33| ¡Puaj!
Me hice a un lado para dejar que Jimin y Minsoo entraran en mi departamento, durante todo el trayecto, el niño no había soltado la mano de Jimin, tal como él se lo indicó antes de salir de la clínica, me sorprendía lo obediente que se había mostrado hasta ahora. Tenía la energía propia de un infante, pero siempre al borde del respeto y la educación, entre la abuela de Jimin y él, definitivamente habían hecho un gran trabajo.
—¿Su televisor tiene programas de películas, señor Yoongi? —sonreí ante el apodo y cerré la puerta tras mi espalda.
—Claro que sí —los guié hasta la pieza de invitados con la cual venía el departamento, aquella iba a ser la habitación que ocuparía Minsoo hasta que el asunto con Jungkook desaparezca por completo —Tengo varios programas, como Netflix y disney, cuando quieras podemos ver una película.
—¡Sí! Me encanta disney —dio un pequeño salto en el lugar con su figura de spider man sujeta en la mano.
—Está será tu habitación. Solo hay que barrer un poco, limpiar los muebles y colocar sábanas nuevas —miré a Jimin, quien observaba el lugar con una sonrisa —No nos dio tiempo a hacerlo en la mañana, así que, ¿te parece que arreglemos tu cuarto ahora?
Minsoo corrió hasta la cama y se subió a ella de un salto —¿Y podemos poner música mientras limpiamos?
Jimin rió —Sí, pero baja de ahí que puedes caerte.
Mientras Jimin y Minsoo sacaban las sábanas y hacían la cama, yo fui hacia la televisión para colocar música, elegí una playlist aleatoria de YouTube que contuviera canciones infantiles, y antes de que comenzara la música, alcancé a escuchar el sonido de un mensaje entrante que provenía de mi celular.
Al sacarlo de mi bolsillo me di cuenta que era un correo electrónico enviado por una empresa fotográfica, querían hacerme una entrevista mañana a las 11 am para un puesto de edición fotográfica. Si es que estaba interesado, debía confirmar mi asistencia hoy e ir a la dirección que me indicaban, la cual quedaba a unos 30 minutos de aquí.
—Jimin —lo llamé cuando lo vi salir de la habitación en busca de más cosas, él cambió si rumbo y vino hacia mi. Le mostré el mensaje en mi celular, esperando ver su reacción.
—¡Que buena noticia, hyung! —gritó para hacerse oír por sobre la música y me abrazó.
Me preocupaba que si yo comenzaba a trabajar de día, y el continuaba trabajando de noche, no nos veríamos nunca y comenzariamos a distanciarnos, y yo no quería eso.
—Podremos solucionarlo —me dijo cuando le planteé el problema —De igual forma llevo tiempo queriendo renunciar al bar y buscar un trabajo de día, mi jefe es un cabrón explotador.
Yo pasé mis brazos por su cintura, sintiendo sus labios a centímetros de los míos —¿Y por qué no lo haces? Ahora que Minsoo salió de la clínica ya no tendrás tantos gastos.
—Aún me quedan algunas cuotas del credito que pagar —subió sus brazos hasta mi cuello y los dejó descansando ahí —Además, si renuncio, Namjoon hyung se quedaría solo en la barra, y es un trabajo demasiado exhausto para una sola persona.
—De acuerdo —dejé un pequeño beso en sus labios, solo un toque —Entonces si me contratan, veremos alguna otra solución ¿lo prometes?
—Por supuesto —fue él quien terminó de acortar la distancia y profundizó el beso. Adoraba lo abultado que eran sus labios, e incluso lo magnífico que besaba. Si bien tuve relaciones anteriores en mi etapa universitaria, ninguna de ellas se comparaba con mis sentimientos hacia Jimin, era un tipo de amor y deseo distinto del que alguna vez había experimentado. Desconozco si fueron por las circunstancias en la que lo conocí, o si es el hecho de que sea un hombre al que estoy amando.
—¡Puaj! —cuando nos separamos y giramos nuestras cabezas, vimos a Minsoo parado justo en el marco de la puerta con sus manos pequeñas tapándose ambos ojos.
Durante un segundo sentí miedo, y me teletransporté a cuando tenía su misma edad y escuchaba a mi padre gritarle a las personas homosexuales en la calle, pero al escuchar la risa divertida de Jimin, todos esos demonios y miedos desaparecieron uno tras otro, comprendí que Minsoo solo lo hacía de forma inocente, que aún no tenía la mentalidad perversa y malintencionada de un adulto.
Jimin se acercó a él y lo levantó en brazos —¿Qué es eso de puaj? —le hizo cosquillas y Minsoo reía como si su vida dependiera de ello, dejando al descubierto sus pequeños dientes que aún eran de leche —Nada de puaj en esa casa, tu también te vas a enamorar algún día y adivina qué.
Minsoo lo miró expectante una vez las cosquillas cesaron —También te darás besos y no harás puaj.
—Nooo —Minsoo se tapó los oídos y continuó riendo —¡Yo nunca me voy a enamorar!
Recuerdo que yo decía lo mismo cuando niño, y si mi yo de ese entonces me viera ahora, definitivamente no volvería a repetir esas palabras. Jimin lo dejó en el suelo y le indicó que fuera por más ropa para colgar en el closet. Volvió hacia a mi y colocó su mano en mi pecho, justo en el lugar donde estaba mi corazón —Tranquilo, hyung.
Suspiré, tomé su mano y le besé el dorso, había visto demasiada discriminación, y el entendía eso, incluso sin yo habérselo contado por completo —Gracias por tenerme paciencia.
El eye smile que recibí a cambio fue simplemente impagable, Jimin era un ángel con forma humana sobre la faz de la tierra —¿Nos ayuda a ordenar? Dentro de poco debo ducharme para ir al trabajo.
Asentí, lo seguí dentro de la habitación y comenzamos a acomodar muebles, tender ropa y barrer. Yo ya estaba casi en su totalidad recuperado de la fractura de costillas, por lo que hacer estas actividades no eran un problema, incluso disfruté compartir con Minsoo, quedamos de ir al mall en el centro de Seúl y comprar pegatinas decorativas para las paredes que a él más le gustaran.
Si Jimin confiaba en mi para dejarlo aquí durante la noche mientras él trabajaba, yo no podía hacer otra cosa más que demostrarle que estaba a la altura de cuidarlo.
Pero luego, mientras encargaba pizza para cenar y celebrar la llegada de Minsoo, Jimin me dijo que recibió un mensaje de Namjoon diciéndole que su jefe había salido del país por temas de negocio y que el bar no abriría por un par de días. Me explicó él que solía ser un tanto obsesivo con su trabajo, no le gustaba abrir si no estaba el presente, por lo que podríamos cenar y ver películas sin preocupaciones.
Quizás hoy, durante la noche, sea buen momento para dar un paso más, mi cuerpo ya no resistía la tentación de dormir con Jimin a mi lado y solo hacer cosas por sobre la tela. Si el estaba listo, yo igual lo estaría.
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