19
"CURIOSIDAD PELIGROSA"
—No tengo pareja, conejito, ¿algo en particular levantó aquella curiosidad? —preguntó en tono bajo, volviendo a apreciar sus facciones de cerca. Hyusang apreció el bonito lunar en la barbilla ajena y no pudo evitar pensar en lo delicioso que se veía su labio inferior con la perforación en aquel momento.
—Creí que estaba con alguien —musitó aquello después de suspirar, sintiéndose intimidado de repente. Alejó su mirada de su rostro, para ladear el suyo y fijarla en la carretera transitada desde esa altura.
—Me interesa saber qué es lo que ha cambiado en tu bonito cerebro ahora que estás en estos momentos conmigo.
Jinwoo pensó que no debió haber preguntado aquello. Se suponía que aquella especie de trato entre ambos, se reducía a algo momentáneo. Sin embargo, Jinwoo se quedó estático, teniendo que bajar la cabeza para poder verlo a los ojos.
Por primera vez se había atrevido a hacer contacto visual con él después de follar. Solo entonces se fijó en cada detalle que constituía en su rostro, en lo pequeña que era su cara y lo bonitos que eran sus ojos rasgados, su nariz respingada y la forma de sus labios.
—Por lo que he escuchado de ti, y por todo lo que sé, no eres de las personas que pasan desapercibidas. —Nuevamente, estaba soltando palabras imprudentes.
—¿Lo que has escuchado de mí? —Hyusang levantó las cejas, sorprendido.
Necesitaba detenerse en algún punto, pero no midió lo que salió de su boca cada vez que la abría. Era consciente de lo que sucedía: el tiempo en que estaba cerca de él, o cuando se involucran, se olvidaba por completo de lo que sucedía fuera de aquella habitación, y eso era lo que Jinwoo había estado buscando desde hacía mucho tiempo.
Algo en su neurología le dijo que debía retroceder, porque su torso desnudo se encuentra rozando de forma directa contra el del más bajo. Aun así, no quería hacerlo, ya que no se sentía tan frío el clima nocturno de ese modo, o tal vez le agradaba el calor que su cuerpo desprendía. No lo sabía con exactitud, pero su cercanía le daba una sensación de confort aquella noche que no podía describir con palabras.
—No ha cambiado nada, solo tengo curiosidad. Es seguro que puede tener a quien quiere, ¿no? Aún sigo preguntándome el porqué me propuso esto a mí. ¿No hay otras opciones mejores en el club? —Esa era la principal duda que había estado teniendo desde que lo escuchó pedirle aquello en aquel camerino. O más, desde que empezó a notar cómo era su relación con los demás empleados.
Hyusang arrugó la nariz en respuesta.
Por supuesto, los rumores, lo que hablaban de él a sus espaldas, ¿por qué siquiera pensó que sería diferente con él?
Se apartó, poniendo un poco más de distancia de la que había anteriormente, volviendo a su posición inicial, como acto involuntario. Y aunque el malestar de sus palabras se hizo presente, una parte de él sintió alivio en cierto modo. Jinwoo no había cambiado. Seguía igual y su actuación era tan buena que casi juró creer que realmente lo estaba disfrutando. Por un momento creyó que a aquel bailarín le gustaba pasar tiempo con él.
¡Qué estúpido fue él pensar que eso iba a ocurrir! Jinwoo estaba allí solo por el dinero.
—¿Mejores? Eres Kim Jinwoo. El bailarín estrella del club más prestigioso de Gangnam-gu, ¿quién podría ser mejor que tú? Dímelo. —Le miró de reojo con una sonrisa que no llegó a sus ojos—. Pero si crees que hay alguien más que pudiera igualar o superar tus capacidades, un suplente, puedo encontrarlo. No tengo problema en ello.
Jinwoo quedó paralizado ante sus palabras; su cuerpo se tensó de pies a cabeza. Hyusang volvió a apoyar los codos en el barandal de seguridad, soltando un largo suspiro. Por lo que lo miró de nuevo, como si lo que acababa de decir fuera producto de su cerebro pesimista y no lo había dicho en realidad.
—Supongo que ser como soy es algo inevitable: tener atención. Es un arma de doble filo —Hyusang mencionó. Sin un contexto, pasando el peso de su cuerpo de una pierna a otra mientras se inclinaba hacia adelante y poniendo el peso de su torso en sus antebrazos contra la barra de seguridad.
Algunos meses atrás, Jinwoo no hubiese visto que estaría de tal manera, estando lo suficiente confundido como para alarmarse. Era verdad que había estado sintiéndose solitario durante años, aun cuando estaba en una relación. A pesar de que podía liarse con alguien, no había tenido el coraje de engañar a su novia. Sentía que era algo cruel, y solo había estado enfocado en lo suyo. Era ilógico pensar que al final sí lo hizo con la persona que menos se había imaginado.
—No hice la pregunta con esa intención, no quiero que busque ningún suplente —aclaró Jinwoo enseguida, aunque no era precisamente por salvar el dinero que obtenía de eso; era porque ese era el método que más le gustaba para salir de su mente, de olvidarse de sus problemas y apagar su propio ruido—. Eres la persona más interesante que he conocido en un buen tiempo.
Confesó colocando toda su atención en el contrario, asimilando los estragos que atraviesan por su estómago ante la idea de ser remplazado. La imagen de que alguien más estuviera en su lugar tocándolo, besando esa piel... era extraña, imágenes que su mente producía dándole un vuelco al mismo.
—Antes no reparaba en ti de ese modo, y no tenía conocimiento mínimo de si las cosas que se rumorean eran ciertas o no, pero tampoco me interesaba, aunque sé que tú estuviste fijándote en mí, como para proponerme esto, ¿verdad? —preguntó de forma directa, buscando la mirada del rubio.
Hyusang le miró de nuevo.
—Y ahora que yo me he fijado con más atención en ti, sé que la mayoría solo han inventado muchos escándalos que no son reales. Creí que esto iba a ser difícil para mí, porque jamás había estado de esta manera con ningún tipo, pero es tan ilógico decirte que me estoy enganchando tan mal —musitó aquello con cierto tono ronco, soltando una profunda exhalación, tras haberlo admitido sin preámbulos.
Hyusang le examinó por un largo momento antes de suspirar.
—Fueron los rumores los que te motivaron a alejarte de mí, ¿no es así? —Jinwoo asintió apenado—. ¿Cuál? ¿Cuál en concreto fue aquel que puso punto final a nuestra amistad Jinwoo? Dímelo...
El tatuado tragó saliva. Decir que la revelación de su orientación sexual había sido la causa sería una excusa, porque para entonces eso solo fue uno de los tantos motivos por los que se apartó. Hubo algo más. Por supuesto.
—Había estado circulando rumores de que sueles coquetear con hombres heterosexuales con el propósito de hacerlos cambiar de "gusto" y cuando consigues eso, los abandonas —admitió. Hyusang hizo una mueca de dolor al apartar la mirada.
Jinwoo la maldijo internamente. Odió esa expresión con toda su alma; le afectó como una apuñalada en su torso, robándole el aliento y se arrepintió de inmediato de haber admitido eso en voz alta.
—¿Creías que ibas a "Voltearte"? —Hizo una pausa—. ¿Eso es lo que crees ahora?
—No me interesa. Lo que tengo seguro es que no me importa lo que ellos digan de ti.
—¿Por qué no te debería importar, Jinwoo? —Las cejas del mayor se fruncieron—. ¿Por qué ahora no importa si antes lo hacía?
—Porque eres muy envolvente, Hyusang-nim. Eres demasiado real y eso les asusta.
Hyusang soltó una risita negando con la cabeza.
Sí, en definitiva, no se equivocó al insinuar que tal vez la falta de amor y correspondencia en una persona podría motivarla a cometer locuras.
Se sintió la peor escoria al solo plantearse aquel hecho: incitar a un hombre heterosexual mentalmente indefenso a causa de su mal estado de su novia en estado terminal a tener sexo por contrato era un pecado que ni siquiera el mismo diablo dejaría pasar. No importaba cuántos ángulos lo viera, se veía horrible la situación.
Soltando un pesado suspiro, negó con la cabeza, alejando esas mortificaciones. Sacó del bolsillo su teléfono y entró a su cuenta, donde digitó el número de cuenta del tatuado. El teléfono de Jinwoo se iluminó en su bolsillo producto de la notificación.
—Lo prometido es deuda. No tengo derecho de decirte cómo manejarás el dinero, pero tómate en cuenta como prioridad a la hora de usarlo —Hyusang dijo guardándose el aparato en el pantalón. Se reincorporó para finalmente mirarlo con una pequeña sonrisa—. Solo serán unos cuatro meses más, verás que el tiempo se irá volando y esto quedará como una simple experiencia alocada que podrás recordar con gracia.
Hyusang levantó la mirada de la computadora, cuando la puerta se abrió, revelando a Kim Jinwoo, quien le saludó con la mano con cierta timidez. Vestía su infaltable jogger negro con una camisa de manga corta con el nombre de una banda que el mayor desconocía. En esa ocasión no usaba gorra por lo que el cabello caía sobre su frente de forma despreocupada, dándole un aire jovial; casi lucía como esos chicos universitarios que veía en las series.
—¿Estás ocupado? —interrogó. Hyusang negó con la cabeza en modo de respuesta.
El menor se escabulló a la oficina, cerrando detrás de él la puerta; aún llevaba consigo su mochila y para cuando tomó lugar al otro lado del escritorio, sus ojos brillaban con cierta emoción que a Hyusang le resultó curiosa, bastante inusual.
—¿Ocurrió algo? —Jinwoo negó con un gesto—. Es temprano, ¿acaso Minho-nim te llamó para ensayar?
Jinwoo volvió a negar con una sonrisa adorable, aquella que solía mostrar sus dientes delanteros mientras arrugaba su nariz. Cada vez que esta se manifestaba, Hyusang sentía que su corazón se derretía cada vez que la veía. El rubio entrelazó sus manos para apoyarlas encima del escritorio.
—¿No piensas darme una pista, Kim? —El mencionado sacudió la cabeza—. Ya que no me vas a contar, yo sí pienso contarte algo curioso.
Jinwoo levantó las cejas en respuesta.
—Varios clubes han intentado contactarme para tenerte. Te quieren en su club —mencionó—. Son sitios que van dirigidos a clientes heterosexuales. Pensé en mencionártelo cuando tuviera la oportunidad, pero te me adelantaste.
—¿«Clubes heteros»? Vaya... —Jinwoo levantó una de sus cejas—. No me interesa, mi lugar realmente está aquí. Además, allá solo tendría un público, aquí tengo dos; los hombres pagan más, de todos modos. Mi fidelidad de bailarín es contigo.
Hyusang lo miró por un largo momento. Con el pasar de las semanas, había notado que Jinwoo estaba mejorando su actitud con sus compañeros. Estos lo sorprendieron porque, a pesar de todo, fue recibido con los brazos abiertos por la mayoría de ellos y Jinwoo también se había dado cuenta de que estaba más cómodo en Eros de lo que había estado hace un año.
—Escuché que harás un dueto con algunos miembros de la comunidad; eso es... algo que no sueles hacer. —Aún recordaba los rostros asombrados de sus bailarines cuando se lo contaron, quienes habían presenciado aquel acontecimiento donde Jinwoo fue a pedir aquella, sorprendiendo incluso a Minho.
Era una escena que Hyusang hubiera pagado por presenciar. Jinwoo soltó una risita por lo bajo.
—Me atrapaste... bueno, no tiene caso ocultarlo. Sooji Noona me convenció para tratar la danza con telas... Y aquí estoy. Espero no romperme un brazo. —Jinwoo se levantó de la silla mientras tomaba su mochila, la abrió y sacó una caja color carmesí. No era tan pequeña como para un anillo o algún collar; era algo más grande. Lo dejó sobre el escritorio y mordisqueó el interior de su mejilla.
En el rostro del rubio se le formó un gran interrogante.
—Espero que le guste, Hyusang-ssi. Cuando lo vi en la tienda, de inmediato pensé en usted... —admitió con timidez, mientras se colgaba la mochila en su hombro—. Sooji Noona de seguro estará buscándome. Bueno, adiós.
Antes de que Hyusang pudiera articular algo, el azabache había cruzado el lumbar de la puerta, dejándolo con la palabra en la boca. Los ojos del rubio fueron desde donde el ajeno había escapado, como si fuera alma que se la lleva el diablo, a la misteriosa caja. ¿Acaso es una especie de broma de mal gusto?
«Lo despediré si algo salta de la caja.» Hyusang pensó con cierto recelo.
Abrió con precaución la caja, poniendo cierta distancia entre el objeto y su cuerpo, y al asomarse notó un par de orejas erguidas. Sacó con cuidado el contenido envuelto en papel; era algo pesado, y al ver a qué trataba, soltó una fuerte risa. Una porcelana de vidrio con un adorable conejo.
—Ese mocoso... —Le echó una ojeada a su oficina y optó por ponerlo junto a su computadora.
Bajó a la primera planta horas más tarde; aún así fue en el momento en que Jinwoo se encontraba en la barra usando lo que parecía ser su traje de presentación, por lo que sus traicioneros ojos no dudaron en observarlo de forma detenida antes de tomar lugar a su lado. Cuando reconoció el látex y el encaje, estaba seguro de que Sooji tuvo algo que ver con el vestuario.
—Fue un obsequio agradable, muchas gracias. Me gustó mucho —le murmuró solo para que él escuchara cuando llegó a su lado. Su vista recorrió su parte delantera, con sus ojos oscureciéndose.
—Me alegra mucho que haya sido de su agrado —Jinwoo le respondió del mismo modo.
Se apartó en el momento justo en que Sunny reconoció su presencia luego de estar conversando con otros bailarines. En su mayoría, Hyusang podría decir que estaban todos presentes en la barra.
—¿Lo mismo de siempre, Oppa? —interrogó esta al otro lado de la barra.
—Quiero algo más ligero. Dame una mamada —pidió este haciendo reír a quienes lo escucharon, porque sabía lo que eso significaba, algo que Jinwoo al parecer no, ya que la confusión se hizo evidente en su rostro.
Uno de los espectáculos más grandes entre el personal de Eros, era bien conocido: la forma en que el jefe tomaba los cócteles. Hyusang tenía un don irresistible de hacer que una bebida tuviera un toque de picardía y sugerencia. Todos los ojos estaban puestos en él en el momento en que le llegó la bebida.
—¿Estás seguro de que no ha perdido la práctica, Hyusang Oppa? —Sunny se mofó.
—¿Quieres apostar? —La chica asintió con una sonrisa torcida.
Hyusang movió la silla a un costado para tener mejor movilidad y se inclinó al pequeño vaso. Empezó a repartir besos con labios abiertos y lametones por el dorso del vaso, haciendo gritar a su audiencia. Procedió a dedicar una larga lamida a lo largo de este hasta llegar a la crema, donde Jinwoo retuvo el aliento al presenciar eso de cerca.
El rubio lamió superficialmente su punta de forma antes de abrir sus labios, introduciendo el vaso y moviendo su cabeza de forma sugerente como si realmente estuviera haciendo un sexo oral, algo que motivó a todos a soltar escandalosos gritos. Jinwoo abrió los labios con sorpresa, sus orejas se enrojecieron y sintió una ola de calor invadirle el cuerpo.
El tatuado observó cómo su jefe sostuvo el vaso con sus labios y echó la cabeza hacia atrás, tragando finalmente el contenido, siendo aplaudido por sus espectadores. Había quedado algo de crema en sus labios y se vio a sí mismo reteniendo el impulso de limpiarle la boca. Algo que el rubio hizo lamiéndose cuando alguien más le señaló aquel detalle.
—Sinvergüenza —le murmuró Jinwoo cuando Hyusang volvió a ocupar la silla a su lado. Quien soltó una risita ante sus palabras.
—Sí. Lo soy. —Jinwoo lo miró de reojo—. ¿No te gustó mi demostración?
Este asintió ligeramente antes de tomarse lo que quedaba de whisky en su vaso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro