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Capítulo 16: extra WonTaek

Desperté lentamente, molesto por la luz intensa sobre mi rostro. Ante el gruñido que solté la luz se apagó y sólo quedó la tenue penumbra de mi cuarto. Hacía ya una semana que habíamos regresado de la misión por la comida.

No podía recordar mucho del viaje de regreso más allá de que Leo me había cargado durante todo el camino, a pesar de mis iniciales protestas. Llegamos a nuestro refugio sin mayor contratiempo, ni siquiera hubo robots que nos siguieran. En cuanto llegamos me llevaron con los sanadores y, luego de soportar algunas burlas por ser el "único herido" durante la misión, pude entregarme plenamente a sus cuidados.

Aquel primer día, cuando mi madre y mi hermana vinieron a verme, tuve que presentarles a Leo, luego de contarles todo lo que había ocurrido. Al inicio no parecían muy convencidas, y Leo se comportaba igual de tímido que con el resto de humanos, sin embargo se fueron dando cuenta de lo protector y cariñoso que él era conmigo por lo que al final lo aceptaron.

Y desde ese día él seguía junto a mí, me había ayudado con todos los cuidados y vendajes con los que había terminado y sabía que cuando despertaba lo encontraría a mi lado. Aquel día no fue la excepción, en cuanto abrí los ojos allí estaba el rostro de Leo, esudiándome atentamente.

—Me despertaste, —me quejé con un puchero, divertido en realidad.

—Te movías mucho, pensé que te dolía o que tenías una pesadilla —se defendió.

No pude ocultar la sonrisa, amaba por fin escuchar su voz, y que está fuera no solo melodiosa sino baja y suave me volvía loco.

—No te preocupes, estoy bien.

—Siempre dices lo mismo, —dijo haciendo un puchero mientras comenzaba a levantar mi playera de pijama.

Sabía que sería inútil discutir así que sólo me dejé hacer mientras él terminaba de quitarla para luego mover las vendas que rodeaban mi torso; sobre las costillas del lado derecho aún podía verse el enorme hematoma que oscilaba entre los colores rojo, azul y verde. Leo pasó la punta de los dedos por la zona con un movimiento tan cuidado que no me dolió en lo más mínimo.

—Como dije, extrañó la electricidad que antes transmitías, —bromeé.

Leo estiró un mano sobre mi abdomen, peligrosamente cerca del resorte de mi pantalón, pasaron algunos segundos antes de que la electricidad golpeara mi piel con su ya conocida tibieza. El jadeo que se escapó de mi garganta me hizo enrojecer.

—Nadie dijo que desaparecería, ahora puedo controlarla a voluntad.

Se movió para quedar sobre mí, cuidado de no aplastar ninguna parte herida se acercó hasta que sus labios tocaron los míos. Instintivamente contesté al beso, infundiendole mayor intensidad.

Sus labios ya no lo hacían, pero sus manos seguían mandando excitantes descargas por todo mi cuerpo tal como lo había hecho la primera vez que lo encontré. Estaba tan inmerso entre las sensaciones y los recuerdos, que me tomó por sorpresa cuando una de sus manos terminó por bajar mi pantalón, dejando libre mi erección.

Sus manos pasaron ahora a jugar en mis muslos, de manera que las pequeñas descargas viajaban directamente para alimentar mi excitación, haciéndola temblar. Sus besos también habían comenzado a bajar en esa dirección, y cuando me dí cuenta una ligera preocupación me llegó. Intenté levantarme pero el dolor en mi costado me lo impidió.

—No te muevas, —me riñó mientras continuaba con su camino.

—Si planeas lo que yo me imagino Leo, me voy a tener que mover —dije en un susurro entre alegre y excitado.

—No, solo necesitas disfrutar, yo haré el resto.

Con una sonrisa ladina por primera vez en su rostro, se enderezó para también despojarse de su propia ropa. Estaba demasiado sorprendido como para hacer otra cosa que no fuera admirar su piel blanca que sólo por algunas partes dejaba a la vista componentes mecánicos.

Volvió a colocarse entre mis piernas, esta vez con su boca continuando el trabajo que sus manos habían iniciado. Completamente indefenso solo podía retorcerme, sujetarme a su cabello castaño para no salir volando y gemir su nombre en la voz más baja que para entonces podía proferir, que llegados a ese punto no era para nada baja.

Me sentía a punto de estallar cuando se detuvo, solo un momento, pero su mirada me dijo que lo mejor estaba a punto de iniciar. Gateó sobre mí como un gato que acorrala a su presa indefensa, hasta quedar sentado a horcajadas sobre mi cadera.

—Es... espera... —dije con un último esfuerzo, a pesar de que era lo último que deseara en ese momento—. Sé que, puede llegar a ser doloroso si no te preparas antes.

Poco caso me hizo mientras tomaba mi sexo y se alineaba con el.

—Está bien, esto es... por lo único por lo cual se mantuvo ese lugar, es su única función —contestó en un susurró mientras iba bajando.

Eché la cabeza hacia atrás, completamente extasiado por la sensación mientras LEo baja por completo, rodeándome con una deliciosa presión. Jadeé su nombre con fuerza mientras él se inclinaba hacia atrás hasta recargarse en mis muslos.

Con ese apoyo comenzó a moverse de arriba a abajo, al inicio sus movimientos hacían un eco de dolor en mi costado, sin embargo en lugar de menguarlo, este dolor acrecentaba el placer que me carcomía.

