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Impresiones Primarias: Capítulo I: Limerencia

Existencialismo...

Era una palabra tan compleja que a veces le daba dolor de cabeza pensar en ello.

¿Quién era? ¿Cuál era su propósito en el mundo?

Éxito, era lo que todos a su alrededor decían cuando comenzó a ser consciente con el paso de sus primeros años donde obedecía, y mostraba un culto no común en los niños de su edad. Porque era un chico especial, aunque no lo creyera de esa manera.

Todo el mundo era especial a su manera, todos buscaban algo que los hiciera únicos y buscar esa diferencia... Los volvía comunes.

Ser diferentes hacía normales a todos.

Estereotipos, ideas compartidas que por alguna razón pensaban que los hacían minoría entre billones de humanos, creencias, sueños, temores, metas, fracasos, gustos, decepciones... Todos compartían con unos miles más aquello.

En algún momento, todos pensaban ser especiales y eso les daba esperanza a pensar de que serían más que una simple existencia; el mundo no dejaría de girar o seguir su curso una vez que alguien dejara de estar, era el ciclo de la vida en donde todos quieren dejar huella pero ninguno lo conseguía y todo aquello simplemente terminaba como un sueño, describiendolo de manera romántica.

Entonces entendió que las personas que eran ídolos entre generaciones, inspiraciones que seguían siendo renombrados o personas que conseguían la fama no eran casos especiales:

Esas eran excepciones que lograban poner color en el mundo gris. Porque mientras todos caminaban y miraban hacia la izquierda, derecha, al frente o al reverso, las excepciones eran capaces de observar y apuntar hacia arriba, ver más allá de lo que les imponen a pensar y más allá de lo que pueden ver, siempre confiando en que lo que no se ve, también puede ser.

HyunWoo, para todos, era una de esas excepciones, en donde sus cuestionamientos de la vida diaria se habían convertido en su talento por medio del olor a papel nuevo y palabras que una tras otra formaban textos, casi siempre sin un propósito más que sacar aquella frustración que le daba el no saber a dónde ir o a donde se dirigía en todo su camino, desde que comenzó a ser consciente de todo ello, solamente comenzó a vivir porque debía hacerlo, y de alguna manera no le importaba ponerlo de esa forma, porque no sabía de que otra manera podía ser.

Su madre le dijo que debía ser bueno en todo lo que hacía y lo cumplió en ámbitos académicos, físicos y personales.
Su padre le recalcó que debía ser una persona impecable y de igual manera lo hizo: Sin ningún gusto por adicciones, siempre con una imagen excelsa y con el único propósito de dar honor a la familia.

De igual manera, ¿para que servía el honor de todos modos?

La gente siempre hablaría algo malo del otro, fuera por hipocresía, por agradar a un círculo o por envidia, era la naturaleza humana el ser ambicioso y anhelar lo que no eran capaces de tener en vez de trabajar por ello y hacerlo una realidad.

Ah... Ahí estaba de nuevo, pensando y divagando sobre el como era tedioso el tener que mantener un semblante amable ante los vecinos, familiares y ahora, ante reporteros y admiradores que mantenían la ilusión de un hombre perfecto. No mentía cuando decía que no le era de interés mantener los modales y carácter que se le mostraron desde niño, después de todo se supone que era como debía ser, pero no por ello significaba que el cansancio no pudiera llegar a su cuerpo después de casi tres horas de sonrisas casi forzadas para fotos y tener que autografiar las pastas de su nuevo libro en el evento que le fue organizado después de ganar un premio por ser best seller por cuarto año consecutivo.

Su mano comenzaba a sentirse cansada y cada vez le costaba más el mover los dedos, su cara de igual manera se encontraba un tanto adolorida al no estar acostumbrado a ser expresivo y por supuesto, le resultaba asqueroso el sudor que comenzaba a provocar que la ropa se le adheriera a la piel... Su editor realmente no había sido considerado al pedirle que usara un traje formal a pesar del clima caluroso y que la sala de conferencias donde se estaba llevando a cabo el evento no era muy grande.

Solo un poco más y podría regresar a su cueva que los demás llamarían casa.

Porque en su hogar era el único lugar donde podía dejar de ser el hijo perfecto de la familia Son y tambien olvidaba ser el novelista HyunWoo siempre carismático a su manera. A pesar de que en su apartamento no hiciera más que recostarse en su habitación o en el sofá y se pusiera a contemplar el techo hasta la hora de dormir, se sentía bien con ello, sabiendo que no había ojos alrededor merodeando.

O suponía que se sentía bien. No podía asegurar que se sentía feliz ya que aún no tenía una respuesta a lo que era la felicidad. Todos dicen que hay algo que los hace sentir felices, pero si los sentimientos no se pueden ver, entonces no hay manera en la que alguien pueda asegurar que todo lo que describen como "felicidad" era el sentir de todos...

Ah... Ahí estaba de nuevo, pensando y divagando...

————————

—HyunWoo–ah, debo regresar a la editorial por un rato, ¿puedes esperarme aquí o prefieres irte en taxi?

Miró a la dirección en donde aquella voz rasposa le llamaba para encontrarse con la expresión apresurada de su editor y tal vez a una de las pocas personas a las que podría llamar amigo. Dio un asentimiento en respuesta.

—Esperaré, iré al restaurante de enfrente.

—Entonces me voy marchando, si deseas irte antes por favor llámame. ¡Gracias por tu trabajo hoy!

HyunWoo no espero a ver marchar al bonito auto blanco que aquel hombre joven poseía, simplemente se aseguró de que el semáforo de la avenida estuviera en rojo, y fue a paso relajado hasta aquel prometedor restaurante de fachada un tanto elegante, por lo cual a pesar de estar quejándose con anterioridad, ahora estaba agradecido de estar usando un traje, según sabía, algunos lugares no permitían el acceso con ropas informales debido a la etiqueta como protocolo. Así que sin darle más vueltas, entró al lugar que a primera vista fue de su agrado y se dedicó solo a comer como cada que su estómago comenzaba a lamentar el hambre.

No fue hasta un par de horas después que HyunWoo se dio cuenta de las llamadas perdidas por parte de su editor disculpándose porque al final llegaría más tarde de lo planeado y que, para su mala suerte, el día caluroso se volvió uno lluvioso que parecía no tener intenciones de querer parar... Por alguna razón el comer siempre lo mantenía en un trance donde lo único que existía era él y su plato lleno en todo el mundo.

Pagó la cuenta mientras su mente llegaba a la conclusión de que sería una ardua tarea el poder conseguir un taxi ya que terminaría empapado de pies a cabeza pero tampoco podía quedarse más tiempo en el restaurante, porque eso era de mala educación según su abuelo materno, así que simplemente salió y comenzó a caminar esperando encontrar un hotel u otro sitio para poder refugiarse, sintiendo las gotas frías caer en su cabeza, espalda y brazos, dando por perdido el objetivo de poder mantenerse seco hasta llegar a casa. Decidió que con los eventos para promocionar su nueva novela finalizados y sin ninguna intención de publicar algo nuevo por los siguientes meses, no importaba ya seguir su camino a pie y enfermarse en el proceso.

O esa era la intención después de enviar un mensaje a su editor para darle las gracias por su trabajo y ordenarle ir a descansar. Mientras el hombre más joven podía llegar a su casa, el debía descubrir cómo había llegado a una zona hotelera en los barrios bajos y como evitar las miradas de aquellas mujeres seductoras que se resguardaban en las entradas de aquellos edificios.

Maquillajes cargados, peinados extravagantes, ropas cortas y tacones altos no eran realmente el estilo de HyunWoo, por lo que no podía negar la incomodidad que sentía cada que recibía una oferta por un poco de diversión o simplemte un cumplido que se encontraba en la línea de lo vulgar y lo obsceno. Solamente quería llegar a las zonas de comercios regulares y olvidar que en algún momento se cruzó por aquellos lares.

—A menos que quieras atrapar un resfriado o una pulmonía, deberías resguardarte en algún lado hasta que esto pare.

HyunWoo miró hacia donde la voz le llamaba, porque al parecer era el único idiota capaz de caminar sin un paraguas y... En realidad, era el único idiota transitando la calle.
Era una mujer bonita, de cabello lacio y ojos burlones.
Un vestido de mucama era lo que la vestía en lo que parecía ser un uniforme de trabajo junto con unos zapatos de plataforma que en otras ciscunstancias HyunWoo podría llamar ridículos.

Ella le dijo sobre llevarlo a algún lugar en donde pudiera relajarse un rato mientras el mal clima pasaba, siempre con una sonrisa que no podía dejar de describir como sarcástica, pero sin llegar a lo fastidioso, parecía ser su encanto principal. Y tal vez por eso, y por el hecho de no lucir un aspecto similar al de las mueres anteriores, fue que tuvo la confianza de aceptar su oferta dejándose guiar entre calles que parecían laberintos hasta dar con un local donde luces coloridas y música ligeramente fuerte eran las protagonistas de aquel sitio sin nombre pero que tenía una considerable cantidad de clientes.

Apenas se adentró en el sitio, la joven arrogante lo llevó a una mesa y le sirvió un trago que no tenía ni la menor idea de lo que era, y a pesar de insistir en que no tenía gusto por el alcohol y que no era necesario, ella insistió.

—Corre por cuenta de la casa, deberías de ser más agradecido. Además, no hace daño el simplemente probar.

Después de ello se rindió y pensó en que tratar cosas nuevas por una vez no iban a hacer ninguna diferencia, y era su mejor opción al no saber que más hacer entre la gente que se encimaba en la pista para bailar o como ignorar a las pretendientes que cautelosamente se acercaban a él como si fuera la presa del día. Era casi tan mortificante como la firma de autógrafos de hace unas horas con la diferencia de que eso era por obligación y el presente era por supervivencia... O algo así.

En la firma de autógrafos recibía galletas o dulces por parte de sus admiradores y sonrisas orgullosas de su editor. En aquel bar se le ofrecían buenas noches de placer y tragos por parte de aquella mesera que cada que tenía oportunidad no perdía el turno para burlarse descaradamente de sus nulos talentos de socialización y cortejo.

Puede que al final haya sido obra de las pocas copas que consumió con sumo asco y por obligación al ser su primera vez ingiriendo alcohol, pero terminó tan mareado como si hubiera subido a una montaña rusa. En algún momento de la noche ignoró que la lluvia se había detenido, sus pensamientos sobre la vida también desaparecieron y toda su atención pasó a pensar en que la sonrisa de aquella chica de zapatos ridículos era un poco bonita.

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Pasó un mes desde que tuvo su primera borrachera en un lugar desconocido con gente igual de desconocida pero de alguna manera amaneció en su departamento con una gran resaca que hacía a su cabeza palpitar ante el más mínimo ruido, pero era algo justo considerando que no había ninguna marca en su cuerpo que mostrara un comportamiento indecente que trajera problemas en el futuro si llegaba a ser reconocido y, por la tarde, su editor le dio una buena reprimenda por no comunicarse y dar señales de vida, así como para felicitarlo por sus números en ventas. Todo en una misma oración.

Después de ello, volvió a visitar el bar un par de veces en la cual solamente la primera fue capaz de reencontrarse con la mesera de sonrisa bonita. No fueron capaces de tener una conversación como HyunWoo lo deseaba debido al trabajo que ella debía hacer, pero le fue suficiente con los pocos momentos de charla que pudieron mantener con algunas interrupciones.
HyunWoo olvidaba por completo la etiqueta y las maneras cuando estaba a su lado, y tal vez se debía a que era vulgar en todo el aspecto de la palabra -aunque no en el mal sentido- desde su manera de hablar hasta sus modales eran cosas que dejaban mucho que desear y sus propios compañeros en el bar lo decían debajo de un tono bromista, pero aquello era lo que hacía que pudiera tener confianza desde el primer momento y sientiera la libertad de hablarle sin preocupaciones.

La mesera se burlaba de su relato donde confesaba haber sido su primera vez consumiendo alcohol, y a cambio lo trataba como un niño a pesar de que era obvio que era mayor que ella, y también lo incitaba a tener coraje para ir al centro de la pista y bailar aunque terminara en ridículo.
HyunWoo también bromeaba con el hecho de tener que usar un uniforme tan poco atrayente al igual que aquellos zapatos de mal gusto (cosa que le hizo sentir un peso menos en los hombros) y siguieron así hasta que el amanecer se hizo presente.

La segunda vez tenía la intención de que los lazos se estrecharan porque seguir llamándola "mesera" y ser mencionado como "novelista famoso" no era tan divertido después de darse cuenta que posiblemente existía un gusto ligero hacia ella y sí, estaba seguro de que no había forma de que eso fuera algo que tuviera que cuestionarse. Era un mediocre que iba con la corriente, eso no lo volvía un idiota que no supiera diferenciar su sentir.
Era un cuestionador simplemente.

Para su desgracia, un chico de nombre JaeBeom con el cual también había conversado un poco le dijo que ella estaba únicamente en turnos de limpieza al haber iniciado su nuevo curso en la universidad.
Saber que no podría verla en una fecha específica le hizo tener un pesar en el pecho que no había sentido desde hace unos años... Irónicamente en sus primeros años de universidad cuando tuvo la ruptura con su novia de mayor tiempo.

Dejando aquellos recuerdos sin sentido de lado, la idea de pedir la dirección de su escuela o su número telefónico se le vino a la mente, pero aquello podría ser demasiado considerando que parcialmente, seguían siendo desconocidos que ni siquiera sabían sus nombres.
Su lado más coherente le hizo pedir a JaeBeom que en caso de verla, le dijera que fue a buscarla recibiendo una aprobación.

Estar sin verse por ese tiempo podría ayudarle a saber que tan pasajero era o no era el gusto que se provocó en tan solo unas horas, dependiendo de ello, es como haría su próximo movimiento.

Grandes poetas excepcionales aseguraban que cuando el amor estaba presente entonces el tiempo no era impedimento, ¿entonces podía esperar por ella, no?

Si de lo contrario podía continuar su rutina como lo había hecho por todos sus años de vida, entonces simplemente mantendría ese par de encuentros como un buen recuerdo, que le mostraba que era capaz de existir sin tener que preguntarse sobre todo lo que estaba a su alrededor al menos por un momento.

Cualquiera que fuera el resultado, estaba bien con ello, después de todo ninguna persona era eterna y la gente entraba y salía de la vida del otro en todo momento.

Después de aquel día, HyunWoo no volvió a pisar aquel bar colorido con mala música a volumen alto.

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HyunWoo era un novelista que rápidamente había llegado a aquella selección social en donde dejaba de ser normal y especial para ser una excepción que le permitía disfrutar de lujos que muchas personas simplemente pueden soñar, cosa que realmente no le importaba al estar toda su vida rodeado de estos. Sin embargo, medio año después de no saber nada, recibir unas golosinas caseras de aquella mesera de la que perdió rastro hizo a su cuerpo calentar.
Era nuevo verla en algo diferente a su usual uniforme, por lo que ver su cabello lacio al natural, vestida con un vestido primaveral y holgado además de que finalmente no llevaba puestos esos feos zapatos... Si, la chica lucía mejor en ropas casuales.

—Cuando me dijiste que eras un novelista famoso no lo había creído. -Susurró sonriente mientras él se dedicaba a abrir el libro de pasta gruesa y escribir con plumón un pequeño mensaje en la portada interna viendo como los hombres que tenía por seguridad tomaban los dulces y los llevaban con el resto de obsequios de sus fanáticos. —Pero por mera casualidad me enteré de este evento en redes sociales y no quise perder la oportunidad. ¡De verdad eres una celebridad!

Después de dejar de ir al bar, HyunWoo dedicó su atención en escribir un nuevo libro a pesar de haber dicho que tomaría un receso, el escrito no fue muy diferente al resto de sus obras pero tampoco se había centrado tanto en recalcar todo el tiempo sus cuestionamientos a la vida, por lo que había sido un ligero cambio refrescante que al parecer no solo le gustó a él y a su editorial; sus siempre leales lectores habían hecho subir las ventas como si de espuma se tratara y consiguió una nóminacion a mejor libro un año más.

La firma de libros era en un hotel bastante conocido, por lo que el espacio era mucho más grande y gracias a lo que sea que fuera, había aire acondicionado haciéndole el trabajo menos molesto y también era la razón por la que podía verse tan presentable ante aquella joven de carácter especial. Gracias de nuevo por ello.

—Aquí. —Respondió devolviéndole el libro. —Gracias por tu apoyo, espero que el libro te haya gustado.

—Siguiendo un guión de cortesía no es divertido. Sé que es trabajo pero no deberías de tratar así a una persona conocida. —Se quejó haciendo una reverencia. El tiempo se había acabado y era hora de recibir a una persona nueva. —Siempre eres así de robótico, y por cierto, no sé porque dejaste de venir al bar...

—A las cinco. —Cortó el posible monólogo que la joven estaba por iniciar sin ser consciente.

—¿Perdón?

—La firma termina a las cinco... Si no te molesta... Podrías esperarme... O buscar un punto de encuentro...

–Puedo esperarte, es mi día libre así que no tengo mucho que hacer.

—Entonces... Nos vemos.

Recibió un pequeño asentimiento y continuó con el evento sintiéndose de un mejor humor que al inicio. De vez en cuando desviaba la mirada para comprobar que la joven seguía sentada en aquella silla con los auriculares puestos, de vez en cuando revisando el celular o a veces, cuando lo descubría observándola, alzaba la mano en un saludo discreto.
Por alguna razón, a pesar de que ella prometió quedarse hasta que terminara, le daba un poco de miedo que en el momento en que bajara la mirada, ella se fuera, como lo hizo en el bar y todo nuevamente quedara como un recuerdo que le da un buen sabor de boca.

Pero ella se quedó, incluso hasta después de las cinco por que se alargó un poco la charla con los fans, esperó pacientemente hasta que su editor le dio foco verde para marcharse y así se dirigieron a un local para cenar, HyunWoo insistió en que él debía ser el que pagara, no sólo por caballerismo, si no porque fue el que dio la invitación. Ante ello, a la joven no le quedó más que aceptar con un poco de dudas y después de ordenar, le pidió a la chica un momento para ir al baño.

Estaba ligeramente nervioso, porque sus habilidades de comunicación eran terribles y por ello necesitaba refrescar su mente repitiéndose que simplemente preguntaría su nombre. No era gran cosa, menos de cinco palabras formaban aquella pregunta que lo podría llevar un paso más adelante de poder acercarse a aquella chica de boca sucia que le hacía sentir como un chico de secundaria.

Pero incluso su yo del pasado estaría riéndose -cosa que no hace con frecuencia- por sus patéticas preocupaciones sin pies ni cabeza. Se supone que era un adulto de casi treinta años y como figura pública debía saber como tratar a la gente aunque fuera por mera obligación. ¿No se supone que él es capaz de hacer cualquier cosa porque es igual a todos y por ello no debería sentirse pequeño ante una mujer?

—¿Todo bien? Te ves un poco pálido.

—¡¿Qué estas haciendo aquí?!

—Vine al baño. —Respondió ella con una sonrisa que no debería tener ante un acto tan descarado. HyunWoo balbuceaba y sentía que la vida le había quitado al menos un par de años ante tal situación.

—¡Este es el baño de hombres! Sal antes de que alguien te vea.

—Solo es un baño, en las casas no hay un baño para hombres y otro para mujeres.

—Pero eso es porque estás en casa, y ahora estás en un restaurante y en un baño de hombres...

—Oh, eso lo sé. —Rio de forma casi histérica tomando su estómago debido a las pequeñas contorciones que la acción le provocaba y continuó así por unos minutos que HyunWoo trató de usar para sacarla aunque fue imposible. Cuando terminó con su bulla, se acercó un poco con gran diversión, como si HyunWoo fuera una nueva atracción para su entretenimiento personal, mientras sus manos se dirigían a los pliegues costados de su falda. —Deberías ser un poco más observador. Puede que te estén tomando el pelo si sigues de esa forma por la vida...

Los levantó sin vergüenza alguna, incluso con emoción si HyunWoo pudiera dar una opinión honesta, y si antes pensó que envejeció diez años, ahora, mirando esa ropa interior de color pastel y como en ella había un bulto que se supone no debería estar, sentía que estaba en su lecho de muerte.

—Un placer novelista famoso, mi nombre es Yoo KiHyun. —Dijo finalmente... Él.

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Después de tan impactante descubrimiento, HyunWoo le pidió regresar a la mesa para poder conversar en un lugar más decente de lo que un baño público podría ser. KiHyun comía felizmente su pasta halagado al chef mientras HyunWoo apenas y podía dar pequeños sorbos a su vaso de agua. De probar bocado estaba seguro que terminaría devolviéndolo debido a las náuseas que presentaba.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—¿Porqué no me dijiste que eras un chico?

—Ah, eso. —Suspiró sin darle mucha importancia. —No creí que fuera importante, simplemente nos vimos unas cuantas veces y pensé que me agradabas aunque no fuéramos amigos, pero hoy al ver como coqueteabas conmigo de una manera tan descarada, creí que lo mejor era que lo supieras antes de hacerte ilusiones.

—No estaba coqueteando contigo.

—Pfff, claro. —Se burló dejando los cubiertos a un lado. —Esos saludos tímidos y las sonrisitas tontas son algo que haces con todos tus admiradores... Y espero que no olvidaras sobre tu favor a JaeBeom sobre decirme que fuiste a buscarme... Eso lo hace todo el mundo.

Decidió recordar que debía mantener la compostura, por lo que dio un suspiro que apenas le quitó un poco de todo el peso que sentía en el pecho y prefirió dejar aquella conversación de lado sabiendo que de continuarla terminaría más ahogado.

—Entonces... Bueno... No estoy realmente informado de la comunidad pero... Te gusta que se dirijan a ti como...

—¡Soy un chico! —Exclamó KiHyun en voz alta y HyunWoo quería estampar su cara en la mesa varias veces debido a la pena que le estaba dando ser observado por algunos comensales y meseros. ¡¿Porqué no podía ser discreto?! —Y no soy parte de ninguna comunidad. Simplemente soy un chico que le gusta de vez en cuando usar ropa de mujer. No me siento mujer, no me defino como una y no significa que sea gay.

—De acuerdo, entiendo. Entonces, solo te gusta la moda femenina.

—Hay mucha variedad para ellas. —Explicó señalando su vestido que aunque HyunWoo odiara admitirlo, le sentaba muy bien. —Hay días en los que me dan ganas de vestirme como chico pero las opciones son más limitadas de lo que parece... Además las faldas son cómodas, entra aire por todos lados y es refrescante.

—¡Por dios KiHyun comportante al menos una vez en tu vida! —Exclamó HyunWoo con los dientes apretados y las ojos abiertos en señal de advertencia. El menor rodó los ojos.

—Aburrido.

—Pueden pedirnos que nos retiremos si no nos comportamos.

—Sí, si, regresando al tema, ¿No te importa que sea hombre? Ya sabes, sentirte engañado porque al parecer jugaba contigo.

—No, me tomó de sorpresa al igual que cualquiera, pero no me importa. -Respondió sincero. KiHyun sonrió.

—Lo siento, sé que te gustaba como chica.

—Ya te dije que no es el caso.

—Admitelo, somos amigos así que no hay nada de que sentirse avergonzado.

Continuaron su conversación dirigiéndose a otros puntos por decisión de HyunWoo, pues si bien era cierto que KiHyun tomaba el asunto como juego, no podía ser igual para el mayor quien estuvo medio año creyendo que una chica lo podía cambiar. Se sentía un poco culpable por tal vez intimidar al chico con su "coqueteo", pero al final, eso ya no importaba. Podía estar satisfecho con la amistad de una persona tan poco común.

————————

Un año después, el graduado KiHyun y el novelista HyunWoo se volvieron amigos casi inseparables y en todo ese tiempo, el mayor fue capaz de conocer facetas interesantes del contrario.

KiHyun trabajaba en el bar solo durante sus periodos vacacionales y ahora que había comenzado a trabajar en una oficina, ayudaba en los fines de semana como apoyo a su amiga que era al dueña de aquel local ubicado en la zona hotelera. Era un chico de boca sucia, vulgar y por eso mismo era honesto y directo, no le importaba responder con malas palabras cuando alguien le hablaba de manera despectiva ya fuera como chica o chico.
También era inteligente, como una enciclopedia que tenía algo que decir sin importar el tema a conversación y podía actuar como una persona seria aunque la realidad fuera otra, y HyunWoo se sentía bastante atraído a esas cualidades, algo fácil de aceptar pero no de decir.

El menor en todo ese tiempo le presentó un total de tres parejas; Dos chicas y un chico que era totalmente opuesto a lo que HyunWoo era: pequeño, pálido, de un cuerpo esbelto y actitud tímida, ese parecía ser el tipo ideal de KiHyun mientras las mujeres eran casi o igual de mal habladas que él, pero no por eso dejaban de ser divertidas.
El menor le contó que a varias jóvenes les parecía excitante el tener una relación sexualmente activa con un hombre afeminado, por lo que uno con gusto por vestir completamente como el sexo opuesto era un fetiche explotador y el pobre HyunWoo no quiso saber más al respecto, no porque le incomodara —aunque hasta cierto punto si era la razón— era más por su creencia de que la intimidad sólo debía pertenecer a los participantes de esta.

Aún así, todo ello le ayudó a abrir un poco más su mente y mundo en general, cuando estaba en un círculo amistoso podía tomar la confianza de comportarse un poco desvergonzado, había tomado un ligero gusto por el alcohol en momentos de celebración y su vida sexual también había tenido un aumento considerable, cosa que a su editor le alegraba, porque eso significaba más inspiración para escribir y experimentar fuera de su zona de confort que podría atraer a otro tipo de públicos. Más libros significaban más ganancias y éxitos, y más de todo ello significaba más reputación para la editorial.

Todo estaba marchando bien para el siempre divagador HyunWoo a excepción de una cosa:

El hecho de saber que KiHyun era varón no le impidió seguir teniendo un gusto por él, porque era diferente pero de una manera genuina.

Mientras el resto caminaba a una sola dirección, KiHyun caminaba de un lado a otro e incluso era capaz de regresar al punto de inicio para volver a comenzar haciendo un revoltijo como cada cosa que tocaba o acercaba a su ser. Era capaz de ver a todas las direcciones y proponerse el conocerlas todas, no pintaba de un solo color el gris mundo, él lo coloreaba de una manera tan desastrosa que le provocaba ganas de reír hasta que el estómago le doliera. Y aunque KiHyun no pasara a ser conocido entre generaciones ni se volviera un ídolo, para HyunWoo el mundo se detendría el momento en el que no estuviera, y lo tendría en su mente incluso en otra vida de ser posible.

KiHyun era una verdadera excepción, la cual quería mantener a su lado, pero corría el riesgo de alejarla si era honesto a sus sentimientos y eso, le hacía dudar y recientemente, evitar encontrarse con él poniendo como excusa el trabajo o discusiones con la editorial y entonces ahí entraba su contradicción:

No quería mantenerse alejado pero él mismo lo evitaba. Que gran ironía.

No le molestaba estar atraído hacia un hombre, a esas alturas, tal vez eso era lo más normal que podría experimentar entre chicos transexuales, su descubrimiento a la comunidad LGBT en general y aquellas fiestas extrovertidas donde era normal compartir incluso el mismo cigarrillo, pero para él era muy desagradable porque estaban pasando por alta muchas normas sanitarias. Pero regresando al tema central, en su ser estaba la inseguridad de que KiHyun se sintiera incómodo debido a aquella confesión y decidiera cortar los hilos desde raíz , y no porque no le gustaran los chicos -cosa que también aprendió con el paso de los meses, KiHyun solo gustaba de las personas, sin importar realmente el sexo- era más por la relación que habían formado. Tenían la confianza para bromear y salir a divertirse, pero nunca habían hablado de sus familiares, sus aspiraciones más allá de lo que hacían en el presente y tampoco indagaban mucho más allá de lo que querían hablar.

HyunWoo porque simplemente su naturaleza era guardarse todo para él, era su zona segura mientras a KiHyun solo le gustaba vivir en el presente, era esa clase de persona, que si no encontraba una razón para prestarle atención a algo, lo dejaba fluir como agua.
Confesar su sentir los llevaría a hablar de cosas más profundas como lo eran las emociones, y a pesar de que era un territorio perfectamente dominado por HyunWoo, no iba a funcionar. De ninguna manera podrían encontrar el balance que requieren para mantener la amistad y estar bien con una confesión de por medio. Las cosas no funcionaban de esa manera si quería salir ileso.

Pero ver a KiHyun reírse por cualquier ridiculez que veía en las redes sociales o en la televisión, con esa pijama vieja, y su cabello corto descolorido por la falta de mantenimiento, le hacía fantasear en que, tal vez, en un mundo más ideal, donde cada uno hacía lo que hacía y no dependían del resto, podrían haberlo hecho funcionar y resultar para bien.

————————

Tiempo después, no tuvo que pasar mucho para que todos esos pensamientos se fueran, literalmente, a la mierda.

Había pasado en una fiesta bastante casual, JaeBeom se tomó la tarea de organizar un pequeño evento para su círculo de amigos más cercano en su casa, y tanto KiHyun como HyunWoo fueron cordialmente invitados.

Y tal vez el novelista pudo haberse excusado con los tragos de más hechos por el bartender o simplemente por la atracción de la que KiHyun seguramente ya estaba enterado a esas alturas, pero el hecho no cambiaría con ninguna explicación que tuvieran para ofrecer.

Teniendo la oportunidad entre escándalo formado por un karaoke improvisado, se alejaron hasta terminar en una de las dos habitaciones del espacioso apartamento y el encuentro sexual no pudo ser evitado, y para HyunWoo fue una experiencia inolvidable en muchos aspectos.

Le era excitante tener a KiHyun, con un vestido negro entallado, y una peluca lacia y larga, tomando un control que normalmente le gustaba tener con sus compañeras de una noche, cuando la lujuria y la necesidad era mayor a la cordura y sentido común.
La sensación era nueva, caótica y no lo dejaban reaccionar con claridad siendo una bola de nervios que no sabía si debía acariciar las duras piernas o aferrarse a la espalda del chico cuando este comenzó a experimentar en zonas que nunca había tenido la curiosidad de tomar atención como era sentir besos en el interior de los muslos, dejar que su trasero fuera acariciado como si fuera una masa moldeable o algo tan sencillo como el tener la sensación de las cortas uñas del contrario raspar a lo largo de su espalda una y otra vez.

Fue su primera experiencia con un hombre, y la única palabra que llegaba a su cerebro para describirlo era caliente.

KiHyun poseía un cuerpo visiblemente más pequeño a comparación del propio, pero eso no le impedía ser un amante demandante e incluso brusco siempre encontrando un balance en donde esos pequeños maltratos como una nalgada o un jalón a su cabello se sentían demasiado bien. El menor sabía que era su primera vez teniendo aquel rol, y tal vez fue la razón por la que se tomó tantas molestias; preguntando cada cierto tiempo si se encontraba bien o si deseaba parar cuando llegaron a última base, completamente diferente al chico bromista que conocía de todos los días.
Tuvo la sensación de ser expuesto cuando KiHyun vio cada rincón de su cuerpo y en algún momento quiso parar al no sentirse suficiente para satisfacer los gustos contrarios, pero el chico lo acariciaba fuerte y de vez en cuando tenía el capricho de entrelazar sus dedos, cada una de esas acciones, combinadas con las tiernas miradas de media luna solo le decían que todo estaba bien, que podía confiar en él.

Lo que pasó después se sintió como si todo fuera en cámara rápida, no era capaz de controlar los sonidos obcenos que salían de su boca cada que las mordidas y los movimientos atrevidos de KiHyun le hacían ver destellos de luz, aferrándose con las piernas a la delgada cadera contraria y sus dedos enterrandose en la tierna piel de su espalda. Solo recuerda claramente la mareante sensación de ser llenado por completo, la picazón que las gotas de sudor provocaban al resbalarse por su pecho y frente, y el adictivo néctar de KiHyun salir de su ser hasta resbalarse por sus muslos, perdiéndose poco a poco en las sabanas revoltosas y húmedas que yacían debajo de él.

—Lo hiciste bien. —Le susurró KiHyun dejando besos lascivos por todo su rostro mientras acariciaba su abdomen como acción que tenía el propósito de hacerlo dormir y que resultó exitosamente.

Pudo sentir el pecho desnudo en su espalda toda la noche, y le hacía gracia escuchar aquellos ronquidos que eran más adecuados para un gran perro que para un chico tan lindo como lo era Yoo. Quería que la noche durara más tiempo, pero él mejor que nadie sabía lo imposible e ilógico que eso era. Al amanecer, tuvo que afrontar la realidad, separándose del cuerpo tibio que también comenzaba a reaccionar, y cuando estuvieron conscientes, no supieron que decir.
Ambos estaban lo suficientemente sobrios para recordar cada detalle a fondo de las cosas que hicieron a escondidas en la habitación de JaeBeom, por lo que no había mucho que decir, como una promesa de no repetir nada de lo sucedido.
Habían muchas amistades que follaban simplemente por querer y después continuaban como si nada hubiera pasado, tal vez era lo mejor para ambos; mantenerlo como un buen recuerdo y seguir siendo el novelista famoso y la mesera de los zapatos ridículos.

Ellos estaban bien de esa forma.

Pero no lo estuvieron para JaeBeom cuando entró a la habitación y los encontró desnudos, su habitación oliendo mal y con un montón de cosas desordenadas y tampoco estuvieron bien para las personas que se enteraron de su encuentro por la boca del mismísimo Im JaeBeom.

Y aunque siempre dijeran que fue algo de una noche e incluso lo habían prometido, la promesa duró menos tiempo de lo que se hubieran imaginado.

La tensión sexual era casi visible cuando se encontraban a solas y cuando llegaban a su límite, las conversaciones que antes se daban de manera normal terminaban sin coherencia hasta que nuevamente el desenlace era HyunWoo haciendo a KiHyun cabalgarlo en la sala de su hogar, o cuando estaban de un humor diferente, sería KiHyun quien lo acorralaría en alguna de las paredes de algún espacio común. En esas ocasiones que se daban más seguido de lo que alguien esperaría, HyunWoo podía entender porque existía una gran lista de pretendientes para el mesero.

KiHyun era demasiado bueno haciendo orales.

Se había vuelto su segundo fetiche favorito, pues el primero seguía siendo el ser jodido por el menor mientras este vestía como mujer. Le encantaba sentirse dominado por alguien que usaba vestidos coloridos y tacones altos, despertar con restos de labial rosado o rojo dependiendo del atuendo y por alguna razón, su momento favorito era el aferrarse a la falda del contrario mientras pedía que fuera más profundo.

De alguna manera su amistad ascendió a lo que muchos llamarían folla amigos.

Y en un fin de semana aburrido, se preguntó si eso era muy enfermo de contar para alguien como lo era su editor.

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HyunWoo había llegado por sexto año a ser el ganador de mejor libro del año, con la diferencia de que en las últimas dos entregas no se encontraba únicamente con su familia. KiHyun, JaeBeom y unos cuantos compañeros más se unieron a la celebración que tuvo un momento estresante para el novelista.

Ya tenía treinta años, y no había presentado a alguna novia o a alguien para tener un comprimiso formal y eso le angustiaba como el hijo único de los Son.

¿Cómo se supone que le debía explicar a sus padres que desde hacía un año más o menos que la única relación que ha tenido es meramente sexual con otro hombre?

¿Cómo les decía que aquella chica a la que alagaban por su imagen era un varón?

Y para empeorar la situación, ¿Cómo les explicaba que ese varón lo trataba como a una perra en ocasiones especiales y a él le encantaba?

Simplemente no podía. Creía tener toda su vida bajo control al ser un modelado más, pero en sus planes no había estado el encontrarse con una excepción que le enseñó facetas ocultas que él mismo ignoraba su existencia y eso lo llevó de caminar en línea recta, a estar corriendo detrás de KiHyun a donde fuera que este quisiera ir para mostrale, nuevamente, que sus cuestionamientos de vida eran basura y simplemente debía vivir como le diera la gana.

Como le daba la gana vivir en esos momentos era seguir con KiHyun aunque fuera un hombre y su posición de amigos que follan no había cambiado desde su segunda vez encontrándose en los vestidores del bar en el cual el menor trabajaba.
Si antes parecían unidos con el más potente de los pegamentos, ahora eran simplemente inseparables al grado de que la mitad de sus cosas estaban distribuidas en el hogar del otro.

Eran una pareja sin serlo, porque HyunWoo no estaba interesado en nadie más y cuando le preguntaba a los demás, todos afirmaban que KiHyun no había salido con nadie desde que iniciaron a verse de esa manera. HyunWoo debía aclarar que todo era por simple curiosidad.

Existía una exclusividad que no supieron cuando se formó y la respetaban aunque jamás hubo una palabra para hablar de ello, y aunque estuviera feliz con ello, su satisfacción no era completa.

