En la plaza del amor. Minutos después de la "Recompensa" de Shakti.

Bell Cranel caminaba por las calles aledañas al centro de Orario. Su rostro lucía ligeramente ruborizado y la actitud que tenía distaba mucho de la normal tranquilidad que reflejaba cuando se encuentra solo.

Las personas lo pasaban de largo. Algunos lo saludaban pero sin obtener alguna respuesta debido a lo sumido que este se hallaba en sus pensamientos.

El latido de su corazón retumbaba en sus oídos, por lo que ningún ruido exterior conseguía filtrarse en ellos.

-Han sido... muchas emociones en un día...-Susurró, apretándose el pecho.

Tragó saliva.

-Y todavía no terminan-Adicionó, recordando que todavía le faltaba visitar un último destino.

-No creo soportar otro encuentro así... casi cedo ante Airmid. De no ser porque Shakti fue menos exigente y pervertida en comparación con ella no sé si hubiese resistido no subir hasta ese escalón... mantenerse sereno e impedir que tu cordura se rompa es muy difícil-Se rascó la cabeza, despeinándose aún más de lo normal.

"Si Riveria viene con una solicitud igual a la de Airmid dudo poder negarme... por favor que ese no sea el caso. Y... ¡DEJA DE APARECERTE EN SITUACIONES COMO ESA, ABUELO!" Pensó el conejo, reclamando a la figura del hombre mayor, el cual le levantaba los pulgares desde cualquier rincón cada que estaba a punto de subir de tono los encuentros con sus parejas. Solo ahí se manifestaba el espíritu de ese anciano pervertido. A veces el de Alfia pero ese solo hacía que aquel producto de su imaginación desapareciera, huyendo antes de que el acto sexual diera inicio y de ese modo él recuperara el control de su cuerpo.

Caminó con las manos guardadas en los bolsillos, cabizbajo y resoplando de cansancio. Necesitaba descansar antes de ir a la mansión crepúsculo a por Riveria.

Se dirigió a una hermosa fuente justo en medio de la ciudad. Al rededor de ella habían varias bancas libres.

Sin fijarse en nada más que no fuesen los espacios libres, se dirigió ahí, sentándose y relajándose.

Cerró los ojos, apoyó la espalda en el respaldo y se desparramó ahí. Cada fibra de su cuerpo sintió que el cansancio se mitigaba a tan solo segundos de haber tomado asiento ahí.

Si tener una novia ya ocupaba el 100% de tu atención, imagina a 4. Y no solo eso, también se ha de resaltar que cada una tiene una distinta personalidad por lo que la actitud que haz de tomar con ellas es diferente. Al fin y al cabo son individuos independientes con sus propios pensamientos, perspectivas, emociones y formas de expresar estas, tanto verbal como físicamente.

Uno de los mejores ejemplos sería Airmid, la cual demanda, corrección, exige que se le trate cariñosamente y se le mime mucho. Pero también le gusta tomar la iniciativa de un modo... extremista. A Bell no le quedaba duda, tarde o temprano sucumbirá a los deseos de su novia.

"Airmid... sin dudas tú eres la reina de mi Harem. Ni siquiera yo soy capaz de controlarlas. Solo a Shakti y en muy contadas ocasiones. Ojalá sea diferente con Tiona. Sin embargo, si consideramos su personalidad animada y explosiva, es posible que me esté haciendo falsas esperanzas" Se dijo a sí mismo, alabando a la peliplateada por ser capaz de mantener en armonía a las chicas que forman una relación romántica con él. De no ser así, o no quererlo, es muy probable que actualmente hayan riñas y peleas para acaparar turnos, provocando que fuese difícil tratar con una sin que otra interrumpa o intervenga en el momento del resto.

-Qué difíciles son las relaciones múltiples abuelo...-Musitó, frotándose los párpados con las yemas de los dedos pulgar e índice. Sin percatarse de la persona a su costado, la cual se sonrojaba progresivamente y yacía boquiabierta con los ojos abiertos a tal punto que casi se le salían de los orbitales, reflejando una gran sorpresa.

"Qué... ¡¿QUÉ DEMONIOS HACE ÉL AQUÍ?!" Se cuestionó sin expresar palabra alguna y entrando en pánico ante la inesperada presencia del chico que claramente no deseaba toparse.

"¿Y cómo no se ha dado cuenta de mi presencia? ¿Es idiota?" Agregó al hilo de pensamiento anterior ante la nula reacción del conejo.

-Aunque... fue lindo... oír a Shakti ronronear... ¿Será igual con una chica gato? ¿O sonará más natural? Esas preguntas no me dejarán dormir esta noche-El estúpido conejo divagaba en voz alta. Sin darse cuenta que una conocida escuchaba ese balbuceo.

"¿Qué dice este mujeriego?" El color café en los ojos de la fémina se oscureció, perdiendo el brillo que reflejaba la vida en ellos.

-Jeje... ¿Anya o Chloe aceptarán que les acaricie la barbilla? Siento que sería muy indecoroso pedírselos directamente y Ryuu, junto con Syr, me matarían si lo supieran... no obstante... Chloe si aceptaría... solo que el precio sería que me manoseara el trasero algo que definitivamente valdría la pena-Los más raros fetiches del peliblanco se escapaban de lo profundo de su ser.

-Hee~ ¿Quién es Anya...? ¿Y a qué te refieres al decir "Manosear" trasero?-La burbuja en la que Bell se metió, donde nada entraba ni salía, fue reventada cuando escuchó la voz de cierta conocida a escasos centímetros del oído. Y, de no ser suficiente, también el ambiente pesado, casi aplastante, lo alertó, erizando cada pelo de su cuerpo.

Volteó lentamente a la izquierda, el sitio en que esa presión era emanaba intensamente.

Ahí el color de su piel, normalmente blanco, palideció aún más.

-¿A-Alicia...?-Nombró al encarar a la bella elfo castaña, quien sonreía de forma tétrica mientras aguardaba a que las preguntas antes suscitadas fuesen contestadas.

-Sí, esa soy yo. Ahora responde...-Declaró, amenazando.

-¿P-Por qué emanas un aura de intenciones asesinas?-Bell, viéndose intimidad, se deslizó al lado contrario, alejándose de ella.

No obstante, Alicia también hizo lo mismo, acortando la distancia recién obtenida.

-Eres un mujeriego... a pesar de que ya hay 4 chicas en tu harem todavía tienes el descaro de pensar en otras de manera lujuriosa. En verdad eres escoria...-La tranquilidad en las palabras de la elfo causaban que fueses más aterradoras que de haberlo dicho enojada. Esa actitud de Yandere no le agradaba para nada al conejo, al cual le temblaban las piernas y la voz al intentar justificarse.

-¡A-Acepto cualquier castigo! ¡Perdón!-No encontró excusa. Realmente hizo aquello de lo que se acusaba. Aunque sin lujuria ni nada que se le asemeje. Pero esa chica no entendería los detalles, o mejor dicho, no le importarían a la hora de dictar un veredicto.

Rápidamente se tiró al suelo en posición de dogeza, casi estrellando la frente en el suelo.

-¿E-Eh? ¡Tonto! ¿Qué haces? ¡Nos ven todos!-Alicia se avergonzó ante el repentino arrepentimiento y la disculpa.

Muchos habitantes de Orario caminaron lento para observar la escena que se desarrollaba justo enfrente de sus narices. Los rumores de las dos novias del conejo deberán ser actualizados en caso de que resulte que la nueva chica también forme parte del harem.

Las voces comenzaron a escucharse entre murmuros, pasando información exagerada entre ellos.

-El héroe de Babel también conquistó a Elleaf ¿Pueden creerlo? Una de las chicas de Loki-Sama, quien odia que se acerquen a sus hijas-.

-Increíble... una hermosa joven. También Shakti de la familia Ganesha que es de las mujeres maduras más hermosas de la ciudad y ahora Alicia Forestlight. Ese conejo pinta para grandes cosas. No veía tanto potencial en un chico desde las épocas de la familia Zeus-.

