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Capítulo 4.

-Es como un arcoíris...-

Monólogo interno.

A lo largo de mi vida, he visto pasar a muchas personas, algunas eran interesantes y grandiosos guerreros, los cuales llamaron mi atención de sobremanera, es de mi pesar decir que, al igual que cierto viejo pervertido, me llenaba de placer el ver a los mortales anteponerse a las condiciones tan peligrosas y a los monstruos que habían en el mundo, incluso antes de que los dioses bajáramos a Genkai, yo ya me había puesto un objetivo.

Encontrar a esa alma única que haría mía a como de lugar.

Se preguntarán "¿Alma única?", bien, la respuesta es simple, todos los mortales tienen un alma con un color en específico, el color de estas representa sus sueños más profundos, sus deseos y lo que más habita en su corazón.

En todos estos años he visto almas de todos colores, azules, amarillas, rojas, moradas, púrpuras, verdes, plateadas, doradas, anaranjadas, etc. Pero las principales siempre serán las que son tintadas con alguno de los colores del arcoíris, de ellas nacen el resto, representado una intensidad aún mayor en esos deseos.

También hay almas oscuras, negras como la medianoche, las cuales sólo representan lo peor que existe, en su mayoría todos tienen cierta mancha oscura en su alma, la maldad es natural en los humanos, pero esta puede ser borrada cuando es impuesto tu sentimiento más importante.

En resumen, siempre he visto el mismo tipo de personas, mismos colores, comenzaba a ser aburrido, solo a algunas personas o aventureros fue a quienes les di la dicha de estar a "mi lado", concediéndoles el honor de formar parte de mi familia, sin embargo, aunque sean especiales, siguen sin ser esa "alma única" que tanto busco.

Tanto tiempo ha pasado y la esperanza de encontrarla se va desvaneciendo.

Eso hasta que... llegó él.

Un niño de no más de 14 años, cabello blanco, ojos rojos, delgado y, ciertamente, adorable, parecía un conejo peludito y esponjoso, de esos que tienes como mascota. Pero volviendo a lo importante... ¿Qué fue lo que vi en aquella (Aparentemente) persona tan normal?. La respuesta es sencilla... vi un arcoíris.

Siete colores unidos entre sí en perfecta armonía y sincronía, no había ninguno que dominara o uno que se viera empequeñecido, no, todos tenían el mismo tamaño, la misma intensidad de color, formando una llama colorida que cautivaba mi corazón.

Nunca... nunca había visto algo así...

Tantos sentimientos unidos en un solo ser ¿Cómo es eso posible?, las personas normales pueden tener hasta dos colores en su llama, en la mayoría de los casos es la principal y una parasitaría que ataca a la principal, eso significa que hay duda dentro de esa persona, si la duda se hace más grande, comienza a comer y a consumir a la primera hasta que esta quede reducida a nada y pierda su lugar... puede volver pero las experiencias en la vida y la forma de pensar de alguien siempre se va ver influenciada por su entorno, así que pueden cambiar de colores muchas veces a lo largo de su breve existencia.

Volviendo a aquel chico recién llegado a Orario, si bien su alma era formada de 7 colores... había algo más, como si la anterior sorpresa e impresión no fuera suficiente.

Envolviendo el colorido fuego... había un resplandor blanco que fungía como cubierta, como si tratara de consumir los demás colores.

Fue en ese momento donde lo supe.

Quiero tenerlo.

No, ¡DEBO TENERLO!.

Y cuando quiero algo... siempre lo consigo.

De vuelta a la realidad, en "La señora de la abundancia".

Bell, al sentir una mirada pero no encontrar el responsable de la misma, decidió ignorarla.

"Es extraño, esa mirada se sentía como si... viera dentro de mi" pensó el peliblanco, sintiendo un escalofrío recorrer por su espalda.

*Grrrrrr*

-¡AL DIABLO! ¡PRIMERO LA COMIDA!-Gritó Bell, dejando de lado esa paranoia y entrando a aquel restaurante que tanto pedía su estómago.

A toda prisa, se dirigió a la entrada del lugar y la abrió con cuidado, evitando así que llamara la atención de quienes estuvieran adentro, ya había tenido suficiente de miradas dirigidas a su persona después de lo sucedido con la familia Loki hace tan sólo algunas horas.

