Capítulo 18.
En el capítulo anterior.
-Veamos qué es eso que encontraste en Melen, Zeus-Dijo Hermes al cielo, recordando a su amigo.
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En el capítulo actual.
La hermosa hada de cabello verde, al igual que el conejo peliblanco, sellaron su acuerdo respecto al rescate de la chica "Anna Claes" después de conocer el contexto de la situación que acarreó a la familia de esta misma, dando como resultado su secuestro.
Ambos salieron del bar en diferentes direcciones, Syr se encargó de llevar a Rye hacia el orfanato de Maria debido a que su turno había finalizado aunado a la prisa presente en los ojos de Bell que fue leída por la peliplateada.
-¿A dónde irá Bell-Nii, Syr-Nee?-Preguntó el joven, tomando la mano de la camarera.
-Ni idea. Pero probablemente conseguirá ayuda. Tiene algo en su persona que impide rechazarlo-Syr sonrió al responder. Sus mejillas se sonrojaron.
"Ah~ Brillas tan intensamente que me estremezco" Pensó. Un escalofrío recorrió su cuerpo.
Sin embargo, abandonó el momento de deleite.
"¿Cuándo se volvieron tan cercanas a él? No solo Ryuu, también Chloe y Anya" Se cuestionó.
-No perderé...-Murmuró.
-¿Syr-Nee?-Rye jaloneó delicadamente el uniforme de la peliplateada.
-¡Oh!. Perdón. Me perdí momentáneamente. Vamos, te llevaré con María-Ella se repuso y emprendieron el camino al orfanato.
"Cuidado Ryuu. Si te atrapan, ni siquiera yo seré capaz de salvarte... De ti misma" Finalizó.
La elfo, vestida de verde y posando la mano encima de aquella espada de madera que Syr bien conocía, saltaba de techo en techo de forma sigilosa, alejándose, y creyendo que nadie la veía o percibía. No obstante... El brillo de su alma era una luz imposible de ignorar por parte de su amiga.
Los ojos de Ryuu, de un azul semejante el zafiro, se atenuaban y apagaban. Como si la amable chica de antes se perdiera al sumergirse en la oscura noche.
Del lado de Bell, en la sede de la familia Ganesha.
El muchacho recorrió las calles a alta velocidad con la esperanza de encontrar despiertos a los aventureros protectores de Orario, quienes eran los únicos que podían ayudarlo en la problemática antes explicada. Aunque, si somos justos, buscaba específicamente a una de ellos.
Tras el transcurrir de los minutos frenó su andar tan pronto vislumbró la sede perteneciente al dios elefante.
Grata fue su sorpresa cuando se topó con él ayudando a sus hijos en la recolección de jaulas de monstruos para ser almacenados en el coliseo.
-¡Ganesha-Sama!-Gritó Bell a la distancia, agitando la mano y elevando el tono de voz para recibir atención.
-¡Yo soy Ganesha!-Gritó la musculosa deidad, inflando el pecho y volteando a donde el llamado provino.
"Sí, ya lo sé" Respondió el chico en su subconsciente. Era ligeramente molesto escuchar esas tres palabras tan seguido. No se imagina el martirio que Shakti vive día a día.
-¡Oh!. ¡Mira a quién tenemos aquí!. ¡A Bell Cranel!. ¿Qué te trae a mi sede tan tarde?. No me digas que...-El dios sonrió maliciosamente.
-Lo que vaya a decir Ganesha-Sama, piénselo cuidadosamente-La amenazante voz conocida de la hermosa domadora de cabellos azules se hizo presente a espaldas de la deidad.
-¡Shakti!. ¡¿A qué hora llegaste?!-Se sorprendió.
-Gritó el nombre de Bell a los cuatro vientos. Sería difícil no haberlo escuchado-Contestó.
-¡Jajajaja!. ¡El amor te trajo!. ¡No mientas!-Se mofó Ganesha.
*¡PAM!*.
-Y-Ya le dije que fue el grito-Shakti se ruborizó y desvió la mirada luego de aporrear el puño en la nuca de su Dios.
"Ellos dos siempre son un espectáculo" Opinó Bell, riendo nerviosamente.
-Shakti...-Él nombró a la peliazul.
-¿Qué ocurre, Bell?. Dejando de lado la extraña bienvenida quisiera saber el motivo de tu visita. A-Aunque si es solo porque querías verme no hay problema...-La seguridad en las palabras se perdía progresivamente.
Bell se rió por lo tierna que lucía Shakti.
-Eres demasiado hermosa cuando adoptas la actitud de doncella enamorada ¿Lo sabias?. Y si no fuese suficiente la bella luna hace que resaltes-Gracias a que ella yacía de pie justo detrás de aquel satélite natural, los rayos de esta caían tenuemente, enfocándola.
*¡puf!*.
Vapor salió de la cabeza de su novia. Si tuviésemos que elegir algo para hacerse una idea del color rojo que adoptó el rostro de la chica, una manzana calzaría perfectamente en la comparación.
-¡Y-Ya te he dicho que no me alagues en público!. T-Tengo una reputación que mantener... P-Pero gracias de todas formas...-Miró al suelo y jugó con su cabello. La vergüenza la carcomía internamente.
-L-Lo lamento... Fue involuntario, lo juro-Se justificó el peliblanco.
-No obstante. Si he venido por un tema importante-Se recompuso, mostrando seriedad en su ceño y expresando las intenciones que lo trajeron hasta la sede de su amada.
Shakti se percató de ello y abandonó la actitud anterior.
-Sígueme. Conociendo el calibre de los problemas en los que te metes será una larga explicación-Suspiró, ofreciéndole pasar.
Bell asintió y fue detrás suyo.
-Y-Yo soy Ganesha...-Dijo el dios, tirado en el suelo, casi inconsciente.
Ilta se acercó y levantó a la deidad.
-Se lo han repetido millones de veces, Ganesha-Sama. Si Shakti era peligrosa antes lo es aún más ahora. Al fin y al cabo... Encontró a alguien que desea proteger. ¡Así que deje de molestarlo o lo mandará a Tenkai en un arranque de ira!-Reclamó la amazona debido a la ineptitud del dios elefante a la hora de seguir instrucciones tan sencillas.
-¿Sabes?. En parte me alegro de verla así de expresiva... Aunque no sé si sobreviva para verla seguidamente de esa manera-Con los ojos de remolino, comentó.
-Solo déjela ser y manténgase a raya-Cansada, la pelirroja se retiró y continuó con su trabajo.
Él se sentó y vio al peliblanco caminando a la par con su hija.
-¿Quién diría que tu creación salvaría a mi niña y le traería felicidad, Zeus. Espero que sea así en el mundo entero cuando el día prometido por fin llegue-Dijo, sonriendo antes de que se desmayara por la fuerte sacudida en el cerebro.
Habitación de Shakti.
-Puedes pasar. Me disculpo por el poco orden. No he tenido tiempo para arreglarlo-Shakti abrió al puerta de su cuarto, permitiéndole el paso al muchacho.
-No te preocupes. Lamento la intromisión-Respondió, aceptando/correspondiendo la amabilidad de la peliazul.
Al cruzar hacia aquel lugar presenció por primera vez el cuarto de una chica.
Según su abuelo es la prueba absoluta (No sexual) de que una mujer confía en ti. Parte de él se puso incómodo porque los gritos eufóricos, y repletos de alegría, provenientes de su abuelo resonaban dentro suyo. Un pequeño paso para los hombres aunque un salto gigante del conejo.
La mujer ofreció asiento al borde de su cama, justo al costado de ella, golpeando repetidamente la palma en el colchón.
Él entendió el mensaje e hizo caso.
-¿En qué embrollo te meterás hoy?-Preguntó la capitana de la familia Ganesha, recostando la cabeza encima del hombro de su amado.
Bell suspiró pesadamente.
-Fui a "La señora de la abundancia" con Rye a cenar. Lo entrené durante todo el día a pedido suyo por lo que quise recompensarlo-La introducción se presentó.
-Tiene mucho potencial. Aprende rápido y ese espíritu inquebrantable... Sin olvidar el fuerte deseo que lo motiva... Me recuerda a mí-Confesó, rascando el costado derecho de su cabeza.
-Centrándonos en la situación actual. Mientras "Ayudaba" a Mama Mía voluntariamente en las tareas del bar, la conversación entre una pareja llamó mi atención-Comentó.
"¡NO HAY FORMA EN LA QUE LE CONFIESE QUE ME VESTÍ DE MAID POR LA AMENAZANTE AURA DE MAMA MÍA! Es un secreto que guardaré hasta la tumba" Tan solo recordarlo le causaba escalofríos. Algo le decía que no importaba lo fuerte que fuese en el futuro, esa enana es imposible de vencer. La fortaleza mental que posee es insuperable.
"Da más miedo que Mamá Alfia... Y eso es decir mucho" Adicionó a la nota mental.
-¿Por qué tiemblas?-Le cuestionó Shakti al sentir el irregular movimiento de su cuerpo.
-Nada. Traumas. Lo de a diario-Contestó naturalmente, causando confusión en la peliazul por la despreocupación que demostró.
-D-De acuerdo. Continúa-No insistió y prefirió cambiar el tema.
-La pareja lucia preocupada y quise saber el por qué. Me relataron que el papá de la chica perdió a su hija en una apuesta a la que prácticamente no pudo negarse. Lo obligaron a apostarla. Anna Claes es el nombre de la joven. Tanto yo como las camareras del bar concluimos que había sido premeditado. Gente importante le echó el ojo y planearon absolutamente cada paso, siendo conscientes de la adicción a las apuestas del señor-Relató de forma resumida. Darle vueltas sin sentido provocaría la pérdida del hilo principal.
Shakti apretó el puño y los dientes, emanando cierta rabia. Sospechaba de quién pudo ser el responsable o por lo menos el que fungió de intermediario.
-Si buscas información sobre lo ocurrido recomiendo partir ahora. Conozco al tipo de persona que haría eso por dinero. Si lo interrogamos conoceremos al cliente-La mujer se puso de pie y jaló al peliblanco para que también lo hiciese.
-¡Voy detrás tuyo!-El chico la siguió, cerrando la puerta tras de sí y abandonando la sede en un abrir y cerrar de ojos.
Pero no sabían un minúsculo detalle...
Cierta elfo ya se encontraba ahí...
Del lado de Ryuu, en los barrios bajos de Orario.
La escena lucía tensa. Ryuu y aquel hombre yacían sentados frente al otro en la redonda mesa donde reposaban monedas de oro y cartas.
Aquel rufián revolvía las cartas con esa asquerosa sonrisa dibujada en su rostro. Cada mirada, movimiento y expresión proveniente de él le causaba un asco tremendo a la elfo, sin embargo, se las arregló para disimularlo.
De a ratos analizaba a los aventureros que la rodeaban. El darse cuenta de la falta de rivales dignos la tranquilizaba parcialmente. Si las cosas explotaban y no quedaba otra opción más que luchar, es casi seguro que ganaría.
-Recapitulando. Si gano, dirás detalladamente lo que sabes del Anna Claes. Si pierdo, el dinero será tuyo-Dijo la peliverde. No dejaría huecos legales en el trato.
-Por supuesto. Suponiendo que seas capaz de ganar-La confianza rebosante del extraño despertó las sospechas de Ryuu.
Claramente no jugaría limpio... Y ella tampoco.
"En el póker es importante tener buena mano... No obstante, lo que marca la pauta del juego es engañar al adversario" Se dijo a sí misma.
-Deseo decir algo antes de dar inicio...-Comentó.
-Jajaja ¿Qué es?-El aventurero cuestionó sin dejar de revolver la baraja.
-No voy a permitir trampas-Contestó.
-¿Eh?-Ese sonido pronunciado por los labios del hombre se silencio.
*¡SLASH!*.
Un cuchillo de no mayor a 10cm se enterró entre sus dedos, aplastando las cartas.
-¿C-Cómo...? ¿C-Cuándo...?-Impresionado gracias a la nula capacidad de respuesta que tuvo, vio fijamente el cuchillo.
"¿En qué momento lo desenfundó? No pude verlo" Surgían interrogantes.
-La próxima vez te cortaré los dedos-Amenazó Ryuu.
Los presentes en la sala tragaron saliva.
-Deberías ser cuidadoso...-
El objeto corta punzante se retiró de la madera.
-Yo siempre, me paso de la raya-Complementó la oración, plantando cara y emanando un aura que infundía terror en el corazón de quién se hallara cercano a ella.
El escalofrío que recorrió la espina dorsal del hombre no fue para menos. Si quería ganar debía ser cuidadoso o esa elfo no tendría reparo alguno en masacrarlo. Eso le gritaban sus sentidos más primitivos ante la peligrosa mujer de adelante.
Revolvió las cartas cuidadosamente. Ahora dependía de técnicas "legales" sobre manejo de juego.
Observó la mano y apostó.
-Aumento-Dijo.
Ryuu, sin duda presente en ceño y agarre, empujó la montaña de monedas.
-Aumento-Repitió.
El aventurero parecía frustrado. No conseguía meterse en la cabeza de la peliverde. Ninguna técnica surtía efecto.
Mientras apretaba los dientes en señal de inconformidad, Ryuu mostró las cartas.
-Full House-Avisó, enseñando tercia de reyes y par de dieces.
El rufián abrió los ojos en demasía, quedando sin habla e incrédulo.
Bajó la cabeza, checando sus propias cartas.
No tenía nada que compitiera.
Él perdió...
-¡IMPOSIBLE! ¡DEBES ESTAR HACIENDO TRAMPA!-Reclamó. Apuntándole directamente.
-Sin pruebas ni fundamentos. Únicamente me acusas por desesperación-Recriminó Ryuu, restándole importancia a la acusación.
"Nosotros los elfos, siendo tan rectos, somos incapaces de mentir. De hecho, probablemente no somos capaces de ello. Sin embargo, la única razón de que saliese victoriosa es gracias a una amiga de la familia Astrea que me enseñó a ganar en esta clase de juegos y la importancia de las técnicas empleadas. La actitud explosiva y poco tranquila delataba las intenciones que tenía. Leerlo fue como jugar contra niños" Expresó mentalmente la elfo.
-Gané. Habla ahora-Exigió la recompensa acordada al finalizar el monólogo interno.
-¿T-Tú quién eres...?-Interrogó el aventurero, apretando el borde de la mesa.
-Nadie que valga la pena-Respondió ella.
-¡Chicos, mátenla!-Ordenaron al resto, lanzándose al ataque contra Ryuu.
-Sabía que esto terminaría así...-Dijo Ryuu, moviéndose rápidamente lejos de la zona de impacto.
*¡PUM!*.
La mesa se despedazó.
-Y yo que traté de resolverlo pacíficamente. Supongo que es inevitable-Murmuró, desenfundando aquella espada de madera mencionada anteriormente.
-¡NO LA DEJEN ESCAPAR!-Gritaron a la distancia.
-¿Quién huye?-La expresión retadora enfureció al cúmulo de gente.
*¡PAM!*.
La puerta del bar se abrió de golpe, despertando la atención de los presentes.
Quien la abrió fue ni más ni menos que... Bueno, dejemos que Ryuu lo revele.
-¿Cranel-San...?-Dijo.
-¿Eh?. ¿Ryuu?-El peliblanco puso cara de póker al reconocer a la peliverde. Cosa que no se le complicó en demasía porque lo único que la cubría era la capa verde parecía a una hoja.
Detrás de él apareció Shakti Varma.
El corazón de Ryuu saltó de miedo.
Si ella está ahí y la reconoce las cosas se complicarían.
-¡La familia Ganesha!. ¡Señorita!. ¡Esa mujer entró y amenazó con matarnos!. ¡Arréstela!-Dijo el hombre hacia la peliazul intentando engañarla.
-Tú también te metes en infinidad de problemas, Lion-Opinó, cruzando los brazos.
-Contexto por favor...-Pidió Bell.
-¡¿Nos va ayudar o no?!. ¡Somos víctimas de esa mujer!-El molesto aventurero de antes reiteró el pedido.
-En condiciones normales claramente la encarcelaría. Hay demasiado dinero por su cabeza-Expresó Shakti.
Ryuu trataba de idear un plan y salir. Temía ser encarcelada.
-No obstante... Ahora estoy fuera de servicio-La capitana de la familia Ganesha el guiñó el ojo a la elfo. Dándole la señal de que se tranquilizara.
-¿Dinero por su cabeza...?-Esa pregunta provino del conejo.
-¡C-Cranel-San!. Prometo que le explicaré después-Algo dentro de ella buscaba evitar malosentendidos con él. Podría decirse que no quería perder la confianza que se ha ganado.
Por primera vez los rufianes vieron el cambio de expresión en la elfo. Demasiado tarde por cierto.
-¡ENTONCES ESTE MOCOSO TE IMPORTA!-Dijo el aventurero, yendo al ataque contra Bell.
Grave error...
*¡PAM!*.
Fue recibido por el puño del muchacho. El cuello le tronó después de que en el costado derecho de su rostro se impactaran los nudillos.
*¡CRASH!*.
El cuerpo salió disparado hasta la barra de tragos, destruyendo las botellas y derramando el líquido.
-Eso no irá a mi expediente ¿O si?-Preguntó a Shakti mientras se limpiaba el puño.
-Como dije, estoy fuera de servicio. Además, fue defensa propia-Respondió, aguantando el enojo naciente que despertó en contra de ellos por tratar de dañar a su amado.
*¡CRACK!*.
Shakti se tronó los huesos y caminó hasta el que supuso era el líder. Los demás permanecieron estáticos.
Quitó los trozos de madera y vidrio del camino.
Agarró al hombre desde el cuello de la camisa y lo elevó del suelo.
-Confiesa. ¿Quién diablos ordenó que secuestraras a Anna Claes?-La peliazul no toleraría mentiras. La vida de una joven está en juego.
-¡F-Fue Terry Cervantes! ¡Es el dueño de "El dorado resort"! ¡"Santorio Vega's Grand Casino"!-Confesó, aterrado. Los tres, Bell, a Ryuu y Shakti, fácilmente podrían apalearlo si quisieran. Decir lo que quieren escuchar es lo mejor para sobrevivir.
-Terry Cervantes...-Shakti murmuró.
-"El dorado resort"...-El ánimo de la elfo decayó, frustrándose.
-¿Qué ocurre?. Ya sabemos quién la tiene. Debemos ir a por él-Bell se sentía fuera de sintonía.
-No lo entiende, Cranel-San. Esa persona y ese casino están...-Hablaba Ryuu hasta que la justiciera la Interrumpió.
-Fuera del territorio y jurisdicción de Orario-Dijo.
-Es increíblemente difícil pasar. Los multimillonarios y el prestigio que proveen a Orario los convierten en peces gordos. Tanto así que contrataron a mi familia como guardias de seguridad y el gremio los apoya-Shakti soltó al rufián y explicó.
-Esto quiere decir que...-Cabizbajo, el muchacho habló.
-Sí... Es Imposible colarse dentro del casino-Confesó Ryuu.
-E incluso si lo lograras. Te atraparían de inmediato. Ni siquiera yo podría evitarlo-Adicionó la pareja del conejo.
-Lo mejor es no involucrarse-Concluyó.
La peliverde apretó el mango de su espada.
-Esperen. No permitiré que esto se quede así-Bell se negaba a que el rescate acabara antes de siquiera dar inicio.
-Cranel-San. Es admirable el valor que tiene al igual que su voluntad de ayudar a los demás. Pero hay cosas que incluso usted no puede realizar-Ryuu quiso hacerle entrar en razón.
-Shakti. Dices que tu familia funge como guardias allá. Por lo que si te ves involucrada tendrías cientos de problemas ¿Verdad?-La oración se dirigió a la antes nombrada.
-Sí. Pagan altas sumas de dinero en protección. El gremio también está envuelto-Contestó.
-Fufufu. Supongo que me cobraré el primer favor...-Dijo Bell al aire, riendo mientras bajaba el sudor de su frente.
-Conozco esa expresión. Estás teniendo una idea muy buena o increíblemente estúpida que acabará con el distrito del entretenimiento-Shakti frotó sus párpados con la yema de los dedos.
-Cranel-San... ¿Qué planea?-La peliverde cuestionó.
-Digamos que existe forma de entrar legalmente. El problema será a la hora de rescatar a Anna. Debemos ser rápidos y cautelosos. Seré sincero, carezco del segundo requisito-Comentó, ligeramente apenado.
-Lion-La peliazul nombró a Ryuu.
-Confía en él. Si hará lo que pienso yo no puedo verme involucrada. Por lo que deberás ir con él-Explicó.
-P-Pero...-La camarera quiso interferir.
-Mira. Él confía en ti, yo confío en ti. No hay forma de que lo malo que hiciste años atrás opaque la percepción que forjé sobre ti. Niña de Astrea, sigue tu propia justicia-Declaró Shakti.
Ella asintió. Parte suya se alegraba de ver que aún existía gente a la que le inspiraba confianza.
Se dirigió a Bell, pidiéndole que comentara lo que formuló.
-¿Cómo conseguirá entrar, Cranel-San?-Lanzó la interrogante.
-Simple. Si los casinos están arriba del gremio. Solo puedo acudir a quien se halla encima de ambos. Y por fortuna él me dijo que si necesitaba ayuda no dudara en pedirla-Contestó, guiñando el ojo.
-Encima de ambos... Hablas de...-Las dos chicas supieron de quién se trataba.
-Si...-
-Urano-Sama-
Orfanato de María.
El interrogatorio acabó. La información sobre el paradero de Anna fue más que suficiente para idear un plan. No obstante, faltaba obtener la entrada a la zona de casinos. Sin ella no llegarían a nada.
Por ese motivo Bell y Ryuu acordaron verse mañana a primera hora en "La señora de la abundancia" y así discutir cómo procederían.
El muchacho se dirigía al Orfanato donde vivía. Requería un pequeño objeto de cristal con forma esférica que le fue entregado el día que conoció al Dios de Orario.
Según se le informó, serviría para estar en contacto cuando fuese necesario.
Oculus era el nombre de dicho medio de comunicación.
-Son casi las 3 de la mañana. No he dormido bien últimamente y no parece que eso vaya a cambiar en los próximos días-Comentó a... a nadie en realidad.
Abrió la puerta del orfanato con sumo cuidado. No deseaba despertar a los infantes a alta hora de la noche.
Se adentró en la edificación pisando las tablas antes de que estas crujieran u originaran ruido alguno.
Avanzó por los pasillos directo a la habitación que compartía junto a Rye hasta que...
-¿Bell?-La voz femenina que casi siempre escuchaba lo llamó.
Frenó en seco y giró hacia el origen del sonido.
-H-Hola, hermana María-Saludó tranquilamente, sonriéndole y agitando varias veces la palma.
-Que bueno verlo de regreso. Aunque es extraño que se aparezca a esta hora-Dijo la religiosa, frotando sus ojos y bostezando.
¿Esperó durante tanto tiempo al arribo del conejo?.
-No debería desvelarse por culpa mía-Reclamó Bell, acercándose a ella.
-En lo absoluto es un problema. Quería comentarle sobre el encargo que recibió hace horas y, como se me comentó la importancia de este debía cumplir mi tarea de comunicárselo prontamente-Explicó María, buscando entre los bolsillos de su pijama el sobre de papel.
-¿Encargo?-El peliblanco ladeó la cabeza, demostrando clara confusión.
No esperaba cartas o algo que se le asemeje.
-Sí. Hermes-Sama vino antes de media noche fungiendo de mensajero para que se entregase esto-La mujer entregó la carta. Este tenía el sello del gremio.
-Hermes-Sama... El dios de Asfi. ¿Qué querrá?-Él tomó el sobre.
-Mi objetivo ha sido cumplido. Linda noche, Bell-Maria le sonrió y se retiró. Se le notaba el cansancio y a pesar de eso esperó al joven.
-Te esfuerzas demasiado, María-Opinó Bell mientras abría la carta.
Dentro de ella había una hoja de papel doblada verticalmente. Al extenderla y girarla en el sentido correcto, la lectura comenzó.
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Bell Cranel.
Se te ha encomendado una misión en conjunto en la ciudad costera de Melen. Esto a raíz de la desaparición continua de aventureros pertenecientes a la familia Njord y aledañas. Queremos que acompañes a la familia Loki para averiguar de qué se trata y, de ser posible, recuperar a los hombres. La información que poseemos es mínima por lo que la misión consistirá en recolectarla y comunicárnosla.
La diligencia partera a primera hora de dentro de dos días.
Atentamente: Urano
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La piel de Bell palideció al terminar.
-Esta coincidencia es tan grande que parece una mala broma-Expresó.
-Si antes tenía el tiempo encima para salvar a Anna, ahora se acortó. Debo llamar a Urano-Sama-Guardó la carta en el bolsillo trasero y entró a la habitación en busca del Oculus.
Efectivamente, si deseaba salvar a la chica de las garras de Cervantes se requería que fuese ese mismo día porque desconocía la duración del viaje al que se embarcaría.
La esfera color esmeralda se encendió repentinamente al tocarla. Emanó brillo verde.
Bell rápidamente salió de la iglesia/orfanato. La llamada sería corta pero saldría nuevamente.
-¿Bell Cranel?. ¿Qué se le ofrece?. ¿Dudas respecto a la misión?-Quien contestó desde el otro lado fue Fels.
-No. no se trata de eso. Sin embargo he de admitir que no me dieron oportunidad de prepararme pero eso no es de lo que quiero hablar con Urano-Sama-Respondió el conejo.
-¿Entonces?-Preguntó el sirviente del dios.
-¿De causalidad sería posible que Urano-Sama me consiga entradas al distrito del entretenimiento?. Digamos qué hay una misión que cumplir allá-Bell reveló el motivo del llamado.
-¿Distrito del entretenimiento?. No cuestionaré la meta que desee cumplir en aquel sitio, no obstante, considere que conseguir entradas a ese sitio es difícil por la exclusividad y el diminuto margen de tiempo. Tal vez le decepcione el resultado-Fels le explicó la probabilidad de que el pedido no fuese realizado.
-Por favor. Es asunto de vida o muerte-Insistió.
-Veré qué podemos hacer. En tres horas, cuando el sol se asome, se le mandara otra carta. Puede que contenga entradas o una disculpa. En caso de ser lo único a discutir, lo abandono. Suerte, Bell Cranel-Se despidió, apagando la comunicación.
Bell guardó el Oculus en el bolsillo.
Dirigió la atención a la luna y exhaló.
-Espero que salga bien. Esa chica merece ser salvada de las garras de esos hombres y regresar sana con su familia-Susurró.
De pronto pasó el recuerdo de su octavo cumpleaños en forma de película dentro de su subconsciente.
-Familia...-Las comisuras de sus labios se estiraron, formando una amarga sonrisa.
-Nadie debe separarte de tus seres queridos...-Dijo, lagrimeando.
-Jamás lo superaré... Quisiera que siguiesen aquí conmigo. Abuelo, tío, tía... Mamá-Decía, limpiando la humedad de sus mejillas con las mangas de su camisa mientras sacaba una vieja hoja amarillenta de su bolsillo. Se trataba del dibujo que años atrás hizo. Su pertenencia más preciada. En él se retrataba a Zald y Alfia sujetándolo de cada mano. Recuerdo feliz.
Bajó la cabeza, dobló el dibujo hasta disminuirlo de tamaño y regresó a la habitación. Mínimo dormiría el amor de horas antes de que amaneciera.
Irse a acostar era el mejor medio para evitar ahogarse en lágrimas como consecuencia de la nostalgia que le provocaba recordar las vivencias que no volverán.
Bell podrá actuar fuerte y seguro de sí mismo la mayoría de los momentos pero debemos recordar algo sumamente importante...
Tiene 14 años y ha perdido absolutamente toda la familia que lo cuidó desde joven. La debilidad, aunque escasa, sigue presente.
-Soy un mentiroso. Me esfuerzo porque se combinaron sentimientos encontrados en esta situación...-Decayó el ánimo.
-No... Aún si no fuese así, la salvaría-Confesó al aire, recuperándose.
No obstante... Él ya no está solo. Dos hermosas mujeres que ama y lo aman verdaderamente comparten sus vidas junto a la suya. Tampoco podemos olvidar a los niños del orfanato y los amigos que ha hecho.
-Orario... Me haz dado otra vez lo que creí perdido... Un sitio al cual pertenecer. Muchas gracias-
Los pensamientos divagaron hasta alcanzar lo siguiente.
"En caso de que Urano-Sama consiga las entradas. Le diré a Airmid. Esta clase de cosas no es bueno guardarlas en pareja" Se dijo, aplastando la cara en la almohada y bajando los pesados párpados.
"No quiero... Perder... De nuevo... A quienes amo..." Concluyó, cayendo dormido.
A la mañana siguiente. 6am.
Los rayos del sol se filtraban en la ventana cubierta por aquella fina cortina color blanco. Estos chocaban en el rostro blanco de Bell, causando que abriera lentamente los ojos y se deslumbrara por ellos.
-Dormir no existe, son los padres...-Dijo, poniéndose de pie y recargando la poca energía que recaudó.
Salió de la habitación, dejando a Rye descansar. Es joven y desvelarse impediría que creciese. O al menos eso le decía mamá Alfia cada noche cuando su abuelo quería contarle más historias de héroes.
La hermana María y el resto de niños también continuaban dentro de sus cuartos. La mujer normalmente está activa a esta hora, preparando desayunos y limpiando los pasillos. No obstante, al esperar la llegada del peliblanco, se le pegaron las sábanas.
Eso provocaba culpa dentro de Bell.
Caminó a la entrada del orfanato, posicionándose debajo del pequeño techo que daba sombra.
Esperó varios minutos, en los que evitaba caer dormido. El cansancio acumulado por las aventuras vividas pasaban factura.
-Te espero, Fels-Habló, manteniendo la esperanza.
Ni corto ni perezoso apareció el susodicho.
-Bell Cranel-La tenebrosa forma en la que pronunciaron el nombre fue reconocida por el destinatario.
-La puntualidad es una cualidad que no poseen ¿Verdad?. Mi agenda está apretada ¿Sabes?-Soltó aquel comentario sarcástico a manera de broma. La intención de ser grosero no yacía presente.
-La paciencia tampoco. El pedido a última hora complicó las cosas. Agradezca mi presencia-Fels respondió visiblemente molesto.
"Jeje... Perdón..." Se disculpó Bell, por lo menos en su cabeza.
-Aquí le entregó lo acordado-Una carta finamente cerrada apuntó hacia él. El listón rojo impedía que el contenido se revelara.
El color rojo de las iris del muchacho resplandecieron. La emoción desbordaba.
-¡Muchísimas gracias, Fels!. También a Urano-Sama. ¡Prometo esforzarme al máximo en el trabajo de Melen!-Tomó la esquelética mano del encapuchado y la agitó en reiteradas ocasiones.
-¡E-Espere, Bell Cranel!-Los huesos del brazo chocaban y tronaban entre sí, desesperando a Fels.
-¡Ahora debo ir a la sede de la familia Dian Cecht!. A explicarle a Airmid que me meteré nuevamente en problemas...-El ánimo decayó repentinamente. Era consciente de la magnitud de regaño que la peliplateada le daría por ello.
-Usted... Vio mi verdadera forma...-El encapuchado se sorprendía por el claro desinterés de Bell respecto a su físico.
-¿Uh?. Sí. Desde el primer día que lo conocí. ¿Es malo?-Bell respondió despreocupadamente.
-Ninguno. Suerte-El asistente de Urano cambió de tema. Aunque la incertidumbre permaneció.
-¡Sí!-Las energías renovadas gracias a la felicidad latente se dejaban ver.
-Ahora, con su permiso, me retiro-Fels se despidió, yéndose y perdiéndose en la oscuridad de algún callejón ubicado dentro de la calle dédalo.
El joven hizo lo propio, dirigiéndose al hogar de su amada. Sobra decir que el tarro inundaba su ser a cada paso.
"Mi bella Airmid... Si mamá Alfia hubiese tenido el gusto de conocerte seguramente le agradarías. Son igual de temperamentales... A pesar de que la culpa es mía" Pensó, sin frenar el avance y guardando la carta dentro del bolsillo. Sin percatarse o leer antes el contenido.
Sede de la familia Dian Cecht.
El ambiente que rodeaba al "Hospital" era tan denso que podría cortarse. Tampoco ayudaba la constante oleada de preguntas que Martha dirigía a Airmid respecto a lo ocurrido días antes en la sala de descanso.
-¡¿QUÉ DEMONIOS HAY EN TU CABEZA COMO PARA ELEGIRLO COMO PAREJA?!. ¡TE ASALTÓ CUANDO ESTABAS VULNERABLE!-Reclamó.
-Martha. Ya hablamos de esto y sinceramente ha dejado de avergonzarme. Ahora simplemente me molestas-Respondió la peliplateada desde la recepción.
-¡P-Pero!-Antes de que la otra sanadora continuara la interrumpió Airmid.
-En todo caso la responsabilidad recae en mi. No en él. Y-Yo fui quien le pidió que continuara y alteró el estado de ánimo. Bell únicamente me dio un masaje de hombros-Explicó la curandera, ruborizándose al rememorarlo.
-¡Lo que sea!. ¡Es el enemigo número uno de las mujeres!-Martha desechó el razonamiento de su amiga.
-No hay remedio-Suspiró la peliplateada, ignorándola.
-¡Airmid!-La llamaron desde la puerta principal.
Saltó desde su lugar. Eso la asustó por lo espontáneo que fue.
-¿Bell?-Volteó hacia el.
-Hola Airmid. Sé que vengo repentinamente y no se supone que te interrumpa en el trabajo pero...-Quiso dar a entender la razón de su presencia, no obstante, no le permitieron seguir.
-¡BELL CRANEL!. ¡¿QUÉ HACES AQUÍ?!. ¡¿INTENTARÁS MANCILLAR A LA SANTA Y ESTE RECINTO?!-Martha caminó hacia él, apretando los puños e irradiando cólera.
*¡PAM!*.
Dea Saint la golpeó en la cabeza empleando su báculo.
*puf*
El cuerpo desmayado de Martha cayó al suelo.
-No se le pasará pronto el enojo ¿Cierto?-Bell preguntó.
-Es demasiado rencorosa. Todavía me agobia por aquel accidente. No mide sus palabras y molesta a los pacientes. Aunado a que la lengua afilada que tiene levanta rumores indeseados y un sin fin de malos entendidos-Contestó Airmid.
-Me imagino-Opinó le peliblanco.
-Volviendo al asunto de interés... ¿Qué te trae por aquí?. Acordamos que nuestra cita sería en dos días-La sanadora interrogó al conejo. Mentiría si dijese que no le alegra verlo, sin embargo, considerando la hora y la agitación en él, intuye que no es únicamente una "Visita".
-E-En parte se relaciona con eso...-Bell se rascó la nuca. Una gota de sudor le bajó de la frente.
-Ven. Hablemos en privado-Airmid lo sujetó del antebrazo y lo arrastró a la sala de descanso.
Una larga explicación más tarde.
-Déjame ver si entiendo. Una visita a ese bar terminó contigo involucrándote en el secuestro de aquella chica llamada Anna Claes y planeas rescatarla de las garras de ese enano llamado Cervantes, dueño del casino "El dorado resort" donde específicamente, en caso de causar escándalos, podrían encarcelarte. De no ser suficiente me dices que Urano-Sama, el dios más importante de Orario, te convocó para ir a Melen e investigar la desaparición de aventureros de la familia Njord junto a la familia Loki y partes mañana a primera hora sin siquiera informarme con tiempo de antelación. ¿Olvido algún detalle?-La recapitulación de Airmid escupía enojo, sarcasmo, ironía y ganas de apalear al conejo quien yacía en posición fetal, enterrando la frente en el suelo, evitando el contacto visual.
-Si lo pones así suena mal...-Comentó Bell.
-¡NO HAY OTRA FORMA DE DECIRLO!-Gritó la sanadora. La vena de su frente se marcó.
-Y déjame adivinar. Quien te acompañará al rescate es una chica ¿Me equivoco?-El cuestionamiento se lanzó.
Bell tragó saliva. Estaba en lo correcto.
-S-Sí pero...-Respondía hasta que lo golpearon en la nuca con un objeto metálico.
*¡PAM!*.
-¡NO TIENES VERGÜENZA!. Irás a salvar a una chica acompañado de otra. ¡MUJERIEGO!-Recriminó, apuntándolo con su báculo.
-¡Eso dolió!-Se quejó el peliblanco.
"Sí, iré con Ryuu a salvar a Anna pero ella no siente nada romántico hacia mi, por lo que no entiendo el enojo. Además, llevarla está fuera de discusión, Airmid no se especializa en pelear y correría peligro en caso de que las cosas se salgan de control" Las dudas se formulaban sin alcanzar respuesta que satisfaga.
-Te juro que solo la salvaré. Al ver la preocupación en sus padres no pude evitar meterme. Que esa chica pierda a su familia por el plan maquiavélico orquestado de ese enano me llena de rabia-Dijo el muchacho, poniéndose de pie.
-No permitiré que esa familia se deshaga y los lazos se rompan-Adicionó.
Airmid exhaló profundamente.
-Odio cuando actúas así... Porque no puedo decirte que no y apoyarte...-Confesó, aproximándose a él.
*puf*.
Lo rodeó, abrazándolo.
La alta frecuencia cardiaca y el temblor en su cuerpo decían mucho.
-Estoy asustada, idiota. Arriesgas tu vida como si no existiese gente que espera tu regreso. Soy tu novia y quiero que lo tengas presente, si resultaras dañado o muerto sufriría-Dijo, apretando el agarre.
Bell permaneció en silencio, correspondiendo al abrazo.
"Ya no lucho por ser un héroe o por mi. Ahora también lo hago por Airmid... Shakti... Rye... Fina... Roux... María... Todo Orario..." La resolución fue alcanzada.
El sueño de ser un héroe dejo de ser solo eso. Actualmente es el responsable de proteger al mundo.
Él posó ambas palmas a los costados del fino, bello y enrojecido rostro de la sanadora, alzándolo y secando las lágrimas que humedecían sus mejillas.
-Si mi muerte te causara dolor, enfrentaré la adversidad con tal de levantarme y volver contigo. Sacaré fuerza de lo más profundo de mi ser y regresaré. Tú y Shakti son lo más importante. Jamás me permitiría morir si sé que están ustedes esperándome-Pronunció aquellas palabras, regalándole una sonrisa repleta de confianza y sinceridad.
Las preocupaciones se desvanecerían tras la oración y el gesto.
-¿E-En serio?-El tierno tono empleado en la pregunta de Airmid causaría sobre dosis de azúcar a quien lo escuchara. Restos de lágrimas permanecían en sus ojos.
-En serio. Te amo, Airmid-Dijo Bell, acercando sus labios a los de ella.
*Mua*.
Y sellándolos en un tierno beso. Ya se había vuelto costumbre besarse al verse.
Pasaron los segundos y se separaron.
-S-Siendo así... No me queda de otra que confiar en ti...-Desvió la mirada y enrolló el dedo en su cabello, jugando con él.
El conejo le dio palmadas en la cabeza.
-Eres realmente adorable. Mis novias son las más lindas y adorables del mundo-La halagó.
-¡A-Así es!. ¡Es por eso que debes cuidarnos!-La actitud de tsundere, la cual había desaparecido, retornó.
Bell la observó burlonamente.
-¡Y-Ya vete!. ¡Hay una chica que debes salvar y prefieres molestarme!-La peliplateada empujó la cara del chico.
-Iré a "La señora de la abundancia". Ahí planearemos el rescate. Prometo que te recompensaré después-Bell se despidió no sin antes decir lo anterior.
-¿Señora de la abundancia?. ¿La aventurera que te acompañará es camarera ahí?-Airmid ladeó la cabeza.
-Sí. ¿Por qué?-El conejo respondió afirmativamente.
-Ah... Me preocupé por nada-Suspiró, aliviada.
-¿Eh?-Él no comprendió.
-Si es camarera de allá dudo que la conquistes. Ellas son demasiado fuertes, al igual que aterradoras, y, si ocurriese ese milagro, Mama Mia te apalearía. No permite que sus niñas se involucren con nadie-Informó la curandera, cruzando la puerta junto a Bell. Nota del autor: Nombre Airmid ¿Ahora cómo te digo que tres de las camareras estarán en el harem y otra de ellas se lo quiere comer?.
-¿De acuerdo?. En fin. Me voy yendo ¡Adiós! ¡Te amo Airmid!-Corrió a máxima velocidad para encontrarse con Ryuu. La hora acordada se aproximaba.
-¡Yo también!-A lo lejos, la peliplateada agitaba la palma, despidiéndolo y sonriendo amorosamente.
-Éxito. Mi amor-Susurró.
-Fufufu. Sí que estás enamorada-Dian apareció, bromeando.
-Dian-Sama-Lo llamó.
-¿Si?-La deidad le dio rienda suelta.
-Quiero vacaciones a partir de mañana. No pregunte cuándo volveré porque ni yo lo sé-Exigió Airmid sin siquiera verlo.
-¿Are?-El Dios se quedó congelado ante el repentina pedido.
"Ni creas que permitiré que vayas solo a Melen, Bell".
En "La señora de la abundancia".
Ryuu se hallaba recolectando algunos víveres y caminaba al bar pronto a abrir. Su mente divagaba desde la noche anterior, tanto que no pudo conciliar el sueño.
El rescate de Anna Claes dependía enormemente de lo que Bell lograra obtener de Urano-Sama. Una presencia misteriosa para ella y cientos de habitantes de Orario que a saber cómo labora o siquiera le llama la atención ayudar en la recuperación de la joven don nadie.
-Suponiendo que Cranel-San falle en conseguir entradas... ¿Podremos infiltrarnos?-Se cuestionó, asentando las bolsas de papel en la barra.
"¿Colarnos desde el distrito del placer?. No, eso no funcionará. Escuché que una familia intentó colarse por ahí y falló. A raíz de ello aumentó la seguridad. La otra contra que considero es que Cranel-San no debe pisar ese lugar de perdición, es demasiado puro y si lo arrastro allá su alma se verá manchada. No me perdonaría de ser así" El dialogo interno proseguía. Mantenerse centrada tal vez la guíe a la respuesta.
-Ryuu-Nya está en modo automático-Nya. Le hablo pero no recibo palabra alguna-Nya-Se quejó Anya, inflando las mejillas.
-De seguro descubrió el paradero de la chica. Sin embargo... ¿Es difícil de acceder?-Lunoire sujetó su barbilla, pensativa.
Syr no articuló oración ni opinión. Agudizaba la vista, buscando la verdad, no obstante... Esa elfo es increíblemente serena y difícil de descifrar.
-Oye, Ryuu...-Habló.
*¡PAAAAAM!*.
La puerta de madera se azotó, estrellándose con una de las mesas aledañas.
Las camareras voltearon hacia el responsable.
-¿Cranel-San?-La peliverde rompió el hielo.
-¡Ryuu!. ¡La conseguí!-Avisó el peliblanco, tomando aire y enseñando la carta.
La elfo se aproximó a ella, arrebatándola.
-¿Nya?-Chloe y Anya, curioseando, se asomaron desde atrás.
Lunoire se posó al costado derecho y Syr al contrario.
-Es una invitación del distrito del entrenamiento-La peliplateada reconoció el sello.
-¿Distrito del entretenimiento-Nya?-Las chicas gato seguían confundidas.
-¿De dónde la sacó, Cranel-San?. Es exclusiva de "El dorado resort"-Preguntó Ryuu, absorta.
-Digamos que he recibido el pago de una misión por adelantado-La incertidumbre quedó al aire. La peliverde sabía de quién provino el "Pago" más no de qué misión hablaba el peliblanco.
"Los contactos de Bell no se pueden subestimar" Pensó ella.
-Anna Claes cayó en garras de Terry Cervantes... Ese enano es conocido por el uso de artimañas y ladrones. Secuestra a jóvenes y las vende al mejor postor-Lunoire informó. No por nada, antes de recalar en el bar, trabajó de asesina.
-¿Cuándo partimos?. ¿Esta noche?-Ryuu continuó interrogando.
-Se supone. Abre la carta y los detalles estarán allá-Bell, quien desconocía el contenido, le dio permiso de romper el sello y leerla.
Ella hizo exactamente eso.
Los segundos pasaron mientras Bell se sentaba, esperando.
Mia le ofreció maníes.
-Cuídense las espaldas. Si mi camarera acaba encarcelaba te asesinaré-Dijo naturalmente la enana, infundiendo miedo en el corazón del conejo, quien se detuvo antes de aceptar las legumbres.
-¿Qué?. ¿No comerás?-Preguntó la jefa de "La señora de la abundancia".
-P-Perdí el apetito. No se preocupe, protegeré a Ryuu-Respondió.
-¡C-Cranel-San!-Gritó la susodicha.
Él dirigió la atención a donde se ubicaba.
Ryuu estaba completamente enrojecida hasta las orejas. El color escarlata abundaba en la antes blanca piel.
Syr, Chloe y Anya perdieron el brillo en sus ojos. Emanaban un aura negra que gritaba "muerte".
-¿Q-Qué pasa?. ¿Por qué me ven así?-La atmósfera causó duda en el conejo.
-¡Aquí dice que la invitación es para usted y su esposa!-Reveló la peliverde, aplastándole la hoja en la cara al peliblanco.
-¿E-Esposa?-Leyéndola detenidamente, se dio cuenta de la realidad.
Efectivamente. La última línea decía "Se le proporciona esta invitación al invitado de honor Bell Cranel "El héroe de Babel" y a su bella esposa".
"¡Juro que cuando vuelva a ver a Urano-Sama, lo mato!" El culpable era el dios de Orario. A saber qué le dijo a Terry Cervantes para obtener la invitación.
-¡N-No es lo que piensan!. ¡Yo no sabía nada!-Dijo Bell, razonando con los celos y furia de esas mujeres. A excepción de Lunoire, claro está. Ella se divertía al presenciar la cómica escena.
-Con que esposa ¿Eh?-Syr le susurró aquello a Ryuu al oído.
-Ugh...-Ella soltó ese quejido en contestación.
-Deben jugar con las cartas que les tocó. ¿Qué más da el asunto de esposa?-Mia frenó la discusión.
-¡Claro que importa!/¡Claro que importa-Nya!-Syr, Anya y Chloe le alzaron la voz.
-Si siguen dándole vueltas a esto esa joven se quedará atrapada. Ryuu, Bell. Hagan lo suyo y regrésenla a su hogar-La enana les palmeo la espalda, empujándolos varios pasos adelante.
Avergonzados, evitaron contacto visual.
-¿P-Paso por ti al anochecer?-Preguntó Bell.
Ryuu asintió, soltando humo de la cabeza y tapando el rostro con ambas manos.
-D-De acuerdo-Concluyó el conejo, dándose la vuelta y saliendo del bar.
La actitud de adolescentes enamorados no pasó desapercibida.
-Okey. Lunoire. Tú y Ryuu salgan. Anya, Chloe y Syr se quedarán a trabajar-Ordenó Mama Mia.
-¿Qué?-La humana cuestionó, desorientada.
-Esta niña y ese chico irán al distrito del entretenimiento. Obviamente necesita ir vestida para la ocasión. Ve a comprarle ropa fina. Un vestido o algo por el estilo-Explicó.
-¡¿FUEH?!. M-Mama Mia, n-no es n-necesario-La elfo sacudió manos y cabeza, negando.
-No fue pregunta. Largo-La jefa no aceptaría la negativa.
-Más vale aquí huyó que aquí murió. Vámonos Ryuu-Lunoire la empujó, sacándola del bar.
-¡P-Pero...!-La voz de la peliverde se apagó tras el cierre de la puerta.
Chloe y Anya querían reclamar aunque no eran lo suficientemente idiotas.
Syr, en cambio se fue a la puerta trasera sin mediar palabra. El cabello le cubría el ceño, imposibilitado reconocerlo. No obstante, no se requería demasiado IQ si se buscaba saberlo. Estaba celosa de la gigantesca oportunidad que se le presentó a su amiga y compañera.
Prácticamente sería esposa de Bell por una noche. Actuado, por supuesto, pero esposa al fin y al cabo.
-Allen... Dos entradas a ese casino. Ahora-Exigió, apretando los puños.
Nadie contestó. En realidad ni un alma se hallaba cercano ahí.
-Me encargaré, Syr-Sama-La respuesta llegó y el viento se cortó. Pisadas encima de los techos se escuchaban, alejándose y perdiéndose en el ruido de la ciudad.
-Fufufu... No perderé. Ni siendo tú mi rival, Ryuu-.
Varias horas después. En "La señora de la abundancia".
-Si Airmid se enterara del roll que desempeñaré en el rescate me asesinaría sin antes explicarle-Bell, quien yacía de pie vestido de traje en la entrada del bar que momentos atrás abandonó, apoyó la espalda en la pared y a su espalda le recorría un escalofrío.
Fingiría ser esposo de Ryuu. Exacto, fingir, no obstante, ser consciente de ello, por más raro que parezca, no facilitaba las cosas.
-Gasté casi cien mil valis en este smoking. Presiento que no lo usaré nuevamente. Dinero mal invertido-Comentó. A pesar de que el fondo monetario era alto, desperdiciarlo en una vestimenta era ridículo.
Se hallaba esperando la salida de la elfo. Cuando quiso entrar a avisar de su llegada lo echaron a patadas. Lunoire advirtió que si interfería por segunda ocasión le rompería el brazo. Bien intensa esa mujer.
-"Espera a tu esposa". Lo toman demasiado en serio-Suspiró, repitiendo las palabras de Mama Mia.
El carruaje esperaba la señal y así partir al distrito del entretenimiento. Hermes-Sama se ofreció a llevarlos hasta allá al enterarse del plan. Ese dios labora de maneras misteriosas.
-Luces inquieto. Ya eres novio de dos mujeres ¿Qué importa otra?. ¿Cuál es la diferencia?-El dios viajero lo molestó al decir aquello sarcásticamente.
-Que Ryuu no está enamorada de mi. Ha de ser difícil "Esposarte" a un hombre que no amas. A pesar de ser actuado. Mi abuelo decía que, en el amor, las elfo eran las más fieles. Cuando encuentran a su media naranja lo amarán por toda la eternidad. Todavía después de muerto. Es... Admirable...-Respondió, dibujando una pequeña sonrisa.
-Pues vuélvete su media naranja y ya-Despreocupado, Hermes dio la sugerencia.
-¡N-No creo que sea tan fácil...!-Bell tartamudeó al contestar.
-¡Hey!. Preparen el carruaje. La dama saldrá a escena-Avisó Lunoire, la humana camarera del bar.
El peliblanco se preparó. El corazón le latía como si fuese lo que parece, un conejo.
La puerta se abrió lentamente, el alumbrado público y las lámparas de piedras mágicas permitían vislumbrar el color celeste y azul rey del vestido.
Poco a poco salía la hermosa dama que lo vestía.
Ryuu apareció a la vista de los presentes, quienes quedaron boquiabiertos.
Las mejillas sonrojadas, los labios color cereza, el cabello recogido y siendo adornado con un moño de los mismos colores del vestido.
Sin embargo, lo que resaltaba sobre lo demás eran los hermosos ojos azules que combinaban perfectamente con la ropa y los adornos.
-¡¿Qué tal?!. Está hermosa ¿Verdad?-Mama Mía se asomó desde atrás.
-P-Por favor, no me humille ni avergüence. Ya es suficiente con verme así-La elfo quería huir.
-Y-Yo... No soy muy femenina. Es obvio que ropa de este estilo desentone conmigo...-Cabizbaja, expresó.
-Es lo contrario, de hecho-Bell estuvo en desacuerdo.
-¿Eh?-Ella volteó a él.
-Ryuu es... Increíble, fuerte, muy linda se ponga lo que se ponga. Eres una bella mujer... Al menos eso es lo que pienso...-La temperatura corporal del muchacho aumentaba al transcurrir de la oración.
La elfo se limitó a oírlo atentamente. Sin perderse ningún minúsculo detalle. Eso alegraba el dulce corazón dentro de su pecho.
La enana observaba. Que esa niña tonta experimentara los halagos de un hombre y adoptara el comportamiento de "Doncella enamorada" entraba en la lista de sucesos que jamás creyó presenciar.
La titubeante voz dentro de la peliverde decidió tomar la delantera.
*plaf*.
Sujetó suavemente la palma del conejo.
"Perdóname Syr. Quiero disfrutar este fugaz instante" Se disculpó simbólicamente.
-Vayamos al casino "Q-Querido"-Dijo.
-¿Q-Qué...?-Bell se inquietó por el cambio repentino.
-¡Cállate y acompáñala al carruaje!. Estos niños de ahora dan demasiadas vueltas a asuntos sencillos-Antes de que Bell arruinara el acto valeroso de la camarera, lo regañó.
Él respiró, llenando los pulmones al máximo.
Hermes se divertía. Sin dudas la vida del "Héroe de Orario" entretenía mejor que cualquier novela, libro u obra de teatro.
-Es hora de partir, "E-Esposa mía"-Le siguió el juego.
Abrió la puerta del carruaje y, estando de espaldas, Lunoire levantó ambos pulgares hacia la elfo.
Ella sonrió.
Tal vez el motivo de esta unión sea el rescate de Anna. Sin embargo. ¿Está mal que disfrutara la compañía?. Posiblemente no.
La pareja subió y el vehículo partió.
Chloe y Anya vigilaban desde el segundo piso.
-¡QUE SUERTE TIENE RYUU-NYA!-Gritaron a los cuatro vientos, no les cabía el enojo.
Distrito del entretenimiento. Ante sala de "El dorado resort".
-Hasta aquí llego. Ni siendo un dios se me permite pasar sin invitación. Éxito-Hermes avisó sobre fin del viaje, deteniendo a los caballos que tiraban al carruaje.
-Le agradezco enormemente, Hermes-Sama-Contestó Bell, empujando la puerta de madera.
-No lo menciones. Solo ayudo a un amigo-Comentó el dios.
El peliblanco bajó de primero, le seguía Ryuu, a quien ayudó a pisar los escalones. El largo del vestido impedía la movilidad.
-Ojalá la saquemos sin luchar. Pierdo destreza vistiendo esto-Opinó la elfo.
Caminaron por la alfombra roja, tomados de la mano e ignorando las miradas que los rodeaban. Los murmullos halagaban a la pareja que acompañaba al conejo. Y con justa razón, resaltaba sobre cualquier mujer.
La presencia de cierta peliazul despertó la atención del par.
Se trataba de Shakti, quien charlaba junto a compañeros de familia.
Ella los vio y asintió. Su papel se centraba en alejar la mayor cantidad de miembros del casino.
Claro, se le informó de antemano sobre la actuación. De no ser así, habría conejo asado en el menú.
Las novias del peliblanco son de temer.
Se adentraron a la enorme sala de juegos. Los cientos de mesas rebosaban de gente.
Blackjack, póker, dados, ruleta, entre otros. Los vicios de apostadores compulsivos.
-La sala VIP debe estar cerca de donde el dinero se canjea por fichas. El problema recae en cómo entraremos allá. Hay guardias de la familia Ganesha custodiando la puerta-Informó Ryuu, percatándose de ese detalle.
Avanzaron y transformaron mil valis en diez fichas de cien.
-¿Será suficiente?. Traje dinero pero yo nunca he jugado juegos de azar-Preguntó el conejo.
-Debe serlo. No se preocupe, Cranel-San. Tal vez mi fuerte es la lucha pero puedo sacar a flote el juego-Contestó ella.
Obviamente debían jugar, si no, levantarían sospechas. Mezclarse entre la gente era el primer paso del plan.
Si se enrrachan cabía la posibilidad de ser invitados a la zona VIP según los rumores.
-Ryuu. Sé que no venimos a jugar... Aunque... ¿Podría probar la ruleta?-Como un niño curioso, apuntó a donde se desenvolvía dicho juego.
La emoción en los ojos del conejo no pasaba desapercibida.
-Está bien. Es su dinero al fin y al cabo. Solo recuerde guardar lo suficiente y no gastar en exceso. Estos sitios están hechos exclusivamente para perder, no ganar. Téngalo en cuenta-Explicó la elfo, guiándolo hasta ahí.
-Bienvenido joven. ¿Primera vez aquí?-El jefe de mesa preguntó mientras se aseguraba del correcto funcionamiento de la ruleta.
-Podría decirse que sí ¡Auch!-Respondió el muchacho, quejándose de dolor.
La peliverde le pellizcó el costado. Revelar inexperiencia lo hace susceptible a engaños. En verdad es inocente.
-Es bueno conocer a un próximo amante de los juegos de azar. Siéntase libre de jugar-El encargado, carismáticamente le dio entrada libre.
-Y bien ¿Cómo se juega esto?-Cuestionó el chico.
-Simple. En cada partida lanzaré una bola sobre la ruleta en movimiento, después de que la bola gire varias vueltas caerá sobre una de las casillas de la ruleta. El objetivo del juego es predecir en que casilla caerá la bola. Anunciaré el inicio de una nueva partida diciendo "hagan juego", en ese momento las apuestas para la siguiente partida quedan abiertas, los jugadores podrán realizar sus apuestas sobre el tapete hasta que las cierre diciendo "no va más". Después de cerrar las apuestas, lanzaré la bola, cuando la bola se detenga en alguna de las casillas, anunciaré el numero ganador y las apuestas ganadoras, seguidamente procederé a retirar las apuestas perdedoras y a pagar las apuestas ganadoras-Habló rápidamente con dicción y soltura. Está acostumbrado a relatar el funcionamiento del juego.
-Y-Ya veo...-Bell no entendió nada.
-Bien... ¡Hagan juego!-Gritó.
Las apuestas dieron inicio.
-¡500 a rojo!-
-¡700 a negro!-
-¡1,200 a par!-
Las voces resonaron y pusieron sus fichas en la mesa.
Bell se apresuró a decir a lo que le apostaba.
-¡1,000 al diez color negro!-Alzó la voz, causando el silencio de la mesa.
Los jugadores lo observaron extrañamente.
-¡JAJAJAJAJAJAJAJA!-Se burlaron.
Apostar en tu primer juego por un número y color específico representa clara inexperiencia. Lo común es apostar a un color o si el número será par o impar.
-¡No va más!-Aviso el jefe de mesa.
Lanzó la bola a la ruleta y esta giró a gran velocidad, chocando y rebotando sin cesar hasta que el ritmo de la misma disminuyó y...
-¡Diez color negro!. ¡El joven gana!-Se reveló el resultado.
Los que antes se rieron enmudecieron.
-¡E-Esposo!. ¡Ganaste!-La elfo lo sacudió actuando en su papel de esposa, emocionada. No se ve a diario que se gane en primera ronda.
-¡El monto es de 2400 valis en fichas más su apuesta inicial!-El dinero se le entregó a Bell.
-¿Apostará?-Preguntó.
-¡S-Si!-Asintió.
-Tch. Suerte de principiante-Dijeron a los alrededores. La envidia abunda en los casinos.
-¡Hagan juego!-La segunda ronda iniciaba.
Las personas apostaban. El monto se acrecentó. Lo mínimo fue de 2500 valis.
Las voces y fichas posándose encima de la mesa alimentaba al bullicio.
-¡3000 valis al siete rojo!-Otra jugada arriesgada.
La bola giró tras el cierre de apuestas y...
-¡SIETE ROJO!-Reveló el jefe de mesa.
-¡GANÉ!-Celebró Bell, alzando ambos brazos.
Ryuu no entendía la suerte que su "Pareja" poseía.
Ganar una ronda es posible. Dos seguidas extremadamente complicado.
Las apuestas continuaron.
Si él se enrrachaba se les invitaría a la sala VIP. No como se planeó, sin embargo, se obtendría el resultado deseado.
Los minutos transcurrían y las victorias se acumulaban.
-¡5,000 valis al 18 negro!-
-¡7,000 valis al 13 rojo!-
-¡10,000 valis al 15 negro!-
Cada apuesta que salía de boca del peliblanco resultaba ganadora.
-¡VICTORIA PARA EL JOVEN!-
-¡VICTORIA PARA EL JOVEN!-
-¡VICTORIA PARA EL JOVEN!-
Miembros de seguridad se secreteaban. Uno entró a la sala a llamado de cierto enano.
-Terry Cervantes...-Ryuu lo reconoció.
-¡Amada!. ¡Ganamos 100,000 valis!. En total son medio millón de valis en tres ronda-Avisó Bell, exaltado.
Si nadie los detenía, conseguirían la entrada en minutos.
No obstante... Las cosas no pueden facilitarse tanto ¿Cierto?.
-¿Se puede?-Una mujer se acercó. Esta venia acompañada de un hombre grande e intimidante.
El ruido del casino se desvaneció.
-¿F-Freya-Sama...?-La peliverde se asustó al ver a esa diosa.
-¿Freya-Sama?-Bell ladeó la cabeza. Ha oído de ella pero jamás se ma ha topado en persona.
La diosa con la familia mas poderosa de Orario apareció de la nada. Asustando a propios y extraños. La acompañaba "El rey" Ottar.
Ella se fijó en el peliblanco, soltando al boaz y caminando hacia él.
Ryuu no lo soltó, abrazándole el brazo.
-¿Me darás dulces sueños esta noche?-Preguntó, acariciándole la mejilla.
-¿Eh?. Perdón, no entiendo. Soy casado-La rechazó naturalmente. Sin pizca de miedo.
Los presentes quedaron boquiabiertos.
-Fufufu. Hombre fiel. Que buen esposo se consiguió. Aunque... Ver que caigan en tentación me encanta-Dijo Freya a la peliverde.
Ella arrugó frente y cejas.
-É-Él no haría eso...-Respondió la intimidada mujer.
-Ya veremos...-Respondió la diosa, sentándose.
Quienes se hallaban jugando se largaron y dispersaron, quedando Ryuu, Bell, Freya y Ottar en solitario.
-Te propongo un trato. Juguemos 3 rondas, si ganas al menos una te cumpliré el favor que desees. Si no... Harás realidad mi capricho-Dijo la peliplateada.
-¿Por qué debería aceptar?-Cuestionó Ryuu.
-Poseo algo que quieres y tú a alguien que me interesa. Es un trato justo ¿No?-Comentó Freya, confiada.
"Ella, siendo quien es, podría asegurar nuestra entrada a la sala VIP. No obstante... ¿Apostar a Cranel-San?" Diálogo internamente.
-Disculpe. Si a quien desea es a mi. El que debe jugar soy yo-Bell frenó en seco la tensión.
-Ara~ Ara~. Valor. Me gusta-Declaró la deidad.
-Sí. No es agradable que intimide a mi esposa-Le contestó el peliblanco.
"Fufufu. Gana varias veces seguidas y se cree invencible. Amo la inocencia que desprendes. Da igual, serás mío y no podrás negarte. Cuando se trata de juegos de azar no existe ni existirá nadie que me derrote" Pensó Freya.
El jefe de mesa sacó la bola y habló.
-H-Hagan j-juego...-El ánimo desapareció.
Freya posó 500,000 valis en la casilla 11 de color negro sin siquiera voltear a verla.
-Ryuu-Bell la nombró.
-¿Si?-Ella hizo caso al llamado.
-¿Cuál es tu número favorito?-Lanzó la interrogante.
-¿Disculpa?-La elfo lo miró, dudosa.
-Tu número favorito-Repitió.
-E-Es el tres-Confesó.
-Gracias-Concluyó el conejo.
-Medio millón de valis al tres rojo-Asentó las fichas obtenidas en la noche a ese número.
-¡Ah~!. ¡Qué romántico!. En serio eres el hombre perfecto-La diosa se retorcía debido al placer que le causaba los minúsculos actos de Bell.
El crupier cerró las apuestas.
El tembloroso agarre soltó la canica estando la ruleta moviéndose.
*¡Clack!*.
Chocó y rebotó.
"¿Qué será lo primero que pediré cuando gane?. Fufufu. Las posibilidades son infinitas" La falta de consideración por el resultado reflejaba la confianza de la diosa.
*¡Clack!*.
Volvió a golpear la ruleta.
"Por favor gana, Cranel-San..." Rogaba la elfo.
*¡Clack!*.
"¿Dejé la estufa encendida?" Los pensamientos de Bell contrariaban con el del resto. Es un enigma la forma en la que carbura ese cerebro.
*¡Clack!*.
*¡Clack!*.
*¡Clack!*.
La canica rebotaba lentamente, como si buscara en cuál casilla caer.
*¡Clack!*.
*¡Clack!*.
*¡Clack!*.
Pasó por el cinco rojo.
*¡Clack!*.
Uno negro.
*¡Clack!*.
Siete rojo.
*¡Clack!*.
Diez negro.
*¡Clack!*.
Once negro...
-La victoria es mía...-Freya se puso de pie, no obstante...
*¡Clack!*.
-T-Tres rojo... El joven gana-El jefe de mesa dictó el desenlace.
-¡GANÉ!-Grito con júbilo el conejo, saltando de su asiento.
-¡Ganaste!-Festejó la peliverde.
De pronto sintió que la tomaban de la cintura y sus pies se alzaban del suelo.
-¡¿WAAA?!. ¡B-Bájeme Cranel-San!-Pedía, completamente apenada.
Exacto, Bell la levantó.
-¡Ganamos Ryuu!. ¡Ganamos!-Él no oyó la demanda de la elfo.
-Perdí...-Freya apretó el puño y los dientes.
-¿Cómo lo hiciste...?. Jamás en mi vida había perdido...-Interrogó, en estado de cólera.
Bell bajó a Ryuu, quien continuaba ruborizada.
-A veces se debe apostar a la suerte. Y funcionó-Contestó Bell. No existía trampa o artimaña. Solo aquella asquerosa suerte de protagonista.
Los ojos de la diosa brillaron.
"No... Tranquilízate. Su victoria fue limpia" Iba cometer una estupidez aunque se arrepintió.
"Y Ryuu está con él..." Adicionó al hilo de pensamiento.
-Cumpliré lo acordado. ¿Qué me pedirás?-Habló.
Bell miró a la peliverde y asintieron.
-Entrar al salón VIP-Dijeron al unísono.
-Sencillo. Ottar. Escóltalos-Ordenó la peliplateada, chasqueando los dedos.
El boaz, sin mediar palabra, los guió.
La pareja iba atrás de él.
Los guardias de la familia Ganesha no se dignaron a negarle el paso. No son idiotas.
Las puertas se abrieron en su totalidad y parado enfrente hizo acto de presencia el secuestrador de Anna.
-Bienvenidos. Soy Terry Cervantes, el propietario de este casino. Les agradezco por venir esta noche-Les dio una calurosa bienvenida.
Al percatarse de la tercera persona perdió el color de piel.
-¡E-Eres...!-Apuntó a Ottar, sacudiendo la mano debido al miedo.
-Permite que entren. Si no quieres que deje en ruinas el casino-Freya amenazó, tomando una copa de vino.
Él tragó saliva, apartándose de en medio y cediendo el paso a Bell y Ryuu.
-Gracias por la amabilidad. Mi nombre es Bell Cranel y ella es mi esposa-El peliblanco los presentó.
El enano, observando el suelo, ni siquiera tuvo la chance de lanzar su mirada lujuriosa a la hermosa hada.
Los portones se cerraron.
-Pues... Éxito en la misión-Freya agitó la bebida.
"Escapaste hoy... No será igual la próxima vez, conejito. Tarde o temprano me pertenecerás" La promesa quedó sellada, bebiendo el contenido de la copa.
Dentro del salón VIP.
-Escuché que le ganó a Freya-Sama y se enrrachó en la ruleta, señor Cranel-Cervantes rompió el hielo. Sin la presión asfixiante que creaba Ottar con su presencia podía desenvolverse.
-Sí. Para un principiante es grato arrancar con el pie derecho en el mundo de las apuestas-Contestó Bell, analizando el entorno. Ryuu también hacía lo propio.
La descripción dada por los padres de Anna apuntaba a una chica de menos de 20 años, cabello castaño y aproximadamente de la estatura de Ryuu. En ese sitio habían docenas de mujeres. En su mayoría beastman.
Sin embargo, compartían el mismo rasgo... Sonrisas forzadas.
"Esto me enferma..." Fruncieron el ceño.
-Los collares... Son idénticos... Como si...-Bell identificó otro detalle.
-Propiedad suya...-Completó al elfo.
Se sentaron en la mesa de juego. Menos de 8 personas estaban ahí.
-Ahora que recuerdo. Escuché recientemente que obtuvo una hermosa mujer. De un país lejano si no mal recuerdo. Por favor preséntela-Uno de los ancianos sacó el tema a flote.
-¡JAJAJAJA!. ¡Tienen buenos oídos!. Sí, conseguí una nueva amante. ¡Anna!-Pronunció el nombre.
Bell y Ryuu voltearon a donde el golpeteo de tacones se acercaba.
-Es un placer conocerlos. Soy Anna-Dijo.
"Está aquí... Ahora el problema es... ¿Cómo la sacamos?" Bell tomó su barbilla.
-¡Hiciste bien en encontrarla dueño!. ¡Es una belleza fuera de este mundo!-Le celebraron los asquerosos ancianos.
Bell quería golpearlos. Pero si lo hacía el plan se iría al caño.
La plática transcurrió. Ryuu la veía de vez en cuando.
-Señorita ¿Sucede algo?. No ha dejado de mirar a mi amante-Preguntó Cervantes.
-Solo sucede que conozco a una chica parecida a ella-Contestó Ryuu.
-¿En serio?. ¿Qué hay de ella?-La curiosidad del enano fue picada.
-No mucho. Mi esposo salvó en una ocasión a un hombre que se metió al calabozo a conseguir dinero. Debía una alta suma a consecuencia de apostar sin medirse y perdió lo que le quedaba... Su hija-Sin darle vueltas, la peliverde reveló parte de la verdad.
Anna lo supo. Hablaban de ella.
-Por supuesto que el padre fue un tonto por apostarla aunque los constantes asedios de los bandidos y el acorralarlo hasta ese punto me hacen creer que lo planearon-Bell también agregó su granito de arena.
-Sigo preocupada. Son gente amable y trabajadora. La hija estando en la flor de su juventud y la tratan como premio-La peliverde sembraba la discordia.
-Buscaremos el paradero de la chica. Si me arrebataran a mi amada movería cielo, mar, tierra, encontrándola y recuperándola-El conejo entrelazó los dedos con los de Ryuu. Esta pegó un diminuto salto.
Cervantes cerró el puño.
"Lo saben todo... No solo lo dijo de advertencia... Declaraste la guerra" Dijo para sí mismo.
-Intrigante. Bell Cranel, escuché que ha sido codiciado por las familias más poderosas de Orario y, sin tener falna, derrotó al minotauro que atacó Babel, dándole el apodo que ostenta. También oí rumores de que derrotó a remanentes de Evilus. Fantástica historia, dudo de la veracidad, no obstante, eso dice el gremio. El punto es... ¿Por qué pone la vida en juego a tales extremos?-Cambió el tema.
-Porque quiero ser el héroe de quienes no puedan defenderse a sí mismos. No permitir que niños derramen lágrimas, mujeres y hombres pierdan a quienes aman. Y sobre todo, mantenerme fiel a mis ideales. Me lo inculcó mi abuelo, tío, madrastra y madre-Respondió, rebosante de confianza, retándolo.
-Entiendo... ¿Qué te parece jugar?. El mismo trato que con Freya. El ganador puede pedirle lo que sea al perdedor-La trampa cayó.
Las fichas se acercaron.
El millón de valis que Bell ganó se apostó. Cervantes puso el doble.
-Bien. Acepto el juego-Imperturbable definiría perfectamente al conejo.
-Demasiado valor. Te harás famoso si mantienes ese espíritu en la vida... O morirás-Comentó el enano.
-Morir es la opción más viable. Pero quedará mi voluntad y esa jamás perecerá-El diálogo y ataques verbales no cesaba.
-Jugaremos póker. La mano que te toque usarán. Nada de cambios. Veamos a quién le sonríe la suerte-Reveló.
-Claro-Contestó.
-Oye Ryuu... ¿Qué es el póker?-Le susurró la duda a la acompañante.
Ella se preocupó.
-M-Mejor yo juego, Cranel-San-Quiso apartarlo sin éxito.
-Mi apuesta, mi juego. Veamos qué tal sale-Dijo el peliblanco.
-¡No es momento para improvisar, Cranel-San!-Levantó la voz entre dientes.
-Fufufu. ¿Damos inicio?-Terry barajeó las cartas.
*¡PAM!*.
Asentó el mazo.
-¡Que genial!. ¡Déjeme intentarlo!-Bell arrebató las cartas recién revueltas.
-¡E-Espera!-El enano quiso frenarlo. Tarde
Las movió como si fuese un experto. Le bastó verlo una vez para memorizarlo.
*¡PAM!*.
-Desestresa. Comprare unas-Expresó el conejo.
Cervantes se veía confundido.
"¿Q-Qué hizo?. Ahora no sé el orden de las cartas..." Sintió vaciado el estómago.
"A este punto no sé si lo hizo adrede o por simple curiosidad" Ryuu no descifraba el funcionar de su esposo.
Repartieron cinco naipes a los jugadores.
Cervantes sudaba frío. Siete contra uno. La estadística dictaminaba que con ganar él o su séquito, el juego acababa.
"Robaré a tu esposa. Mocoso imbécil" Rió, viendo las cartas que le tocaron. Nada le ganaría a eso.
-¡JA!. ¡ESCALERA REAL!-Celebró, asentando la mano.
Cuatro cartas de tréboles que iban de 10, J, Q y K se revelaron.
-¡Demonios!. Tercia de tres-
-No tengo nada-
-Par de Q y K-
-Nada-
-Par de cinco y tercia de dos-
Seis de los ochos participantes revelaron lo que tenían.
-Póker de nueves y un As-
La atención se centró en Bell, quien rascaba la nuca sin saber qué carajo hacer.
"¡JAJAJAJAJA!. ¡ESTÁS ACABADO!" Cervantes se mofaba.
-Amor mío. ¿Por qué está carta dice "Comodín"?-Preguntó, enseñándosela a la elfo.
-Puedes usarla y elegir la carta que quieres que sea-
-Oh. Entonces no ganaré. Tengo dos de ellas y tercia de Ases-Reveló.
La temperatura de Terry decayó a extremos inhumanos.
-¿C-Cómo dices...?-Articuló.
-Sí. Miren-Efectivamente. As de diamantes, espadas y tréboles aparecieron. No solo eso, también dos comodines.
-¡Es repóker!. ¡El repóker le gana a la escápela real!. ¡Ganaste!-La elfo saltó de su asiento.
Boquiabiertos queda corto al describir las expresiones faciales de jugadores, jefe de mesa y amantes del enano.
-¡TRAMPA!. ¡NADIE SACA REPÓKER Y MUCHO MENOS DOS COMODINES!-Cervantes aporreó la mesa.
-Sin pruebas no hay delito. Confío en la presunción de inocencia-La descarada respuesta del conejo hirvió la sangre de Terry.
-¡FAUST!. ¡ROLLO!. ¡MÁTENLOS!-Los guardas del dueño se aventaron al ataque.
-¿Are?. ¿Y mi premio?-Bell ladeó la cabeza.
El Catman lo atacó pero lo esquivaron fácilmente.
*¡PLAF!*.
-Amigo. Estoy en medio de algo. Si quieres que te apalee espera-Comentó el muchacho, frenando el puñetazo del hombre gato.
-¿Rollo?. ¿Cómo "Gato negro"?. Culpable de asesinatos-Ryuu reveló la identidad.
-¡SÍ!. ¡DOS NIVELES 4 ESTÁN A MI MANDO!. ¡ATACA "PUÑO NEGRO"!-El humano pateó la silla de Bell. Este se elevó por los cielos y cayó con gracia encima de la mesa.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
Golpeó las caras de ambos, estrellándolos en la pared cercana.
-Ellos no son nivel 4-Expresó.
-¿C-Cómo...?-Pasmado, Cervantes no daba crédito a lo que presenciaba. Sus mejores hombres derrotados de un golpe.
-Tampoco son "Gato negro" ni "Puño negro". ¿Verdad, Ted?-Ryuu confirmó las sospechas.
Ella lo conocía desde tiempo atrás.
-¡S-Sabía que te había visto antes!. ¡E-Eres Lion!-Retrocedió pasos atrás.
-"Vendaval"-El apodo de aventurera también se pronunció.
-A pesar de que Astrea-Sama te dio la oportunidad de rehacer tu vida después de los pecados que cometiste... No sufriste un escarmiento-La elfo recordaba su diosa, ardiendo en rabia.
-Ryuu...-Bell la nombró al verla en ese estado.
-¡Ya no podrás esconderte detrás de estas mujeres!-Gritó.
-¡Deténganlos!-Ordenó a los guardias restantes.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡Plaf!*.
-¡Limpio!-Seis de los hombres cayeron como muñecos de trapo en un segundo. Bell se sacudió las palmas.
-¿Q-Qué...?-Dijo Cervantes.
-En nombre de Astrea-Sama. Te castigaré-La peliverde rasgó el vestido, preparada para luchar.
-¡Maten a esa zorra!-Terry la apuntó y docenas de aventureros la atacaron.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
No duraron nada.
-¡Tú vienes conmigo!-El enano huyó, jalando a Anna.
-¡Chicas!. ¡No permitan que ese pedazo de basura decida qué hacer y qué camino tomar!. ¡Son las amas de su propio destino!. ¡Luchen por él!-Bell, atacando al séquito de Terry, dijo exactamente lo que aquellas damas que perdieron la esperanza querían escuchar.
-¡AHHHHHHHH!-.
Las mujeres fueron al ataque.
-¡No quiero estar más aquí!-.
*¡PAM!*.
-¡EXTRAÑO MI CASA-NYA!-.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
*¡PAM!*.
-¡Cranel-San!. ¡Vaya por Anna!-Ryuu apuntó al camino donde se escapaba el jefe del casino.
-¡Hai!-Él no puso peros. Confiaba ciegamente en ella y no dudaba de la victoria.
Corrió en busca de Anna. El rescate llegó al clímax y punto de no retorno.
-¡Hijos de perra!-Cervantes apretaba la muñeca de la chica, quien lloraba del dolor.
Miró atrás y se encontró con Bell persiguiéndolos.
La esperanza regresaba al corazón de la castaña.
-¡Por aquí!-Subió un peso desde las escaleras y abrió una puerta secreta detrás de la primera habitación.
-Es una bóveda...-La joven fue tirada adentro y Terry se metió junto a ella.
*¡PAM!*.
La puerta de la bóveda se cerró.
-Estoy más tranquilo aquí...-La falta de aire era obvia.
Ella, desde el suelo, retrocedió a rastras.
-La puerta está hecha de adamantita. No importa lo fuerte que sea ese bastardo con delirios de héroe. No lo romperá-Reveló el enano.
El brillo tenue de en los ojos de Anna se perdió.
-Dada la frustración y viendo que nos quedaremos aquí un largo tiempo... Pasaremos a la acción. Así que, mientras los eliminan. Estos minutos pasaremos con caricias. Es una pena que esa zorra no pueda escuchar tu voz llorosa-Las intenciones de, enano eran claras.
-¡De-Deténte!-La espalda de Anna tocó pared. Estaba acorralada.
*¡CLANG!*.
*¡CLANG!*.
*¡CLANG!*.
-¿Campanas?-La acción se detuvo.
*¡CLANG!*.
*¡CLANG!*.
Las campañas dejaron de resonar.
-Falsa alarma...-
*¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!*.
La puerta de la bóveda se abolló y los seguros que la anclaban se destruyeron.
Escombros volaron.
-Se acabó-El cuerpo del conejo irradiaba luz blanca.
Anna se sonrojó ante la presencia de Bell.
Rápidamente Terry trató de atrapar a la castaña y usarla como rehén.
*¡PAM!*.
-¡PUAH!-Recibió un puñetazo en el abdomen, sacándole el aire y arrodillándose.
La muchacha fue envuelta en el brazo libre del joven.
-Eso fue por dañar a las hermosas damas en tu posesión...-Dijo.
*¡PUM!*.
Lo pateó en el rostro.
-Y ese último... Por decirle zorra a "Mi esposa"-Concluyó, tendiéndolo en el piso.
-Vámonos-Le dijo a Anna.
-¿Eh?-Contestó ella.
-La familia Ganesha se encargará. Tus padres te esperan en casa. La pesadilla acabó-La tranquilizadora voz y aura del chico calmó la discordia en Anna.
-¡P-Por mi y todas las demás!. ¡Muchas gracias!-Agradeció, inclinándose ante él.
-No es nada. Mi abuelo no me perdonaría si permitiera que chicas hermosas sufrieran-Respondió el conejo.
El pecho de la castaña fue flechado ante el halago.
Ryuu apareció segundos después. Yéndose los tres a escondidas sin ser hallados.
Fuera del casino, entre los arbustos.
-¿La misión de rescate la planearon de este modo?-Shakti cruzó los brazos, irritada.
-Tuvimos que improvisar-Contestó el peliblanco, enterrando la frente en el lodo. La posición de dogeza expresaba el máximo respeto y arrepentimiento.
-¿Sabes que debería encarcelarlos?. No mides los daños colaterales. Te avientas a lo idiota al peligro-Le recriminó la peliazul.
-Pagaré la condena pero a Ryuu no la toques, por favor-Respondió Bell.
-¿Y eso por qué?-La justiciera agudizó la mirada.
-Es culpa mía en primer lugar. Además, si algo le pasa Mama Mía me mata-La espina dorsal del conejo sufrió un escalofrío.
Suspiró pesadamente. El cansancio era notorio.
-Lo dejaré pasar. Lion, no causes más problemas. Y recomiendo que no te juntes con él si planeas tus locuras. Acabará con él golpeando a alguien o al revés-Recomendó, sabiendo que la elfo, junto a Anna, se escondían en los arbustos.
-Te recompensaré después de regresar de Melen-Le dijo Bell a Shakti al oído.
-Más te vale-Ella estaba demasiado enojada como para ponerse a coquetear.
"Aún no lo sabes... Te sorprenderemos" Volteó de reojo y le echó un vistazo a su novio. La expresión maliciosa daba a entender que se traía algo entre manos.
En fin, la capitana de la familia Ganesha se fue. Debía encargarse de tomar testimonios y procesar a los criminales involucrados.
-Bien. Noche ajetreada, casi nos matan y de no ser por Shakti estaríamos tras las rejas. Lo normal-Dijo el muchacho al aire.
Ryuu y Anna emergieron.
-Hermes-Sama debe estar esperándonos afuera del distrito. Partamos-La peliverde indicó la salida.
-Hai, hai-Bell se levantó y, evitando a los guardias, escaparon.
En el punto de encuentro.
-Por favor sube a este carruaje junto a ella. Hermes-Sama te regresará a casa-Explicó Bell a la castaña.
-P-Pero...-Dudó.
-Relájate. Huiré en una ruta distinta-Esclareció las interrogantes.
-¿Seguro, Cranel-San?. Amanecerá pronto-Preguntó la elfo mientras Anna entraba a la diligencia.
-Claro. Me esperan en el gremio por lo que no hay problema-Respondió.
-Siendo ese el caso, no lo detendré-Asintió la peliverde.
-Adiós, Ryuu-Agitó la mano, dando la vuelta.
-¡E-Espere, Cranel-San!-Ryuu le habló.
-¿Qué ocurre?-Él atendió el llamado.
-Nunca imaginé salir en una cita con un hombre... Mucho menos siendo quien soy. Hoy escuchó parte de mi pasado y entenderé que quiera alejarse de una chica tan problemática como yo. Antes de, solo quiero decirle que...-Empleó ambas manos para sujetar la de Bell.
-Fue un honor ser su esposa por una noche, Cranel-San...-Confesó, sonriéndole. Esa pura sonrisa que alivia los corazones y se queda grabado en el fondo del mismo.
Él se ruborizó, sacando humo de orejas y cabeza.
-O-Opino igual. También fue un honor desposar a tan maravillosa mujer. Tampoco tengo la intención de alejarme de ti. Lo que hiciste antes de conocerte no me importa. Ante mi solo veo a una hermosa hada de cuentos queriendo ser mejor y la apoyaré-Respondió, simulando el gesto.
-Cranel-San...-Los ojos de Ryuu se cristalizaron y se le formó un nudo en la garganta.
-Por lo que... ¡Sigue cuidando de mi, Ryuu!-Finalizó.
El corazón de la elfo pegó un salto.
-Y tú de mi... Bell-Lo llamó por su nombre, no por su apellido como acostumbraba.
Tras esa breve salida de sentimientos, él se fue.
Ella lo despidió, viéndolo alejarse mientras posaba su puño encima del pecho.
"¿Qué es este sentimiento...?" Se cuestionó.
Bajó la cabeza y se topó con una carta.
La recogió y esta estaba abierta.
La curiosidad ganó y la leyó.
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Bell Cranel.
Se te ha encomendado una misión en conjunto en la ciudad costera de Melen. Esto a raíz de la desaparición continua de aventureros pertenecientes a la familia Njord y aledañas. Queremos que acompañes a la familia Loki para averiguar de qué se trata y, de ser posible, recuperar a los hombres. La información que poseemos es mínima por lo que la misión consistirá en recolectarla y comunicárnosla.
La diligencia partera a primera hora de dentro de dos días.
Atentamente: Urano
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Se trataba de la misión especial que Urano le encomendó.
-Dentro de dos días... Compromiso en el gremio...-Ella unió las partes.
-Es hoy el viaje...-
-A pesar de que el mismo Urano le pidió esto... Él me ayudó en el rescate... No durmió... No descansó... Y anda a las prisas... Aún así...-Un hermoso sentir nació dentro de ella.
-B-Bell...-Abrazó la hoja.
Subió al carruaje, experimentando cosas que jamás vivió.
Llegaron al bar donde las camareras y los padres de Anna esperaban.
Al bajar y antes de entrar, la castaña tocó el hombro de la elfo quien no habló en todo el viaje.
-¡S-Señorita!-Le llamó la atención.
-¡M-Muchas gracias por salvarnos!-Agradeció.
-¿Ah? S-Sí. No fue nada-Ryuu quería acostarse y enterrar el rostro en la almohada.
Anna tomó valor para proseguir.
-¡S-Sé que es atrevido de mi parte!. Y es una locura p-pero... Al ver a su esposo salvándonos a todas m-me...-La oración se trababa.
-¡Me enamoré de él!-Confesó.
Un shock recorrió el cuerpo de Ryuu.
-Es por eso... ¡Es por eso que quería pedirle que me permitiera ser su concubina!. Como la esposa le corresponde decidir si acepta o no...-Soltó lo que llevaba adentro.
-¿Eh?. ¿Esposa?. N-No, te equivocas. B-Bell y yo...-Trató de revelar la realidad. Que lo de esposos fue un acto.
Sin embargo... No quiso.
-No... Bell es solamente mi esposo-Dijo.
-Ya veo...-El ánimo de Anna decayó.
-Al menos pude ser sincera-Sonrió.
"Quiero... Quiero vivir en esta mentira un poco más" Pensó, antes de entrar al bar, finalizando así el rescate y sembrando dudas en mente y corazón.
"¿Quien eres y qué me hiciste... Bell Cranel?" Se preguntó.
-No hay duda de que tú lo criaste, Zeus-Hermes, desde el carruaje, presenció el amor naciente de la hada.
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¡FINALIZA EL ARCO DE RELLENO AMIGOS MÍOS!.
¡VIENE EL DE MELEN!.
Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que sea de su agrado y dejen su apoyo como ya es costumbre.
En fin, déjenme sus opiniones.
¿Cómo estuvo el capítulo? ¿Sí les gustó?
Buzón de sugerencias/opiniones/comentarios.
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¡Si gustan leer una novela original escrita por mi, pueden leer la que recién acabo de publicar!
"Objetivo frustrado por un amor inesperado"
Acompáñanos en al historia de Akiro Itō para cumplir su tan anhelado deseo... ¡Vengarse de quien rompió su corazón!.
Aquí les dejo el link para que vayan a leerla o pueden encontrarla en mi perfil. Hasta ahora llevo el prólogo y el primer capítulo del primer volumen.
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Si desean leer más de mis fic pueden entrar a mi perfil y ahí encontrarán desde...
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Un One Shot en el que se nos relata lo que hubiera sucedido si Bell era cuidado por Alfia, Zald y Zeus ¿Será un futuro feliz? ¿Bell se convertirá en el último héroe como se lo prometió a su madre? ¡Averigüémoslo!
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Otro One Shot sobre una bella historia de amor entre una diosa y un mortal, que toma como punto de partida la película de "Danmachi: la flecha de Orión". Veamos la aventura en la que se embarca nuestro carismático protagonista después de haber perdido a esa diosa que tocó su corazón en muy poco tiempo, de la cual, se tuvo que despedir prematuramente.
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La hermosa Lefiya nos acompañará en este One Shot junto al conejo en una aventura que tendrá de todo. Amor, drama, todo lo que engloba a esta pareja tan dispareja.
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La historia de amor entra una hermosa hada y un conejo con dudas nacientes en su corazón tras un suceso inesperado.
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Un fic con un cuarteto amoroso muy raro, BellxTionaxFreyaxHelun.
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Una hermosa historia de amor entre una asesora y el aventurero a su cargo, BellxEina.
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¡Una aventura sin Falna nos espera a nosotros y a nuestro protagonista!.
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Y mi primer y ya finalizado Fic, que va de la pareja de BellxSyr o Freya, el cual parte desde el rechazo de esta misma en el volumen 16 de la novela original, aunque claro... en este fic sabremos lo que hubiera pasado si Bell no la rechazaba, como el título indica.
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Sin más que agregar, yo me despido, espero que se echen una pasada a mi perfil y les agraden las demás historias en caso de no haberlas leído, eso es todo, hasta la próxima mis lectores.
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