Tenía planeado irme de inmediato. Quería llegar y descansar en mi adorada cama por el resto del día, pero cuando llegué al piso de Jimin, con él sujetado a mi hombro y sus ojos grices cansados a más no poder, algo me imploró quedarme. Y cuando Jimin me lo pidió, ni siquiera tuve que pensarlo. Acepté demasiado rápido, tanto, que incluso él se sorprendió. 

—Perdón por quitarle tiempo —lo oí murmurar desde el sillón en el que se dejó caer —No tomé en consideración que quizás tiene cosas que hacer, y yo estoy aquí pidiéndole que se quede. 

—Está bien —respondí lo más suave que pude. —Consideralo...como parte de mi trabajo. No pagas mal.

Él sonrió —A veces la gente paga sumas inimaginables por esas imagenes.

—Lo sé, lo he notado.

Lo observé largo tiempo en el sillón, su cuerpo es pequeño, delgado y muy fino. El cabello rosa parece casi natural con lo bien cuidado que estaba, pero su color de piel había perdido la tonalidad vivaz que solía tener. Lo conozco hace muy poco tiempo, también lo detesto por lo que es y por lo que me hace sentir cuando estoy cerca de él. Pero tengo una sensación tan escalofriante en el corazón, que me gustaría por un segundo, sentir su cuerpo junto al mío. 

—¿Jimin? —lo llamé. Llené dos vasos de agua y le tendí uno. 

—¿Sí, hyung?

—Cómo te enteraste...que, bueno, ya sabes...

—¿Cómo me enteré que soy homosexual? —suspiré. Odio la facilidad que tiene para decir esa frase.

—Sí.

Él se acomodó en el sillón luego de dejar el vaso en el piso. Colocó una almohada entre medio de sus piernas y la otra la sostuvo a la altura de su cabeza. Sus ojos grices volvieron a posarse en mí —En realidad, no fue nada del otro mundo. Mi familia es cristiana, todos los domingos íbamos a la iglesia, y en el coro había un chico cuyo nombre ya olvidé. —Sonrió, como recordando algo que en su momento le causó gracia —siempre lo observaba y me llamaba la atención lo hermoso que lo encontraba. Un domingo, luego de misa, lo encontré en la parte donde se guardaban los instrumentos, y lo besé.

—¿Y qué pasó luego? —pregunté al notar que Jimin no continuaba.

—Me sentí bien. Recuerdo que tenía alrededor de 15 años, mi madre había intentado que saliera con una chica que también pertenecía a la iglesia, habían planificado un matrimonio a futuro y todo eso. —Suspiró —Pero luego de besarlo a él, descubrí que todo ese tiempo estuve equivocado, y corrí a contarle a mi mamá que me había enamorado, pero como era de esperar, no reaccionó nada bien. Me desterraron de la iglesia y tuve que venirme a Seúl a vivir con mi abuela. 

—¿No eres de aquí, entonces?

—No, yo soy de Busan. Mi abuela también fue desterrada de la iglesia, no sé bien porqué, nunca le pregunté, y se independizó aquí apenas pudo. 

—Vaya... —a Hoseok le habría encantado escuchar esta historia —Y...¿qué pasó con el chico al que besaste?

—No lo sé. Que conste que no lo obligué a besarme —Jimin me señaló con el dedo índice a modo de acusación —Yo me acerqué despacio, y el terminó por acortar la distancia entre nosotros, era mucho mayor, creo que bordeaba los 18 años. Entendía todo lo que pasaba, y yo también, pero como te habrás dado cuenta, me valía hongo la religión. Creo que él se arrepintió y fue a expiar sus pecado, algo asi escuché —se encogió de hombros, restandole importancia —Nunca volví a saber de él, solo recuerdo que lo encontraba muy guapo. 

—¿Lo consierdas tu primer amor?

Él lo meditó por un segundo —¿Quizás? Es decir, nunca he estado con alguien, entonces...él tampoco contó como una relación, así que no sé si llamarlo primer amor. 

—Pero lo encontrabas guapo —mi cerebro intentaba unir las piezas, si bien con Jimin teniamos una edad similar, estaba más que claro que su mente funcionaba muy distinta a la mía.

—Claro —se colocó de espaldas en el sillón y comenzó a reir —Es que hyung...tu primer amor tiene que ser mágico, tiene que ser alguien que te adore, que sea tu amigo, tu compañero. —está hablando como una princesa de los cuentos de hadas —Tienen que formalizar y querer una vida juntos, no puede ser alguien que besaste a escondidas en una iglesia, como si fueras un bandido. 

—Bueno, considerando que te besaste con un chico, en una iglesia...son palabras y acciones que ambos sabemos que no juntan ni pegan. 

Jimin bufó, divertido —Estás complicando demasiado esto. —me sacó la lengua de forma infantil y volvió a mirar hacia el techo del living. Los sillones eran realmente cómodos. —Pero el punto de la historia, es que creo que no lo considero mi primer amor, y nunca he estado con alguien, así que se podría decir que no he experimentado eso. 

—Es extraño —él me observó, esperando a que continuara —Es decir, no entiendo bien, ¿eres virgen, nunca has tenido una relación, y vendes contenido sexual en instagram?

Su rostro expresaba incredulidad en su estado más puro —Sí, ¿por qué?

—No lo sé, es como decir que te gusta el arroz pero no lo comes.

Jimin se enderezó y volvió a la posición del inicio —Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

—¿No?

Negó con la cabeza mientras sonreia. Es un milagro que no esté asesinándome, aún recuerdo la escena vergonzosa con el chico la cafetería —Yo puedo ser virgen y vender contenido en instagram, así como puedo no serlo y no vender nada. 

Fruncí el entrecejo —Eso no tiene sentido.

—Claro que sí. La virginidad es una construcción social, hyung, no existe realmente —antes de que pudiera rebatir su respuesta, él continuó —Porque ¿a qué le llamas "perder la virginidad"? ¿Meter el pene en algún agujero o que te lo metan a ti?

Me levanté, asqueado, y oí la risa escandalosa de Jimin detrás mío. Si tan solo pudiera oírlo reír de esa forma todos los días, creo que siempre estaría dispuesto a preguntar cosas de este tipo, aunque significara escuchar obscenidades. 

—Vale, creo que no fue necesaria la última parte —dejo de reírse —Perdón. 

Cuando me giré a verlo, la sonrisa burlona seguía plasmada en su rostro. —Tus disculpas no son sinceras —bromeé. 

Él se levantó y llegó a mi lado, sus pequeñas manos envolvieron mi brazo y lo apegaron a su cuerpo, podía sentir su piel por encima de la ropa y el roce de su respiración a la altura de mi mentón —Claro que sí. —Sus pestañas revolotearon fingiendo inocencia. Es un astuto. 

—Mentiroso —sacudí mi brazo para intentar sacarmelo de encima y él volvio a reir. En ese momento comprendí que Jimin era una gran persona, y que todos los prejuicios que en su momento tuve hacia él, estaban más que erróneos . —La persona que sea tu pareja será muy afortunada.

Él se quedó estático —¿Usted cree? 

Asentí —Eres agradable y muy risueño. A la gente, y sobre todo a las parejas, les hace falta felicidad —Jimin seguía sujeto a mi brazo. Y yo seguía mirando sus ojos, son mas brillantes que la misma luna —Un compañero, como dices tú. 

Él se acercó un poco más, pero algo pareció detenerlo —Gracias... —sonrió a pocos centímetros de mi rostro. Si tan solo tuviera valor, las cosas podrían ser distintas. 

⭐️