Un ligero crujido provino de la puerta, al parecer necesitaba un poco de aceite pero, por culpa de ese rechinado, todos lo vieron al entrar.

-Ammm buenas tardes...-Dijo Bell, inclinándose ligeramente para saludar a las personas.

-¡Una cara nueva-nya!-Expresó una chica gato de cabello castaño, emocionada al ver a un potencial cliente.

-¡Ven conmigo-nya!-Agregó la camarera, jalándolo del brazo hacia una mesa.

Al ver la naturalidad con la que ella le habló, decidió dejarse llevar y más pronto que tarde, su presencia fue dejada de lado.

"Me salvaste, pensé que me harían preguntas como en el gremio" pensó el peliblanco, suspirando de alivio.

-¿Y bien nya? Llevas un tiempo viendo al menú-nya ¿No hay algo que quieras pedir-nya?-Preguntó la chica gato, mientras hacía de pie al lado de Bell.

-P-Perdón, me perdí en mis pensamientos, me gustaría ordenar los espaguetis con un jugo de piña por favor-Respondió el joven, señalando su pedido en el menú.

"Jugo de piña, para endulzar la vida, o al menos eso decía mi abuelo, no entiendo a qué se refería pero me daba de beber sólo eso desde niño y me acostumbré a tomarlo con todas mis comidas" pensó Bell, recordando la figura de su abuelo.

-¡De acuerdo-nya! Mi nombre es Anya-nya y seré tu camarera ¡Traeré pronto tu pedido-nya!-Contestó de manera alegre y animada la castaña, dándole una inocente sonrisa a su cliente y yéndose hacia la cocina.

Ya en la soledad de la barra, Bell comenzó a ver a los alrededores, analizando el lugar.

"Es un lugar muy hogareño, parece que todos aquí se sienten a gusto, tal vez vuelva, pero la prueba de oro es... el sabor de la comida, mi tío Zald es el mejor cocinero que he conocido, aunque no es como si hubiera conocido a más jejeje" dijo en su mente el peliblanco, pero fue interrumpido.

-¡Aquí tienes niño!-Gritó una voz mientras asentaba un plato tamaño jumbo espaguetis.

Los ojos de Bell comenzaron a brillar al verlo.

-¡Muchas gracias! ¡Buen provecho!-Gritó con emoción mientras tomaba el tenedor con su mano y comenzaba a comer a una velocidad monstruosa.

-Vaya... sí que tienes hambre-Susurró quien le había entregado su comida.

-Perdón, es que no he comido en días y por fin podré llenar mi estómago-Contestó el peliblanco, masticando a toda prisa su comida.

-No te preocupes ¡Yo me encargo!-Expresó una mujer de avanzada edad, no tanto como para decir que era anciana, más bien, en sus cuarentas, si habláramos de un humano claro está.

-¡Estaré a su cuidado! Amm...-Bell, con ese último "amm" daba a entender que no sabía el nombre de la persona a la cual agradecerle.

-Soy la dueña de este lugar, puedes decirme Mama Mía-Respondió la enana, revelando su identidad.

-Entonces, muchas gracias Mama Mía-Agregó Bell, mientras regresaba su atención a su plató.

Y de esa manera, el joven y hambriento Bell comenzó a comer todo lo que Mama Mía le traía, carne del tamaño de una cabeza, más espaguetis, verduras, entre muchos y muchos más alimentos.

Después de algunas horas, al parecer, por fin estuvo satisfecho.

-¡Ahhhhhh! ¡Todo estuvo delicioso!-Expresó Bell, asentando el duodécimo plato de comida terminada en la barra.

-Eres realmente impresionante-nya, nunca había conocido a alguien que comiera tanto-nya-Opinó una chica gato, pero no la que lo recibió en la entrada, no, está vez era una de cabello oscuro con una mirada peligrosa.

-Es que llevo días sin comer y por fin pude juntar dinero para darme un gusto, debo admitir que estoy más que satisfecho con todo, con la comida, el ambiente, la amabilidad de ustedes las camareras, en serio, hace mucho que no disfrutaba tanto una comida-Contestó el peliblanco, sonriendo dulcemente a la camarera de cabello oscuro.

-¡Eres muy tierno-nya!-Gritó la mujer, lanzándose a abrazar a Bell.

-Contrólate Chloe-Interrumpió una elfo de cabello verde y ojos cerrados, advirtiéndole a su compañera.

-Es que es muy tierno-nya, como un conejito-nya-Se excusó Chloe, mientras una de sus manos comenzaba a acercarse peligrosamente al trasero del peliblanco.

-¡Auch! ¡¿Qué fue eso?!-Preguntó Bell al sentir un pellizco en sus nalgas.

-¡Deja de molestar a los clientes maldita gata pervertida!-Reclamó Mama Mía, golpeándola en la cabeza.

-V-Valió la pena-nya...-Dijo Chloe, antes de caer desmayada.

-C-Creo que es mejor que me vaya yendo ¿Cuánto va ser por la comida Mama Mía?-Preguntó el joven, sacando de su mochila una bolsa con muchos valis.

-¡Wooow-nya! ¿Cómo tienes tanto dinero-nya?-Preguntó Anya, viendo la gran cantidad de dinero.

-Jejeje, es que encontré un huevo dorado de Jack Bird y me dieron un millón de valis-Contestó Bell de manera despreocupada.

-¡Un huevo dorado-nya! ¡Siempre quise ver uno-nya!-Expresó la chica gato.

-Eso es sorprendente, incluso en mis tiempos como aventurera era difícil siquiera encontrarte con uno de esos monstruos, aún más lograr alcanzarlo, en fin, son setenta mil valis, debo admitir que comiste demasiado, no me lo esperaba-Contestó la enana, entregándole una hoja al chico con su cuenta.

-Aquí tiene Mama Mía, muchas gracias, prometo volver por su deliciosa comida-Dijo el peliblanco, dándole la cantidad acordada y levantándose de su silla.

-Hasta luego niño, mucho cuidado allá afuera y en el calabozo-Respondió Mama Mía.

-¡Lo tendré!-Contestó Bell, saliendo del lugar.

Después de que aquel chico nuevo en la ciudad saliera, cierta elfo comentó algo.

-Creo que a Syr le hubiera agradado ese joven, que mala suerte que no haya venido hoy, aunque dijo que volvería-Opinó Ryuu.

-Esa niña, siempre haciendo lo que quiere cuando quiere, nos abandonó ahora que fue hora pico, es muy tonta pero debo admitir que nos hubieran sido útiles el par de manos extras-Expresó la enana, suspirando.

-Oigan-nya... Chloe no despierta-nya-Comentó Anya mientras trataba de despertar a su amiga pero fue ignorada.

En la sede de la familia Dian Cecht.

-He vuelto Airmid-Dijo Bell, entrando a la recepción.

-Viniste a ver a los niños ¿No es así...?-Preguntó la peliplateada, insinuando que no sabía su nombre.

-¡Oh! Es cierto, no te dije mi nombre, soy Bell, Bell Cranel-Contestó el peliblanco, presentándose.

-Y respondiendo a lo que dijiste, sí, vine a verlos ¿Cómo se encuentran?-Agregó.

-Ya están despiertos, no los he dejado irse ya que desean verte para darte las gracias, puedes pasar a verlos, están en la misma habitación-Respondió Airmid, señalando a la puerta.

-¡Muchas Gracias mi Bella Airmid!-Dijo Bell, caminando con prisa al cuarto, dejando a sus espaldas a una sonrojada Airmid por aquel halago.

-¿Qué le pasa? Decirme eso tan de repente-Susurró ella, con cierta vergüenza que trataba de esconder con enojo.

-Nunca nadie había sido tan atrevido conmigo-Finalizó.

Habitación.

Sentados en las camas, los tres niños que fueron atendidos estaban platicando, en espera a la llegada de quien fuera su salvador.

-¡Lo digo en serio! ¡Era increíble! ¡Golpeó a ese hombre y lo mandó a volar!-Expresaba Rye, con gran emoción, imitando la manera en la que Bell había lanzado el golpe.

-Yo lo vi en el callejón, me sorprendió mucho su apariencia, cabello blanco, ojos rojos y esa bufanda en su cuello, parecía realmente imponente a pesar de verse tan inocente-Opinó Fina, sonrojándose ante ello.

Nota: Es un papucho el Bell.

-Yo sigo sin creer que se haya tomado todas estas molestias por nosotros... él no ganaba nada en defendernos y aún así lo hizo ¿Qué es lo que buscará?-Se preguntó Roux.

-¡Así son los héroes! Como en los cuentos, pelean para hacer el bien, no buscan nada, sólo proteger a las personas inocentes-Contestó Rye, rechazando el pensar de la elfo(Voy a decir que es mujer, al demonio).

-Me alegra saber que piensen eso de mi-Interrumpió una voz dentro del cuarto.

-¡Es el héroe!-Gritaron los tres niños al ver la presencia de Bell.

Se lanzaron a abrazarlo.

-¡Muchas Gracias señor!-

-¡Muchas gracias por salvarnos de esa persona!-

Demasiados agradecimientos eran dirigidos a Bell, quien sólo aceptó gustosamente las dulces palabras de los inocentes niños.

"Se siente extraño que te digan señor, no soy mucho mayor que ellos" pensó Bell, riéndose por dentro de manera nerviosa.

-No tienes por qué agradecerme, estuvo en el lugar y momento indicado para poder salvarlos, debo admitir que fue un golpe de suerte encontrarlos, me había perdido en la calle dédalo y escuché sus pedidos-Contestó el peliblanco, acariciando el cabello de los infantes.

-¿Ya se encuentran mejor? ¿Están más tranquilos?-Preguntó el joven con preocupación.

-¡Estamos bien gracias a usted!-Gritaron al unísono.

-Me alegra oírlo, por cierto, no tienen que ser tan formales, díganme por mi nombre, me llamo Bell Cranel-Dijo Bell.

-Bueno, creo que sería bueno que los llevara a su hogar ¿En dónde se encuentra?-Preguntó.

-Está en la calle dédalo, somos del orfanato de María-Contestó Rye.

"Oh... son huérfanos..." pensó.

-Déjenme llevarlos ¿De acuerdo? Así podré explicarle a la encargada del orfanato lo que sucedió-Sugirió el joven.

Los niños aceptaron así que los cuatro se dirigieron a la calle dédalo para llegar al orfanato de María.

Fue ahí donde Bell le relató a Maria el encuentro desafortunado con aquel aventurero de la familia Soma y el motivo por el cual los niños estuvieron ausentes por poco más de medio día.

La madre María no pudo dejar de agradecerle a Bell por haberlos salvado.

-Hice lo que tenía que hacer, así que por favor, levante el rostro-Dijo Bell, sonriéndole a la mujer de manera cálida.

-Entiendo que no le va muy bien al orfanato ¿Cierto? Tenga esto, tal vez piense que es demasiado pero no quiero que ninguno de sus niños vuelva a pasar por una situación cómo esta-Expresó el peliblanco, sacando su bolsa con valis, dándole tres cuartas partes del dinero.

María y los niños se sorprendieron de sobremanera.

-¿L-Lo dice en serio?-Preguntó.

-Claro, mientras tenga lo suficiente para comer y un techo donde dormir, no necesito nada más, puede usar el dinero para comprarles ropa y alimento, prometo ayudarlos con lo que pueda, así que me verán seguido por aquí-Comentó Bell, despertando una sonrisa y mirada esperanzadora en todos los niños, quienes se lanzaron a abrazarlo.

Las lágrimas de ellos se hacían presentes, nunca, en su corta vida, habían recibido un trato tan bueno por alguien, ellos pensaban que simplemente eran estorbos para María y que ya no tenían lugar en este mundo, pero la esperanzadora figura de un extraño les dió la esperanza y ánimos que sus corazones habían perdido hace mucho desde que perdieron a sus padres.

-¡Oigan! No molesten al señor Bell, dejen que se levante-Dijo María a manera de regaño.

-¡Oye héroe! Si buscas un techo donde dormir ¿Por qué no te quedas aquí? Así no gastarías dinero en una posada. Sé que somos muchos y el lugar es un tanto pequeño pero... ¡Buscaremos la forma de caber!-Sugirió Fina.

-¡Sí! ¡Quédate!-Concordaron Roux y Rye.

Bell se sorprendió por aquel pedido.

-¿No sería molestia? ¿No hay problema madre María?-Preguntó.

-¡En lo absoluto! Usted nos está ayudando mucho, si podemos hacer al menos esto por ti, acepto gustosamente-Contestó la encargada.

-Entonces... ¡Acepto gustosamente su oferta!-Respondió el "héroe" como todos los niños le decían.

El festejo por parte de los infantes no se hizo esperar.

Para celebrarlo, Bell compró montones de comida para él y ellos, por primera vez, en mucho tiempo, esos chicos se fueron a dormir con el estómago lleno.

Horas después, en un pequeño colchón.

-Ahh... que día más largo... pero mañana será otro día, iré al calabozo para continuar con mi camino-Se dijo a sí mismo, mientras se tapaba con una pequeña sábana, cortesía de María.

-Airmid... era muy linda, pero parece difícil de conquistar-Continuó con su diálogo.

"Tengo que dormir, me debo despertar temprano para poder avanzar más en el calabozo" pensó, mientras cerraba poco a poco sus ojos.

Los párpados comenzaban a pesar hasta que por fin cayó en un profundo sueño.

En el sueño.

Una gran luminosidad golpeaba en los ojos de Bell, deslumbrando sus ojos e impidiéndole ver de dónde provenía.

-¿Dónde estoy?-Se preguntó el joven, al no reconocer aquel lugar.

Cuando el brillo disminuyó, pudo notar un cielo cercano al atardecer, al bajar su mirada hacia sus pies, se dio cuenta de que prácticamente estaba flotando.

-¿Qué ocurre?-Se cuestionó.

-Así que tú eres el último de nosotros-Dijo una voz a la lejanía, despertando un estado de alerta.

-Ese Zeus, siempre con sus artimañas, aunque debo de admitir que era algo que debía suceder-Agregó otra voz, esta vez más grave que al anterior.

-¡¿Quién dijo eso?!-Preguntó Bell, mirando a todos lados sin encontrar a los responsables de dichas frases.

-Mira hacia arriba y lo sabrás-Respondió otra presencia.

Cuando los ojos del joven se posaron en el lejano y hermoso atardecer, logró ver, algo borroso, siete cuerpos de pie.

-¿Q-Q-Qué sucede? ¿Q-Quiénes son...?-Un gran tartamudeo era presente en las preguntas ahogadas de Bell.

-Sé que debes tener muchas preguntas en este momento pero, nos volveremos a ver Bell, cuando eso suceda, sabrás toda la verdad-

-¡Esfuérzate Niño! ¡Que tu corazón siempre esté encendido!-

-Oye oye ¿Por qué no dices nada?-

-No tengo nada que decirle, cuando nos encontremos nuevamente platicaré con él, por lo pronto, aún no es digno-

-Siempre tan arrogante y aguafiestas-

-Oye Bell, por favor, sigue tu camino y se el último héroe-

-El último héroe...-Susurró Bell, con sus ojos abiertos en su totalidad, viendo a esas siete grandes presencias, pero sin poder identificar quiénes eran.

-¡Sí! ¡Esfuérzate Bell! ¡Tú puedes lograrlo! Y de esa manera... derrotarás al dragón negro-Agregó por última vez uno de ellos.

Bell quiso preguntar a lo que se refería pero... fue sacado de su sueño.

De vuelta a la realidad.

-¡ESPEREN!-Gritó Bell, despertando de golpe, su cuerpo estaba lleno de sudor.

-¿Uh? ¿Te encuentras bien Bell?-Preguntó Fina, preocupada por aquel grito.

-S-Sí, lo lamento, tuve una pesadilla, pero estoy bien-Contestó el peliblanco, tratando de controlarse.

-Si tú lo dices, de todas maneras, es hora de desayunar-Informó la Chienthrope, ayudándolo a levantarse.

-Gracias jajaja, iré enseguida-Respondió.

Mientras caminaba con la pequeña niña a su lado, una voz sonó en su mente, no, más que una voz, era un mensaje, sin embargo, no fue percibido por Bell.

"Al parecer... yo seré el primero" dijo el emisor, mientras un resplandor verde cubría su cuerpo.


Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen sus comentarios y votos.

¿Quiénes eran esas 7 figuras? ¿Qué relación tienen con Bell? ¿Por qué un brillo verde fue emanado de una de ellas?

¡Descubrámoslo el siguiente capítulo!.

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Si desean leer más de mis fic, pueden entrar a mi perfil, ahí encontrarán desde...

Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!

¡Ya salió el capítulo especial que cierra el One Shot! Un extra para complementar los huecos que quedaron en el primer capítulo del mismo.

¡Entra aquí para leerlo!

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Un fic con un trío amoroso muy raro, BellxTionaxFreya
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.

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