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Cuarenta y Uno🌾

Las Manadas se encontraban llenas de luto y dolor.
Los Líderes Min habían fallecido.
Alfa y Omega habían muerto aquella tarde.

Sus hijos al verlos, sintieron que el alma se les desgarró, con horror observaron los cuerpos inertes de sus padres. La Alfa sintió su sangre herver y miró como su hermano menor había transmutado a humano, acercandose a sus padres, quiso decirle que no lo hiciera, que se alejara o se detuviera, pero solo cerró sus ojos cuando esa voz tan rota se escuchó...

- Papá... papá...- el menor miró a sus padres que yacían en el suelo, tocandolos y moviendo sus cuerpos inertes. Se tiró sobre ellos y gritó. Un alarido demasiado doloroso, que incluso afectó a los Lobos que les protegían en ese momento tan devastador para los dos hermanos, que ahora quedaban huérfanos.

Un gritó que le desgarró la garganta, y que a su hermana mayor le destrozó el alma. Con paso lento, se acercó a su hermano menor.

- J...- le susurró, ella debía ser la fuerte entre los dos, su hermano estaba muy ligado a sus padres, al ser el menor de ambos, aunque fuera por una diferencia casi nula, ella debía protegerlo, su Lobo se lo dictaba y demandaba.

Un soldado se acercó.

- Líder...- esa palabra solo logró, casi, derrumbarla- Debemos llevarlos al refugio de la Manada Min...

- No- decretó mirando a su hermano menor con la vista vacía- Hay que defender a las demás Manadas, lleven a todos a los Refugios... quedan pocos rebeldes y mis padres hubieran preferido mantener a todos a salvo...

- De acuerdo Líder Min- dijo el soldado.

- Kim- habló haciendo que el Beta le mirara. En la Min mayor sus ojos cambiaron de color y en el Beta igual- Quiero a tus mejores soldados...- el Lobo asintió y envió el anuncio a todos.

- Hemana...- la voz de su hermano se escuchó. La Alfa le miró interrogante- Papá... papá Omega, él iba a tener un cachorro...

La cordura de la Alfa colgaba de un hilo para ese entonces. Su padre Omega estaba esperando un cachorro. Su padre Alfa ni siquiera tuvo la oportunidad de alegrarse por el pequeño integrante, que en esta vida no los conoció.
Ella nunca lo supo...
Abrazó a su hermano menor, quien lloraba muy bajito, como si quemara el simple hecho de saber que sus padres habían fallecido.

Ambos, volvieron a su forma lobuna. Y aullaron, aullaron esperando ser escuchados...
El menor, sentía que su Lobo no lo soportaría, estaba cansado y su hermana lo sabía. Ellos compartían un lazo después de todo.

A los minutos, Lobos de pelaje café con manchas negras aparecieron.
La Lobo se irguió y dio la orden de acabar con los rebeldes. Tocaron a su familia y eso no iba a perdonarlo.
Jamás...

"Todos estan desprevenidos, ustedes son los mejores, den aviso a la armada Jung, los Wang-Lee los quiero lejos, escoltando a todos hacia los refugios, los Park... ya saben qué hacer..."

Ninguno objetó nada, y como si sus vidas dependieran de ganar esa batalla, desgarraron lobos por doquier. Muchos huyeron y no pudieron darles caza, pero la noche fue muy larga...

Y justo como veinte años atrás, los lobos rebeldes volvieron a las sombras.

Los hermanos al ver el panorama que los rodeaba, solo caminaron lento hasta sus padres, sus cuerpos seguían ahí, en el mismo lugar en el cual los dejaron, su padre Alfa había sujetado a su padre Omega antes de morir. El cuerpo de su padre Omega descansaba sobre el cuerpo del Alfa.

Cuando los demás Lobos se acercaron, todos volvieron a sus formas humanas, mostrando respeto a ambos Min, ellos debían seguir la línea de sucesión, sus padres los habían cuidado y dado todo por las Manadas. Y sus hijos se asegurarían de mantener la memoria de sus padres por el tiempo de vida que tuvieran.

- Líder Min...- ambos hermanos, miraron al Coronel Jung- Las Manadas están a salvo, hay que darles la noticia y llevar el servicio fúnebre de los Líderes Min...

Los Alfas asintieron, ambos de rodillas frente a los cuerpos de sus padres, no pudiendo creer que eso acababa de pasar esa tarde, aun sin procesar que su padre Alfa no los llevaría a correr al bosque, que su padre Omega no volvería a cantarles. Que no verían a sus padres profesarse amor con solo sus miradas...

