↬Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 27↫
Una acción vale más que mil palabras.
|↬❀↫|
Y. Han Soora
La voz de Jung Kook se hizo más presente en la habitación, llamaba a mi nombre como un demente y un ser que realmente supo amar a su mujer, fuera de mentiras y vidas creadas por simples fantasías de riquezas, poder y respeto.
—Soora, por favor, no me hagas esto —suplicó entrando a la habitación, resonando el fuerte impacto de la puerta de madera contra la pared.
—¿Esto? —reí con burla, ¿Creía que íbamos a fingir ser la familia feliz después de tantas mentiras?— Las mentiras se pagan, Jung Kook y la consecuencia de todas ellas es perderme —solté sacando la ropa del inmenso guardarropas, aunque estaba segura que no me llevaría todo hacia donde sea que vaya, solo quería huir.
Sentí que me seguía en su silla de ruedas, hacía un pequeño ruido electrónico y más cuando aceleraba, ya no era tan silenciosa como siempre.
—Es probable, pero no voy a perderte ni a mi hijo, Soora —aseguró desde la puerta, solo le dí la espalda buscando a su vez el bolso de entrenamiento, tenía más espacio que las pequeñas maletas muy bien ordenadas en la esquina de la acondicionada habitación.
El seguro de la silla de ruedas fue colocado y no fue después de voltearme para ver que tramaba mi esposo, aunque el apellido Jeon me lo iba a quitar como fuera; Jung Kook se intentaba poner de pie, poniéndome en alerta porque no sabía exactamente lo que pudiera ocasionarle una caída, podría ser fatal para su persona y retrasar los recientes avances.
—¿Q-Qué haces? —mi corazón se aceleró, viendo con detenimiento cada acción de Jung Kook.
—Demostrándote que jamás mentí sobre mis sentimientos y lo que lograría por tí —tomó aire y miré como sus pies estaban firmes en el suelo, justo en la entrada del guardarropas—. Solo escúchame, Soora.
Ahí estaba yo, como una idiota parada siendo convencida por sus palabras y sus acciones, apoyó sus manos en los brazos de la silla de ruedas e impulsó su cuerpo para intentar ponerse de pie, pero se balanceo hacia atrás quedando sentando en la silla nuevamente, siguió intentando ponerse de pie, una y otra vez. Sentía cierto vuelco en mi corazón al verlo esforzándose para que me quede junto a él, pero las cosas no eran tan sencillas.
—Jung Kook, basta, vas a lastimarte. Tu doctor no aprobará estás acciones voluntarias de tu parte —recordé dándole la espalda, sin si quiera mirar su cara frustrada por no poder levantarse y dar un paso hacia mí.
Tomé unos vestidos y una que otra blusa de botones para llevarme, por lo menos quisiera mantener el estatus que mantenía dentro de ésta casa, también cogí unos pantalones de tiros altos y unos jeans clásicos rectos sin detalles, sintiendo como me arrebataban uno de las manos, dejándome helada.
Los fantasmas no existen, Soora.
—Te ayudo —dijo Jung Kook de pie a mi lado, se sostenía de una cajonera, pero estaba de pie a mi lado, dejándome perpleja.
Me giré mirándolo sorprendida, ¡Había dado un gran paso! Sin dejar de ver sus ojos y el dolor que podía reflejar en ellos por haberme perdido, solo lo abracé, aquel logro no podía pasar por desapercibido, unos pocos segundos fueron suficientes para sofocarme con su perfume varonil y solo decidí alejarme.
Me había perdido sus primeros pasos después de tanto tiempo y me castigaba mentalmente por ello, ¿Acaso no creía que él era capaz de caminar justo como había dicho antes?
❝—No quiero someterme a un plan que al final no funcionará —rodé los ojos de nuevo y me crucé de brazos en mi asiento.
—Disculpe, Doctor, pero no estoy de acuerdo con mi esposo y si lo tengo que traer anestesiado, lo haré —dije poniéndome de pie, dedicándole una mirada asesina a Jung Kook.
—Confíe en su esposa, ella piensa que usted puede lograrlo. Tiene esperanza y yo también la tengo. Su cerebro responderá y ayudará a su capacidad motora, —hizo una pausa alejándose de Jung Kook para ir a su escritorio en busca de un bolígrafo— pero ¿Cree usted que puede lograrlo? —lo ví tragar saliva. El doctor acababa de darle un gran reto y sabía que Jeon iba a conseguirlo.
—Sí.
Sonreí al igual que el doctor, nada se podía hacer sin su consentimiento y saber que al menos lo intentaría, me ponía feliz. El doctor escribió en unas hojas los días que lo atendería junto a las horas que trabajarían en un área de recuperación y rehabilitación.❞
Agité mi cabeza, saliendo de aquellos recuerdos donde creía que Jung Kook era capaz de volver a caminar, de valerse por su propio peso, de hacer todo por él mismo y sobre todo, de superarse cada día, de mejorar como persona y de ser feliz.
—Kook... —sus ojos avellanas me analizaban, como intentando leer mis pensamientos a través de mis ojos— ¿Desde cuando caminas? —solté dejando caer cada una de las prendas que tenía en mis manos.
Asombrada, me acerqué un poco más a él y acaricié su mano que estaba apoyada, intentado estabilizar su cuerpo y que de forma repentina no perdiera el equilibrio, aún le faltaba para poder caminar con normalidad, pero la vida consistía en un paso a la vez.
—No lo sé, solo puedo mover un poco las piernas, pero no me puedo quedar tanto tiempo de pie sin apoyo —comentó su logro con entusiasmo, volviendo la esperanza y fé a su vida.
—Es maravilloso.
No me atrevía a decir nada más, solo quería irme de aquí justo como tenía pensando en un principio, pero sus ojos suplicantes comenzaban a convencerme, no del todo y menos porque sea fácil, no sería capaz de dejarlo solo después de tanto tiempo juntos, ni por el bebé que llevaba en el vientre, era de ambos, no sólo mío.
—¿Vas a escucharme, sin que quieras escapar? —preguntó soltando los jeans clásicos, acariciando mi rostro, sintiendo aquel cálido toque.
—¿Por qué lo haría?
—Soora, es de mala educación responder con otra pregunta —recordó sacándome una sonrisa.
—¿No prefieres que nos sentemos? —señalé su silla de ruedas, porque no sabía si sus piernas podrían soportar tanto tiempo su parte inferior.
—Tengo tantos meses sentado, ¿Crees que quiero volver a sentarme allí? No, Soora, aquí estoy bien —asentí, esperando a escuchar sus palabras—. Mis padres al casarse decidieron vivir una vida digna, dinero, lujos, autos caros, fiestas a lo grande, orgías, restaurantes caros, choferes, una gran mansión; pero el dinero no era infinito, ni duraría para siempre. Al embarazarse mi madre de mi hermana, estaban mal económicamente y decidieron abrir una especie de negocio donde millonarios se encargaban de juntar a sus hijos con los de ellos, asegurándoles una vida y lindos nietos; ahí entra tu padre, cuando tus padres decidieron dejarte en aquella casa hogar antes hablaron con mis padres y conmigo, me negué de inmediato al escuchar sus palabras, yo no podría estar con alguien a quien no quería y menos teniendo once años —sus ojos reflejaban sinceridad y creer todo lo que me estaba diciendo estaba en mí.
—Y si te negaste, ¿Por qué decidiste buscarme?
Tragó saliva y soltó un suspiro que estaba reteniendo desde hace un rato.
—Luego de mi accidente, decidí invertir el dinero que había ganado limpiamente, creando la gran empresa que levanté desde cero, convirtiéndola en lo que es hoy y apareció mi padre con un absurdo contrato que me tocó firmar... Necesitaba una esposa, dinero para hacer más próspera mi empresa y recordé lo que tú padre me había dicho años atrás y lo que debía hacer para obtener tal cantidad. Él hizo lo que creía correcto para tí, Soora —terminó tomando mi mano con la mano que tenía libre, asegurándose que no huiría luego de escuchar tal historia.
—¿Por qué no me lo dijiste? —fue la primera pregunta que vino a mi mente. Estábamos casados y sabía menos de él, que él de mí.
—No quería forzarte a amar, a amarme solo porque tu padre me seleccionó para tí.
Mi corazón se aceleró ante sus palabras sinceras. Por primera vez, estaba escuchando la verdad sobre el comienzo de nosotros, de nuestra vida juntos.
—¿Tienes otras preguntas? Puedes hacerlas, responderé con sinceridad —aseguró haciendo presión en su mano y brazo, su cuerpo no estaba acostumbrado a estar de pie y menos a tal presión.
—Vamos a la cama primero, tu cuerpo comienza a cansarse.
Me acerqué pasando su mano, con la que se sostenía, por encima de mis hombros y dejándola detrás de mí cuello, pasé mi brazo por su espalda y asegurando mi agarre en un costado de su pecho; de esa forma comenzamos a caminar hacia nuestra cama, dejándolo con cuidado en ella y a eso me refiero: dejándolo caer sobre ella.
—¿Cuántos años tienes? —tenía en duda todo sobre su vida.
—Tengo veinticuatro años, ¿Qué esperabas? ¿Qué dijera treinta o cuarenta? —lo miré alegre y me acerqué a la cama para sentarme a su lado.
—Sí, creía que tenías más edad —confesé dejándome caer en la cama a su lado, sintiendo el corazón acelerado.
—¡¿Me veo viejo?! —preguntó exaltado, buscando con sus ojos los míos, conectando miradas.
Reí, su expresión genuina e inquieta en su rostro era indescriptible, solo sabía que Jeon tenía terror a envejecer rápido.
—Pero un viejo sexy.
Lo hice reír. A mí en lo particular no me importaba su aspecto, yo lo quería tal y como era, pero no podría tolerar cada una de sus mentiras, no permitiría que mi hijo creciera en aquel ambiente donde no sabría que era cierto o falso.
—¿Qué haremos ahora? ¿Fingir que nada pasó? —mi gran inquietud salió a la luz, no quería que pensaran que era una mujer fácil y menos que permitía las mentiras en mi propia casa, pero no podía hacerles creer que estábamos mal, que todo entre nosotros se había acabado, iba en contra de mi moral.
—Bajar con la cabeza en alto, sin comentar sobre los pocos pasos que dí sobre mis piernas por cuenta propia.
—¿Por qué? Ellos estarían feliz por tí.
—Ya te lo dije, Soora. A mi padre solo le importa el dinero y si sabe que mis piernas comienzan a responder, tendré que mudarme nuevamente, mejor dicho, los tres deberíamos irnos del país —su rostro sombrío me alertó, ¿Tan malo y cruel era su padre?
—¿Huir como si fuéramos delincuentes? —negué con la cabeza, no abandonaría mi vida para darle un disgusto a otros.
—Solo hay dos opciones, huir o vivir en un infierno.
No sería capaz de poner la mano sobre el fuego por el padre de Jung Kook, así que por el momento el plan de Jung Kook sonaba más fiable y factible.
Meta del capítulo:
60 votos + 30 comentarios.
Gracias por leer ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro