Profesor Jeon
Veía atento hacia enfrente, su lápiz estaba a punto de quedar sin borrador de tanto morderlo, sus lentes tapaban a media el hecho de ver fijamente a la persona explicando al frente del salón.
Amaba la clase de química, y no exactamente porque fuese un buen alumno, si no por el ardiente hombre que impartía la clase.
Así es, le encantaba su sexy profesor.
Verlo era simplemente un deleite visual, era exactamente ese tipo de hombre que bien podría ser modelo de Calvin Klein o algún play boy en potencia. Lo que más le encantaba a Taehyung era imaginar todo lo que llevaba bajo esa ropa de vestir tan apretada a su cuerpo.
De morder su lápiz pasó a golpearlo encima de su libreta, la abrió viendo la lista que tenía en una de las primeras páginas “Razones por la que le haría una mamada al profesor Jeon”. Entre esas razones estaban que era sexy, alto, musculoso, completamente su tipo. Pero lastimosamente dudaba que ese hombre sea gay, él emanaba heterosexualidad hasta por los poros, y eso era un punto en contra en su lista.
—Como tarea queda la página setenta y cinco, deben responder las preguntas del último recuadro sobre la estructura atómica y la clasificación de los elementos —Taehyung maldijo bajito, la clase estaba llegando a su final—. Entreguen sus proyectos.
Taehyung puso su mochila sobre sus piernas, buscó la carpeta pero al no encontrarla con facilidad sacó todos sus libros y cuadernos encontrandola momentos después y respirando aliviado, por un momento él creyó que la había dejado en su habitación.
Se levantó de su asiento y caminó hasta el profesor dándole la carpeta sin siquiera mirarlo a los ojos o levantar su cabeza, lo único que llegó a apreciar fue sus gran mano adornada con un reloj de oro tomarle la carpeta, pero lo que llamó su atención fue la diferencia en su dedo anular. Dónde anteriormente había un anillo de oro ahora solo quedaba la silueta más clara de donde estuvo en algún momento la argolla matrimonial. Y eso solo significaba una cosa, y eso lo hizo querer saltar de alegría.
El profesor Jeon divorciado ¿Quién lo diría?, él mismo había presumido de un matrimonio muy estable con su esposa, el profesor decía que en sus planes no estaban traer hijos al mundo, así que por esa parte también le llamaba la atención la vida de su profesor de química. Como por ejemplo, se preguntaba el motivo por el que acabó su relación, aunque tal vez estaba sobre pensando las cosas y capaz solo había dado a pulir su anillo o se le olvidó.
Al regresar a su asiento tomo sus cuadernos y empezó a guardarlos y rápidamente salió del salón para evitar quedar de último.
Al día siguiente sus animos no eran del todo buenos, sus padres le habían quitado las llaves de su auto por una estupidez. Haber olvidado un sándwich dentro del horno como por dos horas y por ende averiar dicho electrodoméstico no era algo tan malo ¿O si?, no fue su culpa haberse quedado dormido.
Su primera clase era literatura con el profesor Kim Seokjin, su segunda clase matemáticas con el profe Namjoon y antes del receso entre materias con el profesor Jeon, esa era la que más ansiaba.
Sus profesores le caían muy bien, era sumamente social en cada clase, pero por obvias razones en la clase de Jungkook no era así, y es que en todo momento se sentía intimidado por su mayor.
Era un buen alumno, claro que sí, pero la relación que tenía con sus otros maestros no podía tenerla con el hombre dueño de sus orgasmos en su habitación. La única interacción directa que había sostenido con el mayor había sido una tortura estar en esa nebulosa de tensión entre ellos, al menos así lo percibía Taehyung.
En medio de la clase de literatura el profesor hizo una pequeña pausa para presentar a un nuevo integrante en el curso, era extraño ver a nuevos a mitad de año, por lo que dedujo qur sería tal vez un traslado de escuela.
Tan pronto como el chico entró al salón y sus miradas chocaron fue como amor a primera vista, pero no, no amor romántico, era como si ambos hubieran encontrado a su alma gemela.
El nombre de él era Jimin. Park Jimin.
Ambos se sentaron juntos y casi al instante pudieron considerarse como los mejores amigos, ambos se agradaban mucho.
La siguiente clase con el profesor Kim Namjoon pasó entre preguntas interactivas entre los alumnos. Ahí Taehyung descubrió que su nuevo amigo no solo era lindo, si no que era muy inteligente.
Y por fin, dos horas después llegó la amada clase que tanto le fascinaba.
Por poco y no pudo evitar morder su labio cuando el profesor Jeon entró con su elegante y juvenil porte, él dejó su maletín sobre él escritorio y se recargó con ambas manos sobre éste escaneando todo el salón, hasta que lo vio sonreír alzando la comisura de su labio cuando su mirada se topó específicamente con la suya.
Había sido una sonrisa tan sexy a su parecer que lo hizo sonrojar al instante, apartando su rostro hacia un lado. Para disimular empezó una plática con su nuevo amigo, pero por más que pretendiera no prestarle atención, no podía dejar de sentirse vigilado, y las veces que observó a su profesor sobre sus lentes de visión pudo verlo como lo veía sin apartar sus ojos, como si fuera intencional verlo directamente.
Estuvo tentador a salir del salón aunque sabía que el profesor no lo dejaría ir porque él no daba permisos de ausencia por ningún motivo a su clase. Si eso hacía que dejara de verlo tan atentamente, no le importaba después tener un buen regaño. Pero de tanto tiempo que pasó decidiéndose mentalmente qué hacer, que el recreo llegó y no pudo sentirse más feliz.
Guardó sus cosas en la mochila caminando detrás de Jimin para ir a la cafetería escolar y poder darle un recorrido más amplio al rubio. Pero sus planes se vieron interrumpidos.
—Joven Kim, necesito hablar con usted a solas —su profesor estaba de brazos cruzados observándolo fijamente y eso lo hizo tragar duro.
Sintió la mano de Jimin sobre su hombro y volteó a verlo ansioso, queriendo gritarle con su mirada al mayor que no lo dejara solo.
—No te preocupes TaeTae, sé cómo llegar a la cafetería, te espero allá o nos vemos aquí al rato.
Taehyung maldijo mentalmente cuando la puerta se cerró, dejándolo a solas con el hombre mayor. Sus piernas temblaban, y no quería voltear a verlo por miedo a desmayarse o hacer el ridículo.
—Taehyung —el menor se obligó a voltear y por respeto no lo vió a los ojos.
—Dígame, ¿Es… rápido?, estaba apunto de darle un recorrido a mi amigo.
—Mmmh.
¿Qué significaba eso? Literalmente Jeon nada más había soltado una onomatopeya como respuesta, confundiéndolo mucho. El profesor pasó por su lado Sonriendo de camino a la puerta, Taehyung retrocedió asustado cuando lo vio echar llave a la puerta y bajar las persianas de la ventana que daba al esterior.
—Pro-profesor…
—Shhhh.
Jungkook caminó hacia él cada vez más cerca, hasta que el escritorio impidió que siguiese alejándose. Jungkook se divertía con el rostro asustado del menor.
—¿Qué… quería hablar… conmigo? —tartamudeó Taehyung.
—No sé ¿Hay algo que quieras decirme de frente?
—N-no ¿Debería haber… algo? —Jungkook suspiró, sabiendo que por sí solo su alumno no diría nada.
Alargó su brazo provocando tener un acercamiento más íntimo con el pequeño castaño, sacó de su maletín aquello que había descubierto el día anterior, pero antes de revelarle a su alumno el objeto volvió a insistir.
—¿Seguro que no quieres tener la valentía de decírmelo?
