21| ¿No se da cuenta, hyung?
Toqué dos veces la puerta con los nudillos de mi mano y esperé pacientemente, en el pasillo habían solo unos cuantos departamentos y el ascensor, la puerta de Jimin era la más distintivas entre todas las demás al tener un leve barniz color caramelo sobre la madera. Me pregunto si habrá sido idea de él o de su abuela, el barnizar las puertas solía ser característica de los ancianos, por alguna razón les gustaba como se veía.
Cuando me abrió la puerta, noté las grandes ojeras debajo de sus ojos, tenía el cabello despeinado y vestía ropa de dormir —No he tenido tiempo de hacer aseo, hyung, ignore el desorden por favor —se disculpó mientras se hacía a un lado para que yo pudiera entrar con todo mi equipo. El desorden era lo que menos me importaba la verdad, lo único que quería era abrazarlo y sentir el olor de su perfume, pero hice un esfuerzo colosal para no precipitarme, ya había tomado una decisión y esperaba mantenerme fiel a ella.
Jimin me ayudó a dejar las cosas sobre la mesa de centro, y al terminar, hizo un vago intento de peinar sus cabellos rebeldes —Hyung, quería contarle una cosa sobre Jungkook —sus ojos grices me miraron expectante, esperando alguna reacción de mi parte.
—Jimin, de verdad no es necesario —comencé a decir antes de que el pudiese continuar, de verdad no quería revivir la conversación que tuvimos ayer, ya me sentía lo suficientemente mal por lo que hice como para escuchar algún reclamo más—. Preferiría que las cosas se mantengan así.
Un atisbo de duda genuina surcó su rostro —¿Así cómo?
Yo suspiré, mis manos picaban por abrazarlo, y mis labios añoraban un beso de él —Así como ahora, después de todo tienes razón, nosotros no somos nada.
—Hyung...
—Creo que sería lo mejor, Jimin.
—¿De verdad lo cree? —sus ojos grices adquirieron un leve tinte rojo, estaba a nada de colocarse a llorar, y aquello me dolió en lo mas profundo del corazón. Desconozco si lo hace como manipulación o simplemente es una persona demasiado sensible.
—Sí —mi respuesta llegó tarde y dubitativa, claramente no era lo que quería que sucediera, pero sí consideraba que era lo mejor que podíamos hacer, incluso si aquello significaba perder mi trabajo para evitar la incomodidad.
Jimin se pasó la lengua por los labios y desvió la vista hacia el suelo, se abrazó a si mismo como para obtener algo de valor y volvió a mirarme —Hyung, yo solo quería decirle que quizás usted tenía razón con respecto a Jungkook.
Yo levanté una ceja —¿A qué te refieres?
—Ayer me dijo cosas muy extrañas, yo no supe bien qué hacer —Jimin arrugó el entrecejo y me relató lo que sucedió en su lugar de trabajo ayer por la noche, yo me quedé estupefacto, no imaginé que podía estar aislando a Jimin de su círculo de amigos, nunca fue mi intención. —Jungkook jamás había actuado así. A lo que quiero llegar con esto, es que yo siempre lo vi como un colaborador, incluso lo consideraba un amigo, pero al parecer él sentía algo más por mi, y yo no me di cuenta hasta ayer.
—¿Y qué planeas hacer con eso?
Se encogió de hombros —No lo sé, hyung —yo tampoco sabría que hacer. Es un tema bastante complicado cuando el amor se atraviesa en la amistad, no me imagino a Hoseok sientiendo algo por mi, o al revés. No soportaría perder su amistad por algo así.
—¿Pero tú no sientes algo por él?
Jimin se soltó de su autoabrazo y se acercó muy peligrosamente a mi cuerpo, su rostro pasó de tristeza a estar cabreado y rojo en cuestión de segundos —¿No se da cuenta, hyung? —yo me quedé estupefacto, lo tenía tan cerca que incluso podía observar las distintas tonalidades de grices que conformaban sus ojos —¿De verdad no se da cuenta?
—¿Darme cuenta de qué? —pregunté realmente confundido.
—Usted es quien me gusta, hyung. No Jungkook, es usted —los ojos de Jimin volvieron a adquirir un tinte rojo, pero esta vez, se notaba a kilómetros la frustración por la cual estaba atravesando al ver que yo no entendía algo tan básico como eso—. Se lo dije hace un par de semanas, le expliqué que estaba volviendo a sentir las mismas cosas que sentí con el chico de la iglesia en Busan, y usted me dijo-
—Me acuerdo de lo que dije —lo interrumpí, ese día no correspondí directamente a sus sentimientos, pero tampoco me negué a que me besara. Levanté mis manos hacia sus mejillas y limpié las lágrimas que caían por sus ojos, tener el tacto de su piel debajo de mis palmas me hizo sonreir. Aún continuaba luchando contra mis propios prejuicios infundados por mi familia, y temía bastante que Jimin no tuviera la paciencia suficiente para lidiar conmigo. —Creo que también me gustas, Jimin. La decisión que quería tomar respecto a Jungkook, es porque no quería que este sentimiento que tengo hacia ti siguiera creciendo, no quería quedarme con todo en las manos.
Jimin soltó una pequeña risa, yo sentí como algo se alivió en su cuerpo, porque dejó de estar tenso y la temperatura de sus mejillas comenzó a disminuir —Nunca creí que escucharía eso, hyung.
—¿De qué hablas? ¿Por qué no? —muchas veces no entendía como funcionaba la mente de Jimin—. Eres una persona...preciosa en todos los sentidos.
Aquello no era una mentira, Jimin tenía un corazón enorme y libre, sus ojos eran peculiares pero hermosos a la vez, estoy seguro de que jamás había conocido a alguien tan fuera de lo común como o era él. Jimin subió sus manos hasta mis hombros y me atrajo despacio en un abrazo torpe e improvisado, lo sentí ocultarse en mi cuello y respirar con calma.
Yo pasé mis brazos por su espalda y me permití disfrutar del olor a tinte rosa y perfume dulce que emanaba de su cabello, es imposible que el abrazo de otro hombre me diera tanta calma y tranquilidad, pero así era, Jimin tenía ese efecto sobre mi cuerpo.
—Por favor, hyung, quédese conmigo hoy —susurró despacio en mi oído.
—Está bien —le respondí también en susurros.
No había motivo para estar hablando en voz baja, pero al hacerlo, es como si nos estuviéramos contando un secreto que nadie más sabía, solo las paredes de este departamento son testigos de lo que crece en nuestros corazones día a día.
Sin embargo, aún temía por lo que podría suceder más adelante. No se que tan bien está lo que sucede entre nosotros, pero los sentimientos son difíciles de frenar, más aún cuando la otra persona te otorga tanta tranquilidad.
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