
Veintiocho🍁
El territorio de la Manada Min, se preparaba para la gran celebración.
Un lobo plateado que brillaba al resplandor de la luz de la Luna, sería el Alfa Líder mas imponente de todos.
Para los Park, eso significaba mucho. Por años habían sido familia entre ellos. Desde Alfas, Betas, Omegas, Deltas y Gammas. Ninguno se sentía con la valentía de desafiar los designios de la Luna. Ella sabía lo que hacía y por lo tanto, ellos como Lobos no eran quienes para oponerse o negarse, y posiblemente podría ser uno de los suyos el elegido para el nuevo cachorro Alfa.
Habían presenciado uniones entre Alfas, Omegas, Betas, Gammas, y Deltas. No había una unión especifica, ninguna era condenada, la ley de encontrar a cada predestinado era primordial, sobre todo para mantener la especie.
Los Min y los Park, eran las Manadas mas poderosas en ese entonces, le seguían los Jung y los Kim, y por último los Wang y los Lee, que eran Lobos extranjeros, pero con los cuales habían hecho alianzas, jurando lealtad a las Manadas mas grandes. Las relaciones entre Manadas iban desde la combinación de parejas hasta cambios comerciales, siendo estos de diversos productos o materiales.
La Manada Kim tenía la fama de ser de los mejores lobos de guerra. Nadie podía ganarles una batalla, manipulaban el viento a su favor, y con la Manada Jung se volvían imparables. El hecho de que los Lobos Jung manejaran el fuego y la tierra hacía que fueran temidos.
Sin embargo los Lobos carecían de esa maldad, sus dones eran utilizados para ayudarse entre Manadas y así subsistir. De manera que pudieran defenderse si alguien alteraba su paz.
Los Park eran quienes aseguraban la alimentación de las Manadas, de que el bosque creciera y la flora nunca faltara. Ese detalle aunque parecía ser insignificante, les daba un hogar a todos en el bosque, los Park se aseguraban de que nunca perdiera su verdor.
Y luego de tantas generaciones viviendo en paz, y esperando el regalo de la Madre Luna, al fin había llegado a las Manadas, un heredero.
De pelaje plateado y ojos grises, de una fuerza formidable y actitudes de un Líder.
Las Manadas estaban a la expectativa de quien sería la pareja predestinada del Líder Min.
Pero no todo era alegría. Muchos grupos de rebeldes estaban en contra del Consejo y de las Manadas, creyendo que eran seres ambiciosos y que no permitían lazos externos. Cuando realmente era todo lo contrario. Y aun cuando el Consejo quiso oponerse ante las sublevaciones de los Lobos rebeldes, estos últimos se escondieron jurando volver y acabar con todo aquello que la Madre Luna les había dado.
Esa situación era algo que solo los Líderes de las Manadas sabían para no alterar al pueblo y queriendo evitar una guerra sin sentido y totalmente absurda. Los rebeldes no tenía oportunidad, pero aún así no querían sacrificar a sus fieles subordinados, de una manera tan vil.
El heredero al trono de la Manada Park nació luego de los primeros problemas, que marcarían una serie de atentados a su vida, un Omega Líder, para sorpresa de todas las Manadas, resultaba ser la pareja predestinada del futuro Líder de la Manada Min. Los Park no podían evitar su alegría al saberse elegidos por la madre Luna. Un lobo blanco con una patita oscura, que le hacía ver diferente y mas especial.
Un hecho que hizo a mas de uno sorprenderse, pero la Luna sabía lo que hacía.
Cuando ambos jóvenes se presentaron, no soportaban verse, el Alfa molestaba al Omega y viceversa, era una situación divertido para los demás Lobos, a muchos les recordaba sus inicios con quienes eran sus parejas. Por lo tanto era una situación comprensible.
Siendo un Omega Líder, también tenía su propia actitud que se igualaba a la del Alfa que lo sacaba de sus cabales.
La Luna Roja se acercaba y cuando a los jóvenes se les llegó el momento de contraer nupcias, no era algo que les agradara del todo. Tanto Alfa como Omega propusieron una tregua entre ellos, el Omega habló diciendo que debía haber una razón para que la Luna los uniera. El Alfa aceptó las condiciones del Omega, las Manadas dependían de ellos, era su deber protegerlos, no podían jugar con las vidas de centenas de Lobos.
Pero llegada la Luna Roja, ambos Lobos se reconocieron. Dejaron todas las bromas del pasado y se vieron a los ojos por breves momentos. Esos ojos grises siendo hipnotizados por los ojos esmeralda. Ya no había nada mas que decir cuando ambos cuerpos se acercaron, se besaron con deseo y veneración, con anhelo.
El Alfa descubría el cuerpo del Omega, el cual no se había atrevido a tocar por respeto a la privacidad de su pareja. El Omega acercaba al Alfa con desespero, incitandolo a tomarlo esa noche.
Ninguno de los dos pudo resistirse, consumando su unión esa noche de Luna Roja. Los labios del Alfa recorrían el cuerpo del Omega con total devoción, en cada Manada, un Omega era tratado con la misma delicadeza que tenía una orquídea o un lirio del campo, su belleza era valorara por la bendición que recaía sobre ellos. Siendo siempre admiradosy respetados. Si bien dentro de las Manadas estaban prohibidos los abusos entre Lobos, los Omegas eran cuidados y protegidos como la parte mas bella que la Luna les regalaba.
Los besos dejaron de ser suaves, convirtiendose en pasionales y desesperados, el Omega atraía al Alfa con su aroma, deseando al fin estar unidos como desde la primera vez que se reconocieron como destinados. El nudo del Alfa se aferró al interior del Omega, había disfrutado ese momento tan íntimo con su pareja. Los humanos solo debían enamorarse y dejar de ser tan torpes para llamar la atención del otro. Sus lobos se amaban, no había nada mas que eso...
Luego de la marca, esa noche trajo consigo la concepción del heredero, las Manadas al fin celebraban. La paz y la alegría estaban marcadas en el ambiente. El Alfa no tardó en darse cuenta de los sentimientos que había desarrollado hacia su Omega, su parte humana comenzó a verlo de manera romantica.
Y aún con la presión de liderar las Manadas, apartaba un momento para jugar con su Omega, para hacerle saber lo amado que era.
Su gestación fue llevada con calma, pero los médicos de las Manadas, aseguraban la fortaleza del Omega al llevar a un cachorro de un Alfa Líder Sangre Pura.
Mayor fue el regocijo al saber que serían dos cachorros.
El Omega no cabía en su felicidad, iba a darle dos cachorros a su Alfa.
Cuando el Alfa supo de la noticia convocó a todas las Manadas a una fiesta en el bosque, para agradecer la bendición de la Madre Luna.
Los cachorros nacieron, presentandose luego como Alfas, una cachorra de ojos grises y pelaje blanco, y un cachorro de ojos color miel que pasaban a verdes al transformarse en el lobo plateado que era.
Sin embargo cuando estos jóvenes crecieron, los rebeldes volvieron a aparecer, matando a muchos en el proceso de llegar a los Líderes de las Manadas.
Siendo los Min los mas poderosos, controlando el agua y teniendo entre sus dedos la capacidad de hacer brotar oro de entre la tierra.
Los rebeldes deseaban ese poder, sobre todo poseer al Omega Líder de la Manada Park que había dado hijos al Alfa Líder de los Min.
Como todo Alfa, impidió que secuestraran a su Omega e hijos. Quienes contribuyeron moviendo al ejercito para defender a su padre Omega de los rebeldes.
Sin embargo, en un descuido, el Alfa iba a ser alcanzado por una flecha, su Omega alcanzó a verlo, y se interpuso entre el cuerpo de su Alfa y la flecha.
Pudo darle una última sonrisa y un beso en los labios. Un delicado y sutil roce que se llevó las vidas de ambos lobos. Tanto Alfa y Omega murieron aquella tarde. Y no solo ellos, su tercer heredero no conoció la luz de la Madre Luna.
Sus hijos al ver con horror lo que había sido de sus padres, sus Lobos se encendieron en furor. Dando la mas ardua de las peleas, ambos convertidos en Lobos desgarraban a todo aquel que representaba una amenaza. Cuando la lluvia cayó denotando la tristeza de las Manadas del territorio, los hijos de aquellos Líderes, ordenaron a todos desaparecer y encontrar refugio, que ellos se encargarían de todo lo demás.
Y mirando a la Luna, juraron que sus padres volverían a encontrarse. Aullaron esperando ser escuchados por la Luna, preguntandose por qué los había separado de sus padres.
Y con ese sentimiento en mente, reconstruyeron lo que sus padres habían cuidado tanto, habían protegido durante años.
La Luna molesta por las acciones de esos Lobos rebeldes, quitó los dones que había repartido para evitar las guerras que le arrebataron tantos hijos. E imponiendo que esos Lobos renacerían, no importando el tiempo que les llevara, ella haría que volvieran a encontrarse y a amarse, volverían a tener la oportunidad de estar juntos. Pasarían decenas, ciento o miles de años, pero ella como su Madre los juntaría otra vez.
Los hijos del Alfa y Omega, se escondieron, y se apartaron, asegurando vigilar al pueblo sobreviviente en las sombras. Cuidandolos como sus padres lo habían hecho, ambos hermanos no soportaron mucho tiempo después del fallecimiento de sus padres, por lo tanto ambos hermanos fueron arrullados por la Luna, quien se compadeció de ambos jóvenes, que ni siquiera tuvieron la oportunidad de encontrar a su pareja destinada.
Murieron en la espesura del bosque, en el lugar al cual sus padres los llevaban a cazar o a jugar, donde correteaban a su padre Alfa mientras su padre Omega los veía bajo la sombra de un árbol.
Ellos serían la última línea de Lobos con dones y facultades sobrenaturales.
La Luna se juró así misma que esa familia volvería a encontrarse... de eso ella se encargaba...
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