Capítulo 1
La fiesta
Seúl, 09 de diciembre, 18:32 pm
Jeon JungKook llevaba casi seis meses desde que se había titulado en Ingeniería en Marketing Digital en la Universidad de Yonsei y no había encontrado trabajo. Estaba desesperado y eso era poco. Sus ahorros estaban menguando y ya había comenzado a sobrevivir de sopas de fideos instantáneas y agua del grifo. Su mejor amigo de toda la vida y roomie, Kim TaeHyung, lo ayudaba en lo que podía, pero el apartamento que ambos compartían era caro por la zona, más que por lo bonito o moderno de este.
Ya cuando el omega de 24 años estaba comenzando a desesperarse fue que TaeHyung le comentó que habían abierto vacantes para diversos puestos en la empresa HR Technologies, una de las empresas más grandes de Asia y en la cual el peligris llevaba dos años trabajando como asistente gerencial.
Envió su currículum al correo electrónico que le indicó su amigo sin muchas esperanzas, pues sabía que habrían decenas de candidatos mejores que él, sin embargo lo llamaron una semana después y poco a poco comenzó a pasar cada entrevista que le hacían. De cien personas inicialmente, solo quedaron veinte y de esas veinte solo se quedarían siete una vez que terminaran las inducciones y capacitaciones obligatorias y para desgracia de nuestro protagonista, una de esas instancias era asistir obligatoriamente a la fiesta del aniversario de la empresa.
--¿En serio debo ir? Recién llevo un par de semanas trabajando ahí. --se quejó, tratando de desligarse del compromiso.
--JungKookie, es el aniversario número treinta de la empresa, debes ir o lo tomarán como una falta de respeto. --peleó su amigo, sabía que Jeon odiaba las reuniones sociales con desconocidos.
--Estará repleto de alfas y feromonas, no quiero ir~. --se volvió a quejar, esta vez con un puchero.
--Aunque no quieras, si no tienes unas verdadera justificación no puedes faltar, te pedirán tu huella digital, además, debes acompañarme, no me puedes dejar ir solito. --insistió Taehyung, buscando en su armario las prendas que con cuidado había elegido para esa ocasión.
--¿Y JiMinnie?
--Para variar con el imbécil de TaeMin. --TaeHyung odiaba a ese desagradable alfa, quien cuando bebía coqueteaba con cualquier cosa que se moviera. Con rabia hizo el nudo de su corbata y lo desarmó al no quedar como esperaba. --No entiendo cómo nuestro dulce Mochi está con alguien tan desagradable como ese idiota.
--Estoy seguro de que lo engaña, no tengo las pruebas, pero tampoco tengo dudas. --Jeon opinaba igual que su roomie. A ninguno le gustaba Lee TaeMin para su tierno amigo de corazón de oro.
--Lo sabemos, pero él le cree todo. En fin, ponte bonito. Puedes ir con ese traje que usaste para la boda de tu hermana. --comentó ya contento con el nudo de su corbata negra.
--¿Tan lujoso hay que ir?
--¡SÍÍÍÍ! --se quejó el mayor, arrojándole una de sus almohadas.
--Está bien, está bien. Creí que me salvaría de ir al llevar tan poco tiempo, ni siquiera he firmado el contrato. --Continuó.
Sabía que lo contratarían, a leguas se notaba que era el más capacitado para el cargo. Era muy buen diseñador, excelente como planificador y sus proyectos eran innovadores. Ya era conocido en el área de marketing y algunas de sus ideas ya habían sido entregadas a la presidencia.
Jeon JungKook había llegado a ese lugar para aprender y para aportar y ya lo tenían en la mira.
.......
--Rélajate, Kookie. Mira. Solo estaremos aquí por un rato, luego de eso hablaremos con un par de personas y nos vamos, ¿está bien? --TaeHyung lo miró preocupado.
--Está bien, solo... entremos ya. Mis manos ya comenzaron a sudar.
Ambos lucían muy bien. TaeHyung con un delicado traje gris que combinaba perfecto con su cabello rizado. Una camisa blanca y una corbata suelta, mientras su amigo vestía efectivamente, el mismo traje que usó para la boda de su hermana. Un traje negro con algunos brillos, y una camisa blanca con volados y su melena azabache perfectamente peinada hacia atrás. Ambos adornados con sus mejores joyas y maquillaje ligero. Hermosos los dos, ingresaron al salón del brazo, dándose ánimos.
Fueron llevados hasta una habitación en donde firmaron y colocaron sus huellas en un sensor y luego un guardia los condujo al salón principal.
Nada más al entrar el ambiente los impactó a ambos, no estaban acostumbrados a tanto lujo.
Un par de candelabros de cristal colgaban del techo, muchos arreglos florales que parecían más caros que el apartamento que rentaban y champagne que solo podrían beber en ese momento porque el presupuesto jamás les alcanzaría para degustar algo tan fino en sus vidas.
Todo el mundo estaba vestido de manera impecable y se sintieron mejor al no haber exagerado con su vestimenta.