Si KiHyun deseaba estar con alguien más, fuera de manera ocasional o formal, HyunWoo no tenía derecho a decir nada, porque eran amigos, y un amigo no puede sentir celos o reclamar una infidelidad que no puede existir.
Si KiHyun deseaba dejar de hacer lo que hacían de un día para otro, HyunWoo no tendría derecho de llamarle o mandar un mensaje para pedir explicaciones, no se puede romper una relación que no existe y esas solo eran una de las muchas cosas que HyunWoo tendría que callarse a menos que quisiera que el mesero corriera lejos y marcara un alto.

A esas alturas no sabía si podría superarlo en caso de suceder.

La excepción se había convertido en algo necesario para continuar viviendo y sin ella, veía imposible poder regresar a su estilo de vida anterior, por lo que alejarse de KiHyun tal vez lo volvería en un sedentario y terminaría su vida de esa forma patética.

Podía evitarlo cerrando la boca y dejando sus pensamientos para sí mismo. No era tan difícil para alguien como él. O no deberia serlo.

Harto por primera vez de hacer una tormenta en un vaso de agua, comenzó a excusarse y pedir un momento a solas hasta que logró salir al jardín trasero de donde se llevaba a cabo el evento de celebración por parte de la editorial. Al ser el invitado de honor, sabía que la soga estaba en su cuello si su editor se daba cuenta de su ausencia, pero por una vez en todos esos años no debería pasar nada, incluso estaba la posibilidad de que todos estuvieran cansados de tener que hacer una celebración cada año por un mismo logro durante tanto tiempo...

Obligaciones de ser un salaryman.

—La persona que está siendo festejada está en un jardín en vez de atender a los presentes. —KiHyun sonrió orgulloso al parecer de haberlo encontrado mientras alzaba una copa de licor con entusiasmo. —Usted es un hombre horrible, Son.

—¿Ebrio en un evento? No pareces ser mejor que yo. —Respondió con una broma de igual forma. KiHyun asintió en respuesta.

—No estoy ebrio, solo me siento feliz porque has conseguido otro premio.

—No es la gran cosa.

—No lo es, por supuesto. —Llegó a su lado y se dedicó a terminar de un sorbo el contenido de su copa larga. —Tú te llenas los bolsillos trabajando desde casa, eres premiado por ese trabajo, tienes admiradores, fiestas privadas y un montón de cosas más mientras yo soy un oficinista que también es mesero. Dime quien realmente no hace gran cosa.

—Tú eres una persona asombrosa KiHyun, tu empleo no tiene que ver con eso.

—Eres un encanto realmente. —Chilló abrazándolo por la cintura. —Aunque parece ser que esa no es la preocupación de tus padres. —Comenzó dejando leves caricias a su espalda baja y continuando en la cadera. HyunWoo no le tomó importancia real al gesto, estando acostumbrado a ese tipo de tractos cuando estaban solos. Estaba más interesado en la conversación que tenía a sus padres de por medio.

—¿Qué hablaron contigo?

—Más que hablar parece que me querían interrogar: "HyunWoo es un gran hombre, demasiado, no hay muchos partidos como él en la actualidad". —Dijo agudizando un poco la voz para imitar a su madre. Le hizo gracia la broma y KiHyun pareció satisfecho con eso. —Parecía que iban a darme tu CV en cualquier momento. Sigo sin saber cómo no pueden reconocer que soy hombre.

—Tu maquillaje también engaña.

—Mi voz no lo hace.

—Hay mujeres con voces gruesas.

—¡Por favor! -Pidió con un suspiro. —Una mujer no podría llegar a mi tono de voz.

—Tal vez lo haga una mujer enferma.

—O demasiado vieja. Tampoco suena mejor.

—Volviendo al tema. —Pidió sabiendo que estaban por irse de las ramas. —¿Te han molestado más?

—Nah, solo me dijeron lo agradable que fue conocerme y fueron a hablar con la supervisora de literatura. Es como si solo estuvieran buscando opciones, aunque es comprensible, eres hijo único y estás en la edad de formalizarte. Una familia, me refiero.

—No podría.

—¿Por qué no?

—Una familia requiere tiempo, y no creo que sea algo que pueda ofrecer completamente, va más allá de mi límite.

—¿Pero no hay nadie que llame tu atención?

—¿Realmente estás preguntándome eso? —Cuestionó casi ofendido volteando la mirada a su acompañante quien lucía arrepentido de sus palabras. —Sabes que no hay nadie... Al menos, no una mujer.

—Estás perdiendo uno de los manjares más exquisitos de la vida al declararlo de esa forma, pero no te criticaré por ello.

—Supongo que gracias.

—Entonces... —KiHyun dijo de nuevo, un poco dudoso. —Quieres decir que no puedes formar una familia convencional pero no por ello no quieres hacer una vida con alguien.

—Supongo.

—Ya veo. Entonces tus padres no deben de preocuparse, tal vez no les des lo que ellos desean, pero no estarás solo y eso es lo importante. —Su mano que seguía acariciando su espalda con tranquilidad, terminó apretujando su trasero con un poco de fuerza, haciéndolo dar un ligero brinco de sorpresa. —Tengo unas cosas que hacer, termina tu fiesta y te espero en mi casa para cenar y celebrar de la manera divertida.

—Bien.

—Y HyunWoo. —Llamó separándose para comenzar a caminar hacia su auto. -Hoy prepárate.

—¿Qué hay de ti?

—Oh, por supuesto que también lo haré, eres el festejado.

HyunWoo sonrió viéndolo caminar con un poco de dificultad debido al césped, pero prefirió no ayudarlo y ser paciente cuando estaba por llegar a la cerca que funcionaba como entrada en donde había un montón de vehículos estacionados para poder gritar.

—¡Te estás llevando la copa del champagne, KiHyun!

—¡Vete a la mierda HyunWoo!

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Tomó una respiración tan profunda como estar boca abajo en la cama le permitía. A pesar de lo pegajoso de su cuerpo, se sentía relativamente cómodo con el viento frío colandose a través de la ventana y los carros pitando debido al tráfico. Extrañamente estaba relajado a pesar de los sonidos que la ciudad siempre ofrecía gracias a la apresurada vida que cada uno llevaba a su manera.

—Deberías tomar un baño antes de dormir. Y cambiar las sabanas, es asqueroso que quieras dormir así.

—Mejor deberías decirme que es lo que llevas en las manos mientras yo trato de averiguar como levantarme sin que la cadera me duela.

KiHyun miró hacia sus manos dejando ver la hoja un poco arrugada debido a sus siempre movimientos bruscos. Revolvió un poco sus cortos cabellos oscuros dejando que una sonrisa característica de su persona se formara.

—Es parte de la editorial, has ganado un premio por tu libro más reciente. Después de la ceremonia de premiación harán una fiesta para felicitarte.

—O podríamos simplemente no ir. Ya es mucho tiempo de lo mismo. —Suspiró enfadado de que algo que debía ser grato se volviera un compromiso. El menor elevó más las comisuras de sus labios.

—Esta vez no se trata de menor libro del año. Has ganado en la categoría de mejor autor.

—Oh. —Fue lo único que salió de su boca una vez pudo sentarse en la cama con un poco de incomodidad al sentirla fría. KiHyun se acercó a darle un beso corto en los labios.

—¡Parece que el nueve es tu número de la suerte! Llamaré a JaeBeom para decirle, él se encargará que el resto de nuestros amigos se enteren.

Lo vio salir de nuevo de la habitación y una vez a solas, no pudo evitar sentirse contagiado de aquella felicidad que KiHyun desprendía.

Obedeció al menor y fue en dirección al baño para tomar una ducha antes de dormir, sabiendo que era probable que el antiguo mesero tardara un buen rato al teléfono con su mejor amigo, eso le daba tiempo para hacer el tonto, sabiendo que la famosa excepción no iría a ningún lugar porque ahora pertenecía a su lado.

El mundo de HyunWoo seguía siendo gris y la gente seguía caminando a una sola dirección segura, pero él ya no lo hacía, no podía cuando después de tanto tiempo, aún seguía los pasos de KiHyun a donde fuera que quisiera ir. Dejándolo manejarlo a su antojo y él estaba feliz con ello.
No era lo que sus familiares o incluso él habían esperado después de haber resolver cada parte de su vida con eficiencia, pero parecían estar bien con ello, aunque de igual manera HyunWoo no tenía problemas en que se opusieran, después de todo estaba viviendo su vida con un poco más de libertad, de rebeldía y de ganas de seguir conociendo a KiHyun.

Habían ascendido su relación folla amigos a ser amigos que comparten un sentimiento romántico después de una larga noche de celebración para HyunWoo que también contaba como disculpa por no haberle dicho a KiHyun que se llevaba una copa perteneciente a la vasija del evento. Después de eso todo se fue dando con más naturalidad de la que el novelista hubiera esperado.

KiHyun terminó por vender sus muebles y simplemente decidió empacar y decirle que quería vivir con él en su departamento, cosa que HyunWoo no le negó y rápidamente pudieron adaptar el lugar a un hogar al que ambos se sintieran pertenecientes y que tuvieran la confianza de hacer lo que les diera la gana sin tener que pedir el consentimiento del otro para hacerlo.

También tenían sus momentos en los que hablaban de temas profundos, dejando salir preocupaciones, miedos, frustraciones, gustos que a veces no eran del todo convencionales y cosas que les hicieran felices. De esa manera el lazo que HyunWoo creyó podría romperse solamente se reforzó, dándole el empuje que necesitaba para dejar de guardar sus sentimientos para él mismo, cosa que según su editor, estaba funcionando y estaba haciendo sus libros más bellos de lo que alguna vez fueron.

HyunWoo descubrió que él era una persona común que seguía a una persona igual de común, con la diferencia de que a sus ojos, era excepcional como nadie más en su vida lo sería y no le importaba, así como ya no le importaba si el resto del mundo iba en una sola dirección o si eran personas normales tratando de ser especiales.

No tenía tiempo de eso cuando su mente tenía a sus amigos y a KiHyun en todo momento, este último en una preferencia evidente. Solo le importaba escribir para sus admiradores, el estar para sus amigos para cuando necesitaran estar con él y lo más importante de todo era seguir teniendo a KiHyun feliz.
Cumplir cualquier capricho del vulgar chico que tenía como compañero lo hacía sentir bien; fuera hablando en la comidodad de su cueva que el menor prefería llamar hogar, llevándolo a comprar un vestido o maquillaje que le han parecido bonitos o llevándolo a una fiesta a la que fue invitado.

Todas aquellas acciones valían la pena cuando lo miraba tiernamente y lo presentaba ante todos como su pareja aunque nunca lo hubieran establecido de manera formal. Sin embargo, estaba bien sin las etiquetas ya que KiHyun era un chico de confianza y nunca sería capaz de ponerlo en duda.

Él creía que el respeto y confianza eran la base principal de su relación, incluyendo la personalidad maleducada de KiHyun...

Ah, ahí estaba de nuevo, pensando y divagando...

Limerencia: Estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra.

Notas finales: Waaah~ realmente estoy un poco sin palabras debido a la emoción que me da sacar a la luz uno de mis proyectos más personales y que llevaba pensando por un buen tiempo.

Hace unos cinco años habia dejado de escribir y hace un poco más de uno lo retomé, con la diferencia de que esta vez lo comparto y es algo que recibe más amor del que hubiera pensado.

En fin, yendo al punto, esta historia, tiene un título un poco sugerente, pero quisiera aclarar que si piensan encontrar algo explícito de simple sexo, sexo y más sexo, entonces puede que pierdan su tiempo. El erotismo va un poco más allá (y tal vez por ello, libros como After y 50 sombras de Gray fueron tan criticadas por denominarse "erótico" cuando es más un porno ligero) y mi propósito es dejar de una manera no tan explícita lo que para mí significa de acuerdo a mis pensamientos y experiencias, porque así es todo: cada cosa puede ser diferente para todos.

Espero que este primer capitulo fuera de su agrado, me divertí mucho haciéndolo pues es de un largo al que no estoy acostumbrada a escribir y también la forma, por lo que espero que no sea demasiado pesado de leer, y en caso de serlo, es por ello que opté por darle separaciones en vez de un texto continuo, así tal vez no sea chocante el leer.

¡De nueva cuenta gracias por su apoyo! Espero que la historia tenga un buen recibimiento <3

—LeMon.

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