Ya nunca volverían a bailar junto a sus padres. Ya no podrían escucharlos hablar por las noches, solo se quedarían en sus recuerdos.

El luto de las Manadas fue grande.
Sobre todo para los Min y Park, eran sus hijos, Alfa y Omega, los hermanos se quedaron junto al feretro de sus padres. Ambos serían sepultados juntos. Su hermano se negó a colocarlos por separado, se opuso al punto de casi hacer una pataleta. Y la Alfa realmente no quería ver a su hermano peor de lo que ya estaba por la situación.

Así que en el bosque, en el mismo que habían jugado junto a sus padres, en el bosque que los había visto crecer y correr, cerca de un claro, las Manadas se reunieron y dejaron caer rosas blancas junto a lirios... las seis Manadas, no pudieron evitar reprimir un llanto doloroso por la pérdida.

Los Líderes habían defendido todo lo que ellos amaban, a las Manadas y a sus propios cachorros. La información que habría un tercer heredero, quedó solo entre los hermanos.

Sus rostros se miraban cansados y sus ojos habían perdido el brillo que tenían dos días atrás. La Alfa abrazó a su hermano menor, y aunque sabía que llorar estaba bien, debía asegurarse de la salud de su hermano menor primero. J, como ella solía decirle estaba muy ligado a su padre Omega, a pesar de ser un Alfa, disfrutaba cocinar postres junto a su papá, aún quizás, su Lobo no aceptaba el dolor de saber que sus progenitores ya no estarían.

La Alfa se encargó de organizar a las Manadas, su hermano ni siquiera se levantaba para comer, y ella no estaba en mejores condiciones. A unas semanas de lo ocurrido y con las Manadas bastante vulnerables, los rebeldes habían aprovechado y destruyeron aldeas y pueblos pequeños, estaban matando de noche y secuestrando a los Lobos.

La Alfa Min, envió un mensaje codificado a cada uno de los gobernadores, proteger a cada Lobo por igual, enviandolos a los refugios de las Manadas, en las partes mas escondidas de los bosques, donde nadie pudiera encontrarlos.

- J...- llamó a su hermano menor, quien estaba envuelto entre las prendas de sus padres, aún conservaban un poco de su aroma en ellos, un aroma que les recordaba a los días de lluvia junto a pan tostado o recién salido del horno.- Vamos a visitar a nuestros padres...

Sonrió para su hermano menor.

El Alfa le miró por entre las mantas, no queriendo realmente moverse, su Lobo estaba necio a separarse del acogedor aroma de sus progenitores. Pero su hermana tenía razón, debían despedirse y mantenerlos en sus recuerdos y memorias.

- Pero... yo...- el Alfa sentía que le faltaba la voz, que no tenía fuerzas, porque a pesar que todo trataba de volver a la normalidad, nadie estaba bien. El Alfa y Omega eran muy jóvenes para morir de esa manera, sus padres no merecían ese destino, su hermanito que no había conocido tampoco.
Con los días habían descubierto que las flechas que lanzaban los rebeldes estaban envenenadas, y algunos murieron por ello. Por defenderlos...

- Vamos... nos hará bien verlos... ellos están bien, están juntos... la Luna los acogió...- acarició los cabellos oscuros de su hermano menor. Fisícamente se parecían a su padre Alfa, cabellos negros como la noche, piel pálida y labios delgados, ella una Loba blanca como el Omega y su hermano un Lobo plateado justo como el Alfa. Pero su forma juguetona y traviesa, sus ojos curiosos y su nariz era cómo la de su padre Omega.

Aún cuando no podían verlos... esperaban que sus padres pudieran amarse en otra vida.

El Alfa se levantó. Ni siquiera sabía cuanto tiempo había pasado para ese momento, siguió a su hermana mayor y miró por una ventana que la mañana apenas comenzaba. Un cálido amanecer que le recordó a la sonrisa de su padre Omega.

Se transformaron, la Loba miró por última vez el lugar donde crecieron, habían enviado a todos los Lobos a los refugios y a lugares ocultos en el bosque para protegerlos, el lazo con su hermano le hacìa saber que quizás ese sería su última vez en esa vida.

- Hermana...- la voz de su hermano le hizo saber que habían llegado. Cambió a su forma humana y se sentó al lado de la tumba de sus padres.

- Ellos estarían orgullosos- dijo en un susurro, la Luna aún dejaba verse a pesar de que la claridad de la mañana se hizo presente.

Los Lobos miraron la lápida. Adornada con flores que muchos otros Lobos, habían dejado en forma de despedida.
Los días siguientes deambularon por el bosque, siguiendo a la Luna, que parecía avergozada por permitir la muerte de sus padres, ocultandose entre las nubes de la noche.

El astro brillante lamentaba la pérdida de dos de sus hijos mas queridos, esos Lobos que habían sacrificado incluso sus vidas.

La Loba se acercó a su hermano, envolviendolo con su cuerpo, el menor solo respiraba cansadamente, cómo si el oxígeno no llegara a sus pulmones de manera regular.

- J...

- Hermana...- susurró- ¿Puedes cantar la canción de papá?

La Loba con lágrimas sabía por el lazo que su hermano no pasaría la noche. Lo abrazó fuertemente y lo arrulló cantando la canción que llenaba sus memorias. Con su voz quebrada de a momentos, solo trató de reconfortarlo y darle ánimos, aún en ese momento...

Su hermano menor se dejó caer. El brillo de la Luna los alcanzó aún debajo de la espesura de ese árbol.
Sonrió, aún con las lágrimas bajando por sus mejillas, en un silencioso llanto.

- Esta bien, J, esta bien... te buscaré en otra vida y sabré cuidar a nuestros padres...- susurró. Su hermano solo sonrió, sintiendo cada vez mas lejana la voz de su hermana mayor- Perdoname porque no pude protegerte, no pude cuidar a papá...

La Luna observó cómo ambos hermanos se despedían en esa vida.

Una brisa suave sopló entre los árboles, la Alfa lloró al sentir como entre sus brazos su hermano menor, se fundía con el viento. Algo extraordinario sucedió, su hermano Alfa desapareció de sus brazos volviendose destellos dorados y verdes, para a los lejos solo ver la silueta del Lobo plateado que le miraba con clara despedida, dando la espalda a la Alfa que en movimiento involuntario, lo siguió hasta verlo perderse...

- J...- susurró y miró a la Luna- ¿Me lo quitaste? ¿Por qué? Eran todo lo que tenía, ¡Joder! No puedes hacerme esto, no puedes... primero mis padres y ahora mi hermano, no...

Se dejó caer de rodillas sobre la hierba fresca. La Luna estaba dolida por verla tan triste, por verla destrozada, pero el Lobo de su hermano murió el día en el que sus padres Alfa y Omega murieron.

- Dejame nacer antes... dejame cuidar de ellos, mi papá Omega, él y papá Alfa, junto a mis hermanos... dejame llegar antes a ellos, seré su hija de nuevo y voy a protegerlos... soy un Sangre Pura... soy una Min...

Los cuerpos de los hermanos nunca fueron encontrados, la Luna los selló, el amor de esos Lobos permitiría que ambos volvieran a ver a quienes fueron sus hijos, y estaba segura que pasaría un tiempo y muchas estaciones para volver a verlos...

La Loba Alfa, al igual que su hermano, durmió y no volvió a despertar en esa vida, yendo junto al viento, con los destellos verdes y dorados con los que su hermano menor se perdió hasta volverse nada...


*********
¿Muchas emociones?
Esta es la segunda parte que prometí de la vida de SoHyang.
Quizas ahora sabrán porque ella dice Min con tanta frecuencia, fue su última palabra al momento de morir y la primera que pronunció.

Ella es la hija directa de la Luna, y una Sangre Pura, pues aunque YoonGi y JiMin hayan tenido a sus Lobos y verdaderas esencias dormidos dentro de ellos, sus Lobos lo saben, se reconocen y por lo tanto, saben con certeza que SoHyang es su hija.

Me disculpo pues he tardado mucho en actualizar y ha sido por mi trabajo en la Universidad, he estado bastante ocupada y la verdad no he tenido mucha inspiración para plantear las ideas y secuencias del fic, y la proxima semana tengo parcial otra vez... aunque no quiera me preocupo mucho y eso no es bueno...

Creo que he jugado bastante con las palabras "infértil" y "estéril", a YoonGi se le dijo que era estéril, y él había creído que era cierto. Sin embargo como ninguno de sus padres tiene un conocimiento, solo hablaron por el aroma débil. Claramente, YoonGi nunca lo fue, su Lobo interior solo estaba esperando "despertar", por así decirlo.

Espero me sigan apoyando
No podía creer que el fic ya pasó los 12k de vistas. Nunca me lo esperé, gracias por todo...

Yk...

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