Un camarero se les acercó con finas copas en su bandeja, que al parecer era de plata fina, y cada uno tomó una.
--Que esta noche sea la mejor de nuestras perras vidas, mi estimado. --brindó TaeHyung.
--Que así sea, cariño. --pidió Jeon.
Ambos chocaron sus copas y bebieron. El sabor burbujeante y amargo invadió sus papilas gustativas y sus pupilas se dilataron.
--Esta mierda es lo mejor que he probado... Y mira, hay aperitivos en esa mesa. --Comentó el peligris.
--Vamos. --secundó el menor.
Se acercaron al lugar y trataron de pasar desapercibidos, pero les estaba costando trabajo, parecían desesperados mientras devoraban los canapés y dulces ubicados en cada rincón del lugar.
--¿Disfrutando la fiesta, Kim? --preguntó una voz grave a sus espaldas.
--Je-jeñor Min. Ejto ejtá ejquijito... --respondió sin vergüenza el peligris, tal vez por el alcohol que había consumido. El aludido sonrió. Sacudió un poco su cabellera rubia y TaeHyung lo miró embobado.
--¿Le gustaría bailar conmigo? --pidió el alfa rubio, mirando detenidamente al omega frente a él.
--Ji... --tragó el contenido que aún guardaba dentro de sus mejillas y se golpeó el pecho un par de veces. --Sí, por supuesto. --respondió. --Kookie, espérame un momento, volveré enseguida.
--Estaré en la barra, no te preocupes. --dijo despreocupado.
--Gracias. --agradeció TaeHyung en un murmullo e ingresó a la pista de baile de la mano del alfa.
Jeon sacudió su cabeza negando. Su amigo no era ni de cerca parecido a él. Mientras TaeHyung era extrovertido y sociable, él era retraído y tímido. Algunos pensaban que era un antipático, estaban muy lejos de la realidad, pues Jeon JungKook era una masita incompredida y frágil.
Se acercó a la barra y pidió una cerveza. Le costó trabajo, ya que siempre que intentaba pedir algo, alguien hablaba más alto que él y él quedaba atrás.
Finalmente tenía su vaso de cerveza fría frente a él y se le antojó mucho acompañarlo de pollo frito, pero la fiesta era demasido fina para su gusto.
--Cuánto me hace en falta un buen pollo frito. --Habló una voz de repente.
JungKook giró la cabeza y a su lado un alfa de apariencia tranquila le devolvió la mirada. Casi se atragantó con su propia saliva. Ese lobo no era solo guapo, era hermoso. Su rostro parecía tallado por la mismísima Madre Luna. Llevaba un traje negro ajustado a su cuerpo y unos zapatos que con solo mirarlos creyó que su cuenta bancaria había disminuido, pero su rostro, ese sí que valía millones de dólares. Su frente descubierta, sus ojos almendrados y sus labios rosados y prominentes lo dejaron sin palabras. Jamás había conocido a nadie que lo dejara así de estúpido al punto de no poder ni hablar, pero siempre hay una primera vez y esa fue la del omega.
--Tampoco pareces muy fanático de estas fiestas, a mi también me obligaron a asistir. No soy muy bueno con estos eventos. --habló el alfa a su lado. Pudo percibir un leve aroma a café y a perfume francés.
JungKook al fin reaccionó y sonrió débilmente sorbiendo de su vaso.
--Si por mi fuera, estaría en casa, vestido con mi pijama, viendo algún programa o tal vez jugando videojuegos.
--Atragantándome con un buen muslo de pollo frito y bebiendo una cerveza. Se me hace agua la boca de pensarlo.
JungKook sonrió, sus ojos se iluminaron y enseñó sus dientitos.
--Qué bonito... digo, es... eres... Lo siento. --se disculpó el alfa y bebió de su vaso hasta acabarlo, para luego pedir otro. Sus manos temblaban un poco y parecía algo nervioso.
--¿Te encuentras bien? --consultó dudoso el azabache, frunciendo un poco el ceño por la preocupación.
--Yo... odio estos eventos en serio. Me tomé un calmante antes de venir, me dijeron que no debía mezclarlos con alcohol, pero siento que...
--Siente que se ahoga. Sus manos sudan e incluso le cuesta respirar. Sé lo que se siente.
El alfa le dedicó una larga mirada al joven frente a él y luego sonrió.
--Agorafobia en terapia --extendió la mano el alfa.
--Ansiedad social, mucho gusto. --saludó tomando la mano del castaño entre la suya. Sintió una corriente eléctrica y sintió sus ojos arder. Parpadeó un par de veces.
--No me gustan los eventos sociales. Son como una tortura. --reiteró el castaño mientras bebía y bebía. --Yo soy más de quedarme en casa.
--¿Cierto? ¡¿Qué tiene de divertido salir y bailar con desconocidos?!
--¡Ni idea! Fui obligado. Ahí está el culpable, bailando con ese omega de pelo gris.
--Ese es mi amigo, ¡También me obligó a venir! Yo no quería... --dijo JungKook bebiendo su quinto vaso y sintiéndose algo mareado.
