— Por favor Irazue...te prometo que después de esto voy a disolver mi compromiso con Izayoi... te prometo que me quedaré contigo pase lo que pase... solo tienes que darme la prueba de que tú también te quedarás conmigo

Dice mientras reparte suaves besos por el cuello de la ingenua Irazue, que estaba más que extasiada con las caricias y besos de su amado Inu.

— ¿De verdad... harás eso?... ¿Solo te quedarás... Conmigo?
—  Es una promesa mi ángel — dijo mirándola a los ojos mientas cuidadosamente la iba despojando de su vestido.

Promesa que jamás cumpliste maldito patán.
¡¿Como pude ser tan estúpida?! El jamás iba a renunciar a Izayoi, a la mujer que le podía dar todo, a la mujer de élite que su familia eligió... Y también... Aunque me duela decirlo... A la mujer que realmente ama.

Estoy sola en mi habitación, ahora es cuando más me arrepiento de haber dejado mi casa, se que en este momento tal vez mi mamá estaría conmigo, tratando de calmar mis penas, y mi papá, aunque decepcionado me apoyaría, pero no es así.

Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos, pero no contesté, aún así la puerta se abrió dejando ver a una mujer de estatura media, cabello castaño hasta los hombros y una sonrisa deslumbrante.

— ¡Buenos días amiga! Ya es tarde, son las 12:00 del día y tú aún en la cama — abre las cortinas y el cuarto se llena de luz — vamos Irazue anímate, es un día hermoso.

— Estoy cansada, mi estado no me permite dormir.
— No seas exagerada, apenas llevas un mes de embarazo, quejate cuando tengas seis o siete meses entonces si te quejas todo lo que quieras. Vamos te prepararé algo rico de desayunar.

Nahomi es mi mejor y única amiga, ella me acogió en su departamento cuando llegue a Tokio hace siete años, nos conocimos en la parada del tren, era un día lluvioso y yo están completamente mojada, ella al verme tan mal, decidió ayudarme, es de las pocas personas buenas que hay en esta ciudad.

— Mira, conseguí toda la fruta más fresca y están deliciosas, y no es por qué yo lo hice pero el huevo estrellado está delicioso. Vamos come que ese pequeñito o pequeñita debe nacer sano y fuerte.
— No tengo hambre

Ella se puso sería dejó las cosas en la mesita del noche y me hizo sentarme en la cama de una manera un poco brusca, es una chica pequeña pero cuando se enoja saca fueza de donde sea.

- Deja ya está actitud que no te sirve de nada, ese bebé es lo mejor que...

- ¡Este bastardo es solo un error!- cuando menos me di cuenta Nahomi me había dado una cachetada y después me tomó fuertemente de los hombros.

- ¡Cállate ya! ¡Me tienes harta! ¡No sabes cuántas mujeres darían lo que fuera por estar en tu lugar!... No sabes lo que yo diría por estar en tu lugar - suspiró, se limpió las lágrimas para después verme de manera severa y continuar - Yo se que no es fácil para ti estar en este situación, debe ser horrible que el padre de tu bebé no quiera hacerse cargo, pero también se que seguramente todo lo que tu sientes el también lo siente, y se que suena a argumento chafa y cursi, pero tal vez el pueda darte su apoyo desde ahí dentro, se que tal vez él siente tu tristeza cuando lloras por las noches, pero a pesar de eso él está ahí.

|Se que seguramente este pedacito de ti — dice tocando mi no tan inchado vientre — te ama con todo su corazón a pesar de ser tan pequeño, te ama tanto como tú a él, solo que no quieres darte cuenta de eso. ¿Te has puesto a pensar por tan solo un minuto como sería cuando crezca y vean juntos el hermoso cielo de un nuevo día?¿Cómo sería verlo llorar y que en cuato tú lo abraces se calme porque a tu lado se siente seguro?

|Esta criaturita vino para hacerte mejor Irazue, vino para hacerte fuerte, el realmente es el que te va a enseñar a amar, cosa que el idiota de Taisho no pudo hacer.

Después de sus palabras me detuve a pensar en lo que me habia dicho, para llegar a una conclusión.

— Está bien, voy a cuidar de mi y de este bebé lo más que pueda, para que nasca sano, haré lo posible para traerlo al mundo con bien.

— ¡Así se habla amiga! Veras que cuando nazca y este contigo...

— No, yo solo lo voy a dar a luz, pero no me voy a encargar de él, en cuanto nazca tú y Sotta cuidarán de él, te voy a ayudar a cumplir tu sueño de ser madre.

— ¿De que hablas Irazue? ¡Es tu bebé, no lo puedes regalar!

— ¡Deja de repetirlo! ¡Eso solo me recuerda el error que cometí de haber confiado en un hombre que solo me usó!...este niño solo me recuerda lo estúpida e ilusa que fuí... Si tú no lo quieres entonces lo mejor será que me practiquen un legrado.

— ¡No! Esta bien, yo me haré cargo de este niño... En cuanto nazca, Sotta y yo lo iremos a registrar como nuestro...— Nahomi no se veia nada contenta, al contrario, se veía deprimida y pensativa — Ahora come algo, si no te va a hacer daño.

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Conforme pasaban los meses yo me sentía más rara, siempre estaba de un humor diferente, cualquier cosa me provocaba nauseas, por las noches no podía dormir de ninguna manera, el bebé se movía constantemente provocándome cierto malestar. Pero lo mas raro vino en los últimos dos meses de mi embarazo, ya que estaba sintiendo cierto apego hacia la criatura que crecía dentro de mi, en algunas ocasiones me sorprendía a mi misma hablándole como Nahomi lo hacia, o acariciando mi vientre mientras imaginaba ¿como seria el color de sus ojos, o de su cabello?, ¿como seria cuando creciera?, ¿se parecerá a mi o a su padre?, ¿cual de las dos personalidades tendría?

— Lo siento tanto bebé, pero debes entender que yo no podría darte lo que mereces, yo sola no podría con esta gran responsabilidad, me siento muy mal por regalarte pero muy bien porque se que estarás bien y en buenas manos, tendrás un padre y una madre que te protejan y te cuidará, serás un niño o niña lleno de amor ya lo verás.

Repentinamente sentí como el camisón que tenía puesto se iba humedeciendo con un líquido que salia de mí, en ese momento supe que había roto la fuente.

De inmediato tome mi teléfono y marque el primer número

— ¿Nahomi? No te alteres pero... Rompí la fuente, ¿puedes venir y preparar todo?

No escuché contestación solo el pitido de la llamada cuando cuelgan. Me levanté y comencé a caminar en todo el cuarto, y a los pocos minutos comencé a sentir las contracciones, cada que una aparecía contaba cuánto se tardaba en aparecer otra.

Repentinamente escuché como la puerta se azotó contra la pared y mi amiga entró muy nerviosa.

— ¡Irazue! ¡¿Estás bien?! ¡¿El bebé está bien!? ¿¡Estás sangrando!?

— Mujer cálmate....

— ¡No te preocupes Sotta llegará en cualquier momento! ¿¡Demonios Sotta en qué momento vas a llegar!?¡Será mejor llamar a una ambulancia para que vengan por ti!

—¡Nahomi cálmate!

— ¿¡Como quieres que me calme si estás en labor de parto?!

— Siéntate y respira conmigo... inhala... Exhala... Muy bien... Inhala... Exhala... Ahora, todavía no viene, tenemos que esperar a que las contracciones sean cada 5 minutos, todavia son cada 8 no te te preocupes, esto tarda horas, estaremos bien, ya preparé la maleta para el bebé y también una para mí, hay dos mamilas pequeñas en la maleta por si mi pecho no produce la suficiente leche como para alimentarlo, solo me hizo falta poner su ropita para cuándo salgamos y que no tengan que ir a buscar a la mera hora, ¿puedes checar que realmente esté todo?

Ella me observó sorprendida y luego me sonrió.

— Irazue... ¿De verdad piensas regalarme a tu bebé?
— Si, yo no lo quiero — contesté fría.

— Te preocupas demasiado por todo lo que tenga que ver con él, ¡carajo has visto absolutamente todo! En que hospital te van a recibir, la fórmula perfecta para un recién nacido por si tu pecho no produce leche suficiente, y eso lo investigaste con un pediatra, que por cierto a hora va a ser ese pediatra quien atienda al bebé cuando tenga alguna complicación, le compraste ropita 100% de algodón para que su piel no se irrite, ya hasta estabas viendo una cuna con tela para que en las noches de primavera o verano no lo molesten los mosquitos, te comportas como lo hace una madre que desea con todo su corazón estar a lado de su bebé.

—Te estás confundiendo Nahomi, yo prometí que me cuidaría a mi y al bebé para que esté contigo, para que tengas a un niño sano, no quiero dejarte un niño enfermo y con nula posibilidad de sobrevivir, por eso hago todo esto, porque quiero que esté bien, no te confundas.

— La que no se debería confundí eres tú, es obvio que no me quieres regalar a tu bebé, eso lo dices porque tienes miedo y es muy normal pero no tienes por qué temer, yo sé que serás un grandiosa madre.

— No voy a discutir más contigo este punto, solo haz el favor que te pedí¿si?

Ella se levantó y me vió de manera severa para después comenzar a ayudarme.

Así pasó el tiempo, las contracciones seguían apareciendo hasta que llegó Sota y me llevo al hospital.
Las últimas contracciones antes de llegar al hotel fueron las más duraderas y dolorosas, yo no pude evitar llorar del dolor y miedo, solo quería que todo esto acabará cuánto antes.

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Desperté en un cuarto de hospital, me dolía todo el cuerpo, especialmente el vientre y toda esa zona, entonces recordé que en todo el trabajo de parto me desmallé un par de veces por lo que el parto se complicó bastante, y al final en cuanto escuché el llanto del bebé y que el doctor dijo que estaba bien me sentí aliviada y entonces me volví a desmallar.

— Buenos días señora, que bueno que ya está despierta, su pequeño angelito a estado muy inquieto y con hambre — mencionó la enfermera con un pequeño bulto en sus brazos que después extendió hacia mí y yo lo recibí.

— ¿Que es? — le pregunté sin dejar de ver al bebé en mis brazos.
— Es un niño completamente sano, felicidades.

La enfermera me ayudó a acomodar al inquieto recién nacido que buscaba mi pecho para comenzar a alimentarse. Al principio fue bastante doloroso y estresante para ambos debido a que él comenzaba a desesperarse y a succionar bastante fuerte al no conseguí que la leche saliera, pero después lo logró y de a poco se quedó dormido.

Me detuve unos minutos a contemplarlo, aún no tenía parecido a nadie, per si se podía distinguir su piel pálida como la mía. Era muy lindo ver cómo en algunos momentos arrugaba el pequeño botón de carne que tenía por nariz, no podía dejar de contemplar lo bello que era, me hacía sentir una calidez muy especial en mi pecho, una satisfacción enorme de que por fin estuviera en mis brazos.

Este pequeño momento terminó en cuanto Nahomi entró al cuarto y recordé la promesa que le había hecho, no podía encariñarme de él, él ahora es su hijo.

— ¿Como estás? ¿Te sientes mejor? ¿Cómo está mi pequeño sobrino?

— Estoy bien, pero sumamente cansada, ha sido muy difícil alimentarlo y me duele todo el cuerpo.

— Eso es normal, pero ya veras que todo mejorará en lo que te recuperas.
— Espero que sea pronto — le extendí al bebé y ella lo tomó — ponlo en la cuna por favor.

— ¡Ay pero que cosita más hermosa!, se parece tanto a ti Irazue.
— No seas tonta Nahomi es un recién nacido, no se parece a nadie — dije mientas me acomodaba para dormir un poco más.

— Pero estoy segura que se parecerá a ti.
— Aja lo que digas.

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Dos meses después

Habían pasado ya dos meses de haber dado a luz a el bebé, estaba en mi casa y me iba recuperando cada ves más, Nahomi decidió que lo mejor era esperar a que el bebé creciera un poco para después ir al registro y ponerle un nombre, además de que se quedó conmigo por la lactancia.

Me encontraba sentada en mi cama leyendo tranquila cuando él comenzó a llorar, me levanté con cuidado y me dirigí hacia la pequeña cuna que estaba en mi cuarto, tomé al bebé en brazos y se calmó, regresé a la cama para seguir aruyandolo con comodidad, pero no se quedaba dormido, solo me veía con esos ojitos color dorado y yo contemple todas sus facciones, su piel pálida, su lunar en forma de luna en su pequeña frente igual al mío, la pelusita plateada sobre su cabeza

Nahomi tenía razón, con el paso del tiempo se parece más a mí.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, ese pequeñito era idéntico a mi, era mi hijo, parte de mi. Mi pequeño...

— Seshomaru... — el bebé dio una pequeña risita y yo sonreí aún derramando lágrimas — ¿Te gusta? Es... Lo único que obtendrás de tu padre.

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Una tarde de Enero me encontraba con Inu en su departamento, contemplando desde el amplió ventanal el atardecer, cuando de repente me dio por imaginar a mi lado a un pequeño niño, como si fuera nuestro hijo, como si fueramos una familia. Esa imagen me lleno de tanta felicidad que no puede evitar preguntar.

— Inu... ¿a ti te gustaria tener hijos?

— mmmm Si, pero no ahora.

— Y como te gustaria llamarlos?

—  Seshomaru o Inuyasha. Pero no creo que eso sea pronto.

— Seshomaru... me gusta, se escucha bastante bien.

— Si pero espero no tener ningun hijo ahora, no estoy listo. Aunque si me caso con Izayo lo mas probable es que en nuestro primer año de casados mis padres ya quieran un nieto — eso me desiluciono bastante me hizo recordar mi postura y mi lugar.

Yo no era mas que la amante de Inu No Taisho

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Es lo único que obtendremos de él, un nombre digno de ti.
— ¿Irazue donde esta mi pequeño bebé?, ¿donde esta mi pequeño Sotta?

Nahomi había entrado a mi casa sin que yo me diera cuenta.

— Ay ahí estás corazón, ven aquí mi vida, ven con mami — ella tomó a Seshomaru en sus brazos y él se puso muy inquieto — No mi amor no, soy mamá no tienes por qué estar así cariño.

— Basta Nahomi lo estás asustado.
—No, él se tiene que acostumbrar a mi, después de todo yo soy su madre ahora.

Eso me tomó por sorpresa, había olvidado por completo la promesa que le hice hace 11 meses.

— ¿Donde está su ropita y su pañalera?
— ¿Para que los quieres?

Tocaron la puesta de mi cuarto y yo autorice la entrada.

— Hola Irazue, perdón que entre así — dijo Sotta un poco apenado — ¿Cariño tu y nuestro hijo están listos? Se nos hace tarde.

— ¿Tarde para que? ¿A dónde lo van a llevar?
— Lo vamos a llevar a registrar, pronto serás Sotta Higurashi cariño — le dijo Nahomi al mi pequeño Seshomaru.

— ¿Que? No, ustedes no pueden hacer eso
— ¿Y por qué no Irazue? Él ya es un bebé grande y fuerte, ya no necesita más de tí.
— Pe-pero
— Pero nada, es hora de que esté pequeñito sea parte de la familia Higurashi.

Vi como ella tomaba todas las cosas de mi hijo y se hacercaba cada ves más a la puerta. Mientras Seshomaru lloraba en sus brazos

— ¡No! ¡Basta!¡No sé lo llevarán a ningún lado!
— ¡¿Porque no?! Tu renunciaste a él en el primer mes de embarazo, te recuerdo que incluso quisiste abortarlo, luego me lo regalaste cuando aún ni siquiera sabías que iba a ser. ¡Dijiste que me ayudarías a cumplir mi sueño!

Al escuchar todo eso no pude más y mis lágrimas comenzaron a salí, mis piernas me fallaron y cai de rodillas frente a ella

— Perdón... Se que dije que te lo daría... Pero ya no puedo... Ya no
— ¿Por que no, Irazue? — preguntó ella más calmada
— ¡Porque lo amó! ¡Porque es mi hijo y yo su madre! ¡Porque es mi más grande error y el mejor que he comentido!

De pronto sentí unos brazos a mi al rededor que me consolaban

— Lo se, yo sé que lo amas, es tu hijo y siempre lo será y yo...yo estaré feliz de ser su tía y madrina favorita.

Se separó de mí y seco mis lágrimas.

— Solo quería darte un empujón con esto, espero que no me odies por eso.

La empujé sutil de un hombro y después rei.

— Eres la peor amiga de todas — me levanté del piso con su ayuda y tome a Seshomaru que no dejaba de llorar en los brazos de Sotta.
— ¿A dónde crees que vas?
— Pues a mi cuarto a descansar después de todo el teatro.
— No señora, te tienes que alistar porque te vamos a llevar al registro para que al fin se haga oficial que eres toda una mamasita

Yo reí por la forma en la que lo dije y me fui a cambiar en lo que ella me ayudaba con el pequeñ Seshomaru....

Eres lo mejor que no quería que me pasará

Olvide que tenía esto ya escrito y queria compartirlo con ustedes.