En efecto en el rostro de Leo no había ningún indicio de dolor, todo era éxtasis incluídos los gemidos agudos que salían de su garganta, seguramente mucho mejor y más melódicos que cualquier canción.

Todo era armonioso y satisfactorio, nuestra delicio iba creciendo más y más hasta que, sin poder ya contenerme, explote en su interior, gimiendo con bastante fuerza su nombre mientras él hacía lo propio.

—¡Ah Dios! Eso a sido delicioso, —exclamé una vez las oleadas del orgasmo remitieron.

Con el mismo cuidado del inicio Leo se levantó.

—Lo ha sido, dame un momento, —dijo antes de dirigirse al baño.

Volvió algunos instantes después, en la duermevela que había caído luego del encuentro fui medianamente consciente de que se dedicaba a limpiarme antes de recostarse a mi lado.

—Te amo, —susurró a mi lado, logrando que mi pecho se hinchara de felicidad.

Todo era tan perfecto para ese momento ¿qué más podría hacernos falta en esos momentos?

La respuesta llegó acompañada de los toques apresurados de Hyuk en la puerta. Apenas tuvimos tiempo de cubrirnos con las cobijas antes de que entrara aquel torbellino de hiperactividad.

—¡Hyungs, hyungs! Será mejor que vengan rápido, HakYeon ha recibido un mensaje de Ken, ¡Vengan! —Y salió con la misma impetuosidad que había entrado.

Leo y yo sonreímos mientras nos vestíamos, Hyuk era como un hermano menor y, desde que habíamos regresado, Leo se había convertido en uno más de sus "hyungs". De nuevo Leo me ayudó a vendarme y a vestirme para luego dirigirnos al cuartel de logística.

—¡Al fin llegan! tardaron mucho, moriré de curiosidad por hacerme esperar tanto, —dramatizó el más joven de la reunión.

N lo silenció con un golpe juguetón en el cuello mientras Leo y no nos acomodábamos ante el enorme monitos donde las figuras de Ken y de Hongbin aparecían congeladas. Le di un vistazo de reojo a Leo pero él miraba divertido a N y a Hyuk en su pelea infantil.

Cuando estuvo todo listo N inició el video mensaje, lo primero que vimos fue la alegre sonrisa de Hongbin y la de Ken un poco más seria.

~Hola chicos, espero que estén bien.

Luego de pensarlo durante un tiempo, Hongbin y yo hemos llegado a una conclusión: ustedes nos salvaron, y nos enseñaron que no somos tan diferentes, ahora incluso tenemos a un amigo en común.

Sabemos que no podemos pedirles vivir juntos, sería una tontería luego de todo lo que ha ocurrido, pero creemos que podemos llegar a una tregua.

Como pudieron darse cuenta aquel día, estoy conectado con la interfaz de todos los robots cercanos y he dado el comando para que ningún humano sea perseguido ni en nuestra ciudad ni en la suya. No creo que sea un pago suficiente luego de haber salvado a que que es lo más valioso para mí, pero es lo mejor que de momento puedo hacer.

Espero se encuentren bien hasta el día que nos volvamos a ver. ¡Adios!~

Se despidió con un gesto de la mano, el cual Hongbin imitó con mayor efusividad, luego de lo cual la imagen se apagó por completo.

El silencio que siguió fue espeso, cada uno procesando lo que acababa de escuchar. AL final fue Hyuk con su habitual energía quien rompió el silencio, aplaudiendo con alegría.

—¡Sí! Volveremos a ser libres, tal vez no como antes pero ¡Ya no tendremos que estarnos escondiendo y escabullendo por comida!

N o miraba con el ceño fruncido, pensativo. Luego soltó un suspiro de rendición antes de detener la euforia de Hyuk por sus hombros.

—De acuerdo, la vez pasada tuviste razón así que esperaré que vuelvas a tenerla. Sin embargo no dejaremos de ser cautelosos.

El resto asentimos, conformes con las palabras de nuestro líder. Me giré entonces hacia Leo, que en ningún momento había desenlazado sus dedos de los míos, él sonrió cuando nuestras miradas se cruzaron.

—Ahora podemos comenzar nuestra nueva vida, juntos, —dijo con aquella voz melodiosa y baja antes de besarme.

FIN

Laurent Goldsmith

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¡FIn! Así acabamos este fanfic bonitos lectores míos, ¿qué les pareció? ¿Lo han disfrutado tanto como yo?

¿Qué les parece este final? No quería ni podía dejar que nuestros "villanos" terminaran mal, prefiero que todos seamos felices. Al ser un fanfic corto creo que no hubo demasiada trama como para que algo quedara inconcluso, sin embargo si ustedes sienten que algo faltó por cerrar o aclarar no duden en decírmelo

Y para los que me han pedido que haga lo mismo con "wolf" y "Shangri-la" les pido un poco de paciencia. Quiero terminar primero otras dos novelas largas que tengo así como otro fanfic GTOP en el que también estoy trabajando (Se me juntó toda la inspiración XD) pero prometo que más adelante intentaré avanzar con aquellas.

A mi me ha hecho muy feliz no solo escribir el fanfic, sino publicarlo y leer todos sus bonitos comentarios.

Sin más, nos leemos en la siguiente historia

¡Sean Felices!

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