--¿Y si nos largamos? A la mierda la empresa, ya hicimos acto de presencia. --Sugirió el alfa.
El omega se carcajeó divertido. --¿Y a dónde iremos?
--Vivo a tres cuadras de aquí. Pediremos pollo frito, ¡Quiero pollo frito! --exigió con un puchero el mayor.
--Yo también quiero pollo frito y más cerveza...
--¿Vamos?
--Vamos. Oh, espere, déjeme buscar a mi ami... No está... ¿Dónde se fue?
--Luego lo llamas. --el alfa sacó un par de billetes de su cartera y los echó a un vaso. --Si preguntan por mi, dígales que me largué. --avisó al barman.
--¿Necesita un taxi, señor? --preguntó con educación el beta.
--Naaa... vivo a tres cuadras... Hip. Perdón... Vámonos... Ansiedad social.
--Larguémonos, agora... agor...
--Agorafobia.
--Eso.
El alfa tomó la mano de azabache y lo condujo a la salida. El hombre había llegado en auto, pero mencionó que vivía cerca y que estaba ebrio, así que simplemente salió del lugar acompañado del omega.
Hacía frío, pues era invierno y la nieve ya cubría las calles y edificios. Ambos comenzaron a caminar algo tambaleantes, pero felices de abandonar el salón.
--Hace unos días cumplí mis veintinueve.
--¡¿Veintinueve?! Pareces de mi edad. Tengo veinticuatro años.
--Sí y yo me siento de veinte. Mi madre insiste en que ya estoy grande como para vivir solo y no tener familia, pero a mi me gusta vivir así... Ella no me entiende.
--Mi madre tampoco me entiende. Quería que estuviera feliz porque mi hermana menor se casó.
--¿Y eso es malo?
--Se casó con mi ex. De hecho, los atrapé follando en mi cama, ¡MI CAMA! Junto a mi peluche favorito de Charmander, ay, mi Charmander, lo tuve que quemar después de eso... --se quejó el menor.
El castaño de repente se detuvo y atrapó la mano del azabache para que lo hiciera.
--Leí una frase en TikTok que decía "los árboles familiares también se podan", así que toma una tijera ¡y
cortale las pelotas a ese idiota!
--Hyung, así no era, pero tal vez te haga caso...
--¿Soy tu hyung?
--Si quieres...
--Quiero. --aseguró. --Pero sigamos, que hace frío.
Y el alfa tenía razón. A exactamente tres cuadras, en un edificio tan alto que daba vértigo mirar hacia arriba, vivía él.
El castaño saludó al conserje quien miró extrañado al acompañante del alfa, se subió al ascensor junto al azabache, puso su tarjeta/llave en el lector y presionó la tecla "P".
--¿Vives en un penthouse?
--¿Sí?
--Vaya que pagan bien en la empresa. Sería mi empleo soñado, ¿sabes? Para un omega como yo.
--¿Qué estudiaste?
--Ingeniería en Marketing Digital.
--¡Vaya! Eres el primer omega que conozco con ese título.
--Con honores me gradué. --mencionó orgulloso de sí mismo. --Ahora seré parte de HR Technologies por mi propio mérito también y ganaré mucho dinero y dejaré de comer solo sopas instantáneas y agua del jodido grifo.
El alfa miró detenidamente al azabache. Sus ojos eran soñadores y su sonrisa dulce.
--Eres muy bonito, como un conejito.
--Ni lo menciones, hyung. Mi ex me decía conejito.
--Lo siento. --se arrepintió rápidamente --Llegamos.
Parecía que no llegarían nunca y es que llegar al último piso fue toda una hazaña hasta para el mismísimo ascensor.
Las puertas se abrieron y JungKook jadeó. Un jodido penthouse se hallaba frente a él.
Se podía ver toda la maldita ciudad de Seúl. Era hermoso, inalcanzable e imposible para él.
--¿Qué te parece? --preguntó de repente el alfa, extendiéndole una lata de cerveza aún cerrada.
--Horrible. --Ironizó. --Un jodido penthouse. Ni las películas le hacen justicia. ¡Y tienes un jacuzzi en el balcón! ¿Lo usas siquiera?
--La verdad es que nunca lo he usado. Hace frío y bueno, prefiero estar adentro, calentito, viendo mis series.
--Te entiendo. -- JungKook bebió un poco del contenido de su lata y suspiró.
--¿Quieres tomar asiento? Pediré pollo y podemos ver una película o serie o lo que gustes. También podemos leer, tengo libros, mangas, manhwas, manhuas y todos los "man" que quieras leer.
--Una película estaría bien...
--O también esta la opción...
--¿Otra opción?
--Así es. Verás, yo tengo un lugar especial y privado. Un lugar que no cualquiera puede ingresar. Yo lo llamo "el cuarto de juegos". --Señaló el alfa con una voz extrañamente seductora.
*Holis. Yo aquí, otra vez, haciendo acto de presencia.
Les quiero. SIGANME, VOTEN Y COMENTEN, QUE RESPONDO HASTA LOS INSULTOS (NO ME INSULTEN 🥲)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro