Abrí la puerta de mi departamento e ingresé. La luz del sol se filtraba por el ventanal que había al costado de los sillones, aún era bastante temprano, tenía tiempo de sobra para comer algo, cambiarme ropa e ir al turno de mi trabajo. Confiaba en que Hoseok iría por la noche a cuidar de Yoongi luego de que su madre se fuera.

Cuando dejé mi bolso sobre el sillón, un recibo de compra tirado al costado me llamó la atención. Estoy seguro de que cuando ordené y limpié todo luego de la pelea, no dejé nada olvidado en el suelo, porque había pasado incluso la aspiradora. Observé alrededor para ver si había algo más, pero solo parecía ser eso, el recibo tenía fecha de hace dos días atrás, de una tienda de conveniencia, alguien había comprado papas fritas y olvidó su recibo aquí.

Comencé a preocuparme de verdad cuando la puerta que daba al cuarto donde tomaba las fotografías estaba abierta, dejando ver el interior color rosa del lugar. Aquella puerta jamás quedaba abierta, siempre procuro dejarla cerrada.

Caminé hasta allí para ver si había alguien adentro, pero estaba vacío. Revisé el interior de los closet, debajo de la cama y en el baño, pero no había nadie. Sentía el latir de mi corazon justo en los oídos, toda la situación comenzó a desesperarme, debía bajar a pedir las cámaras de seguridad del departamento, dos cosas que para alguien pueden ser mera coincidencia, para mi no lo son.

El sonido de una notificación entrante me sacó del estupor en el que habia caído, salí de la habitación y revisé mi celular. Era Jungkook.

¿Por qué colocaste una orden de restricción en mi contra? ¡Responde!

Mis manos comenzaron a sudar al leer eso, estaba consiente de que debían notificarle a Jungkook, pero de cierta forma no esperaba que él me escribiera para reclamar algo, como su tuviera algun derecho.

Me acaba de llegar una carta que dice que no me puedo acercar a ti ¿QUÉ FUE LO QUE HICISTE? ¡¿CÓMO TE ATREVES?

Apagué el celular y lo tiré sobre la mesa, estaba realmente asustado, no podía creer la persona en la que se había convertido alguien que yo consideraba mi amigo, alguien que iba a verme al trabajo para pasar el rato conmigo, alguien que venía a mi casa a hacer colaboraciones. Jungkook se había convertido en un extraño, alguien violento y acosador que logró infundr miedo tan solo con unos mensajes.

No iba a revisar nada más, pero el celular no dejaba de sonar y encenderse. Lo volví a tomar con las manos temblorosas y los mensajes entrantes eran cada vez más horribles que los anteriores.

No podrás escapar de mi, Jimin hyung.

Sé donde vives, donde trabajas, donde haces tus compras.

No me percaté que había comenzado a llorar hasta que vi las lágrimas caer sobre la mesa. Jungkook estaba jugando con mi estabilidad mental y la estaba llevando al límite. Sin embargo, el siguiente mensaje me hizo reaccionar, Jungkook había cruzado la delgada línea que separaba el miedo de la furia.

Incluso sé en que clínica está Minsoo.

Con solo esas palabras, quería estrellarle el puño en el rostro, como se atreva a tocar a Minsoo, soy capaz de asesinarlo, descuartizarlo y dárselo de comer a los perros. Tomé las llaves de mi departamento y bajé corriendo las escaleras hasta la recepción. Lee Suho, la persona que vigilaba las cámaras de seguridad me reconoció de inmediato.

—Señor Park, ¿se encuentra usted bien? —me preguntó al verme llegar al mesón.

—Necesito revisar las cámaras de hace dos días —le dije —Alguien estuvo en mi departamento mientras yo estaba fuera.

Su rostro fue de sorpresa genuina, me miró extrañado y titubeó al hablar —¿Está usted seguro?

Yo dejé el recibo de papas fritas sobre la mesa —Esto no es mío, tiene fecha de hace dos días y estaba dentro de mi departamento —al notar que él parecía no entender el problema, continué. —Y yo no vengo hace una semana ¿Cómo explica este recibo? Necesito revisar esas cámaras.

El suspiró, y luego de pensarlo por unos segundos, accedió —Acompáñeme por aquí.

Me guió hasta la puerta que había detrás de la recepción, era el lugar donde estaban todas las cámaras de seguridad y la computadora para manejar cada una de ellas. Se sentó en la silla giratoria e ingresó la fecha que le pedí, comenzamos a mirar la cámara que daba directo al pasillo en el cual estaba mi departamento guiándonos por la hora de emisión del recibo. Pasaron alrededor de 30 minutos cuando se ve a un hombre salir del ascensor, observar disimuladamente hacia todas partes y caminar directo hacia mi puerta.

—Que maldito hijo de puta —murmuré entredientes apenas reconocí la silueta del hombre, las cámaras no tenían la mejor resolución, pero de igual forma se podía identificar quien era. Lee Suho me miró espantado, como si nunca hubiera escuchado alguien decir un garabato como ese.

Pude observar como Jungkook golpeaba la puerta un par de veces, luego esperaba, y al ver que nadie salía, metió una llave que no tengo idea de donde sacó y entró, tal como si fuera su hogar —¿Usted le dio esa llave, señor Park? —me preguntó Suho.

Negué con la cabeza —No sé de donde la sacó. ¿Puede retroceder la grabación, por favor?

Suho hizo lo que le pedí, saqué mi celular y comencé a grabar desde que Jungkook entró al edificio donde vivía, hasta que cierra la puerta de mi desaprtamento. Luego se lo envié sin ningun remordimiento —No te atrevas a tocar a Minsoo, o haré que te pudras en la cárcel, maldito enfermo.

Aquella advertencia frenó todos los mensajes que hasta ese entonces seguían llegando.

—¿Necesita que llame a la policía? —Suho me observaba preocupado, desde que llegué a vivir aquí, Jamás había pasado algo como eso.

—No —le devolví la mirada, sentía mi mandíbula tensa de tanto apretar los dientes —La policía ya está al tanto, él tiene una orden de restricción, no puede acercarse a este lugar de nuevo. Si lo vuelven a ver, no duden en llamar, es un peligro para todas las personas.

Suho asintió, podía ver la preocupación en su rostro. Le di las gracias por dejarme revisar las cámaras y volví a mi departamento, guardé un poco de ropa que creía necesaria en un bolso más grande, saqué mercadería y unos cuantos trajes de lencería. Volví a salir y marqué el número de Yoongi.

—¿Jimin? ¿Estás bien? —me sentí aliviado al escuchar su voz.

—Sí, hyung. —salí del edificio casi corriendo y tomé el primer taxi que encontré, debía ir a la clínica y asegurarme de que Minsoo está bien —No iré a trabajar hoy, paso algo con Jungkook ¿Puedo quedarme en su casa?

—Por supuesto, sacaré a mi madre lo antes posible, ven con cuidado.

Finalicé la llamada al entrar al auto, le di la dirección a la cual iba y me permití relajarme. No podía creer el asunto en el que estaba envuelto. Debía hablar con mi jefe y explicarle la situación, Namjoon no puede seguir solo en la barra, y no sé cuanto tiempo pueda pasar antes de que Jungkook arme un escándalo en el local. La advertencia lo mantendrá bajo control durante un tiempo, pero no sé hasta cuando, su mente es lo suficientemente perversa como para entrar a husmear en un hogar cuando no hay nadie. Tengo miedo de que más es capaz de hacer por mero capricho.

⭐️