—No sé.. de qué habla. —La respiración de Tae era errática, sentía que en cualquier momento entraría en crisis si seguía teniéndolo así de cerca.
El mayor alzó sus manos con una hoja de papel en su mano, lo observó con una sonrisa coqueta para exhalar y leer la primera linea que hizo que toda la sangre en el cuerpo de Taehyung abandonara su rostro.
—“Razones por la que le haría una mamada al profesor Jeon” —leyó atentamente—. Encontré esta libreta ayer en el suelo ¿Reconoces ésta letra?, porque yo perfectamente sé que es la tuya.
El nudo en la garganta del menor no lo dejaba decir nada, estaba paralizado y probablemente con sus mejillas rojas.
—Supongo que no vas a decir nada… bueno, tampoco necesito que hables.
De un momento a otro Taehyung sintió como era agarrado bruscamente del cuello para ser arrodillado con fuerza. Vió frente a él la imagen más jodidamente erótica de su maldita vida. Su profesor estaba desabrochando el botón de su pantalón para liberar su pene erecto.
Taehyung estaba en shock, pero sabía perfectamente qué hacer, por lo que aún con vergüenza sacó su lengua para lamer la punta del miembro delante de él, el sabor del presemen invadió su boca haciéndolo jadear.
—Eso es… mételo a tu boca, cariño.
La voz de su profesor era ronca y excitante. Entonces se atrevió a meter más el miembro a su cavidad, sintiendo en su lengua las venas palpitante que se deslizaban hacia adentro, sacó el miembro de su boca y volvió a repetir el proceso con lentitud provocando gruñidos y maldiciones en su profesor.
Intercalaba los movimientos de su cabeza con su lengua jugando entre medio de la uretra del mayor, para ese entonces su profesor se hallaba jadeando.
—Puta madre, Taehyung. Lo mamas perfecto —dijo acariciando su mejilla—. Déjame follarte la boca.
Taehyung asintió hipnotizado, completamente sumiso ante ese hombre.
La mano de Jungkook se enredó en su cabello y las embestidas del mayor empezaron. Taehyung intentó relajar su garganta para que el miembro de Jungkook llegara más a fondo, y fue la puta gloria para ambos cuando el pene del mayor tocó fondo.
Las lágrimas ya salían de sus ojos por el esfuerzo en su respiración, solo unos segundos después, luego de que el mayor se quedara quieto sosteniendo su cabeza, con sus labios casi pegados a la pelvis del mayor, sintiendo el líquido espeso resbalar por su garganta.
—Así bebé, tragatela toda.
Jungkook soltó su cabello, pero Taehyung no se apartó, en cambio chupó con fuerza, en busca de no dejar ni una solo rastro del líquido blanquecino.
—Mierda, Tae. Vas a matarme.
El menor se levantó limpiando su boca con una sonrisa. Jamás pensó, como mismo jamás pensó hacerle un oral a su profesor, ser besado por él. Sus labios eran suaves y bastante expertos, su lengua se abría paso en su boca saboreando sus propios fluidos y avivando en ellos una sensación de placer instantánea, tal como si sus labios fueran creados el uno para el otro.
Al separarse, un fino hilo de saliva seguía uniendo sus labios hasta que la distancia dio lugar a que éste se rompiera.
Jungkook colocó bien su pantalón, metió los pocos objetos en su maletín y volvió hacia el menor, tomando su mejilla con una mano y dándole un beso de pico.
—Te espero en veinte minutos en el estacionamiento, no me hagas venir a buscarte —susurró en los labios contrarios.
El profesor Jeon salió del salón dejando a Tae solo, asimilando lo ocurrido. Kim podía con tanto, un chillido con saltitos de felicidad escaparon de su boca. No solo porque acababa de cumplir su mayor fantasía, sino porque él mayor lo estaría esperando en el estacionamiento para irse juntos quién sabe dónde, pero sea cual sea el lugar sabía que era para follar, y una oportunidad así no la perdería.
Fue en búsqueda de Jimin, y cuando logró encontrarlo caminó hacia él, curiosamente al chico no le costaba hacer amigos, se encontraba con un grupo de otros cuatro chicos, eso le alegraba porque no sentiría culpa de dejarlo solo.
—Mimi.
—Oh, Tae ¿Ya te has desocupado? —el menor puso su mejor cara de desagrado fingida.
—No. Al parecer no, tengo que hacer unas cosas y venía a despedirme.
—Oh. Claro. Nos vemos mañana.
El chico se levantó para darle un corto abrazo a su amigo y de inmediato éste volvió a sentarse despidiéndose con la mano por última vez de Taehyung.
El castaño salió de la cafetería y casi corriendo se encaminó hacia afuera de la escuela, al llegar al lugar, observó aparcado el auto del profesor Jeon en la calle, listo para arrancar.
De repente sintió en su boca del estómago un vacío y los nervios afloraron en él, en su mente vagaba el reproche de que aquello no estaba bien, pero qué más daba, ya había tenido el pene de su profesor en su boca, tenerlo en su culo no era tan diferente.
Caminó hacia el auto y se montó en el copiloto, tan pronto lo hizo el profesor arrancó con una sonrisa.
—¿Adónde vamos, profesor? —preguntó Tae, tímido agarrando con fuerza el cinturón de seguridad.
—Ya deberías imaginarlo ¿No?
—¿A… un h-hotel?
Jungkook sonrió y lo observó, a pesar de parecer experto en el tema sexual y ser mayor de edad, el menor era muy inocente a su parecer.
—¿Crees que sería capaz de llevarte ahí?, en mi cama puedo follarte mejor que en un hotel.
Taehyung retuvo un jadeo de sorpresa. Solo diez minutos después o quizás un poco más llegaron al edificio del mayor, ambos descendieron del auto al mismo tiempo, Taehyung observó el edificio grande en donde estaba seguro que estaba el departamento de su profesor.
Jungkook tomó su mano entrelazándola con la suya para guiarlo al elevador, ya dentro quiso soltarse por vergüenza, pero el mayor se aferró más al agarre.
Ni bien el profesor Jeon abrió la puerta de su departamento, el cuerpo de Tae fue empotrado en la pared a un lado de la puerta. Su profesor lo besaba con más fuerza, y quitaba sus prendas con una rapidez sorprendente.
Cuando el menor estuvo completamente desnudo ante él, lo cargó caminando hacia su cuarto, dejándolo en la cama para quitarse la ropa que empezaba a estorbar.
Tae pudo apreciar como Jungkook iba quedando desnudo de su torso conforme quitaba gradualmente cada botón de su camisa, no era ni comparado de cómo lo había imaginado, era muchísimo mejor. Pero algo lo dejó boquiabierto, y eso explicaba el porqué el profesor usaba siempre manga larga, y es que tenía un sinfín de tatuajes en uno de sus brazos, que iniciaban desde su hombro hasta un poco más arriba de su muñeca.
—¿Te gusta lo que ves? —Tae asintió mordiendo su labio inferior—. Te va a gustar más.
Jungkook se movió a un lado para abrir el cajón de la cómoda al costado de la cama, sacando de ella una botella de lubricante casi sin usar, lo cuál hizo que Tae se sintiera un tonto por sentirse mal.
—¿Ya ha hecho esto otras veces? —preguntó con un deje triste.
Jungkook lo observó detenidamente, no era estúpido para no saber que el menor sentía por él algo más que deseo, y la verdad que él tampoco rechazaba o veía mal esos sentimientos, al contrario, su corazón quería corresponderle a su alumno de una forma que él lo mereciera.
—¿Tú qué crees Tae?, soy un adulto activo, no te voy a mentir para tenerte en mi cama, así que no te sorprendas si algunas respuestas no son las que esperas.
Taehyung se sentía muy tonto al hacer esa pregunta.
—Lo siento…
—No te disculpes —Jungkook se acercó a él para iniciar besos sobre su cuello, notando desde el segundo cero su pulso acelerado—. Aunque… si aceptas ser solo mío prometo que serás el único en este cuarto.
Jungkook rozó sus labios por sus clavículas y tratando un camino hacia su pezón.
—Prometo que te haría adicto a follar conmigo.
Mordió la zona e intercaló la acción con su lengua, haciendo círculos en dónde quedaron las marcas de sus dientes, disfrutando también los gimoteos de su alumno.
Llevó una buena cantidad de lubricante hacia la cavidad del menor, frotando y entrando sus dedos en él sin dejar de ser suave.
—Prometo llenarte de mi leche todos los días.
—¡Oh, dios! —gritó el castaño, sintiendo los dedos de su profesor llegar a un punto sensible dentro de él.
—¿Dios?, no cariño, aquí tu único dios soy yo. Si vas a gritar que sea mi nombre,
—Señor Jeon… ya no.
—Mi nombre, precioso. Aquí no soy tu profesor, aquí somos iguales.
Jungkook volteó su cuerpo, poniendo al castaño en cuatro, o más bien en dos, porque de un solo movimiento rápido tomó sus manos y las cruzó sobre su espalda. La vista para Jungkook era preciosa, tanto que las ganas de comerse el culo del menor le ganaron. Taehyung se removía gimiendo con fuerza. La lengua de Jungkook se paseaba sin vergüenza y sin asco por toda la zona, saboreando a la vez el lubricante que antes había utilizado. El anillo de músculos del menor palpitaba, y justo en ese momento es que el mayor tomó su miembro para restregar la punta en la zona.
Empujó un poco, volviendo a salir con suavidad, repitiendo ese mismo procedimiento lo hasta cinco veces entrando cada vez más profundo, escuchando los lloriqueos de Tae. Jungkook gruñó cuando sintió las paredes anales de Taehyung asfixiar su miembro.
—Carajo, no me aprietes así o no podré contenerme —Tae mordió su labio sintiendo los movimientos suaves de su profesor, quería más, mucho más, por lo que dispuesto a asumir las consecuencias, volvió a apretar sus músculos—. Tae…
Soltó las manos del menor para poder sujetar sus caderas y así poder empezar a embestir con fuerza y velocidad. Ya no le importaba si lo lastimaba, solo quería clavarse en su interior como un maldito desquiciado.
No le importaron los gritos de dolor que en poco tiempo fueron gemidos de placer, ni las uñas que se habían clavado en una de sus piernas, su enfoque era nada más en como la carne de las nalgas del menor rebotaba con cada ruda embestida que daba.
Taehyung se sentía en su límite, una presión placentera creció cada vez más en su vientre, corriendo hasta llegar a su miembro que se movía con el ajetreo, ni morder la almohada lograba amortiguar del todo los sonidos frenéticos que salían de su garganta. Se sentía bien, y murmuraba cosas que ni él mismo se daba cuenta, pero que eran estímulo para Jungkook.
Un grito agudo salió desde su pecho al sentir un escalofrío de placer correr por todo su cuerpo, las ganas de tocarse eran grandes y no lo evito, pasando su mano por su torso hasta llegar a su pene, masturbándose al ritmo de las embestidas de Jeon.
Sus labios entreabiertos dejaban salir jadeos y suspiros, al son de maldiciones y siseos extasiados que acabaron en un grito agudo. Sus piernas temblaron amenazando votarlo al colchón, pero las manos de Jungkook lo sostuvieron con fuerza haciendo que nada mas su trasero quedara alzado recibiendo las brutales estocadas.
Jungkook minutos después se corrió en el interior de Taehyung, y atrayéndolo hacia él besó su cuello disfrutando del exquisito aroma que desprendía. Era un perfume varonil, pero bastante suave y fresco.
Su nuevo olor favorito, su nueva obsesión.
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