaban y no quería arriesgarse, imaginaba que era un aspecto que no cambiaría mucho entre este mundo y el suyo.
La biblioteca era un lugar que pocos transitaban, la mayoría de la biblioteca privada era solo para uso suyo y el de su madre, solo ocasionalmente Thor o su padre visitaban el lugar, pero con la premisa del conocimiento inconmensurable de Odín, la poca disposición del dios del trueno y las múltiples tareas de su madre, con el paso de los años el placer de rondar ese lugar solo le perteneció a Loki, un lugar en el que no contaba con la presencia de Thor por demasiado tiempo antes de que se fuera a hacer otras cosas.
Los estantes eran grandes, llegaban hasta el techo igual que las escaleras con títulos de diferentes mundos, varios de ellos regalos de otros reinos como una muestra de buena voluntad de aquellos que deseaban quedar en la gracia de Asgard y contar con su protección, algunos otros habían sido trueques para el segundo de los príncipes, sus conjuros y capacidades mágicas comparables a las de su madre y varios usuarios de magia eran bien conocidas y muchos oraron por su conocimiento. Un reconocimiento que pocos recordaban.
Thor no cuestionó su elección y lo siguió lejos de la mirada de los pocos ojos que pudieran verlos, descubriendo con cierto deleite que su zona de estudio todavía tenía el velo que había levantado cuando era joven y descubrió la forma de evitar la mirada de Heimdal.
Los estantes estaban marcados con runas hechas con su seidr, pudo reconocer su propio encantamiento cuando entró en el área que silenciaría y cegaría sus acciones del vigilante. Heimdall nunca le había reprochado al respecto e incluso si eso le llegó a perturbar nunca dijo nada al respecto, quizás había tomado sus acciones como el acto de rebeldía de un joven que quería soledad en determinados momentos.
- ¿esto que querías hablar tiene algo que ver con tu presencia continua el día de hoy?
- es mi deber cuidar de ti, no pensé que te molestaría.
Eso había sonado incluso más irritado de lo que Loki esperaba ¿ser seguido todo el día incluso en un lugar como el palacio era lo normal? no, tenía que haber algo más que no estaba viendo y provocaba esta inquietud, la tensión silenciosa entre ellos que no se sentía normal.
- en el palacio, dudo que alguien se atreva a acercarse para atentar contra mi vida.
Thor se movió incómodo en su lugar, un comportamiento todavía más extraño. Pudo notar la mano que sostenía a Mjolnir apretarse sobre el mango del arma, su postura repentinamente tensa. Loki dejó el asunto, suspiró y se sentó en una silla que giró para ver directamente en la dirección del rubio prestándole su atención.
- bueno, querías hablarme, adelante.
- estoy consciente de que me pediste que tomaramos algo de distancia - él se acercó pero dudó en avanzar más de dos pasos - no digo que no lo merezca pero esperaba...
- ¿tiene que ver con el conflicto con Jotunheim? padre - dudó en la última palabra antes de seguir con un sustituto, se sentía raro decirle de esa manera en voz alta incluso cuando ya lo había aceptado para sí mismo - ¿él te dijo cuanto tiempo puede durar?
Thor negó con la cabeza y en sus dos ojos azules pudo notar un nivel de angustia que reconocía, miedo a la pérdida. Las peleas de Thor, cada una de sus aventuras (como él las llamaba) sus travesías y batallas siempre implicaron que él se iría. En el mejor de los casos las batallas terminaban en cuestión de semanas, pero otras veces pasaban meses, años sin tener noticias de él. Loki siempre lo había acompañado, preocupado por su seguridad y asegurándose de usar su magia para sanarlo y apoyarlo cuando era necesario.
Thor nunca había temido de ninguna de sus travesías, siempre era tan confiado, fuerte, capaz de manejar ejércitos enteros con sus amigos y algunos de los soldados de Asgard, obteniendo confiadamente la victoria para su mundo con ayuda de la estrategia de Loki.
- nunca pensé que te vería temiendo de algo - dijo sinceramente, dejando ver el atisbo de una sonrisa que animó un poco el humor del dios del trueno.
- sé que volveré victorioso de la batalla, Loki - dijo confiado, el pelinegro asintió mentalmente a si mismo, esa era la actitud del Thor que él conocía independientemente de la versión que tuviera enfrente, esa sonrisa solo podía pertenecerle, pero igual que había llegado, ese atisbo de confianza se fue - pero no sé si quiero pasar tanto tiempo afuera sin ti.
¿Era por eso que lo seguía, para pasar tiempo con él? Loki se levantó y eliminó el espacio entre ambos, colocando una de sus manos en el pecho de Thor, cerca de su cuerpo a un movimiento de hacer el mismo gesto que el dios del trueno solía usar desde que eran niños, ese que siempre lo calmaba justo en el cuello y que lejos de temer, solo le traía confianza.
- ¿en serio quieres pasar tiempo conmigo? Thor, tengo una responsabilidad y a diferencia de tus peleas, preparar la estadía de un invitado importante, administrar reuniones del consejo y planear un evento político no son las actividades que más disfrutas - sonrió al ver la mueca inconforme del Thor frente a él, no importaba lo diferente que ese mundo fuera, él no cambiaba.
- aún así, me gustaría que pasaramos algún tiempo juntos - Loki iba a negarse, aunque parte de él quería compartir tiempo con el extraño doble, sabía que necesitaba tiempo a solas para dedicarse a la búsqueda del Thor que le correspondía pero los movimientos del otro le indicaron su impaciencia, la impaciencia de alguien todavía joven - juro que mantendré mi distancia y no voy a estorbarte, tampoco te molestaré para llevarte a los entrenamientos matutinos, tendremos sesiones privadas en otro momento y pararemos cuando lo quieras.
Conocía ese escenario, Thor rara vez había usado ese tipo de táctica para convencerlo de algo, debía estar realmente molesto para que sucediera y la normal y molestia insistencia tradicional no le funcionaba. ¿Debería estar molesto por algo?
- no te parecerá tan entretenido - pero eso no parecía importarle, así que cerró los ojos suspirando pues aunque hubiera algo por lo que pudiera estar molesto, específicamente él no tenía razón para molestarse - pero si es lo que quieres...
Thor se lanzó a abrazarlo de nuevo y reprimió con fuerza sus ganas de conjurar una de sus dagas para enterrarla en ese espacio que Thor dejaba siempre expuesto en su costado para exigirle espacio, afortunadamente fue soltado antes de que sus ideas se pusieran en marcha, para entonces Loki suspiró, más para sí mismo que para el otro.
- no cambias - dijo en voz más baja terminando de recuperar el aliento, encontrando irritante la muestra de afecto, no por el afecto en sí, más bien por la muestra excesiva de fuerza, le recordó porque casi nunca dejaba que Thor lo abrazara.
Se apoyó en una de las mesas, una de sus manos tocó un libro cerrado por casualidad que miró apenas de reojo "vaya suerte" pensó reconociendo el titulo sintiendo su sonrisa traviesa nuevamente en su rostro, tan conveniente como divertido, no tenía porque lastimar a nadie para entretenerse un poco.
- antes de volver a nuestra rutina de príncipes responsables y honorables - alzó el libro sosteniéndolo apenas con tres de sus dedos - ¿me dejarías probar algo?
Thor solo parpadeó perplejo.
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Con la sangre corriendo con fuerza en su cuerpo y el calor irradiando con electricidad, su elemento primordial, el frío fue olvidado por un tiempo, el necesario para que la intensidad de la batalla culminara en su victoria. La bestia apenas representó un desafío pero fue bienvenida, su pelaje, su carne y sus huesos, Thor sabría aprovecharlo todo hasta que pudiera encontrar un rumbo.
Sus propias manos fueron lo único que tuvo para sacar la piel de la bestia, su carne como alimento provisional aunque un poco agria, no sabía mal a diferencia de otros platillos de mundos lejanos, los dientes le sirvieron como cuchillos y al llegar a los huesos se dio cuenta de que la grasa en la bestia sirvió como un excelente combustible que evitaba que el fuego se apagara aún con las ráfagas heladas que se colaban al exterior, lo que le bastó para calentarse un rato mientras usaba el pelaje de la bestia para hacer algo lo suficientemente decente para evitar el frío de afuera.
La capa que hizo apenas cumplió con las características para llamarla una capa, no era tan buena pero mientras sirviera era suficiente para él. La bestia era grande así que comió lo que fue necesario para calmar el destello de hambre que había comenzado a sentir una vez que el frío fue desplazado temporalmente y tomó la carne que pudo llevar consigo, no contaba con muchos recursos.
Antes consideraba las lecciones de sus maestros aburridas, fueron largas, tediosas e inútiles para un joven príncipe que contaba con la ayuda de un guardián que todo lo ve y un portal de arcoiris que lo recogería apenas alzara la mano y pidiera la ayuda. Jotunheim tuvo incluso menos importancia para él cuando el planeta helado solo era eso, hielo y cavernas en las que los Jotuns se refugiaban como cualquier otro animal que podría hacer uso de un planeta tan terrible para vivir.
Nunca pensó que anhelaría el conocimiento limitado de sus clases, especialmente cuando tenían tan poco respecto a Jotunheim pero un recuerdo salió en su auxilio, de cuando era más joven, si mal no recordaba su hermano nunca se conformó con los autores aesir, siguió coleccionando libros de todos lugares con vistas tabú de muchas cosas.
En Jotunheim rara vez había sol por lo que los jotnar debían de desplazarse de otra manera para encontrar dirección en sus salidas pues su mundo no era pequeño, superaba a Asgard en tamaño casi por el triple.
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- Los yacimientos de plata y oro, el magnetismo de su planeta apunta a su capital donde los metales preciosos se forman alimentados por la magia del cofre de los antiguos inviernos y la magia de sus hechiceros.
Thor se acostó boca arriba con su propio libro abierto encima de su cara haciendo ilegibles las letras en lugar de leer, prefería escuchar a Loki pero no entendía su deseo por encontrar información de Jotunheim en general, eran criaturas terribles, él los derrotaría apenas fuera mayor ¿para que saber eso?
- ¿Thor? - el pequeño pie del príncipe menor pateó sin verdadera fuera el brazo del heredero para llamar su atención - ¿me escuchas?
- si, lo hago Loki - quito el libro de su cara y leyó el título del que sostenía su hermano, no era uno que se pareciera a los de la biblioteca - ¿donde encontraste eso?
- un regalo del coleccionista - dijo encogiéndose de hombros como si no fuera nada - los libros de la biblioteca tienen un punto de vista muy limitado, tiene muy poca información y toda se limita a contar una historia de monstruos.
- son monstruos - declaró seguro esperando a ver lo que Loki diría pasando a una mirada interrogante momentos después - ¿o no?
- es lo que crees, no lo sabemos.
- ¿cómo existen hechiceros en Jotunheim? se me haría raro ver a uno de esos gigantes torpes actuando como mamá o como tú - dijo con una sonrisa llena de burla al obtener una imagen mental, expresión que fue malinterpretada por el más joven - en ustedes se ve bien pero tienen cuerpos muy grandes ¿no? sería raro.
Loki suspiró ante la perspectiva de Thor, por supuesto que creía en eso pero incluso su libro tenía hojas finitas.
- solo algunos pueden hacer magia, son un poco más pequeños y no tienen la complexión de un guerrero, se mantienen cuidados por el resto del pueblo, nacen muy pocos pero tienen magia fuerte, eso los hace valiosos para el rey Laufrey.
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Thor pasó la mano sobre el hielo, rascando un poco entre las paredes y encontrando líneas de piedra y algo que atrajo su poder naturalmente, metal, plata, la electricidad corría y encontró los metales conductores. Si él seguía la dirección en que apuntaba el metal, podría encontrar la ciudad de Utgard, la capital donde el castillo de Laufrey se encontraba, la ciudad que hace algunos años había intentado destruir.
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La magia de la mente era complicada y difícil, incluso para los hechiceros de más alta categoría sin importar cuál era su fuente. Controlar a un ratón era cosa de niños y nada demasiado complejo cuando no te preocupabas por no destrozar su mente, era lo que querías, control total y el resto era instinto, nunca lo mismo con un ser de capacidades mentales superiores, haz algo incorrecto, olvidará incluso cómo moverse.
Algo de lo que Loki se enorgullecía era su capacidad natural para esa práctica en específico, nunca destruyó a nadie a menos que eso quisiera y someter sus mentes era solo cuestión de tiempo. Todo había iniciado con ese libro.
Y antes de continuar con la pequeña farsa, aprovechó a sondear un poco en la mente de la persona más cercana e ingenua que tenía al alcance. La mente de Thor era sencilla para él, siempre se había abierto fácil y ofrecía voluntariamente ya sea de manera consciente o no, Loki en esencia siempre tuvo los medios para someterlo.
Sin embargo, ahora mismo no era lo que buscaba, sondeó su mente hasta su memoria, sus recuerdos cercanos hasta la niñez y mientras estaban sentados cruzados de piernas uno frente al otro en su pequeño santuario lejos de los ojos de todos, supuso que valía la pena darle algo agradable con lo cual distraerse.
Recuerdos de ellos siendo niños, Thor acostado sobre las piernas de un pequeño Loki que leía en voz alta para él, ellos compartiendo una manzana de Idhun en trozos, ellos en un abrazo con un Thor herido que trataba de sonreír para calmar al niño de cabello oscuro que estaba a nada de llorar de la preocupación por ver al otro herido. Thor mirando con cariño a Loki mientras el más joven obtenía un abrazo de su padre orgulloso.
Ese último recuerdo fue diferente, Odín nunca había abrazado a Loki de esa manera, no con esa efusividad y orgullo, mucho menos dejando a Thor de lado, aunque era propio de él sentir todavía cariño por Loki incluso si en su lugar el dios de las mentiras habría sentido envidia.
Luego vino un recuerdo de Frigga, abrazando a ambos mientras cantaba y acariciaba el cabello de ambos con un equilibrio perfecto de amor incondicional, tan propio de ella, cálido y hermoso, Loki quería explorar ese recuerdo más tiempo, cautivado por la idea de sentirla cerca, su ausencia le dolía profundamente todavía.
Ese recuerdo fue sustituido por la mano de Thor sosteniendo la mano enferma de Frigga, su madre postrada en cama con el cálido apoyo del que sería Loki en su memoria. Eso nunca había pasado, Frigga nunca había enfermado en sus recuerdos, la magia de la mujer y su sangre divina siempre impidieron que cualquier enfermedad asolara su cuerpo.
Siguió buscando, afortunadamente no encontró ningún recuerdo más reciente de ella... ella ¿seguía viva? la idea provocó una presión dolorosa en su pecho que decidió ignorar, no iba a proyectar ese recuerdo a Thor, para él dejó el cálido canto de su madre como si estuviera viviéndolo de nuevo.
El resto le dio un vistazo más claro de cómo funcionaban las cosas, entendió que Odín parecía tenerlo en mayor estima, Thor nunca fue desterrado y en consecuencia nunca fue a Midgard a conocer a los vengadores, los jotnar nunca invadieron el palacio el día de la coronación de Thor, porque ese día nunca había ocurrido.
Un mundo que corría a la par del suyo, igual de real y tangible, una línea de tiempo diferente donde las cosas eran distintas. Algunos recuerdos estaban bloqueados, frunció el ceño cuando se topó con ellos, uno tras otro, más constantes mientras se acercaba al presente y en los que reconoció su propio sello de presentación, él había bloqueado esos recuerdos, los escondió muy bien de los ojos de otros incluso si Thor todavía los recordaba, los dejaba fuera del alcance de cualquier sondeo extranjero de su mente.
Salió de su mente, cuando abrió los ojos volvió a ver con sus ojos en lugar de los de Thor, alcanzó a ver la sonrisa del dios del trueno antes de que él se sacudiera de los restos de los buenos recuerdos todavía brillando en su mirada para volver al presente.
- siempre he pensado que tu magia es una bendición - su sonrisa se hizo más brillante y encantadora, Loki sintió que calentaba sus mejillas por un cumplido tan desinteresado y genuino. Como dios de las mentiras, sabía que no mentía.
- bueno, deberíamos volver, creo que deberíamos descansar un poco, mañana voy a empezar con los preparativos para el príncipe de Vanaheim y tu tienes entrenamiento por la mañana - Thor le sonrió.
- y tú por el atardecer.
Incapaz de librarse de su acuerdo previo, Loki rodó los ojos antes de ponerse de pie seguido de Thor. Él no cambiaba y ceder a esto no le haría daño ¿cierto? ni siquiera tenía ganas de tratar de encontrar una salida para ignorarlo.
Ambos decidieron retirarse cuando el sol comenzó a decaer, el final del día fue sereno, ambos en una cómoda compañía en la que Loki se permitió disfrutar, el aire cálido nunca dejó de serlo en Asgard pero especialmente en los atardeceres, el frescor que daba paso a la noche siempre le pareció reconfortante, una ironía graciosa.
Desde una de las alcobas del palacio que acompañaba a una vista privilegiada, ambos se sentaron en algunos de los sillones dispuestos con algunas frutas, nueces, uvas y un vino delicioso.