Los chismes son más rápidos que cualquier medio de transporte o el mismo héroe del cual hablaban. No tardaría en hacerse más grande el problema.

-¡L-Levántate!-La elfo castaña, con un sonrojo mayúsculo, se agachó, agarrándole la mano al peliblanco y llevándoselo a rastras de ahí. No quiere ser víctima de lo que la gente dirá.

-¡¿Eh?! ¡E-Espera!-Bell quiso oponerse pero al fuerza de agarre en la aventurera de nivel cuatro superaba con creces la suya. Claro, sin activar habilidades no rebasaba las capacidades de un nivel 3.

Alicia lucía apenada. El corazón le latía a mil por hora. Sin embargo... se sentía feliz. Feliz de que, al menos en la imaginación de las personas, ella parecía pareja del hombre que ama. A pesar de que sea tan reacia al aceptarlo.

Tal vez, si no fuese así de cobarde lograría sincerarse y de esa manera cumplir esa meta que el día de hoy se ve tan distante.

"Yo... yo fui quien lo tomó de la mano..." Pensó. Normalmente la raza de las y los elfos son "Especiales" a la hora de permitir el contacto piel-piel, razón por la cual rara vez permitirían este tipo de tratos. Pero ahora... ella fue quien realizó tal acto que considera impropio de su raza.

Volteó ligeramente y, de reojo, observó al muchacho, quien se notaba claramente apenado de estar tan cerca suyo. Aunque no se quejaba en lo absoluto. ¡No existe hombre en la tierra que se negará a ser arrastrado por una hermosa chica! ¡Mucho menos si se trata de esas bellas hadas de bosque llamadas elfos!

Después de varios minutos alejándose del centro de atención, por fin consiguieron hallar un espacio donde no fuesen objeto de miradas indeseadas.

Los Dios sujetaban sus rodillas, inclinados hacia adelante y respirando irregularmente. Señal del cansancio, algo raro si consideramos el nivel de exigencia por el que han pasado a lo largo de las travesías en el calabozo y aventuras fuera de él. Tal vez ese estado nació a raíz del ritmo cardiaco acelerado, lo que consumió sus energías a mayor velocidad.

-Lamento... lamento causar esta situación...-De disculpó Bell.

-No... fue culpa mía... reaccioné mal a algo que no debería interesarme. ¿Quién soy yo para reclamarte qué hacer o pensar respecto a otras chicas?-Alicia le devolvió las disculpas. También se le cargaba cierto grado de la responsabilidad.

-No. Tienes razón. Debo ser más atento con ellas. Doy por hecho que ellas aceptaran a cualquier mujer que se enamore de mi sin considerar siquiera lo que ellas opinan-Replicó el conejo.

La elfo negó.

-Si no les agradara dudo que permitiesen que las chicas se unieran a la relación. Confía en su criterio. Ojo, no lo digo para que vayas de lleno a enamorar a cualquiera que te topes. Solo... no olvides que también ellas quieren atención. Si yo fuese tu novia me molestaría que te concentraras en otras mientras estás conmigo. Así que supongo que eres libre de hacerlo siempre y cuando no las descuides o lo hagas durante una cita en la que vayas acompañado de una de ellas. Ya sea Airmid, Shakti, Riveria-Sama o Tiona-Expresó a Alicia, sonriendo ligeramente y tranquilizando la discordia en el chico a su lado.

Bell correspondió al gesto.

-Eres buena consejera. ¡Lo tendré en cuenta!-Respondió. Sujetándose la barbilla seguido de eso.

-Humm... ser atento... debo ir a visitar a Riveria y Tiona. Creo que darles un regalo sería idóneo-Comentó.

Se rompía la cabeza buscando qué clase de presente les agradaría. ¿Flores? ¿Cuáles son las favoritas? ¿Comida? Muy tardado y su tío Zald siempre decía que la mejor comida es la que se come a penas sale de la estufa.

-A Riveria-Sama le encantan las rosas coloridas-Informó la muchacha.

-Y a Tiona los tulipanes. O eso he escuchado. Tampoco es como si se interesara en esa clase de detalles-Adicionó.

-Rosas rojas y tulipanes...-Repitió el conejo.

-Hay una florería aquí cerca si mi memoria no me falla. Fue ahí donde compré las que le regalé a Airmid cuando comenzamos a salir-Recordó, encendiendo el foco imaginario encima suyo.

-Fufufu. Entonces supongo que es el adiós. Buenas suerte, Bell-Alicia se despedía. No quiere molestarlo en la elección del regalo.

-¡U-Un momento!-Bell la interrumpió a medio adiós.

-Si no fuese mucha molestia. Me agradaría que fueses conmigo-Declaró.

-¿Eh?-Salió de ella.

-¡C-Claro! Si ya tenías otros planes no los interrumpiré. Sé que es repentino así que eres libre de negarte-Los brazos de Bell formaron una equis al explicarse. Él también buscaba ser considerado con ella.

-Acepto-Dijo la elfo, aceptando la oferta sin dudarlo ni un segundo, sonriendo ligeramente y con una expresión en su rostro que transmitía calidez.

Nota del autor: Créditos al buen memo-sanMX por las imágenes hechas mediante IA. Creo que varios han visto las de Airmid y Shakti. Pues mi estimado memo las hace y la verdad son muy buenas. Vayan a su perfil y síganlo en twitter. El link de su perfil de twitter está en su descripción.

Las mejillas del peliblanco se sonrojaron. Sintió que en su pecho se esparcía el calor del amor producido desde el corazón.

-D-De acuerdo. Vamos-Respondió, dándole la espalda, evitando ser visto en ese estado.

"Es... es muy linda... no he dejado de pensarlo desde Melen... donde dijo que no me odiaba o en aquel incidente del cangrejo..." Pensó, palmeándose los cachetes.

De pronto, en el espacio entre su brazo y torso, se deslizó el de la castaña.

-Rápido. Dudo que a Riveria-Sama y Tiona les agrade que te tardes-Comunicó obviamente avergonzada aunque ignorándolo. ¿De donde obtuvo el valor?

"Al menos... este momento... solo piensa en mi..." Se dijo a sí misma, aguantándose las ganas de huir. Definitivamente es un comportamiento impropio de su raza. No obstante... la princesa de los elfos lo dijo... no se debe basar en los enfoques negativos a la hora de actuar.

-H-Hai...-Bell asintió, rascándose la nuca, sin negarse a ser prácticamente abrazado.

Alicia celebró internamente.

Y, de ese modo tan acaramelado, fueron al puesto de flores del que el peliblanco hablaba. O así fue hasta que salieron a la vista de todos y la chica desistió, caminando únicamente a su costado. Paso a paso, hermosa hada de bosque.

Cruzaron las calles de la plaza del amor. Según era por ahí.

No se trataba de una tienda de gran tamaño. Al contrario, era una simple carroza repleta de hermosas flores que gozaban de un olor lleno de dulzura el cual hacía feliz a las narices que osaran olerlas.

Ambos se acercaron.

No obstante, no contaban con que...

-¿Bell-Sama?-.

Cierta chica humana de cabellera castaña trabajara ahí.

-¿Anna?-Bell la reconoció.

Se trataba de Anna Claes, aquella chica que fue rescatada días atrás del distrito de los casino, antes de partir al viaje a Melen.

El rostro de la joven se iluminó.

-¡Sí! ¡Soy yo!-Respondió, emocionada dirigiéndose a donde él yacía de pie viendo las hermosas flores.

-¡Es un gusto verlo de nuevo!-Agregó.

-Igualmente. Es agradable que te encuentres bien ¿Cómo va todo?-Preguntó el muchacho.

-Bien. Mis padres fueron a comprar algunos repelentes de insectos así que yo estoy a cargo del puesto momentáneamente-Explicó Anna.

-Cierto. Ustedes están a cargo de esta florería. Eso explica por qué tu madre se me hizo tan conocida en "La señora de la abundancia"-Comentó Bell para sí mismo.

La chica asintió, confirmando lo anterior.

-¡Ujum!-Alicia se aclaró la garganta.

-B-Bell... ¿Nos presentas?-La ceja le temblaban al hablar.

-¡Oh! Perdón. Ella es Anna Claes. Su familia está a cargo de este puesto y... bueno, el resto creo que no es tan sencillo de decir-Expresó el peliblanco, mirando de reojo a la castaña en busca de su aprobación. Esa experiencia en los casinos no ha de ser agradable de recordar así que evitaba tocarlo.

-Y ella es Alicia Foreslight. Pertenece a la familia Loki. Somos amigos... creo-Fue la introducción que le dio Bell a Anna respecto a la celosa elfo.

-Es un placer, señorita Foreslight-Ella se inclinó ante ella en señal de respeto.

La castaña copió el gesto.

-Lo mismo digo-.

-Y bien ¿Qué lo trae por aquí? Será que acaso viene a ver cómo estoy...-La joven se avergonzó ante tal idea. Ese amor hacia su salvador no desapareció.

Alicia miró al objeto de tal cariño con desagrado.

En su semblante se escribían las palabras "¿Ella también?".

-N-No negaré que ese no fue el objetivo de la visita. No obstante, me alegro de encontrarte. Así pude asegurarme de tu bienestar-Le rompió la ilusión a la chica aunque no del todo.

-En realidad queremos comprar flores-La elfo interrumpió.

-¡Oh! ¿En serio? ¿De qué clase buscan?-Preguntó, cambiando abruptamente de actitud.

Adoptó el modo de comerciante.

Negocios son negocios.

-Quisiera... rosas de colores varios y tulipanes de ser posible-Pidió amablemente el conejo.

-Sí hay. Están por aquí...-Jaló al chico del brazo.

"¡Muy cerca!" Pensó la castaña ante esto.

Sin embargo... permaneció de pie, admirando las flores, sin discutirles o reclamarles.

"Supongo que hasta aquí llego... fue lindo mientras duró" Sus orejas decayeron.

Observó de reojo a Anna y Bell conversar.

"Fufufu. Esa niña no teme enseñarle su amor. La envidio...".

-Entonces Bell-Sama ¿Qué le parecen?-Preguntó Anna.

-Son hermosas. Sin duda les gustarán-Respondió.

-Mi familia y yo nos enorgullecemos de vender las mejores flores-La chica infló su pecho, orgullosa.

-No dudo que... le gustarán a su esposa-Susurró, ligeramente triste.

Sí... aquella hermosa elfo de cabello verde amarillento.

Sin duda una gran y bella mujer.

Una contra la que no sería capaz de competir.

Y al cual ya rechazó compartir a su esposo...

-¿Eh? ¿Esposa?-Bell ladeó la cabeza, para sorpresa de ella.

-Sí. Su esposa. Quien lo acompañó a rescatarme-Se explicó la castaña.

-¡Ah! Te refieres a Ryuu. Ella en realidad no es...-El peliblanco iba revelar que Ryuu y él actuaron como marido y mujer para infiltrarse pero...

-¡Oh! ¡Bell!-Dos voces lo evitaron.

-¡Mamá! ¡Papá!-Anna atendió al llamado de ambos padres.

-Es grato verlo por aquí-La madre opinó.

-En serio. Muchas gracias por salvar a mi hija. Antes no se lo pude agradecer correctamente-Declaró el padre tan pronto vio la figura del chico.

-¿Rescatar?-Murmuró Alicia a la distancia.

-¡N-No es nada! En serio. Levante la cabeza-Bell quiso evitar la ola de agradecimientos y sentimientos de deuda. No le agradaba que la gente se inclinara ante él.

-Es que... sin usted... ella...-El señor derramaba lágrimas de arrepentimiento.

-Ella está aquí. Ya no importa el qué hubiese pasado. Cuide mucho a su hija y disfrute el presente junto a ella y su esposa. La familia es lo más importante-El conejo, ciertamente nostálgico, expresó.

-¡Hai!-El hombre asintió. Se le notaba el arrepentimiento.

"Bell... nunca dejas de impresionarme..." Fue el pensar de Alicia, quien se conmovió.

La familia de tres lo acompañó a la pequeña caja de cobrado.

-¿Cuánto sería?-Preguntó Bell, sacando la bolsa de valis.

-Quisiese dárselas gratis pero de esto depende nuestra economía... ¡Así que le haré un descuento! ¡Es lo más que puedo darle!-El padre juntó las manos en señal de disculpa.

-No hay problema. Nunca me aprovecharía de ustedes-Contestó el muchacho.

-Insisto. De los tres ramos de flores solo le cobraré dos ¿Qué le parece?-La madre de Anna guiñó el ojo ante tal ofertón.

-En serio no es necesario...-El peliblanco quería negarse. Él es perfectamente capaz de pagar el precio completo.

-De verdad. Por favor acéptelo...-Los padres no permitirían eso.

-Ugh...-.

El intercambio continuaría de no darle un alto.

-Ya sé. Compraré cuatro-Suspiró el chico, llegando a tal resolución.

Sin embargo, la oferta sería igual. Solo se le cobrarían tres.

Esta vez él aceptó, dándoles el dinero.

-¡Gracias por su compra!-Dijeron al unísono.

Bell cargó con los cuatro ramos. Dos de rosas de varios colores y dos de tulipanes.

De pronto extiende uno de estos últimos hacia la dirección de Anna.

-¿Eh?-Ella no entendió a qué se debía esto.

-Dijeron que no me lo cobrarían así que... para que sea justo... preferí regalártelas, Anna-Comunicó el conejo, sonriéndole dulcemente.

Las manos de la joven se extendieron y abrazaron los tulipanes, presionándolos en su pecho.

No salía de su impresión.

-¡Bien! ¡Hasta luego!-Se despidió, yéndose. Alicia lo acompañó.

Anna los vio fijamente.

-Fufufu. Parece que le gustaste-Comentó la madre de Anna.

-¡¿AH?!-.

-Solo él es digno de tomar tu mano-Externó el padre.

El rubor en la joven enamorada fue mayúsculo.

"-¡Ah! Te refieres a Ryuu. Ella en realidad no es...-".

Esa oración incompleta resonó en su cabeza.

A lo mejor no estaba todo perdido. ¿Su amor triunfará?

En la mansión crepúsculo.

-Gracias por acompañarme-Dijo Bell a la elfo.

Ella negó.

-No es nada. Esfuérzate en cumplirle su deseo a Riveria-Sama-Dijo Alicia, deteniéndose.

-Yo aquí me retiro. Quiero seguir recorriendo las calles de la ciudad. Después regresaré-Complementó.

-De acuerdo. Antes...-Bell sacó uno de los ramos.

-Muchas gracias por toda la ayuda. Esto es para ti-Dijo, entregándoselo.

-¿A-Are?-Ella quedó estática.

-La intención era comprar tres desde el principio. Quiero regalarte este. No aceptaré un no de respuesta-.

Alicia las agarró desde los tallos, sin negarse al presente.

-A-A mi...-Decía.

Sonrió repentinamente.

-Me encantan...-.

El corazón del chico se aceleró.

-Me alegra...-Respondió.

De repente...

-¡Argonauta-Kun!-Tiona saltó desde las escaleras y...

*¡PAM!*

Lo tacleó.

-¡Viniste a visitarnos!-Celebró la amazona y...

*Mua*

Lo besó.

-¡¿T-Tiona?! ¡A-Aguanta...! ¡¿Mmmmm?!-Bell quiso detenerla pero...

*Mua*

*Mua*

*Mua*

*Mua*

*Mua*

Una oleada interminable de besos lo atacó.

La elfo castaña los observaba. Soltando una risita.

Volteó a las flores que le regalaron y...

-El primer regalo que recibo... del hombre que amo...-Al fin lo aceptó.

¿Qué sucederá a partir de ahora? ¿Florecerá el amor? Bueno, dependerá de ella.

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Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.

En fin, déjenme sus opiniones.

¿Cómo estuvo la SS? ¿Sí les gustó?

Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.

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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.