18| ¿Cuál verdad, hyung?
El día transcurrió sin mayores novedades, capturé bastantes imágenes de Jimin en diferentes poses y con distintos juguetes/disfraces. Los videos seguían siendo todo un desafío, pero no tanto como al inicio, el estómago ya no se me revolvía, y podía hacer mejores tomas. Jimin quedaba conforme bastante rápido con mi trabajo, aquello me hacía sentir bien. Me gradué con honores de la universidad, fui uno de los mejores de mi promoción, pero ningún diploma se compraba con escucharlo decir "me encantó esa fotografía, hyung"
Los paisajes seguían siendo mi escenario favorito para fotografiar, sin embargo, el cuerpo de Jimin podría hacerles competencia fácilmente.
—Estoy agotado —se quejó desde la cama, luego de haber hecho las últimas fotografías, quedó tendido boca arriba, mirando el techo de la habitación, estaba desnudo, pero se cubrió con la sábana afelpada que tenía la cama.
Yo corregí la postura de mi espalda e intenté evitar mirarlo demasiado tiempo, estar detrás de una cámara no produce el mismo efecto que verlo en persona, no existía fotografía que pudiera capturar su belleza mejor que el ojo humano.
Hice tronar algunos de mis huesos y me permití relajarme, observé la hora en mi celular, habíamos estado aquí encerrados por mas de 5 horas, ahora entendía el rugido de mi estomago, un poco más de tiempo y comenzaría a devorarse a sí mismo.
—¿Sobró algo de arroz? —le pregunté mientras apagaba mis equipos y los guardaba, aún me quedaba editar las imágenes pero aquello podría hacerlo mientras almorzaba.
—Sí —me respondió —También queda sopa. Sírvase si quiere, yo descansaré un poco más.
Asentí y me llevé el computador hasta la mesa, el celular de Jimin también estaba allí. Rebusqué hasta dar con la comida y serví las ultimas dos porciones que quedaban, dejé una tapada con un paño para Jimin y la otra me la llevé hasta la mesa de centro para poder trabajar cómodamente.
Al cabo de unos minutos, el celular se encendió, mostrando la barra de notoficaciones en la pantalla de bloqueo, miré de reojo y los mensajes entrantes se alcanzan a leer. Eran varios, y quien los enviaba era Jungkook. Sé perfectamente que no debería estar leyéndolos, pero la curiosidad pudo más conmigo, ya había visto en dos ocasiones actitudes que demostraban que eran algo más que solo amigos, aunque Jimin lo negara.
Cogí el celular y mantuve presionada la pantalla para evitar que se apagara.
"Hola Jiminie hyung, recibí las cosas que me envió, muchas graciass ♡♡♡"
"Está todo muy lindo, igual que usted"
"pd: la pasé super bien ayer en la noche jeje"
Y un sticker de gato envuelto en corazones.
Mi estómago se revolvió y el arroz adquirió un sabor amargo. Dejé el celular donde estaba e intenté concentrarme, pero la verdad de las cosas es que fue en vano, no me considero tan moderno como para interpretar eso como una simple relación de amistad. No era capaz de entenderlo, ¿por qué razón Jimin me mentiría con algo así? ¿Por qué me diría que son solo amigos cuando los mensajes y las acciones demostraban cosas distintas? Yo jamás podría jugar con algo de este tipo. No lo considero honesto.
Estuve tentado a encender el celular cuando volvió a sonar, pero el leve moviendo que escuché al interior de la habitación donde estábamos anteriormente me hizo detenerme, comencé a jugar con la iluminación en la fotografía para mantener mis manos ocupadas al menos hasta que Jimin saliera de la habitación. Estaba dispuesto a preguntarle sobre los mensajes, a pedirle que me dijera la verdad, pero cuando lo vi rodear la mesa y alegrarse al encontrar la porción de arroz que había dejado para el, algo en mi me pidió que me detuviera.
Así que contuve mi lengua lo más que pude, pero cuando lo vi sonreír al leer los mensajes, decidí que no era buena seguir extendiendo el tiempo de pregunta.
—Jimin —lo llamé. Hice un esfuerzo por apartar la vista del computador y enfrentar su mirada grisácea —Me parece que somos dos adultos, ¿podrías, por favor, decirme la verdad acerca de Jungkook?
—¿Cuál verdad, hyung? —parecía confundido de verdad, hasta que volvió a bajar la vista a su celular —¿Revisó mis mensajes?
Yo junté los labios en una fina línea —No es lo que importa ahora, Jimin, yo solo quiero saber si entre ustedes hay algo más.
Dejó el tenedor a un lado y volvió a bajar la vista a su celular, luego volvió a mirarme —No entiendo porqué lo hizo, ya le he dicho que entre nosotros no hay nada.
Froté mi rostro con mis manos, ni siquiera entendía porqué insistí en tener esta conversación. —Lo hice porque no dejaba de sonar y yo...necesitaba despejarme de esa duda. Se supone que trabajas de noche, pero según sus mensajes estuviste con él.
—Sí, estuve con él, pero poque fue a verme a mi trabajo, hyung. Trabajo en un bar nocturno sirviendo tragos —su mirada era una mezcla de ira y decepción, yo no sabía que tanto creer de esa historia —Además, no entiendo porque tengo que estar dándole explicaciones a usted. Nosotros no somos nada.
Yo abrí y cerré la boca para decir algo, pero Jimin tenía razón, no estoy en posición de exigir nada. Miré la imagen que tenía en la computadora y sólo me produjo rechazo —Tienes razón.
No entiendo el porqué me pedía tanto que hiciera una excepción con él, que lo besara, que abriera mi corazón, cuál fue el motivo de todo esto si al final terminaría usando esas palabras conmigo. Es como un golpe bajo, usar la debilidad de alguien para jugar con sus sentimientos.
Un suspiro apenado salió de sus labios —No, hyung...no quise decir eso —murmuró, pero yo era tarde, porque aquello ya había salido de su boca. Yo fingí trabajar un poco más, pero había cerrado la pestaña con sus imágenes. —Jungkook solo fue a verme al trabajo, le vendí unos trajes que tenía y eso fue todo.
—Esta bien, Jimin —intenté fingir una sonrisa, pero estoy seguro de que se vio como una mueca antes que como una sonrisa —Tienes razón, no te corresponde explicarme nada. Podemos seguir siendo jefe y empleado sin problemas.
Solo quería tomar mis cosas y huir lo suficientemente lejos para que nadie me encontrara, pero estaba en mi papel de adulto responsable, debía actuar con diplomacia y no como un niño. Me iría con educación y luego podría largarme a llorar todo lo que fuera necesario.
Jimin miró su porción de arroz con tristeza, había quedado casi intacta, igual que la mía. Sentía culpa por haber iniciado esta discusión, pero al mismo tiempo, mi ansiedad no podía más con la curiosidad, necesitaba saber que sucedía realmente, ya que aquellas actitudes para mí, eran más que de simples amigos, había un interés, aunque sea de alguno de los dos.
Fui cerrando las demás pestañas de a apoco, hasta que llegué a la principal, fingí escribir algo y luego la cerré también.
—Bueno, creo que será mejor que me vaya, se hace tarde —dije, guardé mi computador en su estuche e intenté evitar la mirada de Jimin a toda costa. Me dolía ver sus ojos, porque tengo sentimientos confusos —Te enviaré las imágenes antes de la noche al correo, quedaron bastante bien.
—Hyung...
Me detuve justo antes de abrir la puerta, pero como Jimin no continuó la oración, simplemente tomé el pomo y salí, se supone que hoy me quedaría a dormir, pero no quería incomodarlo más de lo que ya lo hice. No era justo para el ni tampoco para mi.
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