Loki sabía que no había pasado tanto tiempo pero el atardecer en Asgard siempre había sido hermoso igual que sus noches en el que las estrellas que podían verse correspondía a las que podría ver si juntara los cielos de los nueve mundos.
Callado a su lado Thor le había acompañado en solemne silencio como si encontrara alguna especie de disfrute también. Se preguntó si sus amigos estarían por ahí buscándolo en los campos de entrenamiento o por alguna de las cantinas y bares en la ciudadela para llevarlo a una noche de entretenimiento, incapaces de imaginarlo sentado a su lado como si no quisiera hacer otra cosa que disfrutar el atardecer con Loki.
Ninguno de los sirvientes se acercó a ellos, una vez que tuvieron alimento y bebida, el resto de la gente simplemente los dejó a solas.
- fueron buenos recuerdos, siempre es bueno recordar las cosas buenas, apreciarlas en el momento para sacar fuerza de ellos cuando la noche parezca eterna.
- ¿y de dónde escuchaste eso? nunca te imaginé prestando atención a ningún orador.
Loki masticó las uvas antes de tragarlas, dejando el dulce y ácido sabor agradable le llenara la boca, siempre prefirió las grandes y verdes, tenían un jugo que le gustaba bastante. Prestando su mirada esmeralda al Thor frente a él, pudo verlo tratando de no derramar el vino de su copa vacía.
- creo que fue de madre, pero recitar nunca me salió tan bien como a ti, siempre dices las cosas como si no pudieran ser de otra manera.
Y eso le valió la duda constante acerca de su sinceridad, siempre había parecido verdad cada palabra que salía de su boca, cada argumento, solo pocos podían darse el lujo de saber que podían ver detrás de su fachada cuando aprendió a usarla para esconderse u obtener lo que deseaba.
- ¿es un halago? - preguntó sugerentemente sin perder su sonrisa - solías disfrutar que leyera en voz alta para ti, solo para que no tuvieras que leer por tu cuenta cualquier cosa que padre nos diera - un paso peligroso, en realidad Loki no lo sabía pues aunque pudo ver varios recuerdos no tenía el tiempo para verlos todos, le tomaría la vida entera de Thor.
- si, disfruto de eso y tus cuentos, siempre hiciste los personajes con tu magia, los hacía más reales - juego con proyecciones e ilusiones, si, Loki recordaba que ni Thor ni sus amigos le tomaron mucha importancia cuando lo hacía incluso si era bueno, aunque solo algunas veces y cuando estaban solos, Thor disfrutaba las historias de batallas y aventuras interpretadas por él y su magia.
Se llevó una almendra a la boca, partiendola por la mitad cuando otra pregunta azotó su mente, se permitió saborear la semilla destrozandola en sus dientes antes de atreverse a preguntar.
- ¿conoces a Balder? - Thor lo miró cuando se acercó para robarle sus uvas, Loki aprovechó para apartarlas de la mano voraz y llevarse una a la boca como burla.
- pensé que tú lo harías, fuiste hace un par de décadas a Vanaheim, los reyes se ofrecieron a ayudarte a refinar tu seidr.
- ¿eso es un no?
- he escuchado historias - Thor se puso a pensar - dicen que es un excelente guerrero, ha liderado los ejércitos de Vanaheim contra toda amenaza que ha intentado someter a su planeta, desde que tuvo edad los vanir no han precisado ayuda nuestra para defenderse, nuestra ni de ninguno de los otros reinos, dicen que combina sus capacidades de lucha con la hechicería de su pueblo, nunca lo he conocido en persona.
Valía la pena intentarlo, eso pensó cuando asimiló los recuerdos de Thor, ninguno de ellos tenía relación con el tal príncipe. Decidió retirarse cuando el anochecer dominó los cielos de Asgard, la noche en su mundo divino era igual de preciosa que el día, quizás incluso más, con las estrellas brillando claramente en el cielo y destellos de luz como las auroras boreales de Midgard en Noruega. Fue hermoso.
Habiendo vuelto a su habitación y luego de despedirse de Thor, no pasó la oportunidad de ir directamente a su cama y dejarse caer sobre la superficie agradablemente suave, agradablemente familiar con esos grabados encima de él recordándole tiempos más sencillos. Llegó a un par de conclusiones.
El Thor que le acompañó todo el día no era el que él conocía, si acaso la diferencia de apariencia no fuera suficiente para hacerlo obvio y los únicos recuerdos resguardados eran vestigios de una magia usada hace mucho tiempo, los hechizos se hicieron con cuidado para cuidar la mente de Thor sin ocultarlos de él y no eran todos, nadie ocultaría tan bien una hechicería que cambiara los recuerdos de una persona por completo.
Todo era real, tangible, sólido contra sus manos, su cuerpo y su magia, todo le demostró que nada era un sueño, una ilusión, un espacio onírico que reconstruyera su realidad perdida, una perdida de tiempo cuando él conservaba sus recuerdos.
Había una línea que seguir, una historia, una vida que él relacionaba pero que no era la suya, diferente y muy similar, como un par de gemelos por lo que eran naturales las diferencias y desconcertantes las similitudes.
Se acercó al escritorio lleno de libros, apartó un libro que hablaba sobre seidr que parecía tener la firma de Freyja como una de sus obras, había otro allí justo debajo que estaba escrito con su letra y la mitad del centro hasta el final tenía hojas en blanco. Si su comprensión no le fallaba, era una agenda que tenía varios días adelantados y la última de las anotaciones hasta después de tres meses llenos de eventos y tareas.
Encontró la pluma con tinta todavía fresca reconociendo uno de los primeros trucos que aprendió de niño para que no se secara y anotó lo nuevo que tenía que hacer en algunos espacios en blanco y memorizando lo que haría el día de mañana.
Echó un vistazo a los días previos, marcados hasta la fecha actual, el día anterior solo había un espacio sin usar casi al terminar el día y el resto parecía lleno de muchas tareas, varias de las cuales le hizo fruncir el ceño, una gran mayoría no deberían pasar por sus manos sino por otros funcionarios antes de darle solo un informe detallado.
Tareas inútiles, algunas tan absurdas como ir a supervisar algunas zonas lejanas de Asgard y ver a los comerciantes de otros mundos que buscan un puesto en sus mercados. Tareas tediosas que duraban demasiado tiempo y otros deberían realizar.
Bueno, tendría que ver cuantas de estas tareas en realidad no eran necesarias, cancelar las que no eran prioridad y delegarlas a alguien más para hacer el trabajo más productivo. Si Loki no se conociera a si mismo, casi juraría que había algo que estaba evitando con esa lista absurda de trabajo extra.
Fue hasta su armario llevándose una de las varias capas largas y negras desprovistas de cualquier ornamento que tenía ahí, antes de dar la vuelta y salir de la misma manera que aquella mañana con un objetivo en mente y quejándose solo de no poder obtener una buena noche de sueño que consideraba a estas alturas muy merecida.
- ese idiota va a pagarmelas muy caro - susurró para si mismo antes de tirarse al árbol de abajo.
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Tres bestias yacían inconscientes sobre el suelo, el grito de guerra de su vencedor resonando por el eco a través de las montañas. La última de ellas apenas moribunda le hacía frente a una figura encapuchada erguida en dos pies que poseía al mismo tiempo una espada con filo, causante de las abundantes heridas que aquella bestia poseía.
Un corte preciso en la garganta había sido suficiente para derribarla mientras su sangre entre roja y púrpura se esparcía sobre la blanca nieve a sus pies.
- tenemos que irnos grandulón, se ve que va a haber una ventisca.
A su lado un individuo del doble de su tamaño al menos, recogía los cuerpos ya sea muertos o inconscientes, cargándolos para seguir la guía de la mujer.
Valkiria apenas había sido consciente cuando se vieron envueltos en un portal que los envió a aquel mundo helado, tanto ella como Hulk habían estado dispuestos a luchar contra aquel titán con tal de darle a lo que quedaba de su gente tiempo para alejarse lo suficiente cuando simplemente cayeron sobre la nieve de aquel planeta.
Ahora ella solo contaba con la compañía del que considero un amigo en su estancia en Sakaar, era mejor que nada, su fuerza le brindaba facilidad a la hora de enfrentarse a las criaturas nativas, pero seguía pensando en los dos principitos. Ella no tenía idea de donde estaban esos dos, lo que alcanzo a ver antes de ser llevados ahí era que estaban juntos, esperaba que se mantuvieran a salvo al menos, eran los príncipes de Asgard y uno de ellos ya había tomado el trono.
Si se enteraba que habían muerto, ella misma iría a Hel solo para matarlos de nuevo por idiotas.
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