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23| Enfrentamiento

Las notificaciones cesaron durante unos segundos, pero luego la pantalla se volvió a encender, indicando que alguien estaba llamando. No entendía como Jimin seguía sin despertar, la vibración generaba un ruido bastante leve, pero lo suficientemente fuerte para que se alcance a percibir en el ambiente.

Siguió sonando durante otro rato, sonó 1, 2 y hasta 3 veces. Estaba a punto de despertar a Jimin para que revisara quien lo necesitaba tan urgentemente, cuando sentí los toques en la puerta del departamento. Todo era demasiado extraño y comenzaba a asustarme.

—Jimin —lo llamé mientras movía su cuerpo —Ey.

Aún medio adormilado, abrió los ojos y se llevó las manos a ellos para disipar todo rastro de sueño —¿En qué momento me dormí?

El celular volvió a sonar junto con los toques en la puerta —Alguien te ha estado escribiendo y llamando, y ahora te buscan afuera.

Jimin arrugó el entrecejo y se estiró para tomar su celular, cuando me miró, supe que algo no andaba nada de bien —Es Jungkook —los golpes en la puerta se dejaron oír nuevamente, eran erráticos —No tengo idea que quiere.

Salió de la cama tan apurado que casi se llevó las mantas con él, hice el amago de seguirlo, pero mientras bajaba las escaleras me hizo una seña con las manos de que me mantuviera ahí, en el segundo piso. Lo observé a través de la mampara de vidrio que tiene su pieza, cuando llegó abajo, buscó las llaves y luego abrió la puerta del departamento. Jungkook entró como un torbellino a la sala de estar, se movía hacia todas partes, incapaz de mantener el equilibrio, como si estuviera ebrio.

—Jimin hyung, no me hagas esto —lloriqueó Jungkook cayendo al suelo mientras lloraba. Jimin se veía tan desconcertado como lo estaba yo, ninguno entendía que sucedía con ese chico —Usted y yo debemos estar juntos.

—De que hablas, Jeon —Jimin se agachó para estar a la altura y ayudarlo a levantarse —Mira como estás, ¿cómo se te ocurre venir así a mi casa? Hueles a cerveza y tequila.

Cuando ya lo tenía casi incorporado, noté como Jungkook sujetó fuertemente la quijada de Jimin e intentó darle un beso en los labios —No hagas eso —murmuró quitando su rostro y tratando de sentarlo en la silla del comedor, pero Jungkook tenía el doble de fuerza que Jimin y lo volvió a sujetar por el mentón, obligándolo a mirarlo.

Salí de la cama y bajé por las escaleras hasta llegar a ellos —Suficiente, déjalo —safé a Jimin del agarre de jungkook y lo obligué a sentarse en el comedor. Su rostro pareció transformarse al verme, pasó de estar atontado y lloroso por el alcohol a desear extrangularme ahí mismo.

—¿Por qué él está aquí? —escupió con fuerza y golpeó la mesa con su puño, aquello asustó a Jimin —¡Yo debería estar aquí, no él!

Le hice una seña con mi mano de que se colocara detrás de mi cuerpo, si iba a golpearlo tendría que pasar por encima de mi primero —¿Crees que es tu casa para estar golpeando las cosas, idiota? —lo sujeté por la solapa de la camisa floreada que traía puesta e intenté que entrara en razón, pero estaba demasiado ebrio.

—Jungkook, tienes que irte —murmuró Jimin por detrás —No puedes venir a mi casa de esta forma, podemos hablar otro día.

—¿Y dejar que te quedes con este imbecil? —se levantó de la silla en la que estaba y me empujó contra el sofá que había ahí, la punta del inmueble se enterró en mi costilla y sentí un dolor sordo que se extendió por todo mi cuerpo, cortandome la respiración.

—¡Hyung! —Jimin llegó a mi lado e intentó ver si había alguna herida sangrante en el lugar donde yo tenía mis manos.

—Estoy bien, tranquilo. —Jadeé, haciendo presión en el golpe, es como si de esa forma pudiera evitar que el dolor aumentara.

Al ver que no era completamente cierto lo que yo decía, Jimin se incorporó y se enfrentó a Jungkook —¿Qué tienes en la cabeza? —le dio un empujón que lo hizo tambalear, si Jungkook hubiera estado sobrio, ese empujón hubiera sido un aleteo de mariposa —¿Cómo se te ocurre venir a mi casa, golpear a Yoongi y exigir cosas que no te corresponden? ¿Ah?

—Jiminie hyung, usted me gusta mucho —Jungkook intentó colocar sus manos sobre el cuerpo de Jimin, pero este no se dejó y lo volvió a empujar, haciendo que Jungkook volviera a cer sentado donde lo dejé.

Me incorporé despacio y me acerqué a donde estaban ellos, aunque se me fueran a caer las costillas del dolor, no podía permitir que le hiciera algo a Jimin —Voy a llamar a la policía si no te vas ahora —aquello solamente enfureció aún más a Jungkook y volvió a arremetir contra mí, provocando que ambos cayeramos al suelo. Si bien es cierto que estaba ebrio, aún así por su contextura tenía mucha más fuerza que yo, sentí un golpe en el pómulo derecho, otro en mis costillas, y cuando pude abrir los ojos, Jungkook estaba levantando el puño para estamparlo contra ni rostro.

Logré esquivarlo y pegarle en la entrepierna, y cuando sentí que se alivió la presión que tenía sobre sobre mi estómago, hice que ambos giraramos en el suelo, dejándolo debajo de mi e intentando inmovilizarlo, no debía golpearlo más de lo necesario o no podría safarme con que fue en defensa propia.

—Jimin —lo llamé entre jadeos —Trae algo para atarle las manos.

Al escuchar eso Jungkook forcejeó para librarse de mi agarré, pero le di un puñetazo en el rostro para tranquilizarlo, aquello lo aturdió lo suficiente como para darle tiempo a Jimin de llegar con unas esposas rosa pastel, imagino que de su colección de disfraces.

—Hyung, su frente está sangrando —murmuró preocupado luego de que pudieramos atar las manos de Jungkook, me llevé la palma al rostro y efectivamente tenía sangre, era lo que menos me importaba en esos momentos.

Con Jungkook esposado las cosas volvieron a calmarse, observé el desastre que hicimos y me sentí culpable, el departamento de Jimin había sufrido las consecuencias de una persona celosa y violenta. No sé que se supone que debamos hacer ahora, quizás deberíamos ir a la estación de policías y que Jimin coloque una orden de restricción. —¿Tú estás bien? —le pregunté al observar su rostro de preocupación y tristeza.

—Sí —con su mano hizo que Jungkook lo mirara —Observa lo que has hecho, Jeon. Eras mi amigo, no puedes obligarme a que corresponda tus sentimientos. Esto debimos hablarlo en otro momento, los dos, no así.

Jungkook arrugó el entrecejo, estaba frustrado, aunque con la adrenalina del enfrentamiento, el alcohol había disminuido bastante de su sistema, ya no arrastraba las palabras —Usted no entiende cuanto lo amo Jimin hyung.

Yo desvié la mirada al oír eso, siempre lo supe, y quizás el habérselo a dicho a Jimin fue lo que nos llevó a estar en esta situación.

—Eso no es verdad —le respondió aún sin soltarle el rostro —¿Crees que a la forma en que reaccionaste ahora se le puede llamar amor?

Jungkook estaba dispuesto a protestar y seguir defendiendo su postura, pero las luces rojas y las sirenas de unos carros policiales hizo que todos nos quedáramos en silencio.

—¿Tú los llamaste? —le pregunté a Jimin. Era la única persona que podría haberlo hecho.

Pero él negó con la